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EVENTO: Citas a ciegas — Sexta pareja (Rin Tohsaka y Shinya Hiragi)
2 participantes
~ +ACADEMIA LEGACY+ Foro de rol literario ~ :: Isla Rokkenjima :: Extremo Opuesto de la Isla :: Mansión Abandonada
Página 1 de 1.
EVENTO: Citas a ciegas — Sexta pareja (Rin Tohsaka y Shinya Hiragi)
(Offrol)
Reglas/Instrucciones:
-El objetivo principal de este evento es que las parejas puedan superar 3 pruebas que se les irán explicando durante la trama.
-Cada prueba irá subiendo de dificultad.
*Prueba 1: Fácil
*Prueba 2: Normal
*Prueba 3 y final: Difícil
-Cada personaje tendrá que apoyarse entre sí para poder superar estás pruebas.
-Cada participante tendrá un limite de respuestas para poder finalizar las pruebas. Esté limite irá aumentando según la dificultad de la prueba en la que estén.
*Prueba 1: 3 Respuestas cada uno
*Prueba 2: 4 Respuestas cada uno
*Prueba 3: 5 Respuestas cada uno
-Si los participantes cumplen con la cantidad máxima de respuestas en una de estas pruebas, o deciden terminar la prueba antes de llegar al máximo de respuestas por favor dejar mencionado en la respuesta final de la prueba que concluyeron aquella prueba.
-Una vez terminada una prueba, se analizará las respuestas para poder decidir si la pareja cumplieron con el objetivo de la prueba para poder avanzar, en caso de que la pareja no haya cumplido con los requisitos en el primer análisis, se les otorgará 1 respuesta máxima a cada uno para poder cumplir con aquellos requisitos.
(Onrol)
Contexto: La pareja se encuentra en una mansión abandonada de mal aspecto y solitaria. Ambos chicos están uno al lado del otro. Llegaron ahí por medio de un hechizo de teletransportación, sin aviso previo, dejaron sus quehaceres y aparecieron el uno al otro en aquel lugar.
Bruja del amor (Onrol)
Una linda pareja reforzando su amor en una cita, que atracción más peculiar y divertida. Una pequeña bromita no estaba demás, darles un momento especial juntos los haría amarse y conocerse aún más. Después de todo su trabajo era unir personas, reforzar lazos, ¡Que el amor florezca cómo una flor de primavera!.
En su vieja escoba voló por los alrededores de la gran mansión, usando su poderosa magia blanca, la misma con la cuál llevó a la pareja hasta ese lugar. Frente a ellos, les sonrió para proceder a hablar.
— Mis queridos enamorados, para salir de este lugar tendrán que pasar tres pruebas que dictaré. De otra forma no podrán volver a ver a nadie más en sus vidas, ya que este lugar está protegido con un campo de protección reforzado con magia.
Sonrió nuevamente y sacó de su cabeza su sombrero para tenerlo entre sus manos.
— La primera prueba consiste en atrapar murciélagos, los cuales se encontrarán aleteando por la sala principal. Deben atrapar a todos los murciélagos sin soltarse las manos, de otra forma perderán la prueba y no podrán pasar a la segunda.
De su sombrero de bruja salieron 4 murciélagos, los cuales volaron en distintas direcciones, pero todos se dirigían a la sala principal.
— Y por último. . .
Chasqueó sus dedos, provocando que las manos de ambos chicos se juntaran, entrelazando sus dedos.
— Pueden soltarse cuando quieran, pero si lo hacen perderán. ¡Adiós, nos vemos cuando pasen la prueba!.
Desapareció en cuanto terminó de hablar, dejando el lugar en completo silencio.
Reglas/Instrucciones:
-El objetivo principal de este evento es que las parejas puedan superar 3 pruebas que se les irán explicando durante la trama.
-Cada prueba irá subiendo de dificultad.
*Prueba 1: Fácil
*Prueba 2: Normal
*Prueba 3 y final: Difícil
-Cada personaje tendrá que apoyarse entre sí para poder superar estás pruebas.
-Cada participante tendrá un limite de respuestas para poder finalizar las pruebas. Esté limite irá aumentando según la dificultad de la prueba en la que estén.
*Prueba 1: 3 Respuestas cada uno
*Prueba 2: 4 Respuestas cada uno
*Prueba 3: 5 Respuestas cada uno
-Si los participantes cumplen con la cantidad máxima de respuestas en una de estas pruebas, o deciden terminar la prueba antes de llegar al máximo de respuestas por favor dejar mencionado en la respuesta final de la prueba que concluyeron aquella prueba.
-Una vez terminada una prueba, se analizará las respuestas para poder decidir si la pareja cumplieron con el objetivo de la prueba para poder avanzar, en caso de que la pareja no haya cumplido con los requisitos en el primer análisis, se les otorgará 1 respuesta máxima a cada uno para poder cumplir con aquellos requisitos.
(Onrol)
Contexto: La pareja se encuentra en una mansión abandonada de mal aspecto y solitaria. Ambos chicos están uno al lado del otro. Llegaron ahí por medio de un hechizo de teletransportación, sin aviso previo, dejaron sus quehaceres y aparecieron el uno al otro en aquel lugar.
Bruja del amor (Onrol)
Una linda pareja reforzando su amor en una cita, que atracción más peculiar y divertida. Una pequeña bromita no estaba demás, darles un momento especial juntos los haría amarse y conocerse aún más. Después de todo su trabajo era unir personas, reforzar lazos, ¡Que el amor florezca cómo una flor de primavera!.
En su vieja escoba voló por los alrededores de la gran mansión, usando su poderosa magia blanca, la misma con la cuál llevó a la pareja hasta ese lugar. Frente a ellos, les sonrió para proceder a hablar.
— Mis queridos enamorados, para salir de este lugar tendrán que pasar tres pruebas que dictaré. De otra forma no podrán volver a ver a nadie más en sus vidas, ya que este lugar está protegido con un campo de protección reforzado con magia.
Sonrió nuevamente y sacó de su cabeza su sombrero para tenerlo entre sus manos.
— La primera prueba consiste en atrapar murciélagos, los cuales se encontrarán aleteando por la sala principal. Deben atrapar a todos los murciélagos sin soltarse las manos, de otra forma perderán la prueba y no podrán pasar a la segunda.
De su sombrero de bruja salieron 4 murciélagos, los cuales volaron en distintas direcciones, pero todos se dirigían a la sala principal.
— Y por último. . .
Chasqueó sus dedos, provocando que las manos de ambos chicos se juntaran, entrelazando sus dedos.
— Pueden soltarse cuando quieran, pero si lo hacen perderán. ¡Adiós, nos vemos cuando pasen la prueba!.
Desapareció en cuanto terminó de hablar, dejando el lugar en completo silencio.
La Bruja del Amor
Re: EVENTO: Citas a ciegas — Sexta pareja (Rin Tohsaka y Shinya Hiragi)
Llegó a una gran mansión con aspecto bastante tenebroso. No sabía realmente en dónde estaba, puesto que había llegado ahí con una especie de hechizo, podría estar en cualquier lugar, en realidad. Tampoco sabía bien qué se supone que tenía que hacer, o por qué lo habían enviado a un lugar así. Aún tenía en la mano un bolígrafo, mismo que utilizaba para escribir algo que en el momento, gracias a lo acontecido, había olvidado. En su otra mano llevaba una bolita de papel, no muy grande.
Miró a su alrededor, intentando reunir tanta información de su entorno como le fuera posible. Había muchas hierbas creciendo alrededor de la mansión. Al voltear a ver hacia su costado, notó a una chica junto a él. No era solo “una chica”, era Rin. Rin, la chica con la que había salido antes, a quien conoció en una de sus primeras noches en la academia al salir de incógnito por la noche.
—Rin… —abrió los ojos mucho, sorprendido.
Le sonrió. Quiso preguntarle si sabía algo sobre lo que estaba pasando, quizá ella sabía con exactitud en dónde estaban. No pudo decir más, puesto que de repente ya había una voz resonando por ahí. Se sintió algo tonto al primero buscar a su alrededor a la dueña de aquella voz, para luego voltear hacia enfrente y ver a la mujer con un peculiar sombrero comenzar a dar instrucciones.
Guardó lo que llevaba en las manos. La vio quitarse el sombrero y entonces liberó a cuatro murciélagos. Los animales se apresuraron a volar dentro de la mansión. Su mano y la de Rin se unieron. Sus dedos estaban entrelazados. Guardó la compostura, aunque el nerviosismo repentino le había asaltado. La calidez de su mano, lo suave de su piel… había extrañado tenerla cerca, tenía que admitir.
La mujer desapareció y Shinya volteó a ver a su cita. Vaya que era un lugar fuera de lo convencional para una cita. Recordaba que algunas personas antes le hablaron sobre ir al cine y a cenar. Ellos habían ido a un picnic nocturno, cosa que a su parecer no era tan extraña, pero al final supuso que entre ellos las cosas serían un poco distintas. Desde el inicio debió saberlo, su vida nunca había sido normal.
—Bueno… ¿deberíamos empezar antes de que comience a oscurecer, o puedo decirte lo mucho que me alegra verte hoy? —preguntó sonriente. Acarició los nudillos de la chica con el pulgar—. Oh, supongo que ya lo hice, pero… —se alzó de hombros. Afianzó su agarre. No quería soltarla, aunque eso no solo se debía a la misión que les habían encomendado.
Miró a su alrededor, intentando reunir tanta información de su entorno como le fuera posible. Había muchas hierbas creciendo alrededor de la mansión. Al voltear a ver hacia su costado, notó a una chica junto a él. No era solo “una chica”, era Rin. Rin, la chica con la que había salido antes, a quien conoció en una de sus primeras noches en la academia al salir de incógnito por la noche.
—Rin… —abrió los ojos mucho, sorprendido.
Le sonrió. Quiso preguntarle si sabía algo sobre lo que estaba pasando, quizá ella sabía con exactitud en dónde estaban. No pudo decir más, puesto que de repente ya había una voz resonando por ahí. Se sintió algo tonto al primero buscar a su alrededor a la dueña de aquella voz, para luego voltear hacia enfrente y ver a la mujer con un peculiar sombrero comenzar a dar instrucciones.
Guardó lo que llevaba en las manos. La vio quitarse el sombrero y entonces liberó a cuatro murciélagos. Los animales se apresuraron a volar dentro de la mansión. Su mano y la de Rin se unieron. Sus dedos estaban entrelazados. Guardó la compostura, aunque el nerviosismo repentino le había asaltado. La calidez de su mano, lo suave de su piel… había extrañado tenerla cerca, tenía que admitir.
La mujer desapareció y Shinya volteó a ver a su cita. Vaya que era un lugar fuera de lo convencional para una cita. Recordaba que algunas personas antes le hablaron sobre ir al cine y a cenar. Ellos habían ido a un picnic nocturno, cosa que a su parecer no era tan extraña, pero al final supuso que entre ellos las cosas serían un poco distintas. Desde el inicio debió saberlo, su vida nunca había sido normal.
—Bueno… ¿deberíamos empezar antes de que comience a oscurecer, o puedo decirte lo mucho que me alegra verte hoy? —preguntó sonriente. Acarició los nudillos de la chica con el pulgar—. Oh, supongo que ya lo hice, pero… —se alzó de hombros. Afianzó su agarre. No quería soltarla, aunque eso no solo se debía a la misión que les habían encomendado.
Invitado- Invitado
Re: EVENTO: Citas a ciegas — Sexta pareja (Rin Tohsaka y Shinya Hiragi)
Sus ojos voltearon a ver sí alrededor, una gran interrogante se abría en su mente, ¿cómo habían logrado transportarla sin poder resistirse? ¿Era un ataque? ¿Una trampa?
Ella podía recordar estar acostada, reflexionando varias cosas, ese día había amanecido increíblemente bien. Sin problemas ni nada, y durante un rato había estudiado runas mágicas, hasta que se aburrió y se recostó. Y ahora aquí estaba, en un lugar tan conocido pero a la vez que no desearía regresar, no tan pronto. Era imposible no reconocer esas paredes llenas de humedad, ese clima fresco pero plagado de humedad y pegajoso. Y…
—¿Shinya?
Inevitablemente una sonrisa verdadera se posó en sus labios ligeramente, una de las cosas que había reflexionando era de sí era correcto volver a ver al joven y había llegado a la conclusión de hacerlo, sólo que no sabia como buscarlo o encontrarlo. Esa noche que tuvieron una cita pudo darse cuenta de algo innegable: era agradable estar a su lado, se había divertido y sentido mejor que en muchos años.
—¡O-Oye! Regresa aquí, ¿¡como que enamorados!? ¿Quién eres?
Se giró, preguntando hasta dirigir su mirada a la bruja, el temor en su pecho se extendía, ¿cómo sabían de Shinya y ella? ¿Quién más estaba involucrado? Y lo más importante, ¿Asgard sabría de su salida con el chico? ¿Rimuru sabría que había pensado durante semanas en cómo salir con un humano normal? Tenía miedo, no quería ver o saber sí esa bruja sólo tenía buenas intenciones o si buscaba algo con lo cual podría dañarla, a Asgard o alguien que ella estimaba, como este chico.
Aunque podía sentir la barrera y quería desafiar a quién se había atrevido a encerrarla decidió no hacerlo, y seguir el plan de la bruja… no le disgustaba pasar tiempo con el peliplata. Y para ella sería mejor, extrañaba escuchar la risa, la voz del chico y observar los hoyuelos que surgían en las sonrisas verdaderas que sacaron uno del otro. Poco le importó observar a la bruja sacar los murciélagos, en fin de cuentas podía sentirlos y escuchar el revolotear de sus alas. Tal vez sería difícil capturarlos, o tal vez no…
Para ella lo más notable e importante era sentir la calidez de la mano de Shinya contra su palma. Además de los ligeros callos pero al mismo tiempo piel suave que poseía. Bajo la mirada, sonriendo levemente, dejando que su cabello ocultarse sus mejillas rosas, ella creía que era realmente malo el que ni siquiera estaba vestida para la ocasión, pues al estar en su cuarto todo el día sólo traía un camisón de dormir que llegaba a los muslos y unos shorts a la misma altura, el cómo traía unos tenis rojos era un misterio para ella, tal vez la bruja también había visto que estaba descalza y se apiadó.
Tal vez, sólo tal vez volvería a mandar a volar su lógica y los pensamientos que le habían dado temor… aunque en serio, ¿no pudo ser un mejor lugar para la cita? Bueno, no se quejaría, pues la compañía que tenía comenzaba todo.
Alzó la mirada al sentir la caricia en sus nudillos, sus ojos brillaban y su sonrisa era tímida. Literalmente andaba en pijama, estaba despeinada… no estaba en fachas de salir frente a la vista del chico que le gustaba. Espera, ¿¡qué había pensado!?
—Yo también te extrañe Shinya… me alegro ver que estás bien, aunque parece ser que esta ocasión no es nada planeada…
Bueno, ya lo decidió, de nuevo mandaría a sus temores de paseo y disfrutaría el momento. Tal vez incluso no le importaría sufrir para atrapar a los murciélagos, porque esa mano cálida, esos dedos finos entre los suyos y la caricia en sus nudillos valían la pena.
Ella podía recordar estar acostada, reflexionando varias cosas, ese día había amanecido increíblemente bien. Sin problemas ni nada, y durante un rato había estudiado runas mágicas, hasta que se aburrió y se recostó. Y ahora aquí estaba, en un lugar tan conocido pero a la vez que no desearía regresar, no tan pronto. Era imposible no reconocer esas paredes llenas de humedad, ese clima fresco pero plagado de humedad y pegajoso. Y…
—¿Shinya?
Inevitablemente una sonrisa verdadera se posó en sus labios ligeramente, una de las cosas que había reflexionando era de sí era correcto volver a ver al joven y había llegado a la conclusión de hacerlo, sólo que no sabia como buscarlo o encontrarlo. Esa noche que tuvieron una cita pudo darse cuenta de algo innegable: era agradable estar a su lado, se había divertido y sentido mejor que en muchos años.
—¡O-Oye! Regresa aquí, ¿¡como que enamorados!? ¿Quién eres?
Se giró, preguntando hasta dirigir su mirada a la bruja, el temor en su pecho se extendía, ¿cómo sabían de Shinya y ella? ¿Quién más estaba involucrado? Y lo más importante, ¿Asgard sabría de su salida con el chico? ¿Rimuru sabría que había pensado durante semanas en cómo salir con un humano normal? Tenía miedo, no quería ver o saber sí esa bruja sólo tenía buenas intenciones o si buscaba algo con lo cual podría dañarla, a Asgard o alguien que ella estimaba, como este chico.
Aunque podía sentir la barrera y quería desafiar a quién se había atrevido a encerrarla decidió no hacerlo, y seguir el plan de la bruja… no le disgustaba pasar tiempo con el peliplata. Y para ella sería mejor, extrañaba escuchar la risa, la voz del chico y observar los hoyuelos que surgían en las sonrisas verdaderas que sacaron uno del otro. Poco le importó observar a la bruja sacar los murciélagos, en fin de cuentas podía sentirlos y escuchar el revolotear de sus alas. Tal vez sería difícil capturarlos, o tal vez no…
Para ella lo más notable e importante era sentir la calidez de la mano de Shinya contra su palma. Además de los ligeros callos pero al mismo tiempo piel suave que poseía. Bajo la mirada, sonriendo levemente, dejando que su cabello ocultarse sus mejillas rosas, ella creía que era realmente malo el que ni siquiera estaba vestida para la ocasión, pues al estar en su cuarto todo el día sólo traía un camisón de dormir que llegaba a los muslos y unos shorts a la misma altura, el cómo traía unos tenis rojos era un misterio para ella, tal vez la bruja también había visto que estaba descalza y se apiadó.
Tal vez, sólo tal vez volvería a mandar a volar su lógica y los pensamientos que le habían dado temor… aunque en serio, ¿no pudo ser un mejor lugar para la cita? Bueno, no se quejaría, pues la compañía que tenía comenzaba todo.
Alzó la mirada al sentir la caricia en sus nudillos, sus ojos brillaban y su sonrisa era tímida. Literalmente andaba en pijama, estaba despeinada… no estaba en fachas de salir frente a la vista del chico que le gustaba. Espera, ¿¡qué había pensado!?
—Yo también te extrañe Shinya… me alegro ver que estás bien, aunque parece ser que esta ocasión no es nada planeada…
Bueno, ya lo decidió, de nuevo mandaría a sus temores de paseo y disfrutaría el momento. Tal vez incluso no le importaría sufrir para atrapar a los murciélagos, porque esa mano cálida, esos dedos finos entre los suyos y la caricia en sus nudillos valían la pena.
Rin Dulce
Re: EVENTO: Citas a ciegas — Sexta pareja (Rin Tohsaka y Shinya Hiragi)
A diferencia de Rin, él aún no se había puesto el pijama cuando el hechizo lo sorprendió. Eso sí, llevaba ropa bastante informal, unos jeans que originalmente eran oscuros, pero se habían deslavado en algunos sitios, bastante viejo por aún funcional; un suéter atado a la cintura y también una playera blanca con un estampado de tigres blancos. A alguien de su pasado se le hizo gracioso regalársela, tomando en cuenta la forma que los demás conocían de Byakkomaru, su demonio… Fue gracioso entonces, pero vestirla ahora era solo un recordatorio de lo que era capaz de hacer gracias a su cobardía.
No había dejado escapar la mención de “enamorados”. No lo dijo en voz alta como Rin, pero las preguntas comenzaron a surgir y dar vueltas por su cabeza sin parar. No tenían tiempo para eso. Y quizá tampoco para lo que estaba haciendo en ese momento, que era observar a Rin atentamente, absorbiendo cada imagen que pudiera de su rostro, del brillo en sus ojos y esa bella sonrisa, intentando que se quedara grabada en su cabeza como marca de fuego. No sabía cuándo volverían a verse.
—Ciertamente no lo planeamos, pero… —lo intentó. De verdad intentó no dejar salir nada de lo que en ese momento había en su cabeza, pues incluso había intentado taparlo todo con pensamientos triviales, pero se había detenido a media oración. Había confiado demasiado, ¿no tendría que estar un poco más a la defensiva? Fingió una sonrisa mientras volvía a pasar la vista por sus alrededores. No iba a preocupar a Rin—. Parece que alguien quiere que pasemos un rato más juntos, ¿no? —preguntó. La atrajo hacia él. Sentía algo de tensión en los hombros—. Aunque atrapar murciélagos en una segunda cita… ¿No es saltarse algunos pasos importantes? —bromeó.
Bien, era momento de comenzar con la misión. Mientras más rápido, podría poner a ambos a salvo y quizá tener un tiempo para pasar al lado de Rin, tranquilizarse un poco y dejar que la paranoia se disipara. Ya no podía dejar de pensar en mil cosas. Confiaba en Rin, era inevitable, no podía evitarlo aunque Byakkomaru le pedía que no lo intentara. Confiar ya le había traído múltiples problemas, no solo con quienes fueron sus amigos, también con todos los demás.
“No es confianza, solo no desconfío de ella”, le había dicho al demonio la noche anterior.
“Lo mismo”, le dijo el otro. “Quieres protegerla aunque sus ojos te digan que no necesita algo así, piensas en ella mucho tiempo. ¿No pasó lo mismo con…?”
“Con nadie”, había cortado el albino. No iba a hablar de nadie. De nada. Puso su mejor cara de póker, una que pocas veces había utilizado.
El demonio bufó.
“Apenas la conoces. Otra obsesión te traerá problemas. Y no habrá lugar al cuál escapar esta vez”, soltó entonces Byakkomaru antes de desaparecer.
Volvió al presente. No sabía cuándo habían comenzado a caminar, pero de pronto ya estaban frente a la gran puerta de la mansión, que se abrió haciendo un sonido chirriante al hacerlo. Volteó a ver de reojo a la chica y luego asintió para sí mismo.
—¿Crees que sea más sencillo utilizar el suéter para atrapar a los animales? —preguntó mientras se desataba la prenda de la cintura. Le entregó una manga, podría funcionar si lo hacían en equipo, ¿no? —. Pienso que se puede intentar… ¿Qué dices?
Escuchó el chillido de los animales. Miró a su acompañante e hizo un movimiento de cabeza apuntando al lugar del que provenían. Según la bruja, sería el salón principal. Tomando en cuenta la altura del techo, no sería una tarea tan fácil, pero las dimensiones tampoco eran tan exageradas.
—Vamos.
No había dejado escapar la mención de “enamorados”. No lo dijo en voz alta como Rin, pero las preguntas comenzaron a surgir y dar vueltas por su cabeza sin parar. No tenían tiempo para eso. Y quizá tampoco para lo que estaba haciendo en ese momento, que era observar a Rin atentamente, absorbiendo cada imagen que pudiera de su rostro, del brillo en sus ojos y esa bella sonrisa, intentando que se quedara grabada en su cabeza como marca de fuego. No sabía cuándo volverían a verse.
—Ciertamente no lo planeamos, pero… —lo intentó. De verdad intentó no dejar salir nada de lo que en ese momento había en su cabeza, pues incluso había intentado taparlo todo con pensamientos triviales, pero se había detenido a media oración. Había confiado demasiado, ¿no tendría que estar un poco más a la defensiva? Fingió una sonrisa mientras volvía a pasar la vista por sus alrededores. No iba a preocupar a Rin—. Parece que alguien quiere que pasemos un rato más juntos, ¿no? —preguntó. La atrajo hacia él. Sentía algo de tensión en los hombros—. Aunque atrapar murciélagos en una segunda cita… ¿No es saltarse algunos pasos importantes? —bromeó.
Bien, era momento de comenzar con la misión. Mientras más rápido, podría poner a ambos a salvo y quizá tener un tiempo para pasar al lado de Rin, tranquilizarse un poco y dejar que la paranoia se disipara. Ya no podía dejar de pensar en mil cosas. Confiaba en Rin, era inevitable, no podía evitarlo aunque Byakkomaru le pedía que no lo intentara. Confiar ya le había traído múltiples problemas, no solo con quienes fueron sus amigos, también con todos los demás.
“No es confianza, solo no desconfío de ella”, le había dicho al demonio la noche anterior.
“Lo mismo”, le dijo el otro. “Quieres protegerla aunque sus ojos te digan que no necesita algo así, piensas en ella mucho tiempo. ¿No pasó lo mismo con…?”
“Con nadie”, había cortado el albino. No iba a hablar de nadie. De nada. Puso su mejor cara de póker, una que pocas veces había utilizado.
El demonio bufó.
“Apenas la conoces. Otra obsesión te traerá problemas. Y no habrá lugar al cuál escapar esta vez”, soltó entonces Byakkomaru antes de desaparecer.
Volvió al presente. No sabía cuándo habían comenzado a caminar, pero de pronto ya estaban frente a la gran puerta de la mansión, que se abrió haciendo un sonido chirriante al hacerlo. Volteó a ver de reojo a la chica y luego asintió para sí mismo.
—¿Crees que sea más sencillo utilizar el suéter para atrapar a los animales? —preguntó mientras se desataba la prenda de la cintura. Le entregó una manga, podría funcionar si lo hacían en equipo, ¿no? —. Pienso que se puede intentar… ¿Qué dices?
Escuchó el chillido de los animales. Miró a su acompañante e hizo un movimiento de cabeza apuntando al lugar del que provenían. Según la bruja, sería el salón principal. Tomando en cuenta la altura del techo, no sería una tarea tan fácil, pero las dimensiones tampoco eran tan exageradas.
—Vamos.
Invitado- Invitado
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