【ʀᴇᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ ᴅᴇ ᴅᴏꜱ ᴀʟᴍᴀꜱ】 (con InuYasha)

Había comenzado otra nueva semana en la academia y ese día estaba emocionada al recibir la noticia que un nuevo integrante llegaba a Legacy, pero no cualquier integrante nuevo la hacía emocionar así. Durante el transcurso de la semana anterior gente nueva llegaba y ella siempre trataba de conocerlos, de acercarse a ellos y brindarle confianza para que no les diera pena estar en un lugar desconocido, aún recuerda el día que llego a ese lugar y sabe perfectamente que se siente al estar en un lugar nuevo donde no conoces a nadie. Su jornada de clases había culminado, prácticamente no presto atención en la mayoría por estar en las nubes como dirían sus Sensei's. Fue regañada varias veces; con un poco de pena de disculpo con sus mayores por su falta de atención, jamás le había pasado eso en clases. Sus mejillas habían tomaron un color carmesí mientras tratando de cubrirse con un libro que tenía justo en sus manos. Lo abrió de par en par alzándolo un poco y agachando su cabeza. No las veía pero sentía las miradas de casi toda la clase en ella.
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Llego hasta su habitación agitada, entro y cerro la puerta tras de si; buscó entre su ropa algo fresco y cómodo, hallando un vestido hasta las rodillas color melón, sus mangas solo cubrían los hombros y eran algo infladas, en el pecho tenía tres botones y en la parte de la cintura había una lazo del mismo color del vestido. Las sandalias estaban casi descubiertas con una pequeña plataforma. Para culminar uso un cintillo color rojo. Se miro una última vez en el espejo y salió en búsqueda de su compañero.

La miko sabía que volvería a ver a su compañero en algún momento, pero nunca pensó que sería en la misma academia que estaba ella. Suspiraba más de lo normal, tenía una ansiedad que no podía controlar, sus manos comenzaban a sudar un poco, quería ya encontrarlo y abrazarlo para nunca dejarlo ir, pero, le intrigaba saber porqué él siendo Inuyasha estaba ahí. Falsas respuestas pasaban por su mente

— Y si esta aquí por mi. . .

Sacudió su cabeza para deshacerse de su idea y pensar en otra posible respuesta — De seguro esta aquí para salvar al mundo de manos enemigas. . . ¡Sí! De seguro es eso — Chasqueo sus dedos.

Ya había revisado algunas áreas de la academia y no lo había visto, entro en la zona de la piscina con poca esperanza de encontrarlo en ese lugar, pero su mirada se centro en una silueta familiar que estaba de espalda. Tal vez era su imaginación haciéndole una mala jugada, sin embargo, para descartar sus sospechas decidió en llamarlo pegando un grito que se escucho en todo el lugar.

—¡¡Inuyasha!! — Alzo su mano agitándola un poco para que el contrario pudiera ubicarla a lo lejos

— ¡Oohh!. . . — Tomo el paquete entre sus manos para poder contemplar que era lo que contenía, indago un poco entre las cosas con su mano diestra — Jajaja, Inuyasha, no te preocupes por esas cosas son lo de menos y bueno. . .Hmp, la academia no te dice como debes vestirte, ni siquiera da uniformes. Si tú quieres usar tu traje puedes hacerlo, aquí todos visten distintos, pero si quieres usar esta ropa común y corriente esta bien úsala. Yo de vez en cuando suelo usar mi traje porque siempre tengo presente de donde vengo y cual es mi deber en este mundo.

Expresó cálida y sonriente. Había tenido unos momentos difíciles al principio, pero como después de la tormenta viene la calma pudo hacer varias amistades en ese lugar, aunque no terminaba de conocerlos a todo pero trataba de hacerlo en cada evento que preparaba la academia o en alguna batalla inesperada. Los rayos del sol que cruzaban el cristal del lugar le daban a entender que aún era temprano así ella podía mostrarle las otras instalaciones.

— Antes que comience a oscurecer te llevaré a tu habitación para que puedas darte un baño y descanses para que mañana te levantes muy temprano a clases.

Lo único tedioso en ese lugar eran las clases de ahí lo demás era ameno. Por su lado, no tenía problemas en levantarse muy temprano, pero sabía perfectamente que para el híbrido será una tarea difícil, en tal caso no lo culpa. Cuando llegó sintió que no encajaba en ese lugar, que no estaba a la altura de los demás y eso no le permitía hacer amistades, lo que menos quería era incomodar a alguien con algún saludo, no sabía de que manera reaccionarían, sin embargo, ya estaba en el pasado eso y solo llegaba a su mente como un pensamiento fugaz.

— ¡Vamos a la zona de las canchas!

Exclamo con determinación, no importa si le llevaba más de dos días mostrándole el lugar, pero de que tenía que mostrarle esa gran maravilla lo tenía que hacer. . .Llegando al lugar habían varios estudiantes tanto en grupo como solos; jugando, comiendo, charlando, leyendo, escuchando música y más.

— Bueno, estas son las canchas techadas. Aquí viene la mayoría a pasar el rato al igual que en la cafetería. Tarde o temprano llegarás hasta allá, tienes un gran olfato que no dudo que te pierdas.

Menciono divertida imaginándose al hanyo tirado en el suelo mientras olfateaba para poder llegar a la cafetería y así mismo al volver a su habitación. Imaginarse eso le causo mucha gracia donde no pudo disimular un poco la risa. Al concluir le dio pena que la haya visto así, sus mejillas se encendieron y para poder disimularlo se rasco un mejilla cambiando de tema.

— Disculpa, jaja. No suelo actuar así solo que imagine algo que me paso ayer — Mintió — Bueno, no sé si te gustaría seguir caminando hacía las otras canchas y dojos o prefieres sentarte en aquella banca de allá — Señalo una banca debajo de un gran árbol, tenía suerte que no estuviera ocupada era su lugar favorito; corría una brisa fresca y además se podía apreciar casi toda la cancha