El peligro tras la puesta del Sol (Ochako)

—Agh, ¡suficiente por hoy!

Exclamó molesto, junto con el estruendoso ruido de un libro grueso tapa dura que lanzó al suelo en forma de desquite, lo que hizo un sonoro eco por todo el sofisticado salón vacío.

Estaba leyendo un largo y nada entretenido libro sobre detalles complejos que envolvían la larga historia de los conflictos envolviendo humanos y otras criaturas conforme pasaran los Siglos hasta conformarse la actualidad, tal cual le fuera impuesto por uno de los profesores de Asgard en un intento de reprochar su frecuente autoconfianza en los campos de batalla y ante sus enemigos; pero aquel vampiro, eternamente juvenil, no estaba hecho para actividades que requiriesen estar demasiado tiempo quieto, sentado y aburrido; su personalidad activa y aventurera no había muerto junto con su humanidad, ni con el pasar de tantas centurias, y su necesidad de acción siempre le terminaban ganando.
 
Aún con la expresión cerrada, se desplazó a la salida. Ya avanzaba 3 horas siendo noche totalmente limpia, sin luna, de un sábado. En busca de despejar su mente, rumbó hacia las puertas del internado, y sin ningún aviso, salió a dar una vuelta.

———

Para ser un día de sábado, había pocos humanos en las calles, tiendas o bares. Las noticias sobre el éxito de Asgard en las últimas guerras estaba dejando la población visiblemente asustada y ya pocos se arriesgaban a salir de sus casas. La figura vampírica, vistiendo un traje negro casual y corbata, que de lejos lo hacía parecer solo un hombre más andando por las calles, caminaba hasta que sus pasos lo hicieron llegar al parque de diversiones.

No estaba en sus planes entrar ahí, pero un lugar rellenado de niños, vírgenes, felices, deliciosos y listos para perderse era una invitación que no aceptaba una respuesta negativa, principalmente dentro de aquel juego llamado ''Tren Asombrado'', que lo hizo formar una sonrisa siniestra en su rostro.

———

Dentro de una cueva totalmente oscura y con varios monstruos asomándose y provocando gritos y sustos en los niños, el pequeño tren avanzaba. Eran solo 12 niños participando en aquel turno, y ninguno notó cómo una niña de cabellos rubios fue arrancada del transporte en la inmensa oscuridad de aquel lugar antes que terminara el camino y pudieran salir. Sin entender nada, lo último que la pequeña criatura pudo ver antes de tener su existencia arrebatada por la excesa pérdida de sangre, fue el par de ojos rojos, ojos que veían a través de las sombras, ojos sedientos por su vida.

No estaba de más salir de su modus operandi​ eventualmente y jugarle a las circunstancias, en vez de cazar cualquiera que se le apareciera en frente, como normalmente lo hacía. Ahora, además de tener su placer saciado, podía reírse de la desesperación de los padres que se preguntaban por qué demonios su hija no salió del juego al que había entrado junto con los otros niños, mientras nadie lo había visto salir por encima.

Más allá del parque, hacia el oeste, se podía ver el mar. Desde la altura de un edificio donde reposaba, podía ver las aguas calmas reflejando lo negro del cielo nocturno. Casi no había humanos en la playa a aquella hora nocturna, y los pocos que todavía disfrutaban el fin de semana en la arena o pescaban, se alistaban para irse. Ha mucho tiempo no caminaba por los límites del continente, y no parecía haber mejor momento que aquel para acercarse al mar.

La tranquilidad de las aguas calmas podía distanciar hasta el pensamiento más turbulento. Pacíficamente y como si del emperador de la noche se tratase, comenzaba a ir hacia aquella playa.

Era un sábado tranquilo, demasiado tranquilo para la castaña, estaba aburrida, se lamentaba, ¿porque no había hecho planes con sus amistades?, ah claro, todos sus compañeros tenían actividades que hacer, menos ella. Se recostó, mirar el techo le causaba sueño, y quería todo menos dormir. Agarro su celular, ningún mensaje a la vista, ¿ es que acaso nadie tenia intensiones de mensajearle?.


En su mente cruzaron varias opciones, la primera: quedarse sin hacer nada y dormir; desperdiciar ese bonito día durmiendo. La segunda opción: recorrer los pasillos de Legacy, aunque admitía que le daba flojera, pues en toda la semana lo había hecho, explorar cada rincón de aquella gran academia era lo primero que hizo en cuanto llego. La tercera y ultima opción, ir a los lugares cercanos a dicha institución; la playa, escuchó por rumores que era un lugar hermoso, con una vista agradable.


Las 6 de la tarde marcaba el reloj, desperdició su día pensando a que lugar ir, así que no dudaría más. Sus tenis, un pantalón negro, y una blusa de color amarilla fue lo que se puso, algo sencillo, agarro su celular revisando si tenía algún mensaje. Se dirigió a las puertas del internado, una sonrisa cruzaba por su rostro, ¿con que aventura se topará hoy?, estaba convencida de que sería una noche perfecta, no necesitaba de sus amigos para divertirse.


(...)

La noche extendía su manto, pocas estrellas estaban en el cielo nocturno, el aire era fresco. Pocas personas quedaban alrededor, como era de esperarse. Vaya que los rumores eran ciertos, a pesar de estar oscuro la vista era hermosa, libre de preocupaciones decidió sentarse en la arena. Tranquilidad, un momento a solas, era lo que necesitaba; poder sentirse libre, eso era lo que sentía. Ochako había tenido muchas preocupaciones a lo largo de la semana, así que ese momento, era todo lo que necesitaba.


━Muy bien Ochako, no olvides nunca esta tranquilidad.━Decía para si misma, ¿estando en un lugar tan pacifico, que podía salir mal?. Ser una heroína siempre implicaba estar alerta, dar la vida por las personas que se debían proteger. La castaña había elegido ese camino así que no se arrepentía, pero siempre estaba aquella duda que la atormentaba, ¿ que pasará si algún día muero, servirá de algo salvar al mundo mientras nadie puede salvarme a mi?, preguntas como esas eran muy frecuentes.


Soltó un suspiro, era aterrador tener esos pensamientos, que clase de chica sería si pensaba de esa manera. Acerco sus manos hacia su rostro dándose pequeños golpes.━Vamos Ochako, que no es momento de pensar en cosas así.━ Estaba decidida a disfrutar de su estadía en aquel lugar, aunque ahora su preocupación era otra. ¿Como regresaría a Legacy?, se olvido completamente del camino.

El avance del reloj y de la oscuridad se fuera llevando a los pocos visitantes que restaban en aquel frecuentado lugar, y esa sería la condición perfecta para usufruir un tiempo sólo en la orilla costera.

No estaba en sus planes causar un segundo alboroto entre los mortales. Aunque le diviertiera generar revuelo y le encantara sentirse temido por la raza inferior, aquel vampiro ya se había dado el gusto aquella noche y en el momento tampoco deseaba ser molestado; por eso, llegando al litoral, había subido a una extensa piedra de apróximadamente 4m de altura, que desembocaba en el Pacífico. Estaba desde hacía un rato sentado en la orilla de la enorme roca, contemplando el mar y sientiendo la brisa fresca acariciando su rostro y sus cabellos, sin pensar en nada. Pasaría horas observando aquel paisaje, pensó cómo sería un ambiente perfecto para ver salir una luna llena, lo que desafortunadamente no sería posible en la fecha puesto a que estaban en noches de luna menguante, y lo sabía.

Habiéndose pasado varios minutos, el silencio y la quietud de un lugar vacío parecía reinar por toda la extensión de la playa, en donde solo él por fin se quedara, o eso pensaba. Sin embargo, al mirar hacia un lado vio que no. Todavía sobraba una humana joven, aparentemente, localizada a varios metros de distancia al lado izquierdo, en la arena.

No le diera mucha importancia. Entretanto, pasaban los minutos y la humana parecía no tener miras de retirarse. Eso lo incomodaba un poco, la noche le pertenecía a él y no quería compartir su posada nocturna con humanos. ¿Por qué ella no se iba de una vez? No era común que alguien se arriesgara a quedarse desacompañado en un lugar aislado como aquel hasta tan tarde, en especial una chica.

El vampiro volvió a observarla, en silencio. Esta vez, la intrusa comenzaba a ser parte de su foco y enredarse en las maldosas maquinaciones que no faltaban en una mente desocupada y pícara como la de aquel vampiro. Eran pocos los metros que separaban a aquella humana de las aguas del mar, como si lo único que estuviera esperando es que algo pasara, y al notar eso, el inmortal sonrió como un niño a punto de cometer alguna travesura pasada de raya.

Se puso de pie, y de frente hacia donde aquella humana estaba, concentró su poder en el brazo derecho y para entonces alzarlo en un movimiento y con eso lanzar un potente vector de energia hacia el agua, cuyo veloz movimiento iría partiendo el agua y levantando dos olas opuestas de mediana altura durante un largo camino que duraría hasta algunos metros después de alcanzarla.

Fue un uso sencillo de su poder, el cual no tenía otro objetivo que dejar aquella intrusa completamente mojada y arruinarle la noche por pura diversión, si es que no se diera cuenta y retirara a tiempo del alcance de la ola.

Habiendo realizado su arte, saltaba de vuelta hacia la superficie de la playa e iría caminando a su encuentro.

—¿Necesitas una toalla?

Preguntó, notablemente cínico, algunos pocos metros a camino.

La castaña se encontraba con la vista fija al horizonte, inmersa en sus pensamientos no se dio cuenta que poco a poco la gente se iba retirando, ni si quiera se daba cuenta de la hora. Sus preocupaciones eran demasiadas, que aquella paz la hacían renunciar a todo. No quería regresar a Legacy, los deberes la esperaban, sin mencionar que tenía que soportar la presencia de la persona que la rechazo.

Observo todo a su alrededor, tan calmado, una sonrisa cruzó por el rostro de la castaña, por fin estaba sola, respiro profundo, era justo lo que necesitaba. ¿ Estaría bien meterse al agua?, no negaba con todo su ser el querer meterse, pero admitía que por otro lado le daba miedo, la oscuridad cubría todo, ¿Qué clase de criaturas no existirán en aquel basto océano?.

Pensamientos mundanos, no negaba que eso le agradaba, era una humana al final de cuentas. Odiaba ser aquella heroína que tenía que dar una buena imagen, no debía de mostrar miedo, ni rasgo de debilidad. Al diablo con esas cosas, esta vez haría lo que una persona normal, era su noche, tal vez la única en donde podría sentirse cómoda.

Aún sentada, miraba las pequeñas olas que se asomaban, estaba segura que a esa altura no se mojaría, se quedo inmóvil, después de un rato, aquellas olas la habían mojado, ¿Cómo podía ser eso posible?, no se encontraba cerca, era imposible que algo así pasará. Maldecía, ahora su ropa estaba mojada; una mala noche, y ella que pensaba que nada podría arruinarle la velada.

Una voz desconocida le hablaba, la castaña inmediatamente dirigió su vista hacia aquella persona. Vaya sorpresa que se llevo, aquel chico de cabellos morados llevaba un traje,¿ Quién demonios lleva un traje en la playa?, fue su primer pensamiento, pero como toda niña buena, le enseñaron a no juzgar a alguien por su portada, debía existir una explicación lógica para aquello que sus ojos estaban presenciando.

━Oh, si, muchas gracias, es que bueno, jamás creí que las olas fueran así de grandes.━Mencionaba apenada, sentía vergüenza, como es que su mala suerte no la dejaba. Ochako se quedo pensativa, estaba segura que no había nadie más en la playa. Algo paranoica, tal vez ser una heroína era algo que la tenía mal acostumbrada, siempre tenía que estar alerta de todo.

━¿L-le puedo hacer una pregunta?. Espero que no le incomode.━ La castaña era alguien curiosa, si se quedaba con la duda era algo que la atormentaría en todo el día. A veces eso incomodaba a las personas, pues ochako siempre tenía la mala costumbre por preguntar por todo.

Seguía observando el traje de aquel chico, ¿Trabajaría hasta tarde y quiso pasar por la playa en traje?, tan solo pensar en aquello hizo que soltará una leve sonrisa, aunque lo más loco no era eso, ¿Una toalla?, cualquiera llevaría un pañuelo, pero una toalla...Si que estaba muy sorprendida.

En lo que se acercaba a pasos normales, regocijándose por dentro de haber acertado el agua en la aquella solitaria criatura que por ello se mostraba visiblemente sorprendida y descontenta, acabó también desconcertado ante sus palabras. ¿Realmente no notó su sarcasmo ni se dio cuenta que el evento fue obra suya?

Aquel inmortal se entregó a reírse por cortos segundos antes de aproximarse lo aceptable para hablarle en tono normal. Le divertía arruinar la felicidad de los humanos, pero no era común encontrar ejemplares que no reaccionaran como él esperaba.

—No puede ser, ¿en serio me estás tomando al pie de la letra?  No me digas que realmente piensas que aquella ola fue por acaso, ¿o eres tan estúpida?

Cuestionó con la arrogancia típica de cualquier vampiro, contando que el mar estaba tan calmo aquella noche y no mostraba siquiera amenaza de olas grandes, era imposible que alguien creyera tal cosa. Continuó dando algunos pasos más sobre la arena hasta pasar por la humana boba y detenerse del otro lado, tornando a voltearse de frente hacia ella.

—¿No te vas a enojar conmigo por lo que hice? Estás completamente mojada, arruiné tu ropa y posiblemente te dará un resfriado, ¿y no te importa? Muy bieeen~ supongo que quieres evitar entrar un conflicto conmigo, es una sabia decisión.

Su hablar era suave y agradable a los oídos, pese a su mirada intimidante de un depredador nocturno que siempre fue dado a bromear y jugar con la comida. Sus ojos la analizaban superficialmente, podía notar que estaba avergonzada e insegura; ciertamente no era del tipo que planearía un esquive tan metódico contra él. Terminando de hablar, el vampiro se quedó de pie en frente suyo con las manos apoyadas en la cintura de su pantalón, esperando a que la joven expusiera su justificativa y le preguntara lo que pidiera permiso para interrogarle, aunque posiblemente su pregunta sería una tontería más. La punta de uno de sus colmillos asomaba por el rincón de su boca.

La castaña se quedo si palabras, alguien tan ingenua como ella no pudo notar ni una pizca de maldad antes, y ahora el enemigo estaba justo a escasos metros de distancia, si quisiera huir lo más seguro es que aquel chico de cabellos morados la mataría al instante. ¿Qué tan estúpida pudo ser para no darse cuenta?, ¡ELLA ERA UN HÉROE, UN HÉROE!, estaba triste, ni siquiera tenía miedo, había sido su culpa.

━¿Por qué me molestaría?, es obvio, a estas alturas el que ganaría en una batalla serías tú, pero...¿Qué es lo que tramas?, alguien como tú ya hubiera atacado, incluso ahorita mismo yo no tendría la oportunidad de hablar, seguramente ya estaría tirada en el suelo con mi sangre derramada por todos lados.━

Preguntaba de manera curiosa, se cuestionaba las intenciones del contrario, si quería molestarla al mojarla, lo había logrado, pero al parecer tenía otras cosas en mente. Ochako observaba atenta todo a su alrededor, lamentablemente no pudo encontrar algo con que defenderse en caso de ser atacada, no le quedaba nada más que tratar de defenderse.

Su piernas le temblaban, ¿Qué podría hacer ella ante un vampiro?, se imaginaba toda una escena de terror, en donde ella al ser la protagonista, moría de forma trágica, aunque después de pensarlo bien se preguntaba que clase de poder tenía aquel sujeto, no lo había visto en Legacy, y no sabía su nombre como para saber si era alguien de Asgard; pero por lo visto lo último era algo seguro.

━Una ultima pregunta...¿Cuál es tu nombre?.━

Sus pasos retrocedían lentamente, luego de ver uno de sus colmillos asomarse, realmente se asustó, si su intuición era cierta, aquella persona parada enfrente debía ser un vampiro, ¡COMO LUCHAR CONTRA ALGO ASÍ!, lo que era aún peor, ella desconocía totalmente todo acerca del tema, sabía que existían los vampiros, pero jamás se había topado con alguno.

Por su mente pasaban muchas cosas, aunque solo una llego a captarle más la atención, ¿Qué pasaría si aquel vampiro la mordía y tomaba de su sangre, moriría o se transformaría?. En cuanto más pensaba más nerviosa se ponía, se preguntaba que haría All Might en una situación así, era uno de los héroes que tanto admiraba, tal vez pensar en algo que él haría la podría salvar.

El vampiro se mantuvo en silencio ante el cambio de discurso de aquella humana. La mirada del inmortal era seria, de indiferencia, mientras ella lo llenaba de argumentos de resignación, confirmándole que quería evitar cualquier confronto. Visiblemente esa chica creía que él la mataría por beber su sangre y no que estaba ahí solo para jugar haciéndole un típico bullying de vampiro hacia humano. Nada inusual, era lo más previsible en la raza inferior: el temor a morir desangrado en cualquier encuentro con vampiros.

Sin embargo la joven de cabellos castaños tuvo la suerte de encontrarlo después de haber hecho su víctima de aquella noche, y no antes. De lo contrario, ella estaba en lo correcto: ya la habría atacado y usado para su consumo desde hace rato. Al menos en algo no era tan estúpida, entonces. Era un detalle interesante.

Continuaba en silencio ante todo aquello, como si estuviera esperando que ella dijera algo más todavía para volver a causarle risa, y fue quien justo volvió a quebrar la quietud del clima entre ambos al cuestionar su nombre. Pero semejante osadía tenía pra quien anteriormente se mostraba a su merced. A ningún humano desconocido le incumbía saber su nombre.

Sus ojos rojos continuaron observándola, viéndola retroceder lentamente movida a su propio temor, y suspiró por las narinas sin romper el silencio. En seguida flexionó el brazo derecho hacia arriba, irguiendo su mano a altura del pecho; el dorso de la mano totalmente volteado a la humana y sus dedos parcialmente flexionados hacia abajo. El gesto no fue brusco, y eso disminuía que pareciera un previo ataque.

Pero entonces, el vampiro bajó la vista hacia los pies de Ochako al mismo tiempo que extendió ese mismo brazo hacia abajo y con la mano abierta, apuntando justo hacia en frente de los pies ajenos. En ese entonces otra onda de energía fue liberada a lo profundo de la superficie, con lo que dos olas de arena se levantan al rededor de Ochako al recibir tal impacto e inestabilizarse en aquella específica zona, tornándose movediza y siendo capaz de engullir a la humana en cuestión de segundos y dejarla enterrada solamente con la cabeza hacia afuera.

—No debías caminar sobre la arena movediza. Te hundes. ¡Jajajajaja!

Tornó a reírse de la castaña. Ahora quedaría como una milanesa cubierta de arena, debido a su estado completamente mojada.

—Mi nombre no es de tu incumbencia, humana.

Contestó, por fin.

La castaña seguía inmóvil, observaba al vampiro, debía de estar alerta en caso de cualquier ataque, aunque todo aquello era impredecible, ¿Como atacar a alguien que se supone es inmortal?, sus conocimientos eran vagos, y no quería verse ridícula haciendo caso de las películas que había visto.

Su única salida era usar sus manos, si se movía rápidamente podría tocarlo y así hacerlo flotar, el problema ahora era, ¿Qué tan rápido podría ser un vampiro?, tenía mucha mala suerte, jamás imagino que se toparía con alguien muy fuerte, porque lo admitía, de todas las personas, de todos los villanos, aquel vampiro era el único que la desconcertaba haciéndola sentir no solo inferior, si no con un gran temor.

Los segundos pasaban y todo parecía indicar que aquel sujeto no atacaría, esto aliviaba un poco a la castaña, justo cuando su cuerpo comenzaba a relajarse, el vampiro adquirió una nueva posición, aunque no era una postura de batalla, sentía que debía de prepararse, pues tal parece que esa noche las sorpresas no cesaban; sus manos listas, la mirada fija, lista para contra atacar si era necesario.

En un abrir y cerrar de ojos, eso es lo que se necesito para enterrar todo su cuerpo en la arena, ni siquiera sabe como paso, ¡MALDITA SEA!, se estaba burlando de ella, aquel vampiro la había humillado, ¿Qué clase de juego estaba jugando?. Todo estaba en su contra, con sus manos debajo de la arena no podía hacer nada, se movía con toda su fuerza para lograr salir pero era imposible; inútil, así era como se sentía.

━Dime, ¿Qué pretendes?, ¿Qué suplique acaso?.━

No sabía que más decirle, era claro que solo se estaba divirtiendo con ella, en ese estado no pensaba con claridad en sus opciones, estaba a su merced, y eso era lo que más le molestaba. »Vamos Ochako, tienes que pensar en algo« era lo que se repetía una y otra vez, pero su mente estaba bloqueada, no podía concretar alguna idea.

━Y...¿ Y si haceos alguna especie de trato?.━

Apenas dijo aquellas palabras se avergonzó, era como entregarle su alma al diablo y de una manera totalmente gratis. Aunque realmente lo estaba considerando, su vida estaba al borde de la tristeza, se debatía entre seguir siendo una heroína o dejarlo de ser. La castaña sentía que sus poderes no ayudaban a las personas y esa mentalidad la estaba acabando día a día, necesitaba darle un giro a su vida, y tal vez esta era su única oportunidad.

Ferid Bathory tenía razón. Puede ser divertido ver el terror en los rostros humanos cuando pierden toda la esperanza de sobrevivir. Se podía decir que sentía placer al verla en esa situación, pero más que eso; las palabras de aquella chica en ofrecerse a suplicar, sin cualquier fuerza o ventaja para escapar o vengarse, le provocaron una silenciosa sensación de regocijo que ni mismo él esperaba. Una sonrisa sádica se mostraba en su rostro mientras tejió tal fantasía en su mente por una fracción de tiempo...y entonces, ella suplicó por un...¿trato?
Tornó a reírse de la espontánea pero ridícula decisión ajena. Era como uno tras otro chiste para él, parecía que aquella niña a penas había salido de una burbuja a conocer el mundo real.

—¿Trato? ¿Qué clase de trato piensas que voy a querer con una humana inútil como tú?

Determinó.

—¿Sigues pensando que vine a matarte? Te equivocas, para tu suerte ya tuve mi cena hoy. Hace muy poco estuve en el parque y maté a una infante de tu raza. Fue excitante cómo estremeció de dolor cuando le desgarré el cuello y empecé a chupar su sangre, tenía la piel tan delicada y suave...Estaba rica.

Le esclareció descibriendo el momento, reviviendo el efímero placer que había tenido y a la vez manteniendo una nueva provocación contra la contraria, dado que sabía cuánto los humanos intoleraban la violencia contra crías de corta edad.

—Habrías sido tú si yo hubiera venido hacia aquí primero.

Dicho eso, adelantó un paso para marcharse y dejarla ahí enterrada; sin embargo algo lo detuvo.

—¿Hm? ¿qué es esto?

A un lado, se asomaba una foto parcialmente enterrada en la arena, una foto que no estaba ahí desde el principio, mostrando parte de unos carácterísticos cabellos azules que él recordaba conocer. Se inclinó para desenterrar la fotografía y entre sus dedos, pudo ver de quien se trataba: el mago peliazul de Legacy, Jellal.

—Vaya, si es Jellal. ¿Qué hace esto aquí, es tuyo? ¿Lo conoces? —Preguntó, neutralmente.

—¿Ese tipo sigue vivo? Él tiene la mejor sangre que ya probé.

Complementó.

La castaña se limitaba a escuchar lo que el vampiro tenía por decirle, no podía hacer nada, la vergüenza la invadió, en parte tenía razón ¿Qué trato podría ofrecerle?, ¿Su alma?, ¡Nada! eso era exactamente lo que tenía para ofrecerle, absolutamente nada. La horrorizo el escuchar que había matado a una infante, aún más la forma en como la contaba, era como si estuviera orgulloso de lo que había hecho, aunque esto último ya no le asombraba.

Antes de que el vampiro terminará de contar el terrible acto que había cometido, Ochako pensaba en que hacer, ¿Y si le mencionaba acerca de su Quirk?, aunque esto no serviría de nada, después de todo era un poder débil. Si las cosas seguían así se quedaría atrapada ahí, ¿Qué tan inútil podía ser, que no lograba convencer a un vampiro de matarla?.

Sus rostro cambio de expresión, no pensaba que la foto que guardaba de Jellal sería expuesta, aunque esto no fue lo que más le asusto, ¿El y el vampiro ya se conocían?, aunque esta pregunta estaba demás, Jellal siempre era reconocido a donde quiera que iba, así que no era sorpresa que estos dos ya hubieran tenido la oportunidad de conocerse.

━Vaya así que tú también lo conoces...━Mencionaba con la voz llena de odio, tan solo le basto mencionar su nombre para recordar todo lo que le había hecho.━ Por desgracia si lo conozco.━ Agregaba, pues en efecto no le preocupaba mostrar cuanto desprecio sentía hacia esa persona. La foto solo la guardaba para incrementar toda la aberración que sentía, y para recordarle quien era su enemigo; porque ahora lo consideraba un enemigo.

Ochako soltó una ligera risa, ¿Acaso había mencionado, la mejor sangre?. Vaya, vaya, al parecer estos dos habían tenido un encuentro muy especial. La imaginación de la castaña comenzó a volar, ¡Jellal dejándose chupar la sangre? ¡JA!, quien diría que alguien como el peliazul, que era respetado por todos sus alumnos hubiera permitido tal cosa. ━Que suerte tienen algunos...━Mencionaba susurrando, pues al menos el vampiro había tenido la oportunidad de morderlo.

¿''Por desgracia'' dijo?

Pensó, alzando una ceja. A veces los humanos eran imprevisibles y graciosos. Aquella chica tan ingenua y resignada a humillarse por su vida de repente era un pozo de odio tan solo por hablar de aquel mago, o eso aparentaba. Hasta el temor y la desesperación que hasta entonces mostraba por salvar su propia vida se habían desvanecido, como si el nuevo asunto fuera terriblemente más pesado.

—Jaj, hablas como si él fuera el fantasma de tus terrores nocturnos.

Entretanto, no tenía lógica que llevara consigo una foto de alguien que odia, además, ¿qué tipo de humano le evidenciaria tan tranquilamente a un enemigo un detalle comprometedor como ese, el hacia quien de sus compañeros tiene odio? Mismo alguien de corta comprensión sobre los sentimientos humanos y cero interés en estos como aquel vampiro sabía que la humanidad se vale mucho de la unión y la lealtad para sobrevivir, incluso de las mentiras para protegerse unos a otros, ¿estaría entonces mintiendo para proteger la integridad de Jellal?

—¿También eres de esa academia de héroes a que él pertenece, ''Legacy''?

Interrogó, luego de agacharse delante suyo, apoyando una rodilla al suelo. Su único interés era la sangre de buena calidad de aquel mago, que con tan solo recordar el gusto volvía a sentir sed, y si lograba descubrir que esa humana y el peliazul tenían una relación estrecha, podía usar eso en su favor para satisfacer su propio deseo.

—¿Me lo dirás, o también temes que lo quiera matar a él?

Volvió a burlar sus actitudes. La naturaleza de los vampiros se distinguía totalmente de la de los humanos y les otorgaba un punto de vista muy diferente. Mismo entre todas las guerras y los confrontos, él no tenía a los humanos como enemigos, incluso a los de la academia. Para el vampiro seguían siendo meros bancos de sangre para su abastecimiento y a veces para su entretenimiento.

Fantasma, esa palabra resonaba y es que en efecto, Jellal se había convertido en un fantasma para ella, uno al cual no podía olvidar, se le aparecía a donde quiera que iba. Últimamente ya no le daba importancia, se había acostumbrado a tenerlo siempre presente, aunque no de una buena manera.

¿Podría decirle al vampiro acerca de su estadía en Legacy? si bien no le importaba en lo absoluto lo que pasara con Jellal, pero ¿sus amigos?, tenía buenas relaciones, si esto los llegaba a involucrar nunca se lo perdonaría, de por si tenía dudas de si era buena heroína, como para arruinar lo poco valioso que tenía.

━¿Qué obtengo al decírtelo?, o más bien, ¿Qué harás luego de que te responda?.

Miro fijamente esos ojos rojos, tan profundos, una mirada que intimidaba, una mirada llena de misterios. No negaba que tenerlo así de cerca la hacía poner nerviosa, pensaba en como el vampiro podría aplastar su cabeza en un solo instante. Esa intensa mirada que le brindaba aquel ser la hacía desviar la mirada, pensar con claridad era algo que no podía hacer, pero si no respondía las cosas se tornarían de la peor manera y era algo que quería evitar a toda costa.

━Me da igual lo que a él le pase, solo no quiero que personas cercanas a mi tengan que pagar por lo que te diré, como comprenderás, si suelto alguna información acerca de Legacy, no solo seré tratada como traidora.━ Soltó un ligero suspiro.━ En efecto, soy de esa Academia, el es uno de mis maestros.

La castaña volvió a dirigir la mirada al vampiro, tratar de adivinar lo que este pensaba era algo cansado, no mostraba ninguna expresión, ningún indicio de preocupación, tristeza, o felicidad, lo único que sabía a ciencia cierta era que todo lo que estaba sucediendo era pura diversión para alguien como él. ¿Cuál era su propósito, más allá de la satisfacción por beber sangre?, el modo curioso de Ochako se estaba desatando, en su cabeza pasaban muchas preguntas y una de ellas era "¿Cuál es la historia de este sujeto?". Cualquier villano tiene un motivo, pero ¿Cuál será la de un vampiro?.

━¿Qué harás ahora, lo atacarás?, si es así quisiera saber cuando sucederá, déjame ser una espectadora; una que te aseguro disfrutará de la función.

Aunque la humana pareciera realmente dispuesta a entregar su aparente objeto de odio, los rodeos y desvíos de asunto eran hastiosos para el vampiro; como si la garantía de que no  había sido su elegida la hacía sentirse tan a gusto al punto de olvidar que estaba delante de una entidad sobrenatural. Por otro lado, aquella respuesta —aunque indirectamente— le confirmó lo único que primordialmente le interesaba saber, que el peliazul seguía vivo.

Levantó la vista, dejando de ver el rostro de Ochako para ver el restante de la playa delante de sus ojos. Sin decir nada y con la misma expresión de descaso, cambiando apenas por una media sonrisa que mostró desde entonces, se puso en pie. La humana ya no le entretenía. Los vampiros acostumbran aburrirse y desinteresarse fácil por lo general, eso explicaba que la interacción con Ochako no duraría más que algunos minutos sin que Lacus perdiese el hilo.

Entretanto, aquella joven lo detuvo al preguntar algo más, lo que le pareció una simple excusa para que la desenterrara. Levantó un pie y le metió un pisón en la cabeza, forzándola a bajar la vista.

—Hablas demasiado, estúpida humana. Dijiste que te daba igual.

Le rezongó a la vez que burlaba de ella, manteniendo su pie contra la cabeza ajena sin aplicar fuerza.

—Es inútil que trates de establecer un acuerdo conmigo con esas tonterías que dices. Además, es curioso que te preocupe ser una traidora a la vez que te mostraste dispuesta a sacrificar tu propio profesor  de la academia en beneficio mío. Ya vi ese cuento varias veces y siempre acaba igual.

Completó. Entonces, soltó la foto del mago que cayó de vuelta a la arena delante de la castaña, devolviéndosela antes de seguir su camino.

¡Maldición!, lo había arruinado, sabía que nada saldría si seguía con esa actitud, no cuando el vampiro mostraba ser poco paciente, pero ¿Qué podía hacer?, se encontraba entre la espada y la pared, no era como que si Jellal realmente le importará, después del rechazo solo lo odiaba, es más comenzaba a parecerle alguien indiferente, pero se preocupaba por la vida de sus amigos.

No pudo decir palabra alguna, se quedo escuchando como era maltratada, la impotencia la invadía, pero seguía sin saber que responder. Ochako estaba pasando por un pequeño bajón emocional en donde no sabía si ser una heroína era lo mejor, y escuchar todo aquello no la estaba ayudando, al contrario solo la estaban hundiendo cada vez más.

━¡ERES UN ESTUPIDO,UN VAMPIRO ESTUPIDO!.━ Fue lo único que alcanzo a gritar. La castaña no era de decir palabras ofensivas, y aunque sabía que esto no era ninguna ofensa para aquel chico, pero realmente estaba furiosa, más porque la había dejado ahí a la intemperie sin poder moverse.

━Pero que ni crea que esta será la última vez que nos encontraremos.━ Murmuraba intentando escapar. No sabía como vengarse de alguien así, pero haría lo que fuera para encontrarlo. Aquel vampiro no solo la había ofendido, si no también la había dejado con la curiosidad, ¿Cuál era su pasado?, y más importante, ¿Por qué tenía tanto interés en Jellal?, Oh si, ahora había encontrado algo en que enfocarse y no perdería la oportunidad para descubrir que había detrás de todo aquello.