Blood Spirit; Cocadas.

Cierta grisácea había escuchado algo de una "Celebración" o algo así. En ese momento ya se encontraba tomando una bebida, viendo el ambiente muy animado a su parecer, soltaría una leve risita y en aquel momento un ligero pensamiento sale de su mente.

— ( Bueno, no es tan malo andar por estos sitios, además es agradable )

Pudo admitir algo así en poco tiempo, sabía algo sobre "La caída de Merack", aunque le pareció al principio algo difícil de creer, pero con el tiempo, fue creíble ... No sabía a donde dirigirse con los demás, necesitaba hablar con alguien para estar más alegre de lo normal. Su atención se torno hacía los presentes, jugando, riendo, casi saltando cómo si se tratasen de niños. Le pareció muy agradable eso.

Corea del Sur - Sede destruída del Internado Merak - Al rededor de 20h


La guerra había acabado, muchos combatentes terminaron muertos. Mientras Legacy festejaba, los sobrevivientes de Merak lidiaban con un supuesto alien totalmente idéntico a Jellal que surgió de la nada y con quien no todos estaban de acuerdo.

Yuno fue destruída, mismo habiendo sido la potencial heroína de la reciente batalla que casi destruyera al mundo. Ahora, aquel alien peliazul que la aniquilara estaba totalmence convencido a renacer a Merak como Asgard, y para ello determinó un nuevo punto de encuentro futuro, donde los sobrevivientes de Merak que decidieran seguirlo debían comparecer.

Por fin, cada uno siguió su camino en aquella noche.

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El vampiro caminaba solo rumbo al Este, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, sin cualquier destino específico en mente al que llegar. Seguía pensativo; el resultado de esa guerra fue inesperado y ahora debía aguardar a que los demás concordaran en darle continuidad a Merak como Asgard. A pesar de todo, la noche estaba agradable, por eso no quería ir a ninguna de sus residencias particulares.

Sin embargo, tras un largo rato caminando, sus tranquilos pasos acabaron por llevarlo de encuentro a un peculiar objeto estacionado en una zona de horizonte totalmente vacío. El vampiro levantó la vista para observarlo detenidamente: el objeto se asemejaba mucho a los llamados platillos voladores de las películas. ¿Sería la nave de Siegrain?

—...¿Él vino a la Tierra en esto?

Volteó su mirada hacia ambos lados para buscar ver si había alguien o algo por cerca. Nada.

—Jej, ¿y lo largó aquí?— Se cuestionó a la vez que daba un salto hacia la puerta del OVNI. —Es igual de descuidado que Ferid.— Terminó de pronunciar cuando ya se encontraba en la puerta. Sabía que no era muy cordial entrar sin permiso a donde no le pertenece, pero aquel vampiro era bastante curioso; y más tratándose posiblemente de la nave del alien al cual estaba dispuesto a aliarse. Observó bien cada zona y fue adentrando cuidadosamente hacia el interior del OVNI en busca de ver si había más aliens o no. Acabando de recurrir los pasillos y no encontrar a nadie, llegó a la cabina de pilotaje.

Sintió cierta adrenalina al verse delante de aquel panel con una infinidad de botones y controles. Lacus tenía harta experiencia en pilotear aviones y helicópteros, pero el comando de una nave alienígena no se asemejaba del todo a los comandos terrestres.

—Vaya, mira esto...

Tomado por su asombro y curiosidad, entró y se sentó en el asiento del piloto, observando los controles dispuestos ante él.

—¿Será que Siegrain se va a enojar si me llevo su aparato volador? Igual, si se echa a perder le regalo una de mis aeronaves como compensación, jeje.

La nave estaba oscura por dentro.

—¿Cómo será que funciona?

Se preguntaba mientras analizaba cada uno de los instrumentos.

—Es jodidamente distinto. Supongo que esto muestra el intelecto muy superior al humano que tienen los alien, posiblemente también al de los vampiros.
...Pero, si es tan inteligente, ¿por qué tiene la apariencia de Jellal? Eso no tiene mucho sentido.

Miró hacia el techo y logró identificar el botón que encendia laz luces de la nave y también las de abajo, apretándolo.

—Eso fue fácil. Solo espero que no haya ningún comando que explote esto, o que me proyecte hacia afuera.

[Mensaje de voz en idioma indescifrable]

—¿Qué?

Había un comando de voz automático en el OVNI, pero hablaba en idioma alienígena, imposibilitando de que el vampiro lo comprendiera.

—...Siniestro.

Continuó revisando las funcionalidades del panel de control, hasta que presionó un botón que para su sorpresa, hizo salir un grueso cinturón de seguridad y atraparlo muy firme en la silla.

—Espe-

[Mensaje de voz en idioma indescifrable]

Entonces, la nave comenzó a moverse y alzarse en el aire.

—Caramba...

De repente, se encontraba ya en los cielos, y sin entender del todo qué estaba haciendo. Su único remedio era seguir descubriendo por sí solo como controlarla, ya que no entendía el idioma extraterrestre del comando automático. Sujetó el mando y se preparó para el despliegue, cuyo control se encontraba en el mismo mando y por suerte lo descubrió a tiempo.

Entretanto, aquel OVNI despegó a una velocidad tan grotesca que no podía calcular, era tan veloz que pensó que podría dar la vuelta al mundo en un pestañear de ojos, y siquiera podía pensar en moverse al estar duramente presionado contra la silla debido a la acceleración.

—MIERDA, ¡FRENAAAAAAAAAAAA-

Un freno brusco y repentino establizó la máquina en los cielos de forma que ninguna aeronave terrestre podría hacer igual. Si Lacus no estuviera usando el cinturón de seguridad, habría sido arremesado ventana afuera del OVNI como una bala disparada.

—Ughh...ya veo por qué este cinturón es tan sofisticado.

Suspiró, recuperando el aire.

—¿Y bien, donde estamos?

Levantó la vista con aires de orgullo y una larga sonrisa, como si esperara una respuesta del comando de voz automático, aunque mismo si este respondiera, no entendería.

Casualmente, se encontraba justo encima de la playa de Rokkenjima, cerca de Legacy. Y ni siquiera se lo imaginaba. Desde arriba, los legacianos que relajaban en la playa tendrían la increíble vista de una doble esfera formada por luces verdes girando en sentidos contrarios en el cielo.