¿Un buen día? (Con Kiritsugu Emiya)

Está vez su paseo había sido en la metrópolis de Tokio, realmente no quería encontrarse con nadie de Legacy, tener algún enfrentamiento con un cazador de magos o similar, y era su dia libre de entrenamientos así que había decidido ir a Tokio a una vieja librería que tenía tratos con los Tohsaka para conseguir un libro acerca de runas mágicas.

”Desde aquella vez en la que Lancer uso runas para quemar todo el castillo Einzbern y dar una oportunidad de escapar he querido aprender runas cómo el... “.

Le hubiera gustado evitar que Lancer muriera así, sólo la salvó y evitó que tanto Kotomine cómo Shinji le hubieran hecho daño. Era una pena, pero no se arrepentía de sus palabras que le había dicho para despedirse, “me gustan las personas como tu”. Y aun le gustaban las personas así, como cierto peliplata… Desvió sus pensamientos al bajar del avión, realmente debía considerar el llevar y ampliar mucho los negocios familiares.

Tomó su bolsa en la que sólo traía un poco de dinero para comprar el libro con algún descuento por supuesto y golosinas que llevaría para ella y Rimuru. Y se dirigió a los barrios más tradicionales de Tokio, donde el ambiente siempre era pesado pero cargado de mana. Años que no había venido aquí, la última vez había venido a acompañar a su padre a conseguir más libros con el bibliotecario. Ella tenía 5 años, según recordaba.

Después de comprar su libro planeaba pasear por Tokio antes de tener que regresar a Corea para sus responsabilidades como asgardiana. Pero eso sería después, tal vez incluso fuera a visitar alguna placita para leer un poco.

Hoy su atuendo era más similar al que usaba de niña que cualquier otro, una falda rojo vino junto a una blusa de manga larga abotonada blanca y unos botines negros con un poco de tacón, así como unas medias de malla negras. Por otro lado su cabello estaba recogido en su característico peinado de dos coletas adornadas con dos listones negros en forma de moño. Así como lo demás suelto.

”Ojala sea un buen día…”.

Su mirada se detuvo un buen rato en la puerta del local al salir de este, había conseguido el libro que buscaba y el dueño le había entregado dos libros que su padre le había encargado entregarle a ella cuando fuera mayor de edad.

—”Su padre me pidió entregarle estos dos libros hace años, me dijo que sólo debía entregarlos cuando fuera mayor de edad, joven señorita Tohsaka. Lamento las pérdidas que han tenido. Pero reitero que su familia cuenta con mi apoyo.

—Se lo agradezco señor Takashi, mi padre estaría orgulloso de su fiel lealtad con nuestra familia. Yo estoy orgullosa por su fidelidad.”

Sus labios se apretaron ojeando la portada de los libros y la carta que se había deslizado fuera de estos, su padre siempre había tenido todo prevenido. Sus ojos se humedecieron, negándose a soltar alguna lágrima mientras su corazón le dolía, apretando los libros en sus brazos los guardo con cariño y cuidado en la bolsa cruzada mientras comenzaba a caminar, era hora de pasear antes de regresar a Corea. Necesitaba pasear para calmar a su corazón…

”Papa… “.

Recordó esos caminos, un laberinto sin fin de callejones que se cruzaban una y otra vez, comúnmente solían ser usadas por ladrones y bandidos. Pero ella conocía todos los caminos como la palma de su mano. Ella los recordaba, los consejos, la mano de su padre en la suya con un agarre firme pero gentil para que no se fuera a perder. La voz de este mientras la llamaba y se reía con ella, sí, Sakura y Aoi eran su madre y hermana, pero ella era la más cercana con Tokiomi, ella sabía que sería la cabeza Tohsaka en un futuro.

”Me pregunto si estarías orgulloso de mi, padre. O tal vez estás molesto por haber traído la “desgracia” a la familia…”.

Murmuró en su mente, suspirando mientras realmente no prestaba atención a dónde se dirigía, con los ojos melancólicos pero aun inexpresivos junto a su rostro. No dejando salir sus emociones si alguien la observara.

Camino, durante unos minutos. Siendo observada por personas que vivían ahí, casi todos la reconocían, el rojo era un color característico de su familia y un distintivo de ella. Casi todos en ese pequeño suburbio sabían quién era ella, que había hecho y dónde estaba en este momento, pero no le darían importancia. Su deber era servir a la familia Tohsaka y lo cumplirían protegiendo los secretos de la cabeza actual, de la joven hechicera que había sucumbido a sus recuerdos, pero no lo demostraba.

"Hay alguien siguiéndome…".

Aún en su estado podía darse cuenta de las cosas a su alrededor, de manera superficial. Podía notar el mana, pero no al nivel de un hechicero o mago por lo que sólo era un ciudadano común, aunque como ella sabía en estas partes no había ciudadanos comunes y eso la hizo sospechar. Pero estaba lista para cualquier cosa, Rimuru le había enseñado bien y sin duda se defiendería usando fuego si era necesario.

”Vamos, es hora de seguir con mi plan principal…”.

Desistió, realmente no quería un enfrentamiento por voluntad propia, pues mayormente cuando iba a Japón a relajarse terminaba en algún enfrentamiento con Legacy, o alguien que no es de Asgard. Comenzaba a creer que realmente atraía a los problemas. Y hoy quería relajarse, por eso decidió ir a Tokio, aparte de poder recoger los libros.

Aparte, sí fuera un ataque o una mala presencia la que sentía ya hubieran actuado, había estado un buen rato sin la guardia en alto y más distraída que de costumbre. Lo necesario para no poder reaccionar a un ataque sí hubiera llegado, o por lo menos, no haber eludido todo el ataque considerando que podría invocar a Mordred sí lo necesitaba en un santiamén con decir su nombre.

—Yo recuerdo un parque cercano… no muy concurrido.

Murmuró para sí misma, sería muy bueno para ella el aprovechar ese parque. Recordaba que jugó con su padre hay, y la razón se porque era poco concurrido no la recordaba muy bien pero era algo relacionado con el hecho de que era más lejano y difícil de llegar por el distrito de Tokio en el que estaba. Y las personas normales tenían un poco de rechazo a este lugar por su lugumbres y ambiente.

Se detuvo un momento, viendo dónde estaba mientras se acomodaba la bolsa en su hombro, suspirando. Realmente había perdido el tiempo en sus recuerdos y sentimientos, a veces desearía no tenerlos cómo un demonio o vampiro. Pero al mismo tiempo le gustaba tenerlos, porque le gustaba la satisfacción de compartir con Rimuru y con Crow.

"Espero aún sea un parque solitario…".

Retomó su cuaderno, una vez se pudo poner en un lugar en su mapa mental, caminando por los callejones con experiencia, basándose en un mapa mental que se apoyaba en un rápido escaneo a su alrededor con su mana sobre la estructuras, mientras es su cabeza usaba la información para crear a su mapa.

"Falta poco, estoy segura".

Sonrío de lado al llegar frente al pequeño parque, frondoso y cubierto de pasto, con el mismo ambiente lugumbre a su alrededor pero también dando calma a su vista, con algunos columpios oxidados pero en pie y bancas despintadas. Podía observar algunas lámparas de alumbrado público y frutos es los árboles, realmente le parecía bonito el parque. Tétrico, pero bonito.

"Años sin pisar este parque también".

Escuchó su propia risa en el viento, junto a la risa de su padre al pasar por un lado de los columpios mientras se dirigía a un árbol de los más antiguos del lugar, de grandes raíces y tronco, fácilmente de 6 metros de radio. O eso podía calcular ella. Un árbol que se notaba, pero al mismo tiempo era oculto por los más jovenes.

—Ah, al fin tranquilidad.

Se estiró, sentándose en una de las raíces del árbol mientras sí espalda la recargaba en el tronco, había varias hojas en el suelo que le servían de colchón y decidió recostarse lentamente. Deslizando su espalda y cuerpo, ahora usando la raíz cómo una "almohada'. No era el lugar más cómodo y podía admitirlo, pero estaba tranquila. Sin ruido, sin personas, sólo ella y sus libros…

Y hablando de sus libros, saco uno de runas, escondiendo su bolsa entre las hojas y hechizandola para encojerla, fuera de la vista ajena para tomar el pequeño objeto una vez reviso a su alrededor con una mirada analítica. Guardandolo en un bolsillo de su falda roja, un bolsillo interno.

"Realmente espero no dormirme, no sería sensato de mi parte el hacerlo en un lugar al aire libre. Aunque creo que la naturaleza me protege gracias a mi magia".