Blood Addiction (Todoroki)

No había luna en el cielo oscuro y estrellado. La movimentación urbana se iba aquietando a un horario considerable temprano, pues no era un día semanal en el que los humanos costumbraban estar en parranda hasta altas horas.
En un punto muy poco iluminado de la metrópolis, parecía mucho más tarde de lo que realmente debía ser. No se veía a nadie caminando por la vereda y el aroma fresco del reciente entardecer lluvioso dominaba el ambiente y entraba incesantemente por sus narinas.

O al menos, así apreciaba el momento desde las alturas de una torre de reloj entre calles hasta que un aroma a sangre fresca de origen desconocido comenzara a despertar la sed de aquel vampiro. Por la intensidad de aquella esencia, no solo significaba que había alguien por cerca, sino que posiblemente estaría herido o manchado con la sangre de algún otro infeliz,  o ambos.
Sus ojos rojos se fijaran en un punto específico de la vista que desde allá encima tenía, antes que justo desde atrás de la baja edificación hacia donde miraba, unos 60m adelante, apareció caminando un individuo que no parecía tener más que 15 años.

Qué buen momento para ser tentado...

Los grillos detenían el chirrido a medida que el tipo iba pasando por ellos en su caminado hacia Dios sabe donde, y parecía no tener la vista lo suficientemente elevada como para notar la presencia del chupasangre en aquella torre. Este, que iba vestido con uno de sus trajes blancos característico y portaba una espada de rango superior, lo observara hasta que se acercara unos 5m del local, fue cuando saltó de la torre hacia el suelo, en frente del individuo.

—Alto ahí, humano.

Ordenó, con tal suavidad en la voz que irónicamente solo tornaba más intimidante su interrupción. Apesar del contrario ser de especie humana, sentía que no era corriente y tenía poder, por lo que mantuvo la guardia delante de él, aunque en su mente eso no cambiaba el concepto impiedoso que el vampiro tenía sobre los humanos, el de que eran mero ganado y debían estar a su merced. Sin decir nada más, comenzó a acercarse a él caminando sin prisa. No planeaba dejarlo irse sin drenarle cuanta sangre quisiera.

-Su distracción era su peor enemigo, siempre llevaba esa mirada tan serena y su caminar tan lento.
Sus ojos veían fijamente al frente solo evadiendo uno que otro charco de agua sobre el pavimento que pudiera ensuciar su ropa, esta vez avanzando sin un camino fijo, únicamente distrayéndose un poco.

Sin importarle la hora solo seguía el sendero esperando hallar un lugar para cenar, su estómago resonaba avisando del hambre que llevaba consigo el bicolor, aún no era hora de la cena, pero algo pensaba comer.-

— Genial.. debe haber algo delicioso por aquí.

-Comentó para sí mismo, harto de caminar tanto sin encontrar ningún buen lugar decidió ir al área central en donde la mayoría de restaurantes estaban, más en su afán de llegar pronto decidió tomar un “atajo” yéndose por los pasillos más oscuros y estrechos, pero para el más efectivos; cosa que fue su mayor error.
Mientras caminaba llevando ambas manos entre sus bolsillos fue interceptado obligándolo a tomar precauciones.
El suelo tembló un poco con tan fuerte caída cosa que lo dejó sorprendido.
¿Quien estaba frente a él?
Se preguntó mientras esperaba para poder ver bien quien estaba frente a él.
En esa ocasión decidió usar su lado izquierdo, incrementando sus flamas sobre la palma de su mano para poder iluminar un poco el lugar pues desde esa distancia solo podía ver un brillo rojo, o más bien dos.
Siendo estos los ojos de la bestia frente a él.-

Lo que el chico de doble color de pelo no sabía, era que el único que estaba destinado a acabar como una deliciosa cena era él.

El vampiro continuó sus pasos en dirección al joven humano, hasta acercarse lo suficiente para permitirse iluminar completamente por las flamas que emergían de la mano adversaria. Ese era un poder que ya había visto parecido en uno de sus aliados de Merak: el extraño Dabi.
Se detuvo como a 1,6m de distancia, apoyando su mano en su propia cintura. A partir de aquel momento, ambos estaban frente a frente y en silencio, en aquel oscuro ambiente iluminado solamente por esa clase de habilidad del humano. Esa debía ser la razón por la que este no temiera andar solo por ahí, comodidad que ha años los humanos fueran obligados a abandonar.

El sangre fría observaba los ojos heterocromáticos por detrás de las ondas de calor que emergían del fuego.

—Ara, ¿Qué clase de experimento decidió cruzar mi camino esta vez? Ese fuego puede volverse un problema ~

Comentara con una sonrisa cínica, y sin esperar ninguna respuesta o acción del chico delante suyo, desapareció de su vista.
Menos de 2 segundos después, estaba a sus espaldas. La velocidad de sus reflejos era difícil de ser acompañada a simple vista. En ese lapso de tiempo desenvainara su espada y habiéndose detenido ha 3 metros atrás del sujeto, tenía como mira el brazo de dónde provenía el fuego y envió hacia la union entre el brazo y el hombro ajeno un corte producido directo del filo de su espada, que se mueve a 40m/s, capaz de mutilarle el brazo si no reacciona, y aunque aquel individuo se voltee para intentar buscarlo, recibiría un corte peor, lo que mantendría al vampiro en ventaja.

El primer plan de usarlo como livestock fuera interrumpido por desconocer sus poderes y despertar la necesidad de tornar el trabajo más fácil.

-No importaba cuanto lo intentará, era su adversario quien en todo momento lucia mucho más tranquilo que el, por más que durante clases se había hecho numerosas enseñanzas de mantener calma era casi imposible cuando tenías frente a un enemigo desconocido y sobre todo tan confiado.

No era tan aterrador como cuando conoció a aquel asesino retorcido >>Stain<< pero tampoco bajaría la guardia.
Supuestamente estaba preparado tomando guarda para una buena defensa, pero solo con un parpadeo su supuesta defensa fue burlada borrando de su campo de visión al chico frente a él.

Su visión no fue el sentido que en este caso lo ayudó, más bien fueron sus oídos que lograron escuchar el aire cortarse por el filo de aquella espada.
No pudo pensar nada en tan pocas milésimas, lo único que pudo hacer fue crear una pared de hielo a sus espaldas y después de eso saltar los metros suficientes de él.
Pero la reacción fue tardía y aunque la mayor parte del corte la absorbió el hielo su hombro había sido rasgado dejando un ligero sangrado sobre el.
No era para quitar movilidad pero si que era un dolor sobre el, además su pulsación se había acelerado a tope con tan peligroso rival.
La última vez que había enfrentado Armas con tal filo había tenido compañeros durante la pelea, ahora estaba solo y además frente a una habilidad sin conocer pues había sido un golpe demasiado base.
Pronto cuando tomó aire saltó alejándose alrededor de 10 metros de él.
Ni siquiera quería voltear a ver su herida pues temía a otro ataque sorpresa como el anterior.-

— {Es demasiado rápido.
No podré verlo y mucho menos reaccionar.
Si sigue así terminaré hecho pedazos.}

La visión sobrenatural del vampiro, que mantuvo la misma posición tras haber ejecutado su primer ataque, mientras sus cabellos se aquietaban de la reciente brisa agitada por su poder, visualizó justamente cómo su ofensiva había impactado contra la defensa de elemento hielo que su recipiente de sangre hiciera erguirse a su espalda. Vaya reflejo que tuvo; algún humano más lerdo seguramente habría recibido el impacto completo y ya estaría agonizando en el suelo. Ese seguramente no se dejaría someter tan rápido; y lo confirmaba, a causa de humanos como aquel ya no era tan sencillo darse el placer de tomar sangre directamente de su fuente, pero seguía siendo divertido. Volviendo a abrir una leve sonrisa, el inmortal deslizó su propia lengua sobre sus labios, casi tan pronto cuánto vio como su víctima procedía a un intento de escape.

Eso era lo divertido de la caza.

No dejaba de sentir y ser seducido por el aroma a sangre fresca que venía desde la herida que lograra acertadamente abrir en su víctima, y tal tentación se mostraba, pues él también estaba hambriento. Considerando la enorme diferencia de la velocidad que ambos eran capaces de alcanzar al correr o saltar, sería imposible que el chico se libertara de él de manera tan simplona.

Haha, a donde crees que vas?

Pensó, antes de correr hacia el mismo rumbo que al que se iba el joven humano en medio de la penumbra que componía aquella noche. A los casi 4 segundos lo alcanza, ultrapasa y se detiene delante del chico, de modo a que le pudo aplicar una patada justo en los tobillos al humano antes mismo que este pudiese detenerse de correr, haciendo que bruscamente cayera acostado bocabajo, de espaldas hacia arriba. Así que lo tumbara, apoyó la punta filosa de su espada en la espalda del bicolor, justo donde se situaba el corazón. Los latimentos cardíacos de su víctima estaban tan acelerados que el vampiro podía sentirlos en la mano, transmitidos a través de su espada.

—Vaya, que asustado siento que estás. Eso te hace más sabroso, ¿Sabías?

Afirmó de manera traviesa, siendo eso verdad, una vez que la agonía y el miedo de los humanos al ser sometidos acentuaban el gusto de su sangre. Mientras eso, el aroma del líquido vital seguía llamándolo incansablemente. Separó sus pies, atravesando uno hacia el otro lado del chico caído, de modo que este quedó entre las piernas del vampiro. En seguida se arrodilló allí mismo, apoyando las rodillas en el suelo a cada lado del humano excéntrico.

—No resistas si quieres evitar el drama de que yo te mate.

Le alertó, amablemente. Para eso lo había rendido con la espada; si el humano osara encenderse y quemarlo, se la hundiría contra el órgano vital en jaque. A continuación, cinchó el hombro de la ropa para descubrirle el cuello, al cual luego se acercó, inclinándose. Entreabrió la boca y lo mordió sin vacilar, hundiendo sus filosos colmillos hasta reposar sus labios sobre la piel ajena, comenzando a sorber hacia dentro de su boca casi toda la sangre que vertía de los agujeros. Aunque hubiera ‘prometido’ no matarlo, és lo que típicamente acabará sucediendo si solo se detiene cuando ya sea suficiente, pues era el tipo de vampiro que casi siempre mataba a sus víctimas debido a la enorme cantidad de sangre que ingería.

-Ya era muy evidente la fuerza y velocidad descomunal con la que contaba aquel ser.
Pensar que el recorrido que a él le había tomado casi 10 segundos su enemigo lo había podido recorrer solo en 4 era exagerado. Sus reacciones aunque rápidas ante otros humanos era lenta ante aquel chico de cabellos púrpuras.
Ni su mirada podía seguirlo, para cuando pudo incrustar su mirada sobre él un intenso dolor dio sobre su tobillo.
Quedo anonadado pues aún no sabía que sucedía, ¿había tropezado? Se preguntó mientras caía aunque en esos segundo pudo notar que las bien había sido golpeado, y vaya golpe, que lo había dejado sin aire nuevamente y para colmo sobre el suelo.
De nuevo debía tomar una pausa para retomar el aliento y poder defenderse con fuerza, pero mientras eso no sucediera seguía a merced del vampiro.
Serían solo segundos para que se repusiera, pero bastaron sólo milésimas para que tuviera sobre el a aquel ser, era una batalla de alta velocidad.

Iba intentar alejarlo con algunas gruesas espinas de hielo pero antes de poder hacer eso fue amenazado con tan filosa espada, ya sabía bien que era muy resistente y afilada, la tenía en cuenta pues en el primer ataque había sido capaz de romper su defensa y además herirlo.-

— ¿Por qué lo sangre?,
¿Qué tiene de especial?
Puedes tomar sangre de cualquier otro lado.
Alguna vaca o cordero.

-Al menos había logrado ganar tiempo y ahora había repuesto sus energías.
El problema era esa afilada espada, que en un movimiento podría convertirle una herida mortal, su velocidad era inferior y ya había quedado muy claro.
Pero tampoco podía entregarse porque si, por miedo o inferioridad.
Más bien lo que lo dejo confuso fue ver como poco a poco buscaba acercarse a él, o más bien ¿a su cuello? Le costaba aceptar que realmente era un vampiro.-

— ¡Hey, hey!
¿Qué te sucede?

-Los afilados colmillos penetrando sobre su cuello fue un intenso dolor pero también era cierto que corto.
Estaba helado literalmente, pedido pues no entendía que sucedía. Quería hacer algo en defensa pero ¿que podía hacer?
Si lo tenía prácticamente sobre él quitando su sangre, y para colmo si lo dejaba beber tanto si terminaría muy débil.

De nuevo de reojo vio pronto la situación y vio el suficiente espacio para escapar, y ahora que estaban básicamente recostados el filo de la cuchilla estaba lejos de dar en una zona vital.
Apretó los dientes y aunque no era tanto el impulso levantó las rodillas intentando dar en la boca del esófago del vampiro, con las mismas giró la cadera conectando un potente golpe sobre la mandíbula del vampiro alejándolo lo suficiente de él.
Fueron movimientos poco ortodoxos y por tanto aunque fuertes para alejarlo, muy débil como para crear daño.
Su cuello había quedado algo lastimado al haberlo alejado de forma tan obligada.-