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Una batalla sangrienta: El Espadachín Negro contra un Vampiro
2 participantes
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Isla Rokkenjima :: Islas Aledañas a Rokkenjima :: Ruinas Arcanas
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Una batalla sangrienta: El Espadachín Negro contra un Vampiro
Guts acababa de llegar a una nueva ciudad en su camino de mercenario. La fama sobre el "Espadachín Negro" se había corrido por varias partes, pues las hazañas hechas por éste eran increíbles. Siendo un humano común y corriente podía derrotar a enemigos mucho más fuertes y con transformaciones demoníacas; los apóstoles. Con uso de su estigma buscaba a todos los apóstoles que había en su camino, no iba a dejar a ninguno con vida, no hasta que su meta estuviese completada.
Luego de caminar un kilómetro aproximadamente, llegó a un bosque frondoso y bastante bonito, el sol brillaba como nunca antes, pero sin embargo no hacía mucho calor. Decidió descansar un momento, así que se sentó en el pasto y recostó su ancha espalda en el tronco de un árbol. El cansancio de la caminata hizo que sus ojos poco a poco se fuesen cerrando de manera automática hasta que el espadachín cayó en un sueño profundo.
Empezó a soñar, sus sueños no eran de lo más bonito, las pesadillas no lo dejaban descansar en paz, los sucesos traumáticos de la vida de Guts lo seguían hasta ahora. Era una pesadilla realmente grotesca, sangre por todos lados y cuerpos desmenbrados por todo el suelo, hasta que empezó a escuchar miles de voces de un tono tenebroso y demoníaco empezaron a exclamar: "¡Nos perteneces!" "¡Eres nuestro sacrificio!". Algo lo despertó, abrió sus ojos de golpe y notó como miles de dominios estaban a su alrededor reclamando su alma, cuerpo y huesos. Llevó su mano derecha a su cuello y tocó aquella marca, pues estaba sangrando; ésta sangraba cuando demonios y apóstoles estaban cerca.
Se levantó de donde estaba y desenvainó aquella gigantesca espada, se puso en guardia frente a aquellos demonios y cuando éstos empezaron a atacarle, blandió su espada con una velocidad increíble haciendo que su espada cada vez que era blandida tomara un color esmeralda. Cada corte era certero, cortaba a la mitad a cada demonio de un sólo golpe, no tardó más de 15 minutos en acabar con todos. Habían dos hombres presenciando aquéllo y decidieron acercarse. Guts puso su espada detrás de su espalda ajustandola con una cadena para que no se cayera, cuando vió a los hombres a pocos metros de él, se puso alerta, hasta que uno de ellos le habló y le habló sobre un trabajo que sólo él propio espadachín podría hacer, así que decidió acercarse y platicar del tema.
Minutos después:
ㅡ Así que un vampiro...ㅡ la oferta era en lingotes de oro, pocos se atrevían a pagar tanto por un asesinato, era una buena oferta, aunque le advertían que el chupasangre era un oponente fuerte, pero el orgullo de Guts llevó a aceptar la oferta. Los muchachos le dijeron sobre el lugar dónde podría encontrarlo, luego los hombres se marcharon no sin antes mencionar el lugar donde podría recoger su paga.
Poco a poco el sol se empezó a poner, se empezaba a hacer oscuro y frío, por lo que decidió ir a una taberna cerca de aquél bosque donde se encontraba. Mientras que se dirigía al lugar, pensaba en las advertencias sobre el vampiro, aunque no le preocupaba mucho, no para ser él. Entró a la taberna que era iluminada por candelabros, todos lo veían con asombro por la gran espada y la armadura que portaba, era bastante excéntrica. Se sentó en un asiento enfrente de la barra y pidió un vaso de agua, con rapidez se le sirvió y Guts empezó a beber poco a poco, hasta que lo pagó y dejó dos monedas de plata en la barra y se retiró.
Las horas pasaban, se hacía más y más oscuro y frío, decidió ir a un pequeño lugar donde estaban habitación para una sola noche y decidió pagar una. Ya al estár dentro de la habitación, empezó a despojarse de su armadura dejándola a un lado y poniendo su brazo mecánico en el pequeño mueble de noche que estaba al lado de la cama, decidió dormir para recuperar energías para el enfrentamiento que se proclamaba glorioso.
Al día siguiente:
Era de mañana, el sol empezaba a salir y Guts ya estaba preparado, con su armadura puesta y su espada donde debía estár. Salió de aquél lugar dirigiéndose con tranquilidad a las ruinas donde estaría el vampiro, el día era templado, el sol alumbraba con fuerza y el viento soplaba con suavidad, hacía que la capa del espadachín se sacudiera de un lado a otro con suavidad. Su mirada era fría cómo el hielo, fijada al frente del camino que estaba recorriendo. Se tardó 40 minutos en llegar a su destino, cuando llegó, veía a los lados y todo a su alrededor, no quería que lo tomaran con un ataque sorpresa, mientras que más se acercaba, se podía ver a lo lejos a un hombre de tamaño medio y delgado, de cabello púrpura alargado, era él...
《Así que eres tú, el vampiro que tan temido es en ese pueblo... ¿Qué tan poderoso serás? 》 se preguntaba a sí mismo mientras que se acercaba más y más al contrincante.
El lugar era amplió, con algunas rocas grande alrededor, sin árboles que estorbaran, un suelo seco y amarillo con pedazos pastosos, tal cuál un campo de batalla que fué destinado para dicho encuentro entre el vampiro y el espadachín negro.
Luego de caminar un kilómetro aproximadamente, llegó a un bosque frondoso y bastante bonito, el sol brillaba como nunca antes, pero sin embargo no hacía mucho calor. Decidió descansar un momento, así que se sentó en el pasto y recostó su ancha espalda en el tronco de un árbol. El cansancio de la caminata hizo que sus ojos poco a poco se fuesen cerrando de manera automática hasta que el espadachín cayó en un sueño profundo.
Empezó a soñar, sus sueños no eran de lo más bonito, las pesadillas no lo dejaban descansar en paz, los sucesos traumáticos de la vida de Guts lo seguían hasta ahora. Era una pesadilla realmente grotesca, sangre por todos lados y cuerpos desmenbrados por todo el suelo, hasta que empezó a escuchar miles de voces de un tono tenebroso y demoníaco empezaron a exclamar: "¡Nos perteneces!" "¡Eres nuestro sacrificio!". Algo lo despertó, abrió sus ojos de golpe y notó como miles de dominios estaban a su alrededor reclamando su alma, cuerpo y huesos. Llevó su mano derecha a su cuello y tocó aquella marca, pues estaba sangrando; ésta sangraba cuando demonios y apóstoles estaban cerca.
Se levantó de donde estaba y desenvainó aquella gigantesca espada, se puso en guardia frente a aquellos demonios y cuando éstos empezaron a atacarle, blandió su espada con una velocidad increíble haciendo que su espada cada vez que era blandida tomara un color esmeralda. Cada corte era certero, cortaba a la mitad a cada demonio de un sólo golpe, no tardó más de 15 minutos en acabar con todos. Habían dos hombres presenciando aquéllo y decidieron acercarse. Guts puso su espada detrás de su espalda ajustandola con una cadena para que no se cayera, cuando vió a los hombres a pocos metros de él, se puso alerta, hasta que uno de ellos le habló y le habló sobre un trabajo que sólo él propio espadachín podría hacer, así que decidió acercarse y platicar del tema.
Minutos después:
ㅡ Así que un vampiro...ㅡ la oferta era en lingotes de oro, pocos se atrevían a pagar tanto por un asesinato, era una buena oferta, aunque le advertían que el chupasangre era un oponente fuerte, pero el orgullo de Guts llevó a aceptar la oferta. Los muchachos le dijeron sobre el lugar dónde podría encontrarlo, luego los hombres se marcharon no sin antes mencionar el lugar donde podría recoger su paga.
Poco a poco el sol se empezó a poner, se empezaba a hacer oscuro y frío, por lo que decidió ir a una taberna cerca de aquél bosque donde se encontraba. Mientras que se dirigía al lugar, pensaba en las advertencias sobre el vampiro, aunque no le preocupaba mucho, no para ser él. Entró a la taberna que era iluminada por candelabros, todos lo veían con asombro por la gran espada y la armadura que portaba, era bastante excéntrica. Se sentó en un asiento enfrente de la barra y pidió un vaso de agua, con rapidez se le sirvió y Guts empezó a beber poco a poco, hasta que lo pagó y dejó dos monedas de plata en la barra y se retiró.
Las horas pasaban, se hacía más y más oscuro y frío, decidió ir a un pequeño lugar donde estaban habitación para una sola noche y decidió pagar una. Ya al estár dentro de la habitación, empezó a despojarse de su armadura dejándola a un lado y poniendo su brazo mecánico en el pequeño mueble de noche que estaba al lado de la cama, decidió dormir para recuperar energías para el enfrentamiento que se proclamaba glorioso.
Al día siguiente:
Era de mañana, el sol empezaba a salir y Guts ya estaba preparado, con su armadura puesta y su espada donde debía estár. Salió de aquél lugar dirigiéndose con tranquilidad a las ruinas donde estaría el vampiro, el día era templado, el sol alumbraba con fuerza y el viento soplaba con suavidad, hacía que la capa del espadachín se sacudiera de un lado a otro con suavidad. Su mirada era fría cómo el hielo, fijada al frente del camino que estaba recorriendo. Se tardó 40 minutos en llegar a su destino, cuando llegó, veía a los lados y todo a su alrededor, no quería que lo tomaran con un ataque sorpresa, mientras que más se acercaba, se podía ver a lo lejos a un hombre de tamaño medio y delgado, de cabello púrpura alargado, era él...
《Así que eres tú, el vampiro que tan temido es en ese pueblo... ¿Qué tan poderoso serás? 》 se preguntaba a sí mismo mientras que se acercaba más y más al contrincante.
El lugar era amplió, con algunas rocas grande alrededor, sin árboles que estorbaran, un suelo seco y amarillo con pedazos pastosos, tal cuál un campo de batalla que fué destinado para dicho encuentro entre el vampiro y el espadachín negro.
Guts mmm
Re: Una batalla sangrienta: El Espadachín Negro contra un Vampiro
Quien diría que el paso de los años acabaría así.
En el mundo, todos eran traidores. Desde la desaparición de René, Lacus siempre estuviera solo contra una multitud de enemigos, traidores, vengadores. No era suerte seguir vivo, tampoco era algo relativo solamente a su fuerza y habilidad de lucha.
Simplemente, era un inmortal, que interna y variadas veces deseaba que su vida tuviera un fin. Un fin que nunca llegaría.
En el presente momento, caminaba por el campo mientras el Sol le hacía frente desde el horizonte. Blindado contra cualquier molestia que la estrella pudiera causarle, podía ver con nitidez el círculo brillante asomarse cada vez más alto. Al contrario de los humanos, no era una vista que apreciaba; le daba igual, desde que estuviera resguardado de los efectos solares.
Estaba cubierto por un sobretodo fino y blanco que llegaba a sus talones, desabotonado y de largas mangas. Bajo eso, su traje era compuesto por una camisa abotonada y pantalones blancos, destacando el cinturón negro y más abajo, el par de botas que llegaba hasta sus muslos. A un lado, llevaba una de sus espadas de rango Noble.
Su destino era llegar a una de sus residencias subterráneas y mantenerse allá durante el restante del período matinal y parte de la tarde, hasta las 16h, horario más desagradable por ser tan soleado; en especial, aquel día. Había transcurrido la mayor parte de la noche hastiado, y finalizado el mismo período en corto confronto contra una formación de soldados equipados, que lo abordara inesperadamente; posiblemente una tropa legaciana o religiosa. Como siempre, había derrumbado a todos y saliera victorioso y saciado con la sangre del último en sobrevivir, sin manchar la blancura de su outfit con una gota siquiera.
Cuando acabara con aquella tropa de enemigos, se había regocijado, por enésima vez, de ser el ganador; pero tan poco después ya no sentía nada. Derrumbar enemigos humanos era algo demasiado común, y la raza vampírica a duras penas era capaz de sentir alguna emoción. Su vida no dejaba de ser una repetición de sucesos, placer efímero y vacío.
Por eso deseaba estar algunas horas adormecido.
Entretanto, al estar a 6 m de distancia del local, la luz del Sol recién asomado fue cubierta por la silueta de un hombre muy alto, cuya sombra se proyectaba alargada sobre el suelo. El hombre parecía recién haber arribado. El vampiro continuó a caminar normalmente en sentido a él. Tendría que investigarlo, pues estaba en el medio del camino hacia su objetivo.
—Ajá, otro humano.
Afirmó, con su característica manera melindrosa de hablar.
—No me pareces muy amigable, tampoco creo que viniste aquí por buenos motivos.
Le habló directamente, esta vez más sonando más amenazante, cuando estaban lo suficientemente cerca, como a 3m uno del otro. No tenía idea de cuáles razones aquel sujeto tendría para estar ahí; el caso es que la zona no abrigaba más que algunas ruinas, y solamente cubría su habitación secreta. Un hombre como aquel, a menos que fuera arqueólogo, no podía tener más interés en estar allá a no ser por haber descubierto una de sus posadas y estar en busca de él; y con una espada de aquel tamaño y semejante armadura, obviamente era un luchador.
Lacus se había detenido delante suyo y aguardaba su respuesta, mostrándose accesible y desafiador en su expresión, pero no estaba de guardia baja.
En el mundo, todos eran traidores. Desde la desaparición de René, Lacus siempre estuviera solo contra una multitud de enemigos, traidores, vengadores. No era suerte seguir vivo, tampoco era algo relativo solamente a su fuerza y habilidad de lucha.
Simplemente, era un inmortal, que interna y variadas veces deseaba que su vida tuviera un fin. Un fin que nunca llegaría.
En el presente momento, caminaba por el campo mientras el Sol le hacía frente desde el horizonte. Blindado contra cualquier molestia que la estrella pudiera causarle, podía ver con nitidez el círculo brillante asomarse cada vez más alto. Al contrario de los humanos, no era una vista que apreciaba; le daba igual, desde que estuviera resguardado de los efectos solares.
Estaba cubierto por un sobretodo fino y blanco que llegaba a sus talones, desabotonado y de largas mangas. Bajo eso, su traje era compuesto por una camisa abotonada y pantalones blancos, destacando el cinturón negro y más abajo, el par de botas que llegaba hasta sus muslos. A un lado, llevaba una de sus espadas de rango Noble.
Su destino era llegar a una de sus residencias subterráneas y mantenerse allá durante el restante del período matinal y parte de la tarde, hasta las 16h, horario más desagradable por ser tan soleado; en especial, aquel día. Había transcurrido la mayor parte de la noche hastiado, y finalizado el mismo período en corto confronto contra una formación de soldados equipados, que lo abordara inesperadamente; posiblemente una tropa legaciana o religiosa. Como siempre, había derrumbado a todos y saliera victorioso y saciado con la sangre del último en sobrevivir, sin manchar la blancura de su outfit con una gota siquiera.
Cuando acabara con aquella tropa de enemigos, se había regocijado, por enésima vez, de ser el ganador; pero tan poco después ya no sentía nada. Derrumbar enemigos humanos era algo demasiado común, y la raza vampírica a duras penas era capaz de sentir alguna emoción. Su vida no dejaba de ser una repetición de sucesos, placer efímero y vacío.
Por eso deseaba estar algunas horas adormecido.
Entretanto, al estar a 6 m de distancia del local, la luz del Sol recién asomado fue cubierta por la silueta de un hombre muy alto, cuya sombra se proyectaba alargada sobre el suelo. El hombre parecía recién haber arribado. El vampiro continuó a caminar normalmente en sentido a él. Tendría que investigarlo, pues estaba en el medio del camino hacia su objetivo.
—Ajá, otro humano.
Afirmó, con su característica manera melindrosa de hablar.
—No me pareces muy amigable, tampoco creo que viniste aquí por buenos motivos.
Le habló directamente, esta vez más sonando más amenazante, cuando estaban lo suficientemente cerca, como a 3m uno del otro. No tenía idea de cuáles razones aquel sujeto tendría para estar ahí; el caso es que la zona no abrigaba más que algunas ruinas, y solamente cubría su habitación secreta. Un hombre como aquel, a menos que fuera arqueólogo, no podía tener más interés en estar allá a no ser por haber descubierto una de sus posadas y estar en busca de él; y con una espada de aquel tamaño y semejante armadura, obviamente era un luchador.
Lacus se había detenido delante suyo y aguardaba su respuesta, mostrándose accesible y desafiador en su expresión, pero no estaba de guardia baja.
Lacus Welt
Re: Una batalla sangrienta: El Espadachín Negro contra un Vampiro
Cada paso del hombre hacía que su armadura soltara pequeños ruidos metálicos del choque entre sí, su capa negra se sacudiá con suavidad por el viento que venía del sur a una velocidad minima. Mientras que caminaba en dirección a aquel chupasangre.
Pudo percatarse que el peli-purpura empezó a caminar en dirección hacia él, cosa que lo puso alerta, no quería que lo tomará por sorpresa. Su mirada era fija e indiferente hacia el ser demoníaco que se aproximaba, sabía sobre el poder que las armas demoníacas o benditas tenían sobre dichas criaturas, cosa que le fué explicada por aquéllos dos hombres. La matadragones poseía el un aura celestial que obtuvo por tantos seres del plano demoníaco que asesinó, junto con el Dios del mar, aquella espada era un peligro inminente para el vampiro.
Poco a poco la distancia entre aquellos se empezó a hacer más pequeña a medida que avanzaban, hasta que se detuvieron y el vampiro dirigió un par de palabras hacia el espadachín. Guts sin prestar tanta atención, dirigió su mirada a la espada del ser, al parecer también era un espadachín, sería una pelea justa y divertida para él. Luego que el vampiro terminara de hablar, contestó.
ㅡ Vine a acá para hacer un trabajo que me pagarán demasiado bien, además de no ser tan complicado.ㅡ musitó de una forma seria mientras que su mirada se situaba fija en la mirada del chupasangre.
Su miraba se posicionaba hacia abajo, el vampiro era mucho más bajo que él, le llegaba a las costillas, su cuerpo era demasiado delgado a comparación de él de Guts, y su espada era aún más pequeña, era unos centímetros más larga que la empuñadura de la matadragones. Sin más, llevó su brazo derecho dicha empuñadura desenvainando con rapidez su espada. La colocó de forma horizontal, con la punta apuntando hacia el vampiro, luego, la levantó y la colocó en su hombro y exclamó.
ㅡ Sólo terminaré y me iré. ㅡ
Dijo, sin más dió dos grandes pasos acortando la distancia a menos de 2 metros, luego tomó con sus dos manos aquella empuñadura e hizo un corte rápido y certero hacia el vampiro; la espada era dirigida con velocidad hacia el hombro derecho del vampiro, no sin antes poder cortar un pequeño mechón de cabello del ser.
Pudo percatarse que el peli-purpura empezó a caminar en dirección hacia él, cosa que lo puso alerta, no quería que lo tomará por sorpresa. Su mirada era fija e indiferente hacia el ser demoníaco que se aproximaba, sabía sobre el poder que las armas demoníacas o benditas tenían sobre dichas criaturas, cosa que le fué explicada por aquéllos dos hombres. La matadragones poseía el un aura celestial que obtuvo por tantos seres del plano demoníaco que asesinó, junto con el Dios del mar, aquella espada era un peligro inminente para el vampiro.
Poco a poco la distancia entre aquellos se empezó a hacer más pequeña a medida que avanzaban, hasta que se detuvieron y el vampiro dirigió un par de palabras hacia el espadachín. Guts sin prestar tanta atención, dirigió su mirada a la espada del ser, al parecer también era un espadachín, sería una pelea justa y divertida para él. Luego que el vampiro terminara de hablar, contestó.
ㅡ Vine a acá para hacer un trabajo que me pagarán demasiado bien, además de no ser tan complicado.ㅡ musitó de una forma seria mientras que su mirada se situaba fija en la mirada del chupasangre.
Su miraba se posicionaba hacia abajo, el vampiro era mucho más bajo que él, le llegaba a las costillas, su cuerpo era demasiado delgado a comparación de él de Guts, y su espada era aún más pequeña, era unos centímetros más larga que la empuñadura de la matadragones. Sin más, llevó su brazo derecho dicha empuñadura desenvainando con rapidez su espada. La colocó de forma horizontal, con la punta apuntando hacia el vampiro, luego, la levantó y la colocó en su hombro y exclamó.
ㅡ Sólo terminaré y me iré. ㅡ
Dijo, sin más dió dos grandes pasos acortando la distancia a menos de 2 metros, luego tomó con sus dos manos aquella empuñadura e hizo un corte rápido y certero hacia el vampiro; la espada era dirigida con velocidad hacia el hombro derecho del vampiro, no sin antes poder cortar un pequeño mechón de cabello del ser.
Guts mmm
Re: Una batalla sangrienta: El Espadachín Negro contra un Vampiro
No hacía falta mencionar que a pesar de aquel humano superarlo tanto en estatura y también en el porte de su espada, no le causaba ninguna clase de intimidación a un vampiro confiado y orgulloso como Lacus, y su expresión facial denotaba perfectamente ese rasgo. Alzara levemente la vista para verlo; por su aspecto, le había quedado claro que ese Goliat estaba blindado de armadura hasta los dientes. Nada tonto, si su intención era cazarlo.
Ese propósito justamente le fue confirmado en seguida, el hombre de fea apariencia se diera por explicarle sus intereses. Palabras como ''Vine a acá para hacer un trabajo que me pagarán demasiado bien, además de no ser tan complicado'' no revelaban explícitamente que el trabajo era matarlo, pero más que suficientes veces Lacus había sido perseguido o confrontado por esa clase de asesinos de alquiler y, por lo tanto, no era tan ingenuo como para no pescar lo que querían decir detrás de esas sentencias eufemistas. Además, su instinto superior ya le decía lo mismo.
Un mercenario, ¿eh? ¿Acaso está alegando que soy fácil de matar? Hah, que audaz...
Pensó consigo mismo. Entonces, el humano sacó su enorme espada y se la apuntó directamente, al caso de en seguida resumirle verbalmente lo que tenía por comenzar. El vampiro, en silencio y mostrando una facción seria, visualizó sus movimientos y en el preciso instante que Guts se agilizara contra él, esquivó y se impulsó desde sus pies para dar un largo salto hacia atrás, dando una vuelta en el aire y aterrizando a 7m de distancia. En el proceso, apenas había visto las acciones del sujeto, de las que logró escapar pero acabó con algunos hilos de pelo cortados a un costado de su cara, sintiendo que su mechón había disminuido.
ㅡAhra, que desliz...
Se dijo, mostrando despreocupación.
ㅡ¿Entonces piensas que seré fácil? ¿Qué tal regresar a tu lugar, humano de cuarta?
Reprendió, mostrando una mezcla de molestia por ser subestimado y de determinación. Tomando en cuenta la enorme armadura del hombre, tenía en mira partirle la cabeza si necesitara acabar con él. El vampiro no era un profundo estrategista, y sí de ataques directos, y su actual enemigo parecía asimilársele en ese detalle.
Sacó, por fin, su espada, y entonces ordenó que tomara el poder de su sangre, incrementando el triple de fuerza en la lámina a medida que esta se teñía de color rojo. En seguida, la movimentó una sola vez, horizontalmente. Todo el pasto local se agitó de manera violenta cuando la energía emergida por la espada noble, abastecida con la sangre del vampiro, avanzó sin piedad hacia el campo, mientras el chupasangre tenía en mira directa el mal cortado cabello de su contrincante, contra el cual un insignificante destello fuera enviado para cortar justamente los hilos delanteros. La fuerza, elegancia y superioridad de la raza vampírica eran perfectamente representados por su estilo de lucha, en el cual simples y precisos movimientos eran suficientes para alcanzar distancias y estragos de dimensiones desproporcionadamente mayores a la simplicidad de su espada, dependiendo del rango.
Podía parecer incongruente que el único ataque del vampiro hacia Guts haya sido la devolución de un miserable corte de pelo, pero vale recordar que los vampiros tienden a jugar por antes de matar. Además, siendo Guts el primordial interesado en aquella lucha, moralmente no era él quien se apresuraría en decapitarlo.
Ese propósito justamente le fue confirmado en seguida, el hombre de fea apariencia se diera por explicarle sus intereses. Palabras como ''Vine a acá para hacer un trabajo que me pagarán demasiado bien, además de no ser tan complicado'' no revelaban explícitamente que el trabajo era matarlo, pero más que suficientes veces Lacus había sido perseguido o confrontado por esa clase de asesinos de alquiler y, por lo tanto, no era tan ingenuo como para no pescar lo que querían decir detrás de esas sentencias eufemistas. Además, su instinto superior ya le decía lo mismo.
Un mercenario, ¿eh? ¿Acaso está alegando que soy fácil de matar? Hah, que audaz...
Pensó consigo mismo. Entonces, el humano sacó su enorme espada y se la apuntó directamente, al caso de en seguida resumirle verbalmente lo que tenía por comenzar. El vampiro, en silencio y mostrando una facción seria, visualizó sus movimientos y en el preciso instante que Guts se agilizara contra él, esquivó y se impulsó desde sus pies para dar un largo salto hacia atrás, dando una vuelta en el aire y aterrizando a 7m de distancia. En el proceso, apenas había visto las acciones del sujeto, de las que logró escapar pero acabó con algunos hilos de pelo cortados a un costado de su cara, sintiendo que su mechón había disminuido.
ㅡAhra, que desliz...
Se dijo, mostrando despreocupación.
ㅡ¿Entonces piensas que seré fácil? ¿Qué tal regresar a tu lugar, humano de cuarta?
Reprendió, mostrando una mezcla de molestia por ser subestimado y de determinación. Tomando en cuenta la enorme armadura del hombre, tenía en mira partirle la cabeza si necesitara acabar con él. El vampiro no era un profundo estrategista, y sí de ataques directos, y su actual enemigo parecía asimilársele en ese detalle.
Sacó, por fin, su espada, y entonces ordenó que tomara el poder de su sangre, incrementando el triple de fuerza en la lámina a medida que esta se teñía de color rojo. En seguida, la movimentó una sola vez, horizontalmente. Todo el pasto local se agitó de manera violenta cuando la energía emergida por la espada noble, abastecida con la sangre del vampiro, avanzó sin piedad hacia el campo, mientras el chupasangre tenía en mira directa el mal cortado cabello de su contrincante, contra el cual un insignificante destello fuera enviado para cortar justamente los hilos delanteros. La fuerza, elegancia y superioridad de la raza vampírica eran perfectamente representados por su estilo de lucha, en el cual simples y precisos movimientos eran suficientes para alcanzar distancias y estragos de dimensiones desproporcionadamente mayores a la simplicidad de su espada, dependiendo del rango.
Podía parecer incongruente que el único ataque del vampiro hacia Guts haya sido la devolución de un miserable corte de pelo, pero vale recordar que los vampiros tienden a jugar por antes de matar. Además, siendo Guts el primordial interesado en aquella lucha, moralmente no era él quien se apresuraría en decapitarlo.
Lacus Welt
Re: Una batalla sangrienta: El Espadachín Negro contra un Vampiro
Cómo era de esperarse, el vampiro esquivó el ataque del espadachín pero no del todo, unos hilos de cabello púrpura fueron cortados por la espada de Guts, se quedó parado ahí, con su espada en guardia. Vió alejarse al vampiro de una manera muy ágil, luego de caer de pie y verle fijamente, sabía muy bien que al subestimarlo estaba haciéndolo enojar poco a poco, pues sabía de su pensamiento de "superioridad" ante los humanos y lo confirmaba, pues, el vampiro lo subestimaba a más no poder, aquéllo le hizo esbozar una suave sonrisa ladina ignorando todo aquéllo, pues ya había peleado contra un Dios y había salido victorioso.
Guts no despegaba ni un momento su mirada del chupasangre, esperaba un movimiento de parte de él, vió con atención cada una de las acciones de él antes de lanzarle aquél ataque que terminó por cortarle unos hilos de su cabellera, los cuales fueron descendiendo por el aire lentamente, uno de estos cayó en su nariz, lo tomó con sus dedos índice y medió lanzandolo a su lado derecho, luego de eso, con una admirable y sobrehumana velocidad corrió contra el vampiro, al llegar ya a menos de un metro blandió su enorme espada de nuevo, contra el cuello del vampiro, sabía que lo iba a esquivar, así que se impulsó con su pierna derecha hacia él y con su brazo metálico le dió un fuerte puñetazo en la mejilla derecha haciendo un pequeño corte en su pómulo.
ㅡ Parece que nos subestimas mucho, ¿no? No creo que algún humano te haya tocado antes esa cara. ㅡ dijo, luego de eso, se colocó en guardia contra el chupasangre, apuntaba su enorme espada contra él, mientras que su mirada estaba clavada en el ser, no podía escaparsele ni un movimiento, aquel hombre le recordaba a los miembros de la mano de Dios, creyéndose superiores ante los humanos y fué el quién derrotó a uno de ellos.
Guts no despegaba ni un momento su mirada del chupasangre, esperaba un movimiento de parte de él, vió con atención cada una de las acciones de él antes de lanzarle aquél ataque que terminó por cortarle unos hilos de su cabellera, los cuales fueron descendiendo por el aire lentamente, uno de estos cayó en su nariz, lo tomó con sus dedos índice y medió lanzandolo a su lado derecho, luego de eso, con una admirable y sobrehumana velocidad corrió contra el vampiro, al llegar ya a menos de un metro blandió su enorme espada de nuevo, contra el cuello del vampiro, sabía que lo iba a esquivar, así que se impulsó con su pierna derecha hacia él y con su brazo metálico le dió un fuerte puñetazo en la mejilla derecha haciendo un pequeño corte en su pómulo.
ㅡ Parece que nos subestimas mucho, ¿no? No creo que algún humano te haya tocado antes esa cara. ㅡ dijo, luego de eso, se colocó en guardia contra el chupasangre, apuntaba su enorme espada contra él, mientras que su mirada estaba clavada en el ser, no podía escaparsele ni un movimiento, aquel hombre le recordaba a los miembros de la mano de Dios, creyéndose superiores ante los humanos y fué el quién derrotó a uno de ellos.
Guts mmm
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