Un día lleno de rosa. [Con Elizabeth Bathory]

El día comenzaba para Rokudo en la madrugada, eran apenas las 05:00 AM cuando aquel guardián Vongola ya estaba despierto y caminando por la ciudad de Yokohama, no había nada importante que hacer salvo que debía investigar un lugar en especial dado que escucho rumores que decían que ahí se encontraba muchas veces una chica de pelos rosados en medio de un parque de cenizos, su piel es tan pálida que pensaban que se trataba de un fantasma, para Rokudo parecía un fenómeno muy interesante.

Bajo a la estación de metro en donde viajaría por un par de rutas hasta llegar a aquel lugar el cual yacia en las orillas de la ciudad, es por eso que había salido tan temprano del lugar donde estaba viviendo por el momento así que después de una hora y media llegó hasta aquel lugar, un inmenso y hermoso parque de cerezos que comparado a los edificios modernos y calles limpias aquel parque seguía viéndose mucho mejor.

¿Cuál era la intención de Rokudo? Si era alguien fuerte el peliazul podría usarla para cumplir sus metas, sería más fácil tener lacayos o subordinados en esa ciudad si quería cumplir su propósito, además podría usar su imagen para hacer lo que quiera y nadie sabría que fue Rokudo, tenía múltiple propósito el investigar sobre aquella chica.

— Vaya, este lugar es grande, espero no me tome mucho encontrar a aquella chica, espero no sea tan complicado, preferiría no rendirme, sería aburrido haber viajado tanto para no encontrar a la chica, tsk.

Chasqueo la lengua y mantenía sus ojos alerta a todas partes por las que llegaba a pasar, el parque tenía varios pasillos por los cuales pasar y luego de caminar unos minutos la luna se empezaba a ocultar y el cielo se empezó a tornar azul cielo, ante el apareció un enorme árbol de cerezos a unos metros al cual decidió acercarse, mientras más se acercaba logro notar la silueta femenina y un cabello rosado más oscuro que el de los cerezos, mientras más se acercaba a ella el viento empezaba a menear las ramas de los cerezos y con esto las hojas de cerezo comenzaban a caer al suelo.

Al final llegó hasta ella, el chico peliazul dibujo una pequeña sonrisa en su boca y salido moviendo su mano de un lado a otro unas cuantas veces.

— ¿Qué haces en este lugar tan temprano? Es muy bonito e interesante el lugar, nada mal, con el cielo así es muy bonito, me preguntó si es por eso que vienes.

Dio unos pasos hacia el frente hasta quedar tan solo a un par de metros de la chica desconocida, no dejaba su sonrisa a un lado ni por un momento, alzó la mirada para ver todas las ramificaciones del enorme árbol de cerezos.

— Que descortés soy, me llamo Rokudo, es un gusto conocerte chica desconocida.

⋅◈Estaba aquella ‘’niña’’ de cabellera rosa fucsia herida balanceando sus pies en el aquel gran árbol de cerezo tras una dolorosa batalla, se podía ver una lluvia de pétalos de cerezo que caía sobre su cuerpo siendo congelados al mínimo contacto con su piel. Era un bello y maravilloso enigma, tanto que para muchos era un fantasma solitario, que intuía terror pero verlos era hipnótico y placentero. No pasaban de los 14 años a 16 años, no tenían experiencias en la vida o en el amor, pero ver las parejas se sentía bien, juntos se complementaban, como juntos eran felices. Cada día sin faltar se encontraba ese ejemplar tan maravilloso parque, contemplaba la hermosura de luna e esperaba los primeros rayos del amanecer.◈⋅



⋅◈Al lado de ella se encontraba un pequeño gato negro que al verla así, saltaba a sus brazos, y al sentir que el calor de su cuerpo pequeño cuerpo y la suavidad de su pelaje, le apretó contra sí y de esa forma, rogando que no desapareciera de su vida, Le acariciaba gentilmente tanto que el pequeño felino de ojos amarillentos se quedaba completamente dormido o al menos eso parecía. Y sintiendo su corazón contraerse por verla de ese modo tan solitaria la pequeña vampiresa, exclama.◈⋅


—Lamento todo lo que sucedió, siento mucho lo que hice y por sobre todo, siento haberte quitado tu libertad...—



⋅◈Las sombras son muertos vivientes que se forman en las tinieblas y drenan la fuerza a los seres vivos. Son tan oscuras que sólo son detectables con una luz muy brillante, el resto del tiempo parecen sombras comunes. Las sombras son seres de inteligencia alta, sin embargo, tienen una excelente movilidad por lo que pueden levitar a voluntad y pasar desapercibidas. Son inmunes al frío y a ciertos hechizos y conjuros, como el del sueño. La condesa devoraba las almas de miles de víctimas entre ellas solo era mujeres de cierta edad. Era especialistas en engañar a los incautos o jugar bromas a sus víctimas, por lo que lograban liberarse con facilidad, por esto mismo, era más común esclavizar a los seres inferiores para su propio beneficio. Para engañar a las personas perdidas en el parque, utilizaba su frágil apariencia de una niña común las hojas y las flores previamente mencionadas, distorsionando tanto la realidad como la visión de las personas que se cruzaba con ella. Haciendo que el ambiente cambie a preferencias de Elizabeth y ella misma transformarse en una apariencia adorable en lo que sea para embaucar a su víctima.◈⋅


⋅◈De una apariencia de una joven rubia con el pelo rosado en la mitad de la espalda, atada con cintas moradas y ojos azules claros, que se tornan azul hielo en ocasiones. De una figura esbelta y está vestía con un vestido de cyber-goth-loli Sus rasgos más destacados son los cuernos inmorales del demonio (en realidad, cuernos de dragón), y los colmillos que sobresalen de un pequeño demonio (en realidad, colmillos de dragón), junto con una larga cola dracónica y escamas rosadas esparcidas por todo su cuerpo y brillaba como diamantes a la luz solar se encontraba observando entre las ramas como los petalos caía como gotas de lluvia la pequeña loli no esperaba visita alguna , volteo a ver de reojo aquel joven de cabellera azulada como el mismo océano al escuchar que se dirigía a ella.◈⋅



—El hermoso azulado es un misterio, contemplar su hermosura es un ámbito viejo —


⋅◈Musitaba con una pequeña sonrisa engañosa se ponía de pie en aquella rama en la cual una vez estuvo sentada, sujetaba entre sus brazos al pequeño gato que ahora parecía un pequeño peluche de felpa de apariencia adorable ahora era un peluche de un pulpo el cual sujetaba al caminar entre las ramas parecía en cualquier momento se rompería y caería al suelo la oji azulados.◈⋅


—Haa jaja Roduko es un placer ¿ qué te trae por aquí? Acaso esperas alguna persona en especial…—



⋅◈Dejaba escapar una pequeña risita divertida de sus comisuras, daba una pequeña pirueta y caía parada como si nada frente aquel joven desconocido.◈⋅

Aquel mafioso en realidad estaba sorprendido por la presentación de la chica, tenía la apariencia de una joven muy hermosa, su cabello rosa era tan vistoso junto con los cerezos de un tono más claro, apenas aquella chica bajo de la rama sin ningún golpe o complicación el elegante joven quedó atónito, sin duda era algo muy impresionante, cada vez le llamaba más y más la atención, pareciera que solo es una niña perdida en el lugar sin embargo de alguna forma u otra no sé confiaba demasiado.

Al principio no entendió de que hablaba sin embargo cuando mencionó el nombre del peliazul aquel tan solo esbozó una sonrisa pequeña y puso sus brazos detrás de él, no pensaría atacarla, solamente quería crear un peluche para ella y dárselo, simplemente para ver su reacción, en un par de segundos el peluche había sido creado y el joven Rokudo lo saco por delante mostrándolo a ella, se trataba de un peluche de un oso, era algo grande y muy felpudo, a cualquiera podría gustarle, incluso parecía que lo hizo aparecer por arte de magia.

— No, por nadie, simplemente me pareció un lindo lugar para tener un recuerdo, además me habían hablado de una extraña jovencita que pasea por los cerezos, así que me parece una grata sorpresa encontrarte, por cierto, ¿Quieres el peluche?

Aquel solo se agachó flexionando las rodillas y dejando el peluche debajo de los pies de la pelirosada y luego de eso chasqueo los dedos una corriente de viento acompañada de cerezos lo acompaño y luego de eso los cerezos se disiparon como si nada hubiera pasado.

Al momento de destapar al mafioso se mostró la figura de la menor, parecía como si ella se viera en el espejo, es decir el peliazul había tomado su apariencia física.

— ¿Qué te parece? Realmente no te conozco pero me agradas, puedo preguntar ¿Porque estas aquí todo el tiempo? Yo puedo ayudarte en lo que necesites, puedes confiar en mí.

Mencionó aquel hombre para después de un segundo a otro volvió a su forma original, volteó hacia arriba para ver cómo la oscuridad se perdía poco a poco y el sol se asomaba entre las ramas del enorme cerezo, era en verdad un paisaje inolvidable acompañado de aquella extraña chica y apesar de que no la conocía el cabeza de piña se sentía en confianza, no tendría planeado atacarlo, la apariencia tan linda de la menor era tan llamativa que Rokudo solo podía ver fijamente esos ojos color azules.

— ¿Cuál es tu nombre? Creo saber porque estás aquí, es un hermoso paisaje, podría pasar aquí todos los días de mi vida.

Los cerezos seguían cayendo de los árboles, logro tomar uno de ellos con su dedo pulgar e índice para apreciar la belleza de la hoja y después dejarla caer al suelo.

— Este es un gran encuentro, por alguna razón pienso que es el inicio de algo grande.

Con el resplandor de los primeros rayos del amanecer Su piel se reflejaba aún más blanca con pequeños destello brillantes como diamantes y su corazón era como el mismo hielo. Aquel humano había acertado la pequeña Bathory amaba ver ese hermoso paisaje, podría pasar aquí todos los días de su vida. Era un lugar tranquilo con una espectacular y supo hacerlo suyo entregándole la inmortalidad. Desde entonces rondaba un rumor de un bello fantasma descansaba entre las ramas de los petalos de cerezo en su punto más alto una jovencita salvaje se convertía en el mismo demonio y que cubría de escarcha y nieve los alrededores. La pequeña duquesa no se dejaba engañar por nadie extrañamente le llamo la atención el joven bastante alto, su cabello azulado era un llamativo brillante, ladeo la cabeza para verlo mejor de otro ángulo para su sorpresa sus cabellos de la parte de atrás de su cabeza era un poco parado tanto que podría confundirlo con como una piña lo cual le causo gracias ¿realmente se estaba riendo? Silenciosamente, observaba sus movimientos sin perder ningún detalle que hacia el humano pero nunca hubiera imaginado que haría aparecer un gran peluche de felpa que era aún más grande que ella.

— ¿Eres un acosador? Mentiría si dijera que no lo quiero, es bonito—

Cerro sus ojos quien lo diría no había atacado al oji azulado con la diferencia que su otro ojo era de un tono rojo. La vampiresa era como el mismo infierno a veces no es como lo esperamos o como nos lo hacen creer. Cada quien vive su propio infierno en la tierra, diferente como las personas y tan tortuoso como lo queramos sentir. Sin embargo, hay otro infierno, ese en donde pagan todos los pecadores. A diferencia de ella no era como si tuviera emociones o sentimientos de dolor, en todo momento estuvo atenta por si el joven humano se decidía atacarle pero no fue como lo pensó se había equivocado ahora antes sus ojos tenía una misma copia idéntica a ella lo cual le provoco una sonrisa maliciosa en sus semi delgados labios antes que volviera a su verdadera forma se le acerco rápidamente tanto que apoyaba su frente en la contraria enredado sus brazos alrededor de su cuello y rosaba sus labios con los ajenos con aquella sonrisa pícara y malvada.

—Me acabas de ver por primera vez y ya te agrado, que coincidencia Rokudo no esperaba tener tal propuesta eres un humano muy interesante me pregunto qué tan atrevido puedes llegar a ser—


Menciono mirándole con una mirada penetrante como si pudiese ver atrevés de él para luego alejarse de él dándole la espalda caminando hacia el enorme Oso de felpa en cual tomaba de su pequeña oreja. Al momento que este volvía a su forma original se giró para verle de reojo y ambas miradas se encontraba mantuvo el contactó unos segundos más sin poder mantener la mirada veía hacia una dirección contraria. Sin responder a su pregunta continuaba analizando cada palabra que salía de sus labios a como pudo tomo aquel oso entre sus brazos pequeños con algo dificultad pues aun tenia al pequeño gato convertido en un pulpo al ver caer aquellos petalos frágil alrededor de donde se encontraba parados una vez más llevo su mirada hacia el humano.


—Elizabeth Bathory, así es como me llamo se podría decir que me gusta ver el amanecer….Haa jaja pienso igual pero como cualquier otro encuentro todo tiene su fin—

No podía negar que la actitud de aquella jovencita era cuanto menos peculiar, ver su piel tan pálida y blanca que aún con los primeros rayos del sol era bastante luminosa le causaba algo de intriga, ¿Cuál sería el siguiente movimiento de la contraria? Todas las acciones que ella tomaba parecían precavidas, incluso parecía que desconfiaba completamente del peliazul incluso después de haberle regalado ese oso de peluche, de transformarse en ella y de mostrarse amable y agradable, cosa que por lo general no pasaba, luego de ver cómo ella hablaba pensando que el era alguna clase de acosador el cabeza de piña no pudo evitar reírse por esa acusación falsa y luego de eso remarcó una sonrisa en su boca para después contestarle a ella.

— ¿Un acosador? Si fuese así entonces ya te hubiera atacado, te hubiera llevado a otra parte y no sabrías de este cerezo nunca más, pero seguro eres más particular y debes ser alguien fuerte, pareces ser una mujer de la alta sociedad o algo así a pesar de que podrías ser más joven que yo, y me alegra que te gustará el peluche, puedo hacer más trucos de magia como ese.

El mafioso después de eso noto el repentino acercamiento de ella hasta el mismo, no sabía que pretendía o que intentaría hacer después por lo que estuvo alerta todo el tiempo, aunque lo más sorprendente fue como de un segundo a otro había sido visto en todos los ángulos por aquella pelirosada, realmente era un encuentro raro ¿Qué podría pasar después? Cosa que el mismo se preguntaba, ¿Qué podría ser peor que te observen de todos lados? Solo hubo una cosa aún peor y aunque no fue desagradable por el contrario fue tan extraña que el ojiazul no sabía cómo actuar, ¿Qué trataba de hacer? ¿Atacarlo? ¿Seducirlo? En realidad el peliazul se quedó inmóvil al ver tan de cerca aquellos ojos tan brillantes y hermosos junto con su piel pálida y sus labios finos y suaves que llegaron a rosar por muy poco con los del mismo chico, ¿Qué estaba pasando? Había un cambio repentino de situaciones, todo esto era un revoltijo, ¿Qué seguía? Esto superaba el límite de sus pensamientos, cualquier cosa podría pasar, escucho y vio como de nuevo ella musitó aquellas palabras que dejaron confundido al mafioso, ¿Humano? Entonces ¿Qué era ella? A los segundos el ojiazul respondió cuando ella se separó para darle la espalda.

— ¿Humano? ¿Eres alguna otra raza humanoide? Realmente no lo entiendo pero me interesa muy poco, lo más importante ahora es ver entonces que tan atrevido podría ser yo, estoy seguro que podrías sorprenderte pequeña amiga.

Mencionó esas palabras para después tan solo mostrar un truco más, ¿De que se trataba esta vez? El peliazul crearía en su mano un pequeño remolino que aspiraba los cerezos, un espectáculo hermoso que dejaba en el aire flotando algunos cerezos que sobraban, luego de esto los cerezos tomaron la forma del mismo árbol enorme que estaba a sus pies, aquel árbol era de un tamaño escala y de verdad era un árbol pequeño que podría parecer un juguete pero no era así.

Así después le mostraría aquel pequeño árbol terminado y lo daría de nuevo como un obsequio, ya que parecía que a la pelirosa le gustaba ese árbol entonces lo hizo a tamaño escala para ella, parecía que había ignorado lo que ella decía, pero segundos después contesto.

— ¿Elizabeth Bathory? No me equivocaba suena a nombre de la realeza, y este no tiene porqué terminar, ¿O lo crees contrario? Ahora que se tú nombre eso podría indicar que somos conocidos, así que podríamos volver a vernos.

Mantuvo una sonrisa en su rostro mientras acercó dicho árbol en escala hacia ella para hacerle entrega de el mismo.

— Además, te he regalado un par de cosas, creo que eso ya nos une lo suficiente como para pasar un rato juntos, ¿Me equivoco?