Recuerdos Oscuros. [Libre]

Eran más de la 10 de la noche, las clases terminaron, la mayoría de estudiantes se habían ido a sus dormitorios y varios de los salones habían sido cerrados, todos a excepción de aquella arena mágica, que había sido ocupada recientemente.
En el interior de la misma solo se podía ver oscuridad, era imposible siquiera ver algo en su interior muy a pesar de las luces del exterior, sin embargo, unas esferas resplandecientes rompían con la perpetua oscuridad, los colores tenues de aquellas luces provenían de una joven chica de cabello rosado quien permanecía en el centro de todo como si se preparara para un espectáculo.

Parecía una bailarina en posición, lista para danzar en el momento que se le indicara, las luces fueron rodeándola poco a poco y fue ahí cuando aquella joven empezó a moverse, giró sobre sí misma, rozando con delicadeza aquellas luminosas burbujas de recuerdo.

Cada que tocaba una de aquellas burbujas, un sonido proveniente de ellas se hacía presentes, la risa de un niño, la dulce voz de una madre, el cantar de las aves y el mar chocando entre las rocas, distintos sonidos se podían apreciar y a su vez algunas figuras, o mejor dicho fantasmas del pasado, empezaban a formarse y rodear a la pelirrosa.
Todo empezó a cambiar drásticamente, de un momento hermoso a uno completamente caótico, las risas se volvieron gritos, la cariñosa voz de la madre se volvió en una perturbadora voz de un asesino sediento de sangre, las aves se volvieron disparos y el mar en explosiones, todo rastro de paz se volvió en un conflicto en cuestión de segundos y la oscuridad empezaba a gobernar en el campo de entrenamiento.

─No… no…basta… detente…

La voz de la pelirrosa empezó a murmurar entre las sombras, si antes parecía querer danzar, ahora se encontraba de rodillas, sujetando su cabeza en un intento de calmar sus emociones.
Era evidente que perdió el control de sus emociones y estaba a punto de perder la cordura, sin embargo, el sonido de algo acercándose llamo su atención, ¿Quién era? ¿Qué hace aquí? ¿Qué es lo que busca? Aquella chica estaba cegada por el miedo e intentaría atacar a toda costa.

La luz de una flama acercándose cada vez más a ella la puso nerviosa, ¿Acaso son esos cazadores que van por ella? ¿Cómo es que la encontraron? Empezaba a sentir pánico y se levantó rápidamente del suelo para camuflarse con la oscuridad, no obstante, escuchar la voz del desconocido con un tono amable le extraño, era extraño que alguien se le acercara con una pregunta tan simple.

─N-No te muevas…

Advirtió la pelirrosada mientras sutilmente se le acercaba con tal de olfatearlo, solo basto con dos bocanadas de aire para notar algo realmente singular.

─¿Q-Que…? Eres… ¿Eres como yo?

Al sorprenderse de estar en presencia de otro hibrido exactamente como ella provocó que perdiera su camuflaje, revelando la cercanía que aquella chica tenia hacia él, y con cercanía me refiero que estaba a dos palmos de su rostro, Ayana realmente nunca tuvo en cuenta el espacio personal de nadie y era de esperar que invadiera la de cualquiera que tuviera oportunidad.

─¡¡Un hibrido dragón!! P-Pensé que era la única de esa clase en la academia…

De un momento a otro, las emociones que anteriormente afectaban a la pelirrosa rápidamente se esfumaron para dar lugar la duda y la curiosidad, aquella dragona empezó a tomar las prendas de su contrario los cuales eran telas muy extrañas para ella, empezó a tocar su cabello morado para luego mirar fijamente los ojos dorados.

─Veo que eres nuevo, nunca te había visto… ¿Hace cuando llegaste a la academia? ¿Cómo te llamas? ¿Qué edad tienes? ¿Puedes escupir fuego o solo lo invocas? ¿Puedes transformarte en dragón?

Con cada pregunta que lanzaba, más se acercaba al desconocido, quien seguramente se pondría nervioso ante el repentino cambio de humor de la pelirrosa, especialmente por su falta de respeto a espacio personal.

─Ayana, deja de molestar al novato ─Dijo una voz en la oscuridad quien rápidamente aparta a la pelirrosa del chico.

─¡Oye! ¡No todos los días se ven híbridos dragón! ¡Jum!

─Es demasiado enérgica cuando encuentra algo de su interés, tendrás que aguantarla.

Cuando la luz ilumino la arena, revelo la identidad de la voz, era un hombre de gran altura, de cabello azabache y ojos rojos con una cicatriz en el rostro, tenía una apariencia delicada pero amenazadora, un contraste total hacia su ama, quien aparentaba ser alguien más joven e inocente.

Ayana por su parte, ponía mucha atención ante las respuestas de su contrario, le parecía fascinante y curioso el tipo de hibrido que estaba compuesto, ¿Un humano con alma dragón? ¿poderes divinos? ¡Era casi como él! Realmente sentía emoción y se le notaba en la mirada, cosa que provoco que su familiar le diera un leve golpe en la cabeza para bajarla de las nubes.

─Tú te calmas, no vayas a lanzarle más preguntas e incomodarlo.

La pelirrosa se cruzó de brazos ante la intervención de su familiar.

─Vale, señor gruñón, no le haré preguntas esta vez ─se acercó a su contrario mirándole a los ojos ─Me presentó, mi nombre es Ayana Shade, tengo 18 años, vivo en esta isla durante 5 años, pero he estado solo un año en la academia, soy sacerdotisa, fotógrafa, restaurantera y profesora, anuqué soy nueva en eso último, soy una hibrida humana-dragón oscuro, por lo que la luz y la oscuridad son elementos naturales, y bueno… puedo escupir fuego, tengo escamas, también tengo la capacidad de transformarme, pero no soy un dragón al 100% por el momento, ¡ah! Y este galán de aquí es mi guardián; Colt.

─Es…¿Un placer? Como sea, seguro vino aquí a entrenar, aunque es algo tarde para que alguien llegue aquí, la única loca que entrena a altas horas de la noche es mi ama.

─ ¡No estoy loca! ¡Y es necesario entrenar si quiero protegerlos a todos con una sonrisa!

─No te copies del peliverde ese, pero igual lo seguirás imitando.

─Hay mi querido aguafiestas… ¡En fin! ¿Qué elementos controlas? ¡Puedo ayudarte a entrenar si gustas!

─Creo que es una mala idea después de que te deprimías hace unos momentos, debes controlarte mejor.

─Si, lo sé, por algo estamos aquí, como sea… Me gustaría ayudar, aunque sea un poco, ¿Has explorado más el castillo y la isla Rokkenjima? ¡Hay muchos lugares donde puedes entrenar aparte de esta arena!

Dijo con emoción mientras daba ligero saltos sobre sí misma, dándole una imagen un tanto infantil para alguien de su edad, aunque le daba un toque de ternura y quizás la hacía parecer más linda, eso dependería de quien la mire, por otro lado, el azabache solo se mantenía mirando al pelimorado, como si estuviera examinándolo detenidamente, quizás lo estará estudiando para ver si no es alguien peligroso para su ama o simplemente no le agradaba como la mayoría de seres en la isla.

Mmm… bueno creo que usted ya está mejor señorita,  sobre los elementos que controlo son variados, pero no soy de revelar demasiada información de mí, ante su pregunta conozco el lugar al que se refiere pero no puedo ir a esa isla pues ninguno de los de la academia me presta un medio de transporte, por ahora si gustan pueden ver mi entrenamiento para que sepan un poco de mí, dicho ello hace una leve reverencia apartándose para buscar en una de las esquinas de la arena un cajón sellado, de aquel gran cajón aparece un pequeño robot. Si tienen dudas de lo que hare enfrentare a esta máquina, es un mini golem, está capacitado para copiar las técnicas y pelear al mismo nivel del contrincante, aunque últimamente lo derroto en breves minutos, no tomare mucho tiempo así que esperen a un lado, señorita. Joven.

¡Bien, ayer me demore 15 minutos en derrotarte, hoy debo hacerlo en menos!

~En ello una pelea cuerpo a cuerpo comenzó a desarrollarse, la velocidad no era mucha, sin embargo era superior a la velocidad del sonido, aunque esto apenas era un breve calentamiento.[/font]

Ost:

La pelirrosa escuchó atentamente a su contrario, memorizando cada dato de ser necesario y cuando aquel joven comentó que entrenaría con un golem, ella rápidamente tomo distancia con tal de apreciar mejor sus movimientos, el azabache que la acompañaba se mantuvo cerca de ella, en caso de que un ataque la alcanzara.

─¡Mucha suerte!

Dijo de forma animosa mientras tomaba asiento para observar su entrenamiento, lo que en verdad le sorprendió fue la velocidad en que él se movía.
Apenas y podía captar sus movimientos ante sus instintos de dragón, siendo obligada a usar su poder oculto para mirar sus golpes.

─En verdad que es veloz… ─Susurró para sí misma mientras seguía el sonido de sus golpes.

─Tu podrías ser más rápida que él, después de todo, tienes el tiempo de tu lado.

Comentó su familiar mientras se limitaba a observar.

─Puede ser… pero no creo necesario luchar contra él, es un aliado, ¿no?

─Si, no hay necesidad.

Continúo observando el entrenamiento del pelimorado, esperando que hiciera algún movimiento sorpresivo contra ese golem.

Estaba empezando a mirar las musarañas en espera de un movimiento llamativo de aquel joven de cabello morado, cuando de repente todo su alrededor empezó a temblar debido al impacto de uno de sus ataques, le había sorprendido la velocidad con que ataco al golem pero esperaba más de él.

─Es interesante tu modo de pelea, pero tengo una duda, ¿Entrenas para tener mejor resistencia, velocidad o potencia de ataque? Si es por resistencia, vas por buen camino, en velocidad no creo que requieras tanto entrenamiento, pero en ataque… quizás debas practicar un poco más, si llegas a lastimar a terceros por las consecuencias de tus poderes será un problema, especialmente en un campo de batalla o guerra.

Había dado su observación ante el entrenamiento de su contrario, el hecho de que lo comentara era por ser una profesora que quería ayudar a mejorar los movimientos de sus estudiantes, especialmente en aquel chico, lo cual pudo deducir que requería de más entrenamiento para medir su fuerza.

─En mi caso debo controlar mi mente o podría dañar seriamente a mis compañeros, ya que mis poderes están ligados a ello, por decirlo de forma fácil. Si gustas podríamos entrenar juntos en algún momento, después de todo, ambos tenemos algo de dragón.

Sonrió levemente mientras fue acercándose al joven de cabellos morados, haciendo aparecer de la nada una toalla pequeña para luego entregársela.

─Cura tus heridas y seca tu sudor, puedo enseñarte a canalizar tu maná, seguramente preguntaras el por qué si yo también tengo fallas, bueno, te diría más de mi entrenamiento personal, pero sería perturbador para cualquiera.

Esta solo se quedó escuchando toda la explicación de su contrario, respecto a su entrenamiento y los motivos personales, quizás deba tenerlo vigilado en caso de que algo inesperado le ocurriese, después de todo, existía toda clase de enemigos y no sería extraño que algún villano intentase controlar a los estudiantes más fuertes de la academia.

La pelirrosa detiene al joven antes de que este abandonara la arena mágica, esta lo miró fijamente a los ojos para ser más directa con sus palabras.

─Puede que sea lo suficientemente fuerte para defenderte solo, pero no sabes las cosas que han pasado la gente de esta isla, varios enemigos nos han atacado, la academia Legacy y Merak han estado en guerra y la última que hubo termino muy mal, con la muerte de muchos inocentes y personas que apreciaba, ser el más fuerte no garantiza que ganes todas las batallas si las personas que nos necesitan mueren.

Esta se aparta del pelimorado, dándole prácticamente la espalda.

─Sé que tienes la libertad de hacer lo que quieras, pero si serás parte de Legacy, debes entender que todos somos uno, debemos luchar juntos para proteger a la gente de esta isla y apoyarnos mutuamente… Al igual que todos en la academia te apoyaran en caso de que algo te pase, lo cual espero que nunca ocurra.

Voltea a mirarlo de reojo para mostrarle una cálida sonrisa.

─Siempre puedes contar conmigo, yo no permitiría que nadie se atreva a marcar tu piel con un arma nuevamente, y espero tu hagas lo mismo… cuídate mucho joven Hawk.

La pelirrosa desaparece ante los ojos del pelimorado para luego repentinamente aparecer detrás suyo, susurrando suavemente su oído.

─Te veo en otro momento~

Soltó una leve risa para nuevamente desaparecer, actuaba de manera misteriosa y extraña, quizás estaría jugando con el pelimorado al moverse a una velocidad indetectable, o quizás nunca se movió de su sitio y utilizo sus habilidades de ilusión, nunca lo sabría al menos que aquel chico tuviera la intención de encontrarla y saber más de ella (??)

─Deberías dejar de jugar con él, Ayana, no dejes en evidencia tu interés por él.

─Solo es curiosidad~ Además de té tendremos una enemiga por vencer, sería bueno tenerlo como aliado, ¿no crees?

─Como tú digas…

Los susurros entre ambos seres era lo único que se podría apreciar en aquella arena mágica, no había muestra de su presencia en ningún lado salvo a unas extrañas flores azules que decoraban el suelo.