Prólogo y Búsqueda de Master (Libre)

Era aquella una noche fría en sobremanera, de esas que te hacen desear cubrirte con varias mantas y acercarte a la chimenea encendida en la desesperada búsqueda por un poco de confort ante la adversidad del tiempo. Si el escenario actual fuera al aire libre, podría apreciarse con facilidad que el negro cielo lloraba desconsoladamente, como quien ha perdido lo que más amaba. Podrían observarse los árboles sacudidos violentamente por vientos provenientes del norte, e incluso serían audibles los fulgurantes relámpagos que se abrían paso en medio de la espesa oscuridad.

Sin embargo, este no era en absoluto el centro de los acontecimientos. No, el ambiente en el cual se desenvolvían los sucesos era muy diferente. Pese a estar justo en el centro de aquella tormenta nocturna, aquel sitio era, por no decir menos, sumamente silencioso. Velas iluminaban tenuemente el sitio, permitiendo observar miles, si no es que millares, de libros acomodados minuciosamente en enormes estantes de madera.

Alzándose desde el pulcro piso de reluciente y enmaderado aspecto hasta el techo que parecía formado de concreto sólido, aquellos estantes albergaban dentro de sí ridículas cantidades de literatura de todas las naciones y de todas las épocas. Y es por eso mismo que parece sorprendente que un libro pudiera resaltar de entre todos los demás, como si fuese más importante en el resto. De apariencia vieja, de descuidado aspecto, colocado minuciosamente en el centro de un círculo mágico que había sido dibujado en el suelo con una tiza blanca, un borrador a mano de “A midsummer night's dream” lucía por mucho de entre el resto de libros en la sala.

Escuchose entonces, en medio de la penumbra y del silencio absoluto, un rezo de oraciones incomprensibles, que llenaba la habitación entera pese a haber sido pronunciadas en un susurro. Un ritual de invocación estaba siendo llevado a cabo en medio de aquella biblioteca, usando un viejo manuscrito de novela como único catalizador. ¿Realmente era posible algo como eso? A menos que el invocador tuviese el infantil o quizá lujurioso propósito de invocar a la reina de las hadas (o tal vez el de aprobar la clase de literatura), el ritual en si mismo no parecía ser más que una broma sin sentido.

Sin embargo, tan pronto como el hechizo de invocación fue pronunciado, el catalizador comenzó a brillar con suma intensidad. El propio círculo mágico se encendió al mismo tiempo en un cegador fulgor carmesí que anunciaba la correcta activación del mismo. Un estruendo sacudió entonces la biblioteca entera, causando que algunos libros cayeran de sus estantes, en tanto que todo rastro de luz que no proveniese de las velas a medio consumir fue reducido a la nada absoluta. Entonces, y solamente entonces, resonó una voz por toda la sala, prorrumpiendo con voz de potestad las siguientes palabras:

– ¡No vengo ahora a haceros reír; son cosas de fisonomía seria y grave, tristes, elevadas y patéticas, llenas de pompa y de dolor; escenas nobles, propias para inducir los ojos al llanto, lo que hoy os ofrecemos! ¡Los inclinados a la piedad pueden aquí, si a bien lo tienen, dejar caer una lágrima: el tema es digno de ello!

Los tacones de dos botas negras de antiquísimo y bien conservado aspecto produjeron un ruido seco al golpear el suelo. Siguiendo la vista hacia arriba, un pantalón negro de lino fino, una impecable camisa de algodón blanco, rodeada al cuello por una pañoleta anaranjada y cubierta además por un traje verde como la hierba del campo. El medieval aspecto no podía sino ser reforzado por la capa negra a sus espaldas y aquellos guantes del mismo color, dando el aspecto de un lord a quien vestía aquellas finas prendas hechas a la medida.

Era un hombre alto, por encima del promedio. Con un semblante radiante de entusiasmo, con ojos de sol y la sonrisa de un demonio victorioso, condecorados con una tupida barba y crispados cabellos, cuya tonalidad asemejaba a la de un hermoso violin de la más alta calidad. Sostenía en sus manos un libro a medio escribir y una pluma de ganso con la que escribía incanzablemente, a la par que avanzaba hacia el frente, sin dejar de hablar aquel monólogo suyo. Solamente cuando estuvo a un metro de distancia de quien había realizado el ritual, detúvose y mirole con curiosidad, finalmente preguntando una sola cosa:

– ¿Eres tú quien me ha invocado?

Ella toda su vida vivía en un mundo en el que todos le juzgaban con la vista, cargando con el peso sobre su mismo hombro una descendiente del mundo espiritual únicamente siendo la última guerrera con poseer sangre maldita que corre por sus arterias sanguíneas.  

Esta es mi historia…  

Mi nombre es Kuriyam Mirai, tengo la edad de 15 años. Comencé a vivir mi existencia desde 0 me aventure a lo desconocido un mágico lugar donde todos podía coexistir uno con otros sin importar de donde provenían y que clase de ser sobrenatural fuera. No tengo amigas/os fuera de esta Academia. La gente piensa que soy un bicho raro. Y es que a veces me pregunto si esta vida es de color arco iris o gris, cómo la lluvia. Es algo complicado…  

 
Hoy podía salir a las afueras de mi nuevo hogar, un día libre, y la pasaría dando un paseo por la biblioteca había escuchado que miles de libros podría encontrar de todas las clases y mi fascinación por la jardinería me llamaba era mi oportunidad podría leer un poco más sobre plantas. Al llegar a la biblioteca me encontré con miles estándares de libros por todo lado donde mi vista viera pase un largo rato buscando algunos libros de plantas y rarezas, algo me decía que no debía de estar ahí  y  era una noche muy fría y hacia luna llena. Había mucho viento y suponía que no llovería escuchaba el ruidos de las ramas mecerse. Decidí quedarme por más tiempo sin darle importancia la hora volvería en 30 segundos a la academia antes de que me cogiera el mal tiempo...hasta que...escuche un extraño susurro no lograba localizar de donde provenía aquella voz desconocida tuve temor en un principio no sé qué momento empezaba a moverse todo y a caerse los libros empecé a correr en busca de la salida pero entre más intentaba llegar a la salida mi alrededor cambia era como estar en una especie de laberinto sin salida.  




Era una biblioteca, no entendía nada, como había aparecido en un lugar distinto al cual me encontraba hace poco minutos estaba segura que accedí a la biblioteca hasta que aparecí en una más grande y extraña curiosamente había luciérnagas que alumbrado todo el lugar por lo cual no tuve temor de estar atrapada sola pero de repente, todo se llenó de luz oscura, algo mágico, había libros antiguos que se movían, otros que brillaban, la verdad es que no dé como explicarlo... Pero era increíble y mágico. Curiosamente frente a mis ojos apareció un extraño manuscrito desgastado el cual cayó sobre e mis pies en el momento que iba tomarlo cada respiración que tomaba, sacudía mi cuerpo con dolor empezaba a tener extrañas alucinaciones donde veía un extraño hombre de otra época por como vestía.  




"Tú eres la elegida...”  





Nuevamente escuchaba la misma voz continúe Ignorándola no entendía a qué se refería con ser la elegida. Mis huesos se sentían como si se estuvieran convirtiendo en acero. El fuego caliente ardía a través de mi sangre, mi garganta estaba seca. Pasaron solo unos minutos más hasta que mis piernas se colapsaron, completamente sin responder a mi deseo de moverme. A como pude me levante con las poca esfuerza que me quedaba tras hacerlo me vi envuelta en un curioso pentagrama mis ojos cambio de color por un rojo sangre.  





Caminaba hasta estar en medio del círculo mágico, me quitaba el anillo que usaba en una de mis manos, lo agarra fuertemente en la mano y comience a recitar un hechizo de invocación nunca antes había sabido conocer —Tú te pondrás bajo mi comando, y fuerza controlará mi destino. Conforme a las reglas del santo grial, tú que accedes a esta voluntad y razón, respóndeme... —Todo el ambiente se tiño de un color rojizo oscuro pero brillante, al igual que el círculo mágico que comienza a brillar con intensidad, apriete fuertemente el anillo en mi puño unas cuantas gotas de mi sangre caía en el pedazo de papel manchándolo.—  





Continuaba extiende mi mano derecha con fuerza invocando la magia del Santo Grial para poder invocar al servant que veía atreves de mis ojos su físico era claro y continúe con el hechizo --Presta atención a mis palabras. Mi voluntad creara vuestro cuerpo, y vuestra espada creara mi destino.si vosotros accedeis a mi voluntad y razon, entonces ¡Responded!. Por la presente juro que voy hacer todo lo bueno que hay en el mundo. Que alejare todo mal en el mundo.Más allá de la noche que me cubre, negra como el abismo insondable, doy gracias a los dioses que puedan existir por mi alma inconquistable.Sé que en algún lugar entre las nubes he de hallar mi destino junto al tuyo; no odio a quienes son mis enemigos, no amo a quienes debo defender;aunque el frió me queme, aunque el miedo me muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en mi alma, aún hay vida en tus sueños, que compartiré contigo.-  




Unos segundos bastaron para que la luz se disipara, dejando ver una figura humana, aquel que le ayudaría a partir de este momento en el camino para salvar a la humanidad. Observando aquella presencia que se mostraba ante ella no supo como responder , se encontraba confundida mirando su alrededor comprando por si misma que nada había sido un sueño, típico  de ella únicamente repetía la misma frase acompañada de una sonrisa por alguna rara razón.


--Q.que desagradable--

– ¡Desagradable! ¡Si, esa es la palabra indicada! Adentrose tan bella dama en los lúgubres rincones de una humilde biblioteca. Buscaba afanada un libro. Un simple libro de jardinería ¡Pero cuán infame es el destino! ¡Cuán vil y caprichosa puede llegar a ser la pluma en las manos de Dios! ¡Que arrastrare a la jovial y hermosa doncella directo hacia el filo de la espada y el camino de la sangre sin importar cuánto ella se resista! Eso, my Juliette, es cruel. Es trágico y ruin. Es, sumamente desagradrable. Pero también es hermoso en gran manera. Es una sublime tragedia, y no existe nada más hermoso que eso.

El escritor cerró entonces el libro que llevaba consigo, de forma que este desapareció en sus manos, como polvo que lleva el viento. Polvo brillante y dorado, luminoso y casi mágico, pero polvo al final. Y así, habiendo ocultado su instrumento más preciado, el elocuente caballero se inclinó ante la mujer de cortos cabellos, en gesto de reverencia tal vez, o quizá como mero gesto de cortesía; incluso no era imposible que se tratase de un genuino acto de alabanza ante la persona de la chica, misma que el espíritu heroico encontraba tan emocionante.

Fuere cual fuere el caso, el hombre no tardó en incorporarse nuevamente, con una sonrisa satisfactoria y victoriosa, de esas que producen confianza y admiración de solo verlas. Y fue entonces que dio presentación a si mismo, por una vez y para siempre, dándose así a conocer de forma abierta ante quien sería, a partir de ese momento, la persona más importante en su vida.

– Soy el espíritu heroico de clase Caster. Mi verdadero nombre es William Shakespeare, el mundialmente afamado escritor inglés. Y dado que tú, Mirai Kuriyama, has tenido la osadía de invocarme a través del santo grial, te serviré con mi vida toda hasta el día en que nuestro pacto culmine o en que la muerte nos separe.

Y extendió de vuelta la mano el servant, de forma que una espesa nube de polvo brillante comenzó a revolotear en su palma hasta que hizo aparecer el mismo libro de hace unos instantes. Mismo, que abrió de forma eufórica y energética, dando la apariencia de que lo abría al azar, y que sin embargo causó que se abriese justo en la última página consultada, aquella que aún estaba siendo escrita. Fue en ese momento, ya con la pluma puesta sobre el papel, que Aka no Caster volvió a dirigir palabra a su master, con una amabilidad y una energía dignas de reconocimiento.

– Ahora bien, si tienes alguna pregunta, my Juliette, estoy en la mejor disposición de contestar tus dudas. Trataré de ser breve y conciso con la intención de no perderte en mis vanas palabrerías, mas habrá ocasiones, y pido disculpas, en que mi poesía no podrá ser retenida.

Todo sucedía tan inesperadamente jamás hubiera imaginado convertirse en Master y ¿qué significa ser uno? muchas preguntas se hacía así misma silenciosamente, en unos cortos minutos empezó a dar pasos inquirentes de uno lado u otro pero por alguna razón aquel escritor poeta lograba tranquilizar sus inquietudes al escuchar su suave voz masculina abra sido las palabras que salía de sus labios las que le daba confianza y tranquilidad.



Atenta le miro cada gesto, cada movimiento y palabrería le intrigaba al punto de memorizarla volviéndose importantes para quien ahora compartía un lazo mutuo, ansiaba continuar escuchando su melodiosa voz de época atrás. Curiosamente aquel brillo dorado era como presenciar un acto de magia o mejor dicho él era alguien increíble y atreves de sus ojos era como ver las estrellas con su mirada mi reflejo, Y con su sonrisa le despertaba. Mágica esa noche en que entraba en su vida reconfortando, Cuán mágico y afortunado ese momento que presenciaba sin medidas. Solo se dejaba llevar por tan deslumbrante momento. Vaya momento, que no se daba cuenta que ya amanecía tan velozmente pasó el tiempo.



–Q…qu..que es tan repentino. E-encantada de conocerte Sr William m..m.mil disculpa por mi atrevimiento de llamarle con tanta confianza por su nombre, debo llevarte Shakespeare o quizás Caster– Intento ser Cortez y elegante tras hacer una pequeña reverencia no dejaba de sorprenderle volvió a perderse en su mágico libro, se preguntó qué clase de libro seria el que sostenía en su mano no era muy común debía ser importante para su propio portador.



–No tengo una sino muchas de ellas, ¿Cuál es mi papel de ser Master? ¿Qué hace un master? No término de comprender lo sucedido ¿Santo Grial?– Su mente se volvía confusa con tantas interrogantes que le hacía al Servant. Se podría apreciar con bastante claridad el rostro pálido de mirai todo era resultado a usar bastante de su sangre le perjudica cansancio su mismo cuerpo se debilitaba, sufría de anemia el sentirse débil o cansada que de costumbre. Temblorosamente acomodo sus lentes dejando escapar un leve suspiro antes de ponerse el anillo dorado que mantenía sus poderes sellados. Los primero rayos del amanecer entraba por las aberturas de las ventanas de la biblioteca alumbraba hacia su rostro. –La vida puede ser tan hermosa como demoledora. Caster  creo  que eres como una viña: atesoras la luz y la repartes transformada en racimo. La vida me ha enseñado: Que la gente es amable es un gran tesoro. Tu eres reconfortante como los primeros rayos del amanecer o al ocultarse muy hermoso, mágico.– antes de dar un paso más e intentar acercarse hacia él, su vista se nublaba a punto de desmayarse y con suerte caer cerca de su hombro con una sonrisa de felicidad entre lágrimas.

Deseoso estaba el escritor, y en toda la disposición, de contestar cuanta duda surgía en el corazón de su nueva «soulmate», mas le sería imposible contestar siquiera una de las tantas formuladas. Y es que el destino es demasiado grande para nosotros y acciona de formas que no podemos, ni podremos, entender mientras sucede. Tal fue así cuando vio el servant a su propio máster desplomarse en acto, víctima quizá del agotamiento, víctima quizá de la enfermedad, pero claramente deshecha físicamente, a grado tal que de un segundo a otro yacía ya inconsciente en brazos de Caster.

Pocos habían sido los segundos que él tuvo para reaccionar, mas ya había anticipado aquel lo que estaba por ocurrir. Si algo caracterizaba a este hombre, aquello era su perspicacia a la hora de observar. Como buen narrador, se enfocaba en resaltar hasta el más ínfimo de los detalles, permitiéndole notar de antemano el pálido color de la mujer y el poco balance que podía guardar en pie. Shakespeare no le dijo nada. Solamente habló de forma natural, y esperó el momento preciso en que el agotamiento la hiciera caer para poder atraparla en sus brazos, apegándola a su pecho.

– Descansa, my Juliette. A partir de ahora, tu tragedia crecerá y crecerá, acrecentando de la misma forma tu inagotable sufrimiento. Clamarás a Dios pidiendo morir, y aún ese deseo te negará. Pero de cierto de cierto te digo, que una gran diferencia hay ahora en tu historia; y es que no volverás a luchar sola.

Cargó entonces el hombre a su joven e inexperta maestra, como se carga a la novia en su noche de nupcias, y salió así con ella de aquel palacio del conocimiento, como novio que sale de la iglesia convertido en esposo, pues ha unido su vida a la de su mujer para convertirse ambos en una sola carne. Y llevándola en brazos caminó hasta sus aposentos, recostándola con cuidado sobre la cama, como a mujer que lleva a su luna de miel. Incluso tuvo aquel la osadía de besar la frente de la joven mientras esta dormía, llevando de por medio una sonrisa enigmática.

– Hay para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas desnudas. Concédeme tan sólo una dulce mirada, y eso me basta para desafiar el furor de todos.

Citó el escritor con suave y cálida voz, sentándose entonces al lado de la castaña, en una vieja silla de madera que claramente pertenecía al instituto hace años ya. Y al verse confinado por su propia mano en aquel asiento, aguardando que su invocadora recobre las fuerzas para levantarse, el escritor puso la tinta sobre el papel, comenzando a narrar en voz alta a la vez que escribía en ese libro suyo.

– ...Y quedó la belleza en la habitación, y fue ese cuarto su fortaleza y su escudo. Castillo amurallado para detener los ataques del enemigo, santuario y refugio de todo intruso e invasor. ¡Forzaron la entrada y no pudieron abrirla! ¡Golpearon los muros y estos se mantuvieron! ¡No hubo gigante en toda la tierra que pudiera derribar la puerta, y no hubo terremoto que pudiera sacudirla! Pues era aquel el santuario de los sueños y de la alegría, de la esperanza y del amor.

Pasó así horas el escritor, reinventando con elocuencia el cuarto de la chica. Podría parecer que estaba matando el tiempo, escribiendo historias sin sentido y bellos poemas a falta de mejor pasatiempo. Mas era en realidad que el Caster fortificaba el hogar de la joven con sus palabras, a fin de convertirle en una verdadera fortaleza. Con cada palabra, los muros se hacían más resistentes. El suelo se hacía más firme, y la puerta se volvía más inviolable. En cuestión de minutos, la habitación se había vuelto completamente impenetrable aún para el propio Shakespeare, a menos que su master consintiere en dejarle pasar.

Y pasadas las primeras horas, su glosalía era suficiente para recrear un verdadero palacio en el interior de esa pequeña habitación estudiantil. Donde antes había un pequeño cuarto con una cama y un librero, ahora había una amplia suite de lujo de estilo medieval, adornada a tope con oro y piedras preciosas, con exquisitos cuadros en las paredes que recordaban a distintas obras de Shakespeare, con armarios repletos de ostentosas prendas, e incluso con una puerta de cristal que daba a un balcón, desde el cual se podían apreciar los jardines de la escuela de forma panorámica.

– Este sí es un aposento digno de my Juliette.

¿Dónde estoy? ¿es un sueño? ¿estos recuerdos?


Era una tarde como cualquier otra, con los pájaros cantando y con las flores; dando señales del comienzo de la primavera, floreciendo. Cada acorde le parecía una excepcional obra de arte, una melodía que podría escuchar hasta la tumba. Sus dedos eran veloces al escribir, como las gacelas al ser perseguidas por leones hambrientos. Pequeños cabellos cortos caía sobre su nariz provocándole cosquillas, y él simplemente soplaba hacia arriba para correr un poco aquel molestoso mechón de pelo castaño casi rojizo, mientras escribía tocaba con mucha precisión sin errores o machones con delicadeza cada palabra de aquella novela.

{ William que estarás escribiendo}

No supe que sucedía ¿me encontraba en uno de sus recuerdos? mantenía la mirada fija en él, y su corazón no dejaba de latir más de lo normal ¿que era estos sentimientos? Sería posible era como vivir las emociones y sentimientos del aquel escritor. A pesar de que apenas lo había visto e intercambiado pocas palabras era su Servant, este se había convertido en alguien especial.Tuvo la grandeza de conocerle un legendario dramaturgo de Inglaterra, caballeroso y de voz suave hipnotizate. Colocando la importancia de la historia por encima de todo, se conducirá a sí mismo para poder presenciar el desarrollo de una gran historia hermosa y sin comparación. Cada vez que intentaba acercame para poder ver lo que redactaba parecía muy inmerso Shakespeare estaba tan tranquilo, sus manos no sudaban aunque estuviese cansada. Estaba tan curiosa y ansiosa por ver uno de sus tantos escritos, y por eso intentaba acercame creer más en mi misma de que nada era un simple sueño lo que presenciaba con entusiasmo. Me causo observarle con una sonrisa ¿será una de tus obras?

{ ¿Romeo and Julieta? Antes le llamaste así…recuerdo haberme sentido cansada por causa de mi anemia me abre desmayado}  

Fue así como me le acerque como los niños curiosos queriendo saber más. Cuando estuve tan cerca para poder leer su obra apoyaba mi mentón en su hombro supuse que si lo hacía no se percataría de nada después de todo solo era uno de sus recuerdos el que vivía, me quedaba perdida tras leer sin pausar me intrigaba cada vez más era una de sus obras más famosas. Tan perdida me encontraba que no sabía en qué momento empecé a leer en voz alta.


¡Silencio! ¿Qué ilumina
desde aquella ventana las tinieblas?
¡Es Julieta, es el sol en el oriente!
Surge, espléndido sol, y con tus rayos
mata a luna enferma y envidiosa,
porque tú, su doncella, eres más clara.
No sirvas a la luna que te envidia.
¡Su manto de vestal es verde y triste,
ninguna virgen ya lo lleva, arrójalo!
¡Es ella en la ventana! ¡Es la que amo!
¡Oh, cuánto diera porque lo supiese!
Habla, aunque nada dice; no me importa,
me hablan sus ojos, les respondo a ellos.
¡Qué idea loca! ¡No es a mí a quien hablan!
Dos estrellas magníficas del cielo
ocupadas en algo allá en la altura
les piden a sus ojos que relumbren.
¿No estarán en su rostro las estrellas
y sus ojos girando por el cielo?
El fulgor de su rostro empañaría
la luz de las estrellas, como el sol
apaga las antorchas. Si sus ojos
viajaran por el cielo brillarían
haciendo que los pájaros cantaran
como si fuera el día y no la noche.
¡Ved cómo su mejilla está en su mano!
¡Ay, si yo fuera el guante de esa mano
y pudiera tocar esa mejilla!


{Que hermoso}


Ese fue mi pensamiento sin imaginarme que la historia de aquellos amantes se volvería trágica."Romeo y Julieta". ¿Fueron los amantes "cruzados por las estrellas" condenados desde el principio, su triste futuro determinado antes de que se conocieran? ¿O son los eventos de esta famosa obra una cuestión de mala suerte y oportunidades perdidas?


{"¿están nuestras vidas y destinos predestinados?"}


Luego de unos minutos o horas empezaba sentirme como nueva a punto de despertarme un no deseaba hacerlo, se fue más aquel recuerdo ajeno lejano. No sabía por qué, pero recordé un día momento en especial. Yo ya sabía que Caster no solo admiraba la belleza que emanaba de todo su ser. El recuerdo había terminado, y una nueva canción comenzaba a sonar por toda la habitación. Cambió de posición y ahora estaba boca abajo, con la vista tapada por la almohada. Por una pequeña abertura de la puerta veía entrar la luz, acomode mis gafas para poder ver mejor por mas somnolienta que me encontraba me quede sentada en la suave tela de la cama por donde quiera que veía parecía gigantesca, hermosa con tanto decorado, cuadros, libros miles de cosas más en una misma habitación era posible o estaría en otro recuerdo pero no era así lograba escuchar la voz y la presencia de Caster no tan lejos.

--¿Q-QUEEEE ?!! NO , NO Y no debe ser otro raro sueño o abre muerto—

Tras salir de la habitación era aún más sorprendete era una locura un lugar así de lujoso parecía de otra época muy lejana  y en mi rostro se podía contemplar el asombro  parecía irreal seguramente de que no fuese otro sueño empecé entrando de habitación en habitación y cuando ya estaba a punto de dejarme caer sentada en el suelo ahí estaba el de espalda mirando hacia horizonte que tanto veía parecía estar disfrutando la vista , silenciosamente me le acerque por detrás picándole con mi uno de mis dedos su espalda.

--¿Que este lugar?--

El escritor estaba profundamente inmerso en aquel muro de cristal a través del cual el mundo exterior le era reflejado, como una sombra, tan cercano y tan inalcanzable al mismo tiempo. Como una imagen que se puede ver tan real a la distancia y que es, sin embargo, algo tan lejano de ser cierto en nuestras vidas. ¿Sería esa acaso la forma en que el hombre se sentía? Siendo aquel el espectador de un mundo que ya no era el suyo, contemplando con un sentimiento de extrañeza cual había sido, mas no era ya más, la realidad de la que en vida había formado parte.

Esto, en cierta forma, le parecía divertido. Era irónicamente trágico. El hombre que vivió toda su vida tratando de ver la belleza en el sufrimiento de las vidas de aquellos personajes de ficción a quienes daba aliento con cada trazo de su pluma, era ahora un juguete del santo grial. Un ser cuyo propósito estaba definido ya, y no era otro sino enfrentar a seis de los más grandes héroes de la historia en una guerra a muerte por el derecho a cumplir un deseo. Era una historia digna de ser escrita, sin lugar a dudas.

La inevitable tragedia de ver a tantas personas matarse entre ellas a cambio de la pequeña posibilidad de cumplir los anhelos más grandes de su corazón era, por otro lado, un deleite para el propio Shakespeare. Solo pensar en la incertidumbre que aguardaba en aquella guerra y en los posibles escenarios en los que podría culminar aquella obra maestra ya le entusiasmaban en sobremanera. Pero algo no encajaba conforme iba reconstruyendo aquellas ideas en su cabeza; y es que no tenía sentido su presencia en aquella guerra.

Es decir, el propio conocimiento que el grial le había dado dictaba que todos los espíritus heroicos eran invocados porque deseaban cumplir un deseo que en vida jamás consiguieron. Si aquello era verdad, entonces había algo que no encajaba en la persona del mismísimo escritor, y era su motivación. Sí, es cierto que deseaba ver una historia sin comparación, digna de aplaudirse de principio a fin. Pero no había una idea que quisiera materializar una vez la guerra culmine. No tenía nada para pedir al grial, y eso le intrigaba. ¿Su deseo de ver la guerra era suficiente para ser invocado? ¿Acaso su master no tendría un deseo tan potente tampoco? ¿Estaba el grial ocultando información?

Una oleada de dudas comenzaron a rodear al Caster hasta dejarlo absorto en la duda y la confusión, comenzando a preguntarse por su propio propósito o el de su maestra en aquella guerra. ¿Acaso el grial planeaba de antemano las historias, como un dios caprichoso que acomoda a sus creaciones como piezas de ajedrez para ver el desenlace más placentero? ¿Tenía realmente algún sentido la guerra del grial? ¿Algún deseo puede considerarse más importante que otro? Sin embargo, todo planteamiento se hizo cenizas en el aire con un solo toque. Un toque de aquella chica en la espalda del castaño.

« ¿Qué lugar es este? »

El cúmulo de cuestionamientos entenebrecidos del escritor se disipó al instante, aterrizándole inmediatamente en el lugar donde siempre estuvo parado. En aquel castillo de fantasía creado en la habitación de la mujer a quien había jurado su fidelidad eterna. La información era escasa, pero era obvia. Era tan obvia que tenía que decirlo. Tenía que dejárselo bien en claro a la chica que lo preguntaba. Así que dio media vuelta, quedando frente a ella, y exclamó con una sonrisa eufórica y una voz de guerrero en son de victoria:

– ¡Este es tu hogar, my Juliette! ¡Nada menos, pero sí mucho más, que la misma habitación donde duermes cada noche! Me he tomado la libertad de hacer un poco de espacio; espero con toda sinceridad que sea de tu agrado.

"A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa”



Mirai siempre supo que no encajaba en este mundo; torpe y un poco distante, inteligente e insegura a la vez. A sus 15 años su único consuelo es la jardinería en donde imagina una vida perfecta sin desilusiones. ¿Qué harías si tu vida no fuera la misma de la noche a la mañana? ¿Ahora compartía sus sueños y deseos con aquel gran espíritu heroico?


William Shakespeare es un hombre legendario dramaturgo de Inglaterra, un caballeroso escritor con cual compartiría emociones, sentimientos y aventuras muchas de ellas.


Son muchas veces deseaba desaparecer de este mundo, ¿la razón? Fácil, su vida no había sido tan sencilla en absoluto. Pero ahora todo era distinto no estaba sola luchando, ahora lo tenía a él le daba la confianza que necesitaba para no dudar de sí misma. ¿Aún existían dudas en ella? ¿Sería lo suficiente capaz y digna de ser llamada su Master? Le preocupaba un poco el pensar de Caster. Existieron pocos momentos en los cuales se sentía muy feliz, pero uno de ellos y el más reciente era más ni menos el y que grandiosa puede volver la vida en unos pocos segundos trayendo consigo una gran cálida fortuna de felicidad y asombro.  


"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos"


–E-es asombroso y lujoso no creo ser tan merecedora. ..Pero si lo compartimos juntos lo es todo, gracias por cuidar de mi–

Camine directo al balcón. Observando la hermosa vista que hace unos pocos minutos admiraba su Servant   la vida le obsequiaba un inmenso tesoro poético, se giraba un poco para verle desde atrás ofreciéndole una gran sonrisa amable llena de luz y el viento fresco acariciaba sus cortos cabellos.





–Me convertiré en merecedora de tu compañía y poder, me volveré alguien digna de tenerte cerca–  Al terminar de aquella palabras llena de confianza se le acerco lo suficiente para quedar frente a él y alzando su dedo meñique esperando que este lo entrelazara con el suyo. –Es una promesa–

El servant quedó sorprendido ante las palabras que la joven castaña declaraba con tanto júbilo y determinación, pues no esperaba, a decir verdad, encarar una actitud como la que acababa de recibir de aquella que era ahora su master. La explicación detrás de esto es realmente simple, resumiéndolo en el hecho de que el escritor jamás había experimentado de primera mano el contacto con una personalidad tan alegre y tan amable, de esas que solamente los libros podían ofrecer. En un mundo tan infame como es el del teatro, donde todas las personas llevan una máscara puesta en más de un sentido, una persona tan pura era un hecho inconcebible para el dramaturgo.

No logró, pues, evitar que aquel extraño sentimiento que no lograba explicar, viésese reflejado hacia el exterior con una sonrisa sincera. Quizá la primera del hombre en muchos, muchos años. Respondió entonces al gesto de su invocadora entrelazando su dedo meñique con el de la contraria, y cambiando aquella expresión sonriente suya por una más firme y sagaz, pero igualmente alegre, como denotando un gesto de confianza y complicidad ante las afirmaciones de su compañera.

– Esa alma tuya, tan fugaz y resplandeciente, tan débil y tan inquebrantable que tienes, ya merece más que lo que las ilusiones tejidas por las palabras de este hablador pueden ofrecerte. Pero solo eso tengo, y solo eso puedo darte. Si realmente estás dispuesta a tomarlo, mi ingenio de papel y mi corazón de tinta estarán a tu servicio.

Extendió entonces la mano libre a un lado, haciendo aparecer entre rastros de luz aquel característico libro suyo, mismo que fue invocado abierto, listo para leerse o para escribir en él. Y soltando suavemente a la contraria, hizo aparecer en la mano restante la pluma de ganso con que siempre escribía. Y habiéndose ya posicionado para escribir, comenzó su redacción de forma impasible y desenfrenada, mas no con la vista en el libro, sino en la joven que lo acompañaba. Misma a quien dirigió palabra nuevamente, con un gesto de cordialidad, dispuesto a concluir lo que había comenzado.

– Ahora, pues, que tu salud ha mejorado y que el tiempo no nos persigue como sombra de muerte, estoy en disposición de explicar las preguntas que no fui capaz de resolver hace unas horas. Así que toma asiento, my Juliette, come palomitas y disfruta de la función.

A continuación, todo se entenebreció en un pestañeo, como cuando se apaga la luz de una habitación en una noche de profunda oscuridad. Un reflector entonces se encendió desde arriba iluminando únicamente el área donde estaba la joven Mirai, revelándola entonces sentada en un sofá tipo cine, con un balde de palomitas y un gran vaso de soda entre sus manos. Posteriormente, otra luz iluminó directamente un altar unos metros al frente de la joven, sobre el cual se hallaba un cáliz de color dorado, el cual resplandecía intensamente

– La Guerra del Santo Grial es un ritual que se celebra en occidente cada periodo indefinido de tiempo. El objetivo es bastante simple: conseguir el Santo Grial, el cual se dice tiene el poder para conceder cualquier deseo a su portador. El Grial personalmente elije a siete personas para participar en este ritual.

En ese momento, siete luces más aparecieron, y con ellas siete títeres de madera, del tamaño de personas reales, sin rostro o ropa alguna, los cuales estaban de pie rodeando al grial de la siguiente manera: Tres detrás del Grial, otros dos a la izquierda del Grial, y dos más a la derecha del mismo.

– Estos personajes, generalmente magos de gran poder, son denominados como "Master". Ellos compiten en una batalla a muerte, en la cual el único superviviente será el que tenga derecho al Grial. Pero, por supuesto, sería aburrido ver pelear a siete magos solamente. Así que, con el objetivo de hacer todo más apasionante...

A espaldas de cada títere, una figura de oro hizo acto de presencia. La primera era un caballero medieval, con una espada en manos. La segunda era un arquero, al más puro estilo de Robin Hood. La tercera era un caballero con una lanza. La cuarta tenía una larga túnica y una vara en la mano derecha. La quinta estaba montada sobre un caballo. La sexta llevaba capucha dos dagas, y la séptima era una bestia similar a un minotauro.

– Cada Master lucha codo a codo con un Servant. Un espíritu del pasado, cuya fama se haya extendido por todo el mundo. Generalmente denominados como "Espíritus Heroicos", estas almas atormentadas por deseos que no pudieron cumplir en vida luchan junto a sus Masters para poder conseguir el Grial también. Esto es la Guerra del Santo Grial.

En ese momento los títeres comenzaron a sacudirse, como si acabasen de salir de un profundo trance, y una vez se despabilasen por completo, comenzaron a pelear los unos con los otros, con una violencia desgarradora, de modo que incluso salían volando astillas con los golpes que se daban. Uno de los Servants, el Archer, hizo pedazos al Master del Rider a punta de flechas, mientras el Saber y el Assassin se batían en duelo, resonando como los metales que eran a la hora de intercambiar espadas. Se quitó entonces la capucha dorada el Caster, revelando así que era el propio Shakespeare, y golpeó el suelo con el báculo, haciendo que todo lo antes visto se desvanezca en polvo brillante, acto tras el cual la oscuridad se desvaneció, volviendo ambos al castillo en que en un inicio estaban.

– Es un evento horrendo. No se trata del "Torneo del Santo Grial" o del "Festival deportivo del Santo Grial". Es una guerra. Y en las guerras muere gente inocente de formas crueles e inmisericordes, y no suele ganar el justo, sino el que es más poderoso y más inteligente. Pero sobre todo, aquel cuya voluntad es más fuerte. Por eso, Kuriyama Mirai, necesito saberlo. El Grial te ha escogido por una razón. ¿Qué deseo tuyo es tan poderoso para que el Santo Grial te haya elegido?

Tomando sus palabras con toda confianza me puse cómoda y las palomitas le encantaba tanto que dejaría el recipiente vacío y resplandeciente, ante cualquier ataque de pánico que le sucediese, literalmente lo primero que se le viene a la mente es ver una película; sentarse, analizar, relajarse y disfrutar de una buena obra maestra creyendo que todo tiene un buen final de la historia pero no todo es como deseamos o creemos. Así de inesperada era la vida muchas veces injusta.


¿Todos tenemos algún momento que nos ha marcado la vida significativamente? Por ejemplo, una imagen, dato o acontecimiento que se te quedo grabado en la memoria incluso años después de aquel suceso. Un momento que recordarías durante toda tu vida, sin importar cuanto tiempo pasase, que incluso con una sola mención, los pelos se te ponen de punta. Por supuesto que, tal acontecimiento, casi nunca sucede en realidad. Podría decirse mil y una veces que tuviste un momento que te impacto de manera descomunal, pero, ¿Hasta qué nivel? ¿A qué precio? Realmente existen muy pocas cosas que te dejarían marcado de por vida, aunque por supuesto  estaba generalizando, ya que es imposible o más bien nada podría ser imposible  lograr hacer una lista con los distintos sucesos que marcarían igualmente a distintas personas.


Por la mente intelectual de nuestra protagonista pasaba los sucesos impactantes y crueles como si estuviese viviéndolo en ese preciso momento su mirada no podía desviarse del reflector de lo que veía en ese preciso momento. Ahora teniendo sus dudas y respuesta contestadas ¿pero ahora tendría más?


¿Cómo podría aceptar la despiadada verdad de lo que era realmente el Santo Grial? una carnecería donde muchos inocentes moría sin importales nada más que obtener su deseo. Como explicar, Por ejemplo, como las ‘’personas’’ se prestaba tal batalla sin tener ni la mínima culpa o remordimiento de involucrar vidas inocentes en una batalla entre magos y Sevants con tal de obtener la copa dorada. Como las personas lograban superar, en ocasiones, algunos traumas que, en nuestras propias palabras, ‘’nos marcaron de por vida’’. ¿Esto significa que esas personas estaban mintiendo o solamente exagerando las cosas, como usualmente hacemos? Pues algunos casos sí, pero en otros solamente dicen la más pura verdad por más dolorosa que sea, solamente que lo van ‘’superando’’, cuando en realidad solo dejan atrás esos recuerdos. ¿Cómo se suponía que debía responder correctamente a su pregunta? Que no terminaba de entender del todo ¿Por qué me había elegido a mi Santo Grial? Conque propósito, cuál era el plan o la explicación a todas mis dudas que regresaba a mí.


—M…mi deseo es acabar con esta GUERRA con tu ayuda, quiero por poder salvar a las personas que amo…no fui capaz de salvar a mi madre murió injustamente por aldeanos donde solía vivir parte de mi niñez y no pude salvar a mi hermana todo tuve culpa no fui lo suficientemente fuerte y lista en aquel entonces pero—


¿Cómo era posible que una persona se meta tanto en tu mente, a tal punto que sientas su presencia todo el tiempo? Recordaba la calidez de sus brazos al ser cargada cuidadosamente como si se tratase una bella flor delicada o de una damisela en puros, el olor a tinta sobre el papel blanco una obra recién escrita, el tabaco y la menta, la suavidad se trataba de Caster los colores se le subía a las mejillas en que estaba pensando en un momento tan delicado e importante para ambos. Dicen que solo las almas gemelas pueden tener sueños compartidos, aun si ellos están separados en la otra punta del mundo o no se conocieron ninguna vez en su vida; porque tienen una conexión especial inexplicable. ¿Podría ser esto cierto? O ¿Quizás compartían un mismo deseo que desconocía ella o él?


—N..no sonríe muy a menudo, es lindo saber que puedes sonreír con tanta confianza, William yo solo puedo ofrecerte mi alma, vida y corazón. Cumplir tu más anhelado sueño hasta dar mi último aliento de vida si así solo puedo cumplir tu o tus deseos me esforzare por ser digna de ser tu Master mi Romeo ayúdame a descubrir el propósito de nuestra unión—

El escritor escuchó atentamente a las palabras de su soulmate mientras esta expresaba con denuedo sus sentimientos por el dramaturgo y por la situación que ambos enfrentarían a partir de ahora. La simple concepción en su mente de un personaje como lo era su master le resultaba en un éxtasis incomparable. Era como ver en carne propia a la mismísima Julieta Capuleto, quien era en sí misma la encarnación del dorado amor refinado a través del trágico fuego de la desventura. Su deseo por luchar contra la injusticia y dar la vida incluso por defender el amor y la felicidad le resultaban admirables, por decir poco. No, más que eso... Finalmente el escritor no tenía palabras para describir el sentimiento en su corazón.

Shakespeare había dedicado su vida a escribir historias donde el amor solía tener un papel protagónico y, sin embargo, aquel no comprendía cómo era el sentimiento de primera mano. Unido tan solo a los dieciocho años en un matrimonio forzado, el joven William no era capaz de concebir que aquel acto que solo servía para empoderar a las familias ricas y formalizar tratos meramente económicos y políticos tuviera algo que ver con el amor. Fue con esa idea en la cabeza que huyó de su propia casa a temprana edad y se refugió en la oscuridad de su tintero y en la profundidad de sus largos escritos, imaginando desde lejos cuál sería la forma de esa emoción que la gente llamaba "amor".

Su aventura en la búsqueda de dar forma a ese espectro ilusorio le convertirían en el más grande escritor de su época y en el propio icono de la literatura inglesa. Sin embargo, el precio a pagar por una vida moldeando el amor a las páginas de sus escritos sería no poder ver el amor verdadero con sus propios ojos. Tanto era así, que aún en su lecho de muerte solo hubo un artículo heredado a la que se supone era su mujer: la segunda mejor cama de la casa. Muchos a lo largo de la historia han especulado que aquello era un acto simbólico de amor, pero el propio Shakespeare sabía con qué motivos había hecho aquello, y no eran sino una simple muestra de su profunda indiferencia por una mujer a la que se le obligó a estar atado.

Tales eran las causas por las cuales el ya difunto dramaturgo que había sido vuelto a la vida no veía a la joven Mirai sino como una pintura hecha a mano por sus propios escritos de fantasía. Un sueño en la piel de una hermosa doncella, pero un sueño a fin y al cabo. Algo que le parecía tan irreal que no era capaz de mirarla como a una persona de verdad, sino como a un personaje salido de sus muchos guiones; una hermosa Juliette plasmada en el mundo por obra del incierto destino o como producto de la caprichosa casualidad, pero que, en cualquiera de los casos, no pertenecía a esta realidad.

¿Sería así acaso como la joven Mirai veía al propio dramaturgo? Aquel que había sido invocado desde el pasado por obra de un objeto mágico que cumple deseos con el único propósito de servir a su maestra... ¿No sonaba acaso aquello como un cuento de hadas? Y sin embargo, ahí estaba él, y ahí estaba ella. Los dos, entrelazados aún a través del espacio y el tiempo por el alma misma, conectados por un vínculo más fuerte que cualquier otro, de pronto en la profunda necesidad de velar por la seguridad del otro... ¿Cómo se llamaba eso? ¿Tenía nombre aquel sentimiento? ¿Podía ser aquello lo que la gente llama... Amor?

– Tranquila, my Juliette. Las cosas sucederán a su respectivo tiempo. En ese momento, descubriremos qué voluntad ha sido tan poderosa para unirnos como uno solo. Pero no debes afligirte por ello. Aún si el motivo es desconocido, un lazo más fuerte que cualquier otro nos ha unido, y eso no cambiará. Así que estaré a tu lado y cuidaré de ti con todas mis fuerzas, y no habrá estrella en el firmamento que brille con tanta luz como el sentimiento en mi pecho que ahora mismo desea salvaguardar tu hermosa sonrisa.

El Caster miraba con un gesto amable los ojos cristalinos de su joven compañera de vida, al tiempo que le sujetaba delicadamente del mentón, levantando con suavidad y con ternura el semblante de aquella en dirección al suyo.

– Una dulce mirada almendrada protegida débilmente por dos cortinas de cristal, salvaguardadas, pero exhibidas al público, como las finas joyas que son en realidad...

Pensó el dramaturgo para sí mismo y, sin embargo, las palabras salieron de su boca sin el menor atisbo de inseguridad, antes que aquel se diese cuenta, y habían sido pronunciadas por sus traicioneros labios antes que su voluntad pudiera sellarlos.

Es increíble en esa palabra llamada amor que es?


Lo primero que me llega a la mente es sentir en cada latido de mi corazón que pienso que El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. Con cada palabra o verso e canto o sólo tener flores para responder...La verdad es que somos distintos a pensar en cierta forma, pero prefería estar con su Romeo que la entendía  no solo  Cómo por lo que era, solo necesitaba su cariño con cada parte de una flor. Que si te caes, te levanto; y si no, me acuesto contigo. Aquel sentimiento cálido en su pecho era ¿amor? es aquello que nos mueve a admirar y conocer la belleza pura. La conexión es tan evidente que ambos seres intentaba dar el paso y expresar lo que sentían compartiendo el mismo anhelo. Un vínculo de amor y afecto conlleva una relación inexplicablemente mágica, única entre los presentes.  


Brillando como una perla en el firmamento contemplaba su alma. Tan jovial, es ahí cuando brilla con más intensidad que nunca, haciéndose cargo de llenarme de seguridad dejando atrás los temores a lo desconocido solo con su presencia, un simple roce de nuestros dedos enrojecía mi rostro.Ya no había vuelta atrás "Antes de que despertara , si llegase ser solo un sueño, mi ser , mi alma y corazón prometía tres cosas, uno, empezare a amarte y valorarte, así verás la vida desde un punto de vista más positivo, segundo, te amé en la vida pesada  con todo mi corazón capaz de darlo todo por ti, tercero, no dejes que mi recuerdo muera, no olvides  mi sentimientos  de un amor aventurero continuare  siendo la Julieta única dueña del palpita de tu corazón y recuerda que alguna vez hubo una frágil chica que te amó con todo su corazón hasta con el último aliento de vida."


Cuantas noches donde tuve que esperarte  únicamente podía  hacer más que mirar al cielo y preguntarme si hay un lugar para mí en este mundo, tratando de encontrar la respuesta en aquellas estrellas que después de tantas noches, ya se sienten como mis mejores amigas y confidentes, el cielo siempre ha sido mi manera de buscar aquellas respuestas que me hacen falta, especialmente en esos días, donde me sentía como un ser vacío, desahuciado, sin lugar a donde pertenecer, simplemente vagando por el mundo buscando algo que aún no tiene claro, tal vez anda buscando el alma que solía tener, pero debí de olvidar en alguna parte... no sabía dónde fue, tal vez escapó para buscar algún sitio al cual llamar hogar, tal vez se perdió tratando de encontrar aquello que tanto le faltaba, tal vez murió en aquellas manos cálidas que hace tiempo se marcharon, o tal vez simplemente, nunca existió y aquello que  ánima es sólo una ilusión para no perder la cordura... ¿Quién sabe? Al fin y al cabo, no somos más que seres condenados a vagar por el mundo tratando de hallarle un sentido a nuestra existencia, un castigo más cruel, y aun así... Nuestra más grande ambición y finalmente me reencontraba aquel amor fugaz envidiado.


Como una parte de mi corazón, llegabas como si nada. Era como la Gravedad, tu centro cambia, de pronto no es la Tierra la que te sujeta, darías cualquier cosa y serias Cualquier cosa que  necesitará, Un amigo, un hermano, un Protector.  Una  parte de mí lo  necesitaba volviéndote mi libro favorito de poesía interesante, fugaz y libre.  En ese preciso analizaba sus palabras y  un bonito  atardecer de los colores nos rodeaba, el color rojizo en mis mejillas tan notorio  tímidamente  bajando la mirada tratando de tener las palabras correctas que debía de decir ahora nerviosamente acomodaba sus lentes.  


–Eternamente te ofrezco mi ser. Hasta que mi cuerpo se convierta en cenizas, mi alma te será fiel a ti hasta concluir nuestra unión–