Solo una noche (Himiko Toga)

Estaba recién de noche, hace poco que había caído, los arboles de aquel bosque destacaban por ser altos, y apenas dejaban ver algo, hacia poco que se ven criaturas raras cerca, pero por suerte ahora todo se había relajado por el momento, aun así, no se podía evitar escuchar ruidos de animales, pasos que se producían por estos mismos, ademas que el viento que había movía constantemente las hojas.

Ah estaba Astolfo, un joven estudiante de legacy, con apariencia de chica, pero eso no era para tomarse a la   ligera, no era un chico débil, era un servant clase rider, osease, es un chico rápido...En fin, el estaba ahí para vigilar el lugar, y trataba de evitar de que un ser raro atacara, o algo parecido, pero miro para unos lados sintiendo la presencia de alguien, no era un servant como el, por lo cual, no era tan preocupante, pero no podía evitar el sentir algo raro.

-Mmmmm ¿quien esta ahí?- Decidía preguntar, sabiendo que cerca de el había alguien, ¿era un enemigo? ?un amigo? no sabia identificarlo, pero por si acaso, sacaba su espada. -Sera mejor que te aparezcas, asustas a algunos animales.-

El bosque de pinos de día era un lugar tranquilo para relajarse o para pasar un pequeño rato de diversión, lo qué supuestamente sería un día de descanso para no matar ni combatir, se volvió lo qué no esperaba al formarse la noche. Observó una silueta vagar por ahí mismo por lo qué decidió seguirla, al esconderse por detrás de algunos árboles y asomar su cabeza por breves segundos, cambiaba repetidamente de lugar para tener mejor perspectiva ante ello, parecía ser una chica, Himiko no sabía qué estaba confundiendo el género.

Aquel chico se percató de su presencia, ella no sabía qué era, ni quién era, creyó qué era un civil común y corriente, ella llevaba en su bolsillo una pequeña navaja, no llevaba el resto de armas blancas qué llevaba en su traje de villano, llevaba el qué habitualmente utilizaba conformado por un uniforme escolar japonés y por encima un gran suéter abotonado. Sin más en mente, salió.

— ¿Qué haces aquí tan noche? ¿¡No vez qué es peligroso?! — Mencionó en un tono de burla.

La mano derecha la metió en su bolsillo dónde se encontraba aquella navaja, estaba casi completamente desarmada, su otra mano se mantuvo en libertad.

Aquel joven miraba a aquella chica con ropa escolar...la verdad, al principio pensaba que era una ciudadana, pero ese tono burlón no pareciera normal, por lo cual, seguía con su espada en manos.

-No parece que seas una persona normal niña, dime...no eres una ciudadana de aquí...así que dime, ¿quien eres?- Decía de una manera algo seria, pero su voz sonaba un poco asustada, era normal, ver una chica mirándole, mientras esta buscaba algo de su bolsillo, pues no era algo que terminaría bien para él.

No quería llamar la atención de ninguna criatura, no tenia a su hipogrifo con él, ya que lo dejaba descansar, por lo cual, él joven se preparaba para correr, solo correría lo necesario como para alejarse y poder ocultarse...y luego de un tiempo de verla, empezó a correr, llego por un lado de un barranco.

A la rubia no le importaba mucho mencionar una diminuta información cómo su nombre, lo había demostrado en anteriores encuentros con héroes.

— ¡Soy Toga! — Dijo alegre.

Su mirada era extraña pues la mantenía firme, pero de un momento a otro corrió, Himiko no se esperaba eso, no tardó en reaccionar, acto seguido para correr detrás, siguiéndole, cerca de un barranco dónde era difícil un retorno, la chica había llegado.

— ¿Porqué corres? ¡Creí qué podríamos ser amigas! — Sí, continuaba creyendo qué era mujer.

Ésta vez, sí sacó su arma blanca de su bolsillo, el brillo y su filo eran notorios, la punta deslumbraba.

Quedaba de espalda del barranco, mirando a aquella chica rubia, no sabia que hacer, su situación era algo peliaguda, esa tal Toga estaba apunto de atacarle y solo podía saltar, volar o esquivarla, no le conviene para nada volar, no conoce a su rival y quizás tenia una habilidad para saltar o algo, no quiere subestimar a su rival, por otro lado, esquivarla tampoco es buena idea, así que se preparaba para saltar.

-Toga...un nombre algo raro, pero tratare de no olvidarle.- Ya estaba apunto de saltar, pero se detiene al oír las palabras de esa chica..."amigas", esto hizo que su cara cambiara a una sonrojada y apenada.

-Esto, ¡espera...tienes que saber que yo soy un chico!- Lo decía de una manera algo apenada, pero luego ver a la contraria con esa mirada casi psicópata y con el cuchillo, asi que salto rápidamente.

— ¿¡Enserio?! ¡Creí qué eras chica! — Por un momento se sorprendió, en verdad había sido engañada por su apariencia.

Estaban a pocos metros de distancia, al verlo saltar Himiko no tuvo mejor reacción qué correr hacía él, a pesar de qué sus brincos no podían ser los más altos, se podrían llamar ‘’Normales’’ Se impulsó lo mejor qué pudo contra el suelo, aprovechando qué el chico apenas estaba a corta altura del suelo, logró tomarle por la parte de el talón de su calzado con una mano, apretándolo con su palma, luego con su mano en la cuál sostenía el cuchillo rodeó su pierna.

No se libraría de ella tan fácilmente, aunque al mirar hacía abajo se percató qué estaban muy por encima de el piso, por lo cuál desvió su mirada hacía al frente apretándole con más fuerza.

Lo tenia todo calculado, el salto era alto, pero solo tenia que llamar a su hipogrifo y podría escapar...pero la chica en un rápido movimiento, se sujetaba a su pierna, hizo que su equilibrio se entorpeciera...¿En verdad era capaz de seguirlo hasta ese limite?

El joven no podía dejar que la contraria se soltara, ni mucho menos matarla...no era su estilo, pero ambos empezaron a caer, por lo que el peso de ambos hizo que cayeran mas rápido, aun así, antes del impacto, el joven trato de proteger a la chica de la caída, por lo cual, el impacto de la caída la recibió él, y rodaron un poco.

-Um....creo que me lastime la pierna...- Decía con algo de dolor, mientras se ve como parte de su cuerpo sangraba, pero afortunadamente, solo tenia heridas, pero nada grabe, pero aun tenia a la chica con el cuchillo a su lado.

Ambos habían caído, más sin embargo Himiko fue protegida por éste obteniendo la menor cantidad de daños físicos, no sobrepasó de algunos golpes sobre su cuerpo.
Recuperándose, llegándole aquel peculiar olor a sangre qué ella percibía fácilmente al tener mucha experiencia con aquello, se giró observando qué tenía al lado a aquel chico, tenía aún su arma blanca. Pero antes de hacer cualquier movimiento brusco comenzó a mirar a sus alrededores, especialmente arriba; Se encontraban a grandes metros de profundidad, fue milagro qué sobrevivieron ante la caída.

Fue ahí dónde se percató qué salir de aquel lugar sería bastante difícil, pero no imposible, por lo tanto comenzó a suponer qué debía dejar con vida a su contrario, sí, en aquellos momentos comenzó a subestimarlo un poco.

— ¿Rompiste tu pierna?, ¿La perderás? ¿Debo amputarla?, ¿¡Saldremos de aquí?! — Preguntó con algo de desesperación.

Ver aquella situación en la que estaba, hacia que se diera cuenta de que ambos estaban en un gran pozo, al menos se relajaba de que la contraria no le hiciera daño, pero luego empezó a alterarse un poco, lo cual hizo que se asustada un poco cuando ella menciona lo de apuntar las piernas.

-Oye, tranquila...ugh...ah...estoy bien, es solo que me duele las piernas, se me va a sanar, pero creo que no podre moverme mucho...- Lo decía algo apenado debido a que ahora estaba mas indefenso que antes, ahora ni podía subirse a su hipogrifo, ademas que para invocarlo, así que no podía hacer mucho, ademas, que viendo las nubes, pareciera que pronto se va a poner a llover, eso no seria bueno para las alas de ese ser mítico.

-Hmm...oye, seguro pronto se pondrá a llover, así que necesitamos protegernos, también debemos trabajar juntos para poder salir...así que...¿que te parece tener una tregua por el momento?- decía mientras trataba de arrastrarse, pero lo único que podía hacer, era rodar un poco para poder verla, mientras suspiraba por el dolor.

Podía ver el dolor en su contrario debido a sus quejidos de el mismo, ¿Una tregua? Si mal no recordaba ella nunca había hecho alguna alianza con alguien de el bando contrario pues sería algo riesgoso siendo éste su enemigo el cuál en cualquier momento podría tenderle una trampa o aún peor. Aunque generalmente la verdadera traidora sería Himiko pero en aquel momento todo era excepción puesto qué, ella fue la culpable de qué se encontraran ambos atrapados en ese lugar.

— ¡Está bien! — Cedió sin más.

No quería morir y menos en un sitio así, por lo tanto debía calmar sus emociones.
Observó la pierna de el chico el cuál anteriormente le había mencionado qué todo era simplemente dolor qué pronto sanaría.

— ¿Hay animales peligrosos? ¿Algo qué nos ponga en riesgo? ¿Nos matarán? ¿¡Moriremos?! — Nuevamente miraba a sus alrededores intentando encontrar una salida o siquiera vigilar qué estuvieran a salvo.

Ver como la contraria no dudo en ceder, sintio algo de desconfianza, pero no habia razon para desconfiar, ella no parecia mala persona en el fondo....ademas, que se nota que ella es la mas asustada de los 2.

-Oye, tranquila, pues si hay animales peligroso, pero no es nada grave, si unimos nuestras habilidades, ademas, que salir de aqui no sera dificil, pero no podemos hacerlo ahora....mira para arriba- En eso, se nota como hay varias nubes oscuras, ademas que se empezaron a escuchar algunos truenos.

-Como vez, va a empezar a llover, podría sacarnos a ambos con la ayuda de mi hipogrifo, después de todo, ese era mi plan para escapar...pero si empieza a llover, no podrá volar mucho, y si empieza una tormenta, eso sera peor...lo mejor sera encontrar donde protegernos...- Casi al mismo tiempo, se ve como unas pequeñas gotas empiezan a caer...no son muchas, ni son gotas que caigan fuerte, pero eso cambiara, se nota solo con ver el clima, lo mejor seria buscar un lugar para esconderse, de la lluvia.

Su miedo a morir se presentaba en situaciones similares entrando en total inquietud haciendo preguntas con nerviosismo, él le había mencionado qué la lluvia sería un obstáculo para salir de aquél lugar, lo mejor sería obviamente esperar a qué pasara la tormenta, pero mientras tanto una buena opción sería evitar un resfriado.

Ambos necesitaban encontrarse en condiciones para salir de allí lo antes posible, Toga se levantó y comenzó a buscar algún lugar con la mirada, había uno a lo lejos en el cuál había un corto techo de piedra, o lo qué parecía ser. Al menos los cubriría un poco de la tormenta eso si su vista no le fallaba.

— ¡Allí! — Señaló.

Intentaba ser hacia donde señalo, por desgracia, no podía ver tan bien, pero si Toga logro verla, confiaría en ella, ademas que ahora la lluvia empezó a caer, ambos van para aquel lugar, claro que Astolfo fue con algo de dificultad por su pierna.

-Bien, vamos.- Con algo de dificultad, se levanta y caminaba algo torpe, por el dolor, a donde señalo Toga, su pierna aun le dolía, y avanzaba algo lento, a tal punto en que ella ya iba muy adelante de él.

-Mmmmm....por cierto Toga, tu...¿te pones nerviosa muy seguido? sinceramente, no esperaba eso de ti.- Lo decía casi sin dudar, mientras ve como ella avanzaba y la lluvia seguía.

Le parecía un poco aburrido avanzar ella hacía aquél lugar y al girarse atrás ver a su adversario lejos de ella, tener qué regresar y esperarle, sin embargo la mayor parte había sido culpa de ella, por lo qué a pesar de no estar acostumbrada, regresó a ayudarlo tomando el brazo de el chico colocándolo en su hombro permitiéndole recargarse en señal de apoyo.

— ¿Parezco muy nerviosa? ¿Enserio? ¿Qué era lo qué no esperabas de mí? — Además de parecer nerviosa parecía también siempre estar desesperada por su misma demencia.

Les quedaba poco para llegar a aquél lugar qué comenzaba a verse con claridad, efectivamente era un techo de roca.

El joven viendo las acciones de la contraria, sonríe un poco al notar como esta le ayudaba y su forma de actuar, ahora también le parecía algo tierna su actitud.

-Pues ¿que es lo que no me esperaba de ti? pues...supongo que todo, no tengo que juzgar un libro por su portada.- Decía mientras llegaban a aquel lugar, una vez llegan abajo de aquel techo de roca, el joven se sienta mientras estiraba un poco su pierna lastimada.

-je, como duele...aunque bueno, se me pasara...¿tu no estas lastimada?- Decía de manera suave para verle nuevamente, y le sonríe para que ella también sonría un poco.