AIN y ARTURIA (Saga de la Conversión)

El mensaje que escuchaba en su mente era claro, su misión ir por la llamada arturia para que formara parte de las filas de Asgard encargó que el imaginaba no sería un retó, podría estar en lo cierto o errado de alguna forma, símplemente asintió con un leve movimiento de su cabeza aceptando la misión, estaba informando del bosque que se encontraba en la parte trasera del castillo donde se localizada su objetivo, en su pensar no sería necesario usar más allá de su primer ascenso de clase, ya qué las órdenes que tenía dentro de dicha misión eran no causar demasiado daño a su presa algo qué no le importaría hacer mientras terminará su encargó

~ Símplemente un rapto, será lo más fácil que haya hecho...
Solo será entrar debilitarla y traerla de regresó conmigo.

Tomaba caminó hacía el castillo Rokkenjima para llevar a cabo el rapto de dicha mujer qué parecía ser importante para ambos bandos, su sentido de peligro era nulo por ello decidió ir sólo la compañía de alguien más tal vez sólo presentaría molestia hacía el ya que relacionarse con las personas no era su fuerte, en el transcurso del caminó su mente ideaba algún plan para que su trabajó saliera perfecto, algo que claro simpre pasaba, su descomunal fuerza que no hiba al parejo con su delgado cuerpo le era suficiente para cumplir sus trabajos, después de un tiempo de seguir el caminó hacía su presa este ya estaba adentrado en el bosque, llegando hasta los patios traseros del castillo observando la mínima seguridad que había en ellos tomó caminó a esté su rostro se mantenía inexpresivo simpre era así, con su llegada a los patios esperaba encontrar rápidamente a su objetivo para culminar su misión.

El aire fresco del medio día, aparte de refrescarle el rostro acalorado, hacían llegar a los oídos de aquella guerra los sonidos de los pájaros, el mecer de las ramas las hojas caerse al pasto verde y el olor de las flores al abrirse absolutamente todo escuchaba con claridad sin tanto esfuerzo. Una hermosa figura era reflejada con los rayos del sol y una correcta y cómoda posición se encontraba meditando en silencio bajo un gran árbol con pétalos de cerezo que caí en su entorno con la brisa del viento.


Todo se escuchaba tan tranquilo en la parte trasera del castillo perfectamente para meditar a solas sin interrupción alguna y aclarar muchos de sus pensamientos, Muchos de nosotros pasamos por la vida, postergando momentos, situaciones, decisiones, dejando en manos de los demás, cosas que en realidad quisiéramos hacer, pero nos da miedo si quiera pensarlas, afrontarlas, es por eso que, nos parece mejor entregar el absoluto control claramente nuestro Rey de los caballeros era la única que decidía su propio camino y afrontar cualquier lucha sin duda, su mente, cuerpo , su alma y espíritu se encontraba conectado.



"El silencio no es ausencia de sonido, es un estado tranquilo en el que puedes visualizar con mayor claridad a ti mismo, aquello que se mueve en tu interior y ver todo lo que se mueve sin usar la vista, detectarlo es tan sencillo con solo prestar atención”.


El trascurso del tiempo paso sin interrupción inoportuna al menos eso esperaba antes de finalizar con la meditación que mantuvo por horas pero fue interrumpido por una presencia desconocida seria alguno de los nuevos aliados de Asgard. No esperaba volver ser el centro de atención de muchos enemigos su primer pensamiento fue que Siegrain había mando aquel nuevo enemigo que usaba a su antojo como todos sus seguidores bajo las falda de este despreciable ser inhumano que solo buscaba la destrucción del mundo.

—Por un pequeño instante llegue a pensar que solo era un pájaro herido y perdido que rondaba el castillo…él te ha mandado por mí—Mantuvo sus ojos cerrados sin mover ningún músculo esperando ver su raptor.