Supervivencia en las montañas (Meliodas y Shinoa)

Las montañas eran un lugar característico por dos cosas: su clima y geografía extremas, y también que era un buen lugar de entrenamiento. La amenaza de un nuevo de la Academia Legacy se cernía de forma inminente a los alumnos y profesores, y por eso debían entrenar para prepararse ante cualquier circunstancia desfavorable. El mago de cabello azul había visto una luz en este par de muchachos. El primero era Meliodas y la segunda era Shinoa. No los conocía muy bien, pero éste era el momento de hacerlo.

Hacía mucho frío. Jellal estaba cubierto de pies a cabeza con chaqueta, gorro, guantes y también cargaba con una mochila, en cuyo interior había distintos implementos. Un viento gélido acompañado de miles de particulas de nieve, caían copiosamente sobre ellos. Estaban caminando cuesta arriba.

— Muy bien, chicos. Sigamos... solo un kilómetro falta para llegar a una caverna, — eran aproximadamente las 7 de la mañana, pero el firmamento seguía tan oscuro como las fauces de un lobo. Solo una pequeña anaranjada al horizonte auguraba la bienvenida del sol, el cual solo estaría a una hora de llegar.

— Una vez lleguemos a las cavernas, prepararemos un buen desayuno, ¿Les parece? — miró hacia atrás y seguía caminando con más o menos 70 kilos de equipaje. — ¿Qué quieren desayunar? — preguntó el peliazul en voz alta, sin embargo, la fuerte ventisca casi tapaba cualquier sonido. Solo faltaba un kilómetro y nada más.

Sin duda los primeros momentos de su estadía en la Academia Legacy serían un tanto complicados. Pero el rubio estaba preparado para cualquier tarea, y allí se encontraba, junto a dos personas de poca confianza hasta el momento.

Vestía un traje algo largo para su cuerpo, se apoyaba en esa misma característica para intentar cubrir desde la nariz hasta su boca con la vestimenta, necesitaba hablar y respirar de forma correcta.

— ¿Quieren que yo prepare el desayuno? Debo practicar en la cocina—. Contestó a las palabras del peliazul, con una leve sonrisa plasmada en su rostro y un ojo completamente cerrado debido al asolador frío. Quería comprobar si en este mundo su comida terminaba siendo peor que basura al igual que en el reino.

— Mmh, Un abrigo de oso vendría muy bien en estos momentos—. Susurraba para para él mismo en medio de la tormenta y oscuridad. No sería una grata mañana para ninguno de los dos, pero todo sería por un bien mayor.

-- Aquella estaba acostumbrada, el Ejercito Imperial Demoniaco Japones le habia enseñado de sobrevivencia. Perteneciendo al Escuadro Demonio de la Luna, habia sido transferida al a Academia Legacy donde prestaria sus servicios como soldado por orden del Capitan Guren Ichinose. Asi que ella partio enseguida, una ligera maleta le acompañaba en su travesia, vestiacon orgullo aquel uniforme militar Negro con Verde del Ejercito y sus cabellos violetas estaban adornados con un hermoso liston rojo que lo cogia.

Pasaron variois dias y la joven llega a su destino donde se instala y se pone a la orden de sus nuevos lideres. u mision en ese nuevo lugar era defenderlo aun a costa de su vida pues era la recomendacion del Capitan Ichinose --

Bien es tiempo de presentarme

-- Una sonrisa se poso en sus labios aquella mañana, el sol aun no mostraba su cálido rostro, siendo las 6 horas de aquel dia aquella llega al cuartal presentandose ante su nuevo jefe. Tenia su nombre mas no sabia como seria lña apariencia del mismo asu que llegando lo pregunta --

Disculpa dpnde encuentro al Señor Jellial

-- Esbozo una sonrisa a su interlocutora la cual le señala el camino. Luego de presentarse los tre, puesto que habia uno mas junto con ellos, inician su viaje a las montañas, de un momento a otro un manto blanco empieza a caer desde los cielos obscuros mientras aquellos caminaban por aquel paisaje montañezco, ya en la mitad del recorrido escucha a su superior dirigirse a ellos, le estraño la calidez de aquel yaque Guren solia ser muy estricto y serio con los del escuadron para luego escuchar la voz de su compañero al cual no le conocia el nombre y poniendo una mirada inexpresiva exlamo --

Señor Jellal con gusto les ayudaria en la preparacion pero con mis habilidades culinarias quedaria muertos en un instante, pero me pregunto... ¿por que venimos a este lugar tan ostil?

-- Miro a su compañero que se habia ofrecido a preparar los alimentos --

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