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Aquel que nos traicionó y una nueva amenaza (Mashu, Mukuro, Hawk, Hisoka y Jyugo)
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Aquel que nos traicionó y una nueva amenaza (Mashu, Mukuro, Hawk, Hisoka y Jyugo)
Justo un día común como cualquier otro, habian recorrido las instalaciones de la Academia; Juvia y Mashu fueron las encargadas de verificar que todo estuviera en orden una vez que las clases dieran por finalizadas.
— Todo parece estar en orden, Mashu. ¿Volvemos? — exclamó Juvia, viendo a su compañera.
Caminaron por los pasillos, Juvia veia por las ventanas mientras caminaban, de pronto algo atrajo su atención, un joven de cabellera azul que desaparecía entre los árboles que llevaban al bosque.
— ¿Uh? ¿Ese no era Mukuro? — se acercó un poco más a la ventana apoyando sus manos sobre el cristal, para cuando quería comprobar, el joven había desaparecido por completo.
No hacía mucho que Mukuro se había unido a Legacy, el joven pasaba casi todo su tiempo apartado de los demás, solo y sin ningun tipo de conexión con los Legacianos. A veces su comportamiento era extraño, se mostraba amable, pero daba la sensación de que ocultaba algo.
— Vamos, Mashu. Juvia tiene un mal presentimiento. — tomó a la pelirrosa de la mano y juntas se encaminaron en busca de resolver ese misterio que cargaba consigo el peliazul. Fueron directamente hacia la salida. Juvia aceleró el paso, casi corriendo y entraron a lo más recóndito del bosque. Lúgubre y misterioso, el mismo efecto que Mukuro transmitía.
— Se parece al sitio donde Juvia conoció a Mukuro... Pero, ¿Qué hace aquí a estas horas? — susurró, esta vez disminuyendo el ritmo de sus pasos. Algunas hojas que estaban esparcidas por el suelo, crujian conforme pisaban. Llegaron hasta un montón de arbustos, no muy lejos estaba el hombre de cabello azul, al que buscaban.
— ¡Ahí está! — dijo Juvia en voz baja, ocultándose detrás de los arbustos junto a la pelirrosa. Entonces, Mukuro habló, parecía comunicarse con alguien atraves de un móvil, el cual tenía en alta voz.
"¿Entonces no han descubierto que eres un espía?" dijo la persona con la que Mukuro hablaba.
— ¿EH? — Juvia se quedó absorta ante esa frase. No fue capaz de pronunciar nada más. ¿Mukuro era un traidor? ¡¿Pero cómo podía ser posible?! Ambas chicas permanecieron ocultas escuchando toda la charla, hasta que...
Un quejido, lo suficientemente fuerte para atraer la atención de todos, fue emitido por la pelirrosa, parecía ser que se había hecho un rasguño con las ramas de los arbustos. Se sobresaltó repentinamente, estaban en una situación peligrosa, Juvia se giró aterrada, habían escuchado demasiado. ¿Ahora que? ¿Deberían correr? las opciones eran nulas. El latido de su corazón se aceleró, casi sentía que se le iba a salir del pecho. Ya no había escapatoria, Mukuro se dio cuenta de inmediato y pronunció su peculiar risa mientras se acercaba a ellas.
— Oh no... — susurró.
— Todo parece estar en orden, Mashu. ¿Volvemos? — exclamó Juvia, viendo a su compañera.
Caminaron por los pasillos, Juvia veia por las ventanas mientras caminaban, de pronto algo atrajo su atención, un joven de cabellera azul que desaparecía entre los árboles que llevaban al bosque.
— ¿Uh? ¿Ese no era Mukuro? — se acercó un poco más a la ventana apoyando sus manos sobre el cristal, para cuando quería comprobar, el joven había desaparecido por completo.
No hacía mucho que Mukuro se había unido a Legacy, el joven pasaba casi todo su tiempo apartado de los demás, solo y sin ningun tipo de conexión con los Legacianos. A veces su comportamiento era extraño, se mostraba amable, pero daba la sensación de que ocultaba algo.
— Vamos, Mashu. Juvia tiene un mal presentimiento. — tomó a la pelirrosa de la mano y juntas se encaminaron en busca de resolver ese misterio que cargaba consigo el peliazul. Fueron directamente hacia la salida. Juvia aceleró el paso, casi corriendo y entraron a lo más recóndito del bosque. Lúgubre y misterioso, el mismo efecto que Mukuro transmitía.
— Se parece al sitio donde Juvia conoció a Mukuro... Pero, ¿Qué hace aquí a estas horas? — susurró, esta vez disminuyendo el ritmo de sus pasos. Algunas hojas que estaban esparcidas por el suelo, crujian conforme pisaban. Llegaron hasta un montón de arbustos, no muy lejos estaba el hombre de cabello azul, al que buscaban.
— ¡Ahí está! — dijo Juvia en voz baja, ocultándose detrás de los arbustos junto a la pelirrosa. Entonces, Mukuro habló, parecía comunicarse con alguien atraves de un móvil, el cual tenía en alta voz.
"¿Entonces no han descubierto que eres un espía?" dijo la persona con la que Mukuro hablaba.
— ¿EH? — Juvia se quedó absorta ante esa frase. No fue capaz de pronunciar nada más. ¿Mukuro era un traidor? ¡¿Pero cómo podía ser posible?! Ambas chicas permanecieron ocultas escuchando toda la charla, hasta que...
Un quejido, lo suficientemente fuerte para atraer la atención de todos, fue emitido por la pelirrosa, parecía ser que se había hecho un rasguño con las ramas de los arbustos. Se sobresaltó repentinamente, estaban en una situación peligrosa, Juvia se giró aterrada, habían escuchado demasiado. ¿Ahora que? ¿Deberían correr? las opciones eran nulas. El latido de su corazón se aceleró, casi sentía que se le iba a salir del pecho. Ya no había escapatoria, Mukuro se dio cuenta de inmediato y pronunció su peculiar risa mientras se acercaba a ellas.
— Oh no... — susurró.
Juvia Lockser Patsy
Re: Aquel que nos traicionó y una nueva amenaza (Mashu, Mukuro, Hawk, Hisoka y Jyugo)
El peliazul por fin estaba logrando lo que queria, había pasado desapercibido frente a todo mundo, era tan callado que nadie sospechaba de el, es como si fuera nada en la academia, apenas tomaba palabras para saludar a algunas personas que igualmente le saludaban, esto para ser solamente amable, sin embargo no tenía ninguna intención de entablar amistad con nadie.
Las clases estaban por terminar, Mukuro salió a prisa del salón de clases, cosa de la cual casi nadie se percató pues en verdad era muy poco tomado en cuenta apenas salió de las instalaciones de Legacy abrió su celular y lo tomo con la mano izquierda presionando un botón para contestar la llamada, reposo su celular bajo su oreja izquierda mientras buscaba un lugar lejano donde ocultarse, de inmediato le recordó aquel bosque por el que solía pasar y en donde conoció a Juvia aquella extraña y animada chica peliazul, nadie pensaría que alguien se oculta en un bosque cuando la luz del sol estaba por desaparecer en unos minutos.
Mientras contestaba la llamada caminaba hasta el medio del bosque, un lugar con un tronco caído, montones de maleza y un sin fin de cosas hermosas y a la vez un tanto extrañas para disfrutar, el sonido tan tranquilo de las hojas moverse con la brisa, el rocío que chocaba contra su ropa y rostro y el sonido de las aves en la altura de los árboles, el sonido era tan poco que de inmediato se daría cuenta de que hay alguien más en ese lugar, no sospechaba que aquella chica peliazul lo seguiría.
– Así es, ya estoy en Legacy, esto marcha conforme el plan, pronto veremos qué tan fuerte y capaz es Legacy, por ahora me mantendré más desapercibido para la gente y llegaré poco a poco a los líderes y directores de la institución.
Mientras la llamada transcurría como si nada Mukuro ingenuo reía un poco y mantenía una pequeña sonrisa típica del mismo en su rostro, y no pensaba mucho en lo demás, por ahora estaba concentrado en sus negocios y lo que debía de hacer.
De un momento a otro llamo a sus oídos un peculiar sonido femenino, como un quejido, eso llamo toda su atención, sus ojos buscaron entre la maleza la fuente de ruido en el lugar, el pensaba que estaría solo, sin embargo una sorpresa estaba con el.
— Parece que tengo una acompañante, ¿Porqué no te muestras? Será más sencillo para mí y quizás evites morir, de otro modo no tengo más opción que asesinarte.
Rokudo cerró su celular y estiró un poco sus brazos y cuello, mantuvo su gran sonrisa marcada en el rostro y en su ojo izquierdo se tornó rojo mientras su ojo derecho seguía igual que siempre, estiró el brazo hacia adelante e hizo como si tuviera un bastón entre la mano, de inmediato se formó de esto el tridente que siempre ocupaba, aquellas mujeres sin saberlo estaban por caer presas de una ilusión del chico cabeza de piña, el sol salió entre la cima de las ramas de los árboles lo cual ayudaba a buscar a la o las personas que se ubicaban ahí, además de eso de inmediato se empezó a generar una braza entre el pasto y la maleza que llegaría poco a poco al árbol más cercano, pronto el y las personas con el se quedarían encerados y tarde o temprano aquellos invitados sorpresa terminarían calcinados por el fuego tan potente que comenzaba a consumir todo a un paso un tanto rápido.
— Tienen una última oportunidad, de lo contrario quizás no sea yo quien las asesine.
De sus labios brotó esa risa tan particular de Mukuro, parecía en realidad disfrutar este momento, y ¿Porqué no? Después de todo esa era su personalidad, aquellas personas tarde o temprano terminarían presas de su propia mente.
Las clases estaban por terminar, Mukuro salió a prisa del salón de clases, cosa de la cual casi nadie se percató pues en verdad era muy poco tomado en cuenta apenas salió de las instalaciones de Legacy abrió su celular y lo tomo con la mano izquierda presionando un botón para contestar la llamada, reposo su celular bajo su oreja izquierda mientras buscaba un lugar lejano donde ocultarse, de inmediato le recordó aquel bosque por el que solía pasar y en donde conoció a Juvia aquella extraña y animada chica peliazul, nadie pensaría que alguien se oculta en un bosque cuando la luz del sol estaba por desaparecer en unos minutos.
Mientras contestaba la llamada caminaba hasta el medio del bosque, un lugar con un tronco caído, montones de maleza y un sin fin de cosas hermosas y a la vez un tanto extrañas para disfrutar, el sonido tan tranquilo de las hojas moverse con la brisa, el rocío que chocaba contra su ropa y rostro y el sonido de las aves en la altura de los árboles, el sonido era tan poco que de inmediato se daría cuenta de que hay alguien más en ese lugar, no sospechaba que aquella chica peliazul lo seguiría.
– Así es, ya estoy en Legacy, esto marcha conforme el plan, pronto veremos qué tan fuerte y capaz es Legacy, por ahora me mantendré más desapercibido para la gente y llegaré poco a poco a los líderes y directores de la institución.
Mientras la llamada transcurría como si nada Mukuro ingenuo reía un poco y mantenía una pequeña sonrisa típica del mismo en su rostro, y no pensaba mucho en lo demás, por ahora estaba concentrado en sus negocios y lo que debía de hacer.
De un momento a otro llamo a sus oídos un peculiar sonido femenino, como un quejido, eso llamo toda su atención, sus ojos buscaron entre la maleza la fuente de ruido en el lugar, el pensaba que estaría solo, sin embargo una sorpresa estaba con el.
— Parece que tengo una acompañante, ¿Porqué no te muestras? Será más sencillo para mí y quizás evites morir, de otro modo no tengo más opción que asesinarte.
Rokudo cerró su celular y estiró un poco sus brazos y cuello, mantuvo su gran sonrisa marcada en el rostro y en su ojo izquierdo se tornó rojo mientras su ojo derecho seguía igual que siempre, estiró el brazo hacia adelante e hizo como si tuviera un bastón entre la mano, de inmediato se formó de esto el tridente que siempre ocupaba, aquellas mujeres sin saberlo estaban por caer presas de una ilusión del chico cabeza de piña, el sol salió entre la cima de las ramas de los árboles lo cual ayudaba a buscar a la o las personas que se ubicaban ahí, además de eso de inmediato se empezó a generar una braza entre el pasto y la maleza que llegaría poco a poco al árbol más cercano, pronto el y las personas con el se quedarían encerados y tarde o temprano aquellos invitados sorpresa terminarían calcinados por el fuego tan potente que comenzaba a consumir todo a un paso un tanto rápido.
— Tienen una última oportunidad, de lo contrario quizás no sea yo quien las asesine.
De sus labios brotó esa risa tan particular de Mukuro, parecía en realidad disfrutar este momento, y ¿Porqué no? Después de todo esa era su personalidad, aquellas personas tarde o temprano terminarían presas de su propia mente.
Rokudo Mukuro
Re: Aquel que nos traicionó y una nueva amenaza (Mashu, Mukuro, Hawk, Hisoka y Jyugo)
No Sabia como todo se había tornado peligroso, en un momento estaba verificando las aulas junto a su compañera, aquella peli azul de particular habla. y al otro estaba escondiéndose detrás de un árbol espiando a aquel chico con el cual poco y nada se relacionaba. Era extraño, ¿Que hacia el en ese lugar tan espeluznante ante sus ojos? Tal vez el se sentía mas cómodo allí, ella no era nadie para definir los gustos de las personas.
—{Juvia, No esta bien Espiar a los demás, Mejor volvamos este lugar no me gusta.}
Le pronunció en un susurro antes de alcanzar el árbol en el que actualmente se encontraban, no era para menos su temor después de saberse en constante vigilancia por quien fue su Máster en algún momento.
Pero allí estaba ella, detrás de su compañera intentando hacerla entrar en razón, cosa que parecía inútil. en algún momento pensó en volver sola, pero sabia que podía ser riesgoso y no quería extraviarse por lo que optó por mantenerse con ella aunque no le gustase lo que estaban haciendo.
—(No puede ser...)
Un grito ahogado escondió al oír la charla de Mukuro, a pesar de ser alguien callado y aislado, pensó que era por su forma de ser, no por que realmente los estaba analizando y espiando, esto debían saberlo los profesores. Se lo contaría a Jellal, quien era con el que mas confianza tenia y sabia que confiaría en su palabra.
cuando estuvo por decirle a Juvia que tenían marcharse y alertar en la academia su cuerpo la traicionó. en un mal movimiento unas espinas grandes le rasgaron la piel de la pierna izquierda. y aunque intentó acallarlo poniendo sus manos sobre su boca, el lamento salió de igual manera, Sus ojos se aguaron pues el dolor era intenso. nada podía empeorar, solo debían correr. Grueso error, las palabras del chico no hicieron mas que alterarla y llenarla de mas temor, su cuerpo no reaccionaba y sus rodillas amenazaban con flaquear en cualquier momento, volteó a mirar a la maga de agua y nego con la cabeza pidiéndole disculpas silenciosas.
—{J..Juvia... V-Vamos... ¡Debes decirle a los demás!}
Entre susurros y gritos ahogados trataba de hacer que su acompañante reaccionase, ambas no lograrían llegar lejos, mucho menos con ella lastimada, aunque fuese riegos una de ellas tenia que actuar como cebo mientras la otra iba por ayuda, aunque algo le intrigaba, para ella algo no cuadraba y no entendía del todo. Si Mukuro quería ganarse la confianza de los Legacianos, ¿Por que aislarse de todos y estar siempre solo? Eso no tenia lógica. ¿No seria mas fácil acercarse a todos para saber las debilidades y fortalezas de ellos? Eran preguntas que no tenían respuestas coherentes en su cabeza, pero encontraría respuesta a las mismas, no se quedaría con las dudas.
—{Juvia, No esta bien Espiar a los demás, Mejor volvamos este lugar no me gusta.}
Le pronunció en un susurro antes de alcanzar el árbol en el que actualmente se encontraban, no era para menos su temor después de saberse en constante vigilancia por quien fue su Máster en algún momento.
Pero allí estaba ella, detrás de su compañera intentando hacerla entrar en razón, cosa que parecía inútil. en algún momento pensó en volver sola, pero sabia que podía ser riesgoso y no quería extraviarse por lo que optó por mantenerse con ella aunque no le gustase lo que estaban haciendo.
—(No puede ser...)
Un grito ahogado escondió al oír la charla de Mukuro, a pesar de ser alguien callado y aislado, pensó que era por su forma de ser, no por que realmente los estaba analizando y espiando, esto debían saberlo los profesores. Se lo contaría a Jellal, quien era con el que mas confianza tenia y sabia que confiaría en su palabra.
cuando estuvo por decirle a Juvia que tenían marcharse y alertar en la academia su cuerpo la traicionó. en un mal movimiento unas espinas grandes le rasgaron la piel de la pierna izquierda. y aunque intentó acallarlo poniendo sus manos sobre su boca, el lamento salió de igual manera, Sus ojos se aguaron pues el dolor era intenso. nada podía empeorar, solo debían correr. Grueso error, las palabras del chico no hicieron mas que alterarla y llenarla de mas temor, su cuerpo no reaccionaba y sus rodillas amenazaban con flaquear en cualquier momento, volteó a mirar a la maga de agua y nego con la cabeza pidiéndole disculpas silenciosas.
—{J..Juvia... V-Vamos... ¡Debes decirle a los demás!}
Entre susurros y gritos ahogados trataba de hacer que su acompañante reaccionase, ambas no lograrían llegar lejos, mucho menos con ella lastimada, aunque fuese riegos una de ellas tenia que actuar como cebo mientras la otra iba por ayuda, aunque algo le intrigaba, para ella algo no cuadraba y no entendía del todo. Si Mukuro quería ganarse la confianza de los Legacianos, ¿Por que aislarse de todos y estar siempre solo? Eso no tenia lógica. ¿No seria mas fácil acercarse a todos para saber las debilidades y fortalezas de ellos? Eran preguntas que no tenían respuestas coherentes en su cabeza, pero encontraría respuesta a las mismas, no se quedaría con las dudas.
Invitado- Invitado
Re: Aquel que nos traicionó y una nueva amenaza (Mashu, Mukuro, Hawk, Hisoka y Jyugo)
Pese a las quejas de la pelirrosa sobre volver, no hizo ni el mas mínimo caso a ellas, ahora mismo se arrepentía de haber ignorado la petición. Algo tramaba Mukuro, y estaba obligada a averiguarlo. Una vez algo le interesaba a la peliazul ya no habia forma de hacerla retroceder.
Después de que Mashu se hiciera daño con los arbustos y Mukuro se diera cuenta. Este les ordenó que salieran.
Escasas ideas se le ocurrían para salir de ahí, aunque el peliazul no las dejaría huir tan fácil, al menos tenían que pelear, pero Mashu estaba herida... No tenía elección.
— Juvia saldrá y distraerá a Mukuro. Mientras Mashu va por ayu... —
Fue interrumpida cuando la apariencia del bosque cambió drásticamente en tan sólo unos segundos. Algo iluminó todo a su alrededor, mostrándola a ella y su amiga. ¿Pero cómo? No era momento de que el sol apareciera.
— ¿E-EH...? — exclamó Juvia en voz baja frente a la espeluznante escena que cada vez se hacía peor. Ahora todo estaba siendo consumido por el fuego. Tomó bruscamente a la pelirrosa de la mano y giró para escapar de allí, sin embargo, estaban totalmente acorraladas.
Cerró los ojos con fuerza, pero enseguida los volvió a abrir. — ¿Eh? esto no debería ser problema para Juvia... después de todo, el agua vence al fuego. — sonrió confiada y corrió hacia una zona poco encendida, dándose a mostrar frente al hombre de peinado extraño.
Extendió sus brazos y de sus manos empezó a brotar una gran cantidad de agua, un chorro que fue expulsado hacia las llamas a gran velocidad parecía haber logrado apagar el fuego. Sonrió victoriosa, como si eso realmente hubiese funcionado, lo que ella no sabía era que, en realidad todo había sido inventado por el peliazul.
— ¿Puedes levantarte, Mashu? — se acercó a su amiga y extendió su mano para ayudarla.
¿Qué pasaría ahora? ¿Cual sería el siguiente movimiento de Mukuro? Juvia llevaba consigo su teléfono celular, en el bolso de su abrigo.
Después de que Mashu se hiciera daño con los arbustos y Mukuro se diera cuenta. Este les ordenó que salieran.
Escasas ideas se le ocurrían para salir de ahí, aunque el peliazul no las dejaría huir tan fácil, al menos tenían que pelear, pero Mashu estaba herida... No tenía elección.
— Juvia saldrá y distraerá a Mukuro. Mientras Mashu va por ayu... —
Fue interrumpida cuando la apariencia del bosque cambió drásticamente en tan sólo unos segundos. Algo iluminó todo a su alrededor, mostrándola a ella y su amiga. ¿Pero cómo? No era momento de que el sol apareciera.
— ¿E-EH...? — exclamó Juvia en voz baja frente a la espeluznante escena que cada vez se hacía peor. Ahora todo estaba siendo consumido por el fuego. Tomó bruscamente a la pelirrosa de la mano y giró para escapar de allí, sin embargo, estaban totalmente acorraladas.
Cerró los ojos con fuerza, pero enseguida los volvió a abrir. — ¿Eh? esto no debería ser problema para Juvia... después de todo, el agua vence al fuego. — sonrió confiada y corrió hacia una zona poco encendida, dándose a mostrar frente al hombre de peinado extraño.
Extendió sus brazos y de sus manos empezó a brotar una gran cantidad de agua, un chorro que fue expulsado hacia las llamas a gran velocidad parecía haber logrado apagar el fuego. Sonrió victoriosa, como si eso realmente hubiese funcionado, lo que ella no sabía era que, en realidad todo había sido inventado por el peliazul.
— ¿Puedes levantarte, Mashu? — se acercó a su amiga y extendió su mano para ayudarla.
¿Qué pasaría ahora? ¿Cual sería el siguiente movimiento de Mukuro? Juvia llevaba consigo su teléfono celular, en el bolso de su abrigo.
Juvia Lockser Patsy
Re: Aquel que nos traicionó y una nueva amenaza (Mashu, Mukuro, Hawk, Hisoka y Jyugo)
Parecía que aquellas personas o esa persona no se rendía pronto el fuego las encerraria hasta no poder escapar, y sería ahí cuando por fin Mukuro podría encontrar a esas personas, solo tenía que ser paciente, e incluso si intentaban hacer algo como apagar el fuego o huir cualquiera de esas cosas se escucharía o incluso se vería.
Y tan solo fue cuestión de tiempo para que aquello pasará, vio un chorro de agua y de inmediato recordó a aquella curiosa chica con el cabello azul, a pesar de que nunca supo cuál era su poder siempre imaginaba que sería algo relacionado con el agua o el hielo, era algo intuitivo dado su color de cabello que al igual que el de sus ojos es azul.
— Vaya, Juvia, ¿Cómo has estado? Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas y seguir a las personas. – Libero un suspiro y bajo un poco su cabeza para después dirigir la mirada hacia la ubicación de ella. – Y eso que me caias algo bien, es una lastima. –
Menciono para despues elevarse junto con el humo del incendio y desaparecer como si fuera cenizas en el mismo, sin embargo en cuestión de un par de segundos apareció frente a Juvia formándose de entre el agua que ella lanzaba, junto con su tridente en su mano izquierda y una pistola de un calibre menor en mano derecha, aún no pensaba asesinarlas, no sin jugar un poco con ellas, apenas había visto que quien la acompañaba era otra chica.
– ¿Qué tal si me dicen cuanto escucharon? Quizás podría ser más amable con ustedes, e incluso dejar que vivan bajo mi mando claro, o puedo lavar su cerebro y hacerlas mis subordinadas, es un mundo lleno de posibilidades. –
Y tan solo fue cuestión de tiempo para que aquello pasará, vio un chorro de agua y de inmediato recordó a aquella curiosa chica con el cabello azul, a pesar de que nunca supo cuál era su poder siempre imaginaba que sería algo relacionado con el agua o el hielo, era algo intuitivo dado su color de cabello que al igual que el de sus ojos es azul.
— Vaya, Juvia, ¿Cómo has estado? Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas y seguir a las personas. – Libero un suspiro y bajo un poco su cabeza para después dirigir la mirada hacia la ubicación de ella. – Y eso que me caias algo bien, es una lastima. –
Menciono para despues elevarse junto con el humo del incendio y desaparecer como si fuera cenizas en el mismo, sin embargo en cuestión de un par de segundos apareció frente a Juvia formándose de entre el agua que ella lanzaba, junto con su tridente en su mano izquierda y una pistola de un calibre menor en mano derecha, aún no pensaba asesinarlas, no sin jugar un poco con ellas, apenas había visto que quien la acompañaba era otra chica.
– ¿Qué tal si me dicen cuanto escucharon? Quizás podría ser más amable con ustedes, e incluso dejar que vivan bajo mi mando claro, o puedo lavar su cerebro y hacerlas mis subordinadas, es un mundo lleno de posibilidades. –
Rokudo Mukuro
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