Leyes gravitatorias 101

Aquel que iluminaba al mundo entero bastando su presencia misma en la escena, una vez más caminaba victorioso y jactancioso, como una diva en una pasarela de moda, por encima del firmamento mismo. Glorioso y resplandeciente, grande en poderío y majestad de una manera en que solamente él podría, el astro rey señoreaba sobre hombres y mujeres, sobre humanos y sobre bestias, sobre flora y sobre fauna, llenando de luz y de alegría a todo aquel que sus potentes rayos pudieran alcanzar. Bueno, no a todos en realidad.

– Joo... Lleva ya cinco minutos de retraso... ¿Y si no me ha tomado en serio? ¿O si se acobardó de repente? Quizá debí ir a recogerle en persona... Aunque dudo que me hubieran permitido el ingreso a la academia después de ese ataque terrorista....

Frente a una cafetería de aspecto lujoso y refinado, al lado de una calle poco transitada por peatones y ausente por completo de vehículos, sentada a una hermosa mesa de cristal destinada a los comensales de la propia cafetería, una figura femenina se hallaba impacientada, esperando mientras bebía una taza de té de quinientos yenes. Su semblante era claro y muy hermoso. Sus ojos dorados eran como dos soles resplandecientes, y eran sus cabellos celestes como un océano que ondulaba levemente al compás del viento que le acariciaba. No más de ciento cincuenta centímetros de estatura, y un peso que posiblemente no rebasare los cuarentaicinco kilogramos.

Una niña. Eso es lo que era a la vista. "Si no es un ángel que había descendido del cielo, tiene que ser una niña" pensaría cualquiera que la viese. Y esa conjetura no podría, ni en un millón de años, alejarse más de la realidad. Nadie podría adivinar que aquella entidad era realmente un rey demonio. Uno con el poder para devastar una ciudad entera por su cuenta, sin el menor sentimiento de compasión o arrepentimiento en asesinar de las formas más enfermizas y crueles a cualquiera que se interponga en su camino.

El slime simplemente soplaba con gesto inocente a su té verde. El líquido estaba hirviendo ciertamente, pero no era por eso que lo hacía. A decir verdad, aquel andrógino no podía sentir frío o calor, por lo que no necesitaba realizar tal acción. Tampoco lo hacía por costumbre, pues no hubo, o al menos no recordaba, un momento en el que su vida hubiera sido diferente de entonces. Aquello era más bien como un reflejo involuntario, de una vida pasada quizás, que le llevaba a tener cuidado, aún cuando el rey demonio no conocía cómo se sentía una quemadura.

Las mejillas del slime se inflaban de una forma que le hacía ver adorable cada que jalaba aire para poder soplar a aquella ardiente bebida. Mientras tanto sus piernas golpeteaban suavemente la silla, como solamente un niño pequeño lo haría. Ese era un signo suyo de impaciencia. Comenzaba a desesperarse tras no ver a quien tantas molestias se había tomado para citar, habiendo enviado a la heroína una carta con las siguientes palabras:

"Estimada señorita Uraraka:

El motivo de la presente es informarle sobre las recientes operaciones del Internado Asgard.

Sabemos de primera mano que el "Kosei" que posee usted es útil en gran manera y puede llegar a ser muy poderoso en las manos correctas, motivo por el cual hemos puesto la vista en él. En un principio, consideramos atractiva la opción de reclutarle a nuestras filas; mas, conociendo de antemano que un héroe nos rechazará en seguida, hemos descartado esa opción rápidamente. En su lugar, tengo la capacidad de adquirir las habilidades de aquellos a quienes "ingiero", motivo por el cual hemos decidido terminar con su vida, con la finalidad de obtener su sorprendente poder.

Estamos conscientes de que acudir a las instalaciones de Legacy para conseguir nuestro objetivo por la fuerza podría resultar en graves bajas para ambos bandos. Con el fin de evitar muertes innecesarias entre los miembros de Asgard, solicitamos su entrega voluntaria, ofreciendo a cambio una muerte rápida e indolora, y mi juramento bajo mi nombre como rey de que nadie que no se involucre resultará herido de esta negociación.

Por tanto, le invitamos a asistir a la cafetería "Dolche Dessert", cuya dirección está al reverso de esta nota, con el fin de discutir esta situación con mayor detalle, así como poder escuchar su opinión personal y así llegar a un acuerdo. Avisamos de antemano que, en caso de que no se presente antes del mediodía de este lunes, comenzaremos a disponer de los civiles en el área, con la esperanza de que los gritos suplicantes de inocentes en agonía sean suficiente incentivo para hacer aparecer a una heroína. También recomendamos encarecidamente que asista sola, pues nos tomaremos la libertad de neutralizar a quienquierasea que le acompañe, con el fin de mantener la situación bajo control.

Agradece su atención y queda de usted


Aquel mensaje había sido entregado el domingo por la noche a través de una lechuza mensajera, al más puro estilo de Harry Potter. El rey demonio realmente estaba interesado en aquella chica. No se conocían mutuamente, claro está. Las cosas que el limo sabía de ella provenían de de dos fuentes para ser exactos: La primera son los noticieros. Los héroes siempre se hacen notar aún si no lo quieren, y la castaña no era la excepción. La segunda son los datos analizados por la "Habilidad Única: Gran Sabio". Pero aunque el monstruo imbatible en cuerpo de loli hablaba honestamente en cuanto a su asombro por el poder ajeno, no era de su menor intención comerse a la heroína novata. Había un motivo más para citarla, y las exageradas palabras de la carta eran tan solo un señuelo para citarla.

– Realmente me interesa hablar con ella, pero... ¿Acaso en serio no vendrá?

Ochako tenía el día libre, había estado vagando por toda la Academia, siendo alguien que ya tenía tiempo de estar ahí aún no conocía todo dentro de ella. Esta vez lo hacia sola, quería darse un tiempo para pensar, sus obligaciones la agobiaban, no quería molestar a sus amistades.

La academia era muy grande así que después de un rato decidió ir a su dormitorio. Justo antes de entrar una lechuza se asomó, era algo extraño, casi nunca pasaba aquello, aquel animal dejo caer una carta y se fue, la castaña se quedó inmóvil un buen rato, observando como aquel ave se iba volando.

Miro todo a su alrededor, no había nadie más, así que no tenía a quien preguntarle de aquel suceso que había presenciado. Sin más por hacer tomó la carta y se adentro a su cuarto. Se recostó y abrió el sobre, indicaciones muy precisas; una invitación. ¿Alguien estaba interesado en su Quirk?, no era sorpresa pues después de haber estudiado en la UA muchos héroes tanto villanos estaban interesados en los chicos de la clase 1-A.

Ochako estaba asombrada, jamás imagino que alguien estuviera interesado en su Quirk, siempre los que destacaban eran los demás, así que le hacia alegría saber que sus esfuerzos al fin daban frutos, estaba siendo notada. Se cuestionaba si debía ir o no pues a pesar de estar agradecida por considerarla, aunque leyendo bien todo parecía que no tenía opción aluna, debía de presentarse o miles de civiles morirían y todo por su culpa; lo peor de todo era que no tendría oportunidad de ir acompañada, esto solo incrementaba más sus dudas y temores. Pero ¡hey! era una heroína, así que debía de pensar en un plan, rechazar la oferta adecuadamente, por su mente jamás paso el traicionar a Legacy, su nuevo hogar; su nueva familia.

(...)

Llegó el día Lunes y con ello el día de la reunión. La castaña se había levantado tarde, se olvido de poner el despertador, la noche anterior se había desvelado de tanto pensar en como haría el rechazo ante aquella invitación que no pudo dormir bien. Eran las 11 y apenas se estaba arreglando, la carta era clara tenía que llegar antes o todo aquello se volvería una masacre. Se puso lo primero que encontró, sus tenis, unos jeans, su mochila, y su blusa amarilla.

Salió corriendo hacia la dirección que traía el reverso de la carta, rogaba llegar a tiempo, su cara ya denotaba algo de preocupación, miraba su celular a cada rato, parecía que el tiempo iba en su contra. Tomó un taxi, miró su dinero, ¡perfecto!, le alcanzaba para pagarlo, no se había puesto a pensar en ello hasta que se subió.

Llegó a las 12 con 10 minutos de retraso, se sorprendió de que todo estuviera en calma, ¿será que la persona que la había citado se cansó de esperarla y se fue?, no parecía ser ese tipo de persona. Camino cautelosa hacia la cafetería, miraba a su alrededor, hasta que su vista dio con aquella persona de cabello azul. No lo podía creer, a simple vista parecía tener la misma edad que ella, aunque no sabía ¿era chico o chica?. Se aproximo a la mesa, algo temerosa, no quería hacerlo esperar más, por el aspecto que tenía se notaba el enojo y la desesperación; fue su culpa, ¡tonta alarma!, como se le había olvidado algo esencial.

━ ¿R-Rimuru?.━Preguntaba quedando parada enfrente de la persona de cabello azul. ━ Disculpa la demora, y agradezco que me hayas esperado, realmente quería llegar temprano, pero hubieron algunos problemas.━ Agregaba procediendo a tomar asiento.

« ¿R-Rimuru? »

Aquellas palabras provenientes de alguna jovial voz hicieron que la vista del demonio se alzase hacia el frente, quizá con un gesto de escepticismo, pues raro era que alguien le llamase por su nombre de pila. Era gracioso, pues solían ser muy extremistas con su persona: algunos le llamaban con extremo temor y reverencia, y otros más con burla o exceso de confianza. Nadie antes tan neutral como la castaña. Sin embargo, no pudo evitar priorizar la apariencia de la mujer. Esos cabellos desalineados, esa ropa informal, esa mirada apresurada, no podía creer que ella hubiera salido corriendo al sitio a último minuto. Esto causó que el demonio soltara una tremenda carcajada, suficientemente sonora para que todos los clientes volteasen a mirarle, en tanto que este no tardó en explicar el motivo de su burla.

– Mujer, te ves terrible. ¿Acaso no has podido dormir bien por mi culpa? No me extrañaría en lo absoluto que fuera así... ¡Pero debo reconocer tu valía! Literalmente te he dicho que te mataría si venías. Pudiste huir lejos, dejar la academia, ignorar el problema, o esconderte en el castillo. Pero no lo hiciste. Veniste aquí con tal de no dejar que otros sufran.

El slime hablaba con una voz angelical, y con un tono expresivo e infantil, tal como lo haría una verdadera niña. Aunque había algo de picardía en sus expresiones faciales que delataban la naturaleza de quien hablaba. El Gran Rey Demonio hablaba con la voz de un ángel, pero su frío aunque hermoso semblante seguía siendo tan afilado que mataba con la mirada. Por supuesto, admiraba la determinación de su contraria. No parecía dudar en lo absoluto, y eso es una virtud sorprendente tanto para un enemigo como para un aliado. Antes de seguir hablandole, realizó una pausa para beber algo de té, terminando lo que quedaba y dejando la taza vacía y limpia como si hubiera sido recién comprada. Solo entonces reanudó su monólogo, con una expresión más animada que antes, diciendo todo esto a la heroína.

– Debo decir que se requiere ser muy valiente o muy estúpido para tomar una decisión como la que hiciste. Hoy averiguaremos cuál eres tú. Por lo mientras toma asiento por favor. Pide lo que quieras, yo invito. Esta es mi cafetería favorita ¿Sabes? Su café es bueno, y su té es tan sublime que pone de buen humor a cualquier japonés. Tienen postres increíbles, el pastel de chocolate es su especialidad. Pero si te gustan las frutas, te vas a enamorar de su tarta de manzana.

El limo realizó entonces un simple gesto a la hora de levantar su mano, haciendo que una de las meseras acudiera a tomar cualquiera fuera la orden de la chica a la que súbitamente acababa de invitar. La pequeña peliazul, por su parte, pidió otra taza de té y un pastel de queso con zarzamora. Pidió además que le trajeran suficientes galletas de la fortuna para pasar el rato, dando así un pequeño guiño de cuán infantil puede llegar a ser el Rey Demonio si se lo propone. Sí, Rimuru es amante al cien por ciento de la cultura popular, especialmente de la cultura otaku y geek. Por tanto, no es raro para los que le conocen el verle comprando mangas, figuras, golosinas y tarjetas coleccionables, todo ese tipo de cosas. Quién sabe qué dirían sus compañeros de instituto si vieran al Rey Demonio actuando de esa forma.

– Seguro que nunca has podido comprar en un sitio así de costoso ¿No? Se dice por ahí que tu motivo para ser heroína es especialmente monetario, así que debe ser difícil sino impensable pagar restaurantes de lujo. Créeme, yo te entiendo. Llegué al mundo sin oportunidades. Todo lo que tengo es por mi propio esfuerzo y sin ayuda de nadie, así que creo fielmente que el que trabaja con diligencia merece recompensa.

Ciertamente el slime había llegado al mundo sin nada más que su inteligencia y su destreza. Claro, no había nacido como un ser humano, no había tenido padres o hermanos, y mucho menos amigos al lado de los cuales superar las adversidades. Desde que Rimuru recuerda, todo lo que ha tenido es el poder de conseguir poder, y eso es lo único que le ha permitido alzarse de la nada absoluta hasta el punto de coronarse como uno de los males más temibles de Japón: el rey demonio, que se lleva a las personas incautas por las noches. No era un título precisamente halagador o que inspire mucha confianza, pero la reputación que se había formado era suficiente para ganar el respeto de sus compañeros asgardianos, lo cual era en sí mismo ya un gran logro.

– Sin embargo, tengo una queja con tu trabajo –dijo el limo, mirando a la contraria con frialdad– Y es que estás llevando a nivel 100 un hechizo de rango E. Deja que me explique mejor: te esfuerzas. Y mucho. Puedo ver en tu condición física lo duro que trabajas en mejorar tu habilidad. Pero aún así, todo lo que haces es hacer flotar cosas. Me sorprende que con un truco tan ridículo hayas llegado tan lejos. No soporto ver que uses tu asombrosa habilidad de esa forma. Es lo mismo que tener un smartphone de última generación y solo usarlo para llamar. Por eso quería verte. Quiero decirte que puedes hacer más. Ve más allá, mujer. "Mentalidad Plus Ultra" diría ese chico peliverde que va a tu academia también.

El limo llevó la mano al interior de un bolso de mano que llevaba consigo. Tomándole un par de instantes, extrajo un cuadernillo impreso con notas. Aquellas eran notas con detalles, algunos muy superficiales y otros mucho más técnicos, pero todos referentes a la habilidad "Zero Gravity" de Ochako Uraraka– Cuando licencias tu poder, este es fácil de estudiar para cualquiera que sepa hackear un poco –dijo el demonio, con una voz burlona. La primera página que mostró a la heroína explicaba lo que ella ya sabía, el cómo funciona su poder y cómo usarlo para hacer levitar objetos, así como los efectos secundarios de este.

Sin embargo, las páginas siguientes explicarían a detalle cómo se usaría ese poder para conseguir el efecto contrario, haciendo las cosas mucho más pesadas. También se explicaba cómo usar el Zero Gravity a distancia, y cómo usar esas habilidades en combate contra uno y contra varios oponentes, siendo capaz de inmovilizarlos casi al instante con diferentes técnicas. Todos esos capítulos adicionales hacían referencia a un artilugio especial, unos "guantes gravitatorios" de los que poco se habló hasta llegar al capítulo final, donde finalmente se explicaba el funcionamiento de estos y cómo ayudarían a alcanzar todo el potencial de la castaña. Al terminar de mostrar las páginas, el demonio cerró el cuadernillo y se lo entregó a la chica. Luego de eso llegó la mesera con las órdenes, las entregó y se retiró lentamente.

– Y esto lo escribí anoche en mi laptop, mientras veía Phantom Thief Magical Karin. ¿Tienes idea de todas las demás cosas que puedes hacer y de las que no tienes aún ni idea? No sé qué te enseñan en Legacy, y la verdad no me interesa. Pero si no pueden ni explicarte en los meses que llevas ahí lo que yo puedo enseñarte a hacer en un solo día, te aseguro algo: o son unos idiotas que no saben enseñar, o no les importa en lo absoluto que crezcas como heroína. Sea cual sea el caso, deberías considerar seriamente si te conviene continuar en Legacy. Doy clases en Asgard, así que serías muy bienvenida ahí. Pero no viene para tramitarte una inscripción, eso debes pensarlo por tu cuenta. Para lo que te traje hoy es para darte una clase privada de cortesía, como un obsequio por todo tu duro esfuerzo~

El demonio llevó la mano nuevamente a su bolso, el cual al parecer era absurdamente grande por dentro, pues de él pudo extraer una diadema, similar a auriculares y con una pantalla de cristal integrada, a modo de formar una especie de casco, y un par de guantes blancos con una textura similar a la de la piel sintética. Exactamente los mismos que estaban boceteados en el cuadernillo que le había sido dado a la chica

– Anda, anda ¿Qué tal si te los pruebas? Es tecnología de última punta, no encontrarás algo así ni en los cómics de Iron Man. Mas da la casualidad, de que Iron Man no lo sabe todo. Pero yo sí~

La castaña estaba avergonzada luego de que toda la gente se les quedará viendo, más por el hecho de ser juzgada por su apariencia ante la persona que estaba enfrente de ella. Su cara se ruborizo y no le quedo más que sonreír, tomó asiento, esperando a que el chico o la chica dijera algo, aún no entendía muy bien la manera en como debía referirse ante aquella persona.

Los comentarios de Rimuru le estaban afectando a nivel emocional, todos sabían que era una chica de escasos recursos pero, ¡referirse a ella de esa manera!. Aunque admitía que el lugar era muy lujoso, se estaba preguntando si lo que traía alcanzaría para pagar. Pidió una rebanada del pastel de chocolate y una taza de té. Momo le había enseñado ciertas cosas, pues era la que más dinero tenía en toda su clase durante la U.A, aún así no sabía si lo que había elegido estaba bien, ya no quería ser criticada.

━Supongo que mi economía ha sido ventilada, que puedo decir, aún así estoy orgullosa de quien soy, y en efecto creo que todo trabajo será bien recompensado, así que creo firmemente en que lograré mi propósito.━

Sus palabras eran firmes, no vacilo ni un segundo. Siempre había sido alguien positiva y lo seguiría siendo hasta el final. La castaña seguía escuchando atenta ante las palabras del peliazul, andole un pequeño sorbo al té que le habían traído.Su sorpresa fue grande al escuchar como hablaba de su Quirk, ya que ella por meses había estado buscando la forma de mejorar su poder, casi escupe el té. Ochako se quedo en silencio analizando la situación, si bien había algo de razón en todo lo que decía y es que en resumen su poder era débil.

Observo atenta al cuadernillo que contenía datos de su poder, lo importante venía después, estaba asustada y a la vez asombrada, ¿Cómo a alguien que no tiene ese tipo de Quirk podía descifrar rápido todo aquello, siendo que ella que lo tenía no había logrado tener avance alguno?. Las indicaciones eran exactas, entendía todo a la perfección, si lograba obtener dichos objetos no habría dudas de que su poder se incrementaría, incluso podría llegar a estar a la altura de Izuku, o de Todoroki, incluso hasta de Bakugou, y ya no sería vista como alguien débil, nunca más.

━¿Clases privadas?. Esto quiere decir, que ¿Me ayudarás?.━ Preguntaba con curiosidad. ━ ...creo que es mejor ser directos así que dime, ¿Cuál es el truco?, digamos que no acepto ir a Asgard, ya que es obvio que nunca cambiaría, ser héroe es mi destino, pero si acepto las clases, ¿Qué ocurriría?.━

La tentación era traicionera. Ochako estaba realmente considerando aceptar aquellas clases luego de ver de manera real los objetos. Era alguien ingenua hasta cierto punto, pero no tanto como para dejarse engañar, sabía que detrás de todo aquello se ocultaba algo, ningún villano le haría esa invitación, ni mucho menos la ayudaría a resolver el problema que tanto le preocupaba.

– ¿Ho?

El demonio escuchó atentamente todo lo que la joven castaña tuvo que decir. Escuchó cómo aquella hablaba con franqueza y con determinación, escuchó su sentir y su opinión con respecto a la situación actual. Pudo apreciar claramente cuáles eran las inquietudes de la joven y cómo esta consideraba de forma seria sus opciones. El demonio mostró una suave sonrisa. Sabía perfectamente que aquella sería la reacción de su contraria, o al menos esperaba que pudiera serlo. Era una chica inteligente que se había abierto paso entre los héroes a través no de su habilidad sino de su admirable ingenio, y era por eso que la reconocía como una persona valiosa. Así pues, tomó una galleta de la fortuna, sacando el papelito de su interior e ingiriendo la pasta, para posteriormente responder a la castaña.

– No es que sea el tipo de villano que necesita algo de ti. Puedo valerme por mi cuenta y hacer lo que me plazca, incluso adueñarme del país. De hecho, te aseguro que tendrás la oportunidad de averiguar que mis palabras no son falsas, y nada gano ni podría ganar con el hecho de ayudarte que no tenga ya. Pero, aunque no necesito nada de la heroína Uravity, hay un capricho que me gustaría cumplir. Jamás he tenido el gusto de que un héroe me deba un favor. Si te ayudo con esta cosa que para mí es tan simple y que, sin embargo, es imposible para ti sola, quedarás en deuda conmigo y podré cobrarte un apoyo en otra ocasión para ayudarme a entrenar a una persona que... D-digamos que... Es alguien que no considero un desperdicio de tiempo...

Toda la seriedad con que el Great Demon Lord había hablado hasta este momento fue echada por tierra con las últimas palabras que expresó. Y no fue por las palabras propiamente dichas, sino por el intenso rubor en su rostro y el tembloroso e inseguro tono que las acompañaron. Para Rimuru Tempest, quien es reconocido como un ser oscuro y egoista, los temas referentes a sus planes y convicciones siempre han sido un tema fácil de expresar. Rimuru tiene bien en claro lo que desea y lo que planea, y no le resulta un inconveniente explicarle incluso a un héroe su forma de pensar. Pero, cuando se trata de las personas importantes para él, el limo es casi incapaz de expresar lo que piensa o siente al respecto.

Desde que ha llegado al mundo, el demonio solo ha conocido a una persona realmente importante para él. Pese a su frecuentemente expresado desdén por los humanos en general, aquella hechicera azabache se había vuelto probablemente la persona más importante en su vida. La niña orgullosa de coletas era constantemente motivo para el demonio de preocupación, una emoción que nunca antes había manifestado, y no podía evitar procurar su bienestar. Es por eso que, aunque en un inicio no tenía ningún motivo para ayudar a la castaña mas que el mero capricho de hacerlo, el que esta le diera inconscientemente la oportunidad de pedir algo a cambio hizo que el limo pensara inmediatamente en aquella joven maga a la que deseaba ver crecer, y a la cual una prueba contra diferentes habilidades podría ayudarle bastante.

– B-bueno... ¡E-ese no es el punto! No es de tu incumbencia lo que tenga pensado a futuro... ¿Vas a querer que te entrene o no? Cabe destacar que no sería en el internado, la mitad de mis compañeros te matarían apenas verte. Podemos hacerlo aquí en Yokohama. En un lugar a tu elección, suficientemente apartado de la gente para que nadie salga herido. Aunque si quieres entrenar aquí en la ciudad, no me opondré. No es como que me preocupe la vida de estas personas~

Insegura, así era como se sentía, ¿Quién podía garantizarle que lo que decía era verdad?, si bien era impensable poner la confianza en un villano. Por algo eran llamados así, eran traicioneros, siempre buscaban hacer algo para su propio beneficio, ¿Por qué razón debía de creerle?. El silencio reino por segundos, tenía que pensar bien cual sería su respuesta.

Si accedía esto le beneficiaría, no solo sería fuerte, si no que también tendría la oportunidad de usar una tecnología así, algo a lo cual jamás en su vida imagino tener, pero por otra parte significaba traicionar indirectamente a Legacy, sin mencionar que esta quedaría en deuda con el villano, y tan solo pensar en eso la hacía dudar más, se encontraba entre la espada y la pared.

Su cabeza cada vez más se revolvía, no podía pensar con claridad, no cuando sentía que la estaban presionando. Respiro profundo y miro fijamente al peli azul, era alguien tan pequeño, pero no dudaba de su capacidad, después de aquella demostración, era evidente que esa persona era sumamente inteligente, se había metido en la cueva del lobo y ahora no sabía como escapar.

━ Bien. Acepto, confiaré en tu palabra, espero no decepcionarme, se que la palabra de un villano es la más poderosa que hay.━ Estaba apostando todo. Se sentía mal por hacer algo así a ocultas de la academia que le dio un hogar, y una razón para poder convertirse en una heroína ejemplar.

Pero si quería lograr todas sus metas necesitaba hacerse más fuerte. y eso era algo en lo que estaba de acuerdo con Rimuru, en Legacy no lo conseguiría, pues de ser así sus habilidades ya se hubieran incrementado, y en lo que llevaba viviendo ahí, no había logrado notar algún cambio.

━No hay problema con que elijas el lugar, yo estaré dispuesta a ir, pero solo una cosa...Promete que nadie se enterará de esto, mi lealtad esta con Legacy, y esto lo hago porque quiero volverme más fuerte.━ Aunque esto era algo contradictorio de su parte, en su mente su lealtad era genuina y no tenía dudas sobre ello. Todo lo hacia por su propio beneficio, y aunque no sabía que ganaría Rimuru, estaba segura que al final de todo ambos obtendrían lo que habían estado buscando.

– Dices eso, pero en realidad estás pensando "No puedo confiar en la palabra de un villano" ¿No es así? –mencionó el demonio con una mirada helada que veía directamente a los ojos a la castaña, para entonces soltar una risa burlona– Pero no te preocupes, no te culpo. Yo tampoco confiaría en un héroe. Nunca dicen lo que piensan. ¿Sabías que hay una palabra para eso? Cuando lo que dices es contradictorio a lo que realmente piensas. Se llama "hipocresía". Los humanos tienen mucho de eso, ya sea por ser amables o porque tienen miedo, pero siempre mienten acerca de sus verdaderos sentimientos. Los demonios no somos así. Si queremos matar o robar, decimos "quiero matar o robar". No hay falsedad en nosotros, no es parte de nuestra naturaleza. Podemos ocultar cosas, pero no mentimos, pues no encontramos el sentido en ello.

El slime abrió una segunda galleta de la fortuna. Sacó de su interior la fortuna inscrita, misma que dejó sobre la mesa, y prosiguió a comerse el dulce bocadillo de dos bocados. Sus palabras eran directas. Demasiado directas, a decir verdad. Siempre afiladas como cuchillos. Pero no parecía que se lo estuviera tomando seriamente. Era más su actitud como la de una niña pequeña que habla para pasar el rato mientras come que la de un villano ejecutando algún plan. Por supuesto, no había forma de que la castaña lo supiera en ese momento, pero Rimuru Tempest era realmente así la mayor parte del tiempo. Diferente de todos los villanos. Sin un deseo de maldad o un objetivo cruel y egoísta. Solamente actuando de la forma que considera correcta de acuerdo a sus propios principios.

– Y no te preocupes, tu secreto está a salvo. Tampoco es que quiera que Asgard se entere de que ando por la vida ayudando a nuestros "enemigos" –literalmente dijo aquello mientras hacía las comillas con sus manos– a hacerse más fuertes. De hecho quizá no sea una decisión muy inteligente de mi parte, quién sabe. Pero tengo curiosidad de ver qué tan lejos puede llegar una chica como tú si se le dan las oportunidades correctas. Como dije antes, no es que sea mi intención reclutarte en el bando de los malos o algo así. Pero si hoy te vas a casa sabiendo que no estás irremediablemente condenada a dedicar tu vida a proteger a personas que jamás han hecho y jamás harán nada por ti ni por aquellos que te importan, estaré satisfecho con eso~

Con esto dicho, la loli hizo una seña para que la camarera se acercase. La criatura peliazul pagó la cuenta con tarjeta de crédito, para posteriormente dejar un par de billetes en manos de la mujer. De esta forma se acercó al oído de ella y le susurró suavemente "Jamás has visto a una niña de cabellos celestes ni a una chica castaña con peinado de honguito". La mesera, extrañada, asintió a las palabras del demonio y se retiró para continuar su trabajo. Rimuru se levantó de su asiento entonces y, haciendo señas a la heroína para que le siguiese, salió del establecimiento, no sin antes guardarse su dotación de por vida de galletas de la fortuna. A estas alturas, las calles estaban muy poco transitadas, lo que hizo que el limo mostrase una sonrisa tranquila, casi angelical.

– Ponte tus juguetes nuevos en lo que caminamos a las afueras de la ciudad. Hoy te enseñaré a jugar con ellos, es todo lo que haremos. Una vez sepas jugar bien, podremos irnos a casa. ¿Está eso bien para la señorita heroína?

El demonio entonces continuó su trayecto en línea recta, apartándose cada vez más de la zona urbana en la que se encontraban para ir adentrándose cada vez más en la nada absoluta. Cada vez había menos construcciones, hasta llegar el punto en que no hubo más de ellas, y cada vez más pasto y árboles, hasta llegar a un área árida donde lo único que había al rededor era arena, pasto y rocas. Rimuru no se detuvo sino hasta el punto en que los edificios solo eran apreciables a la distancia casi como si fueran miniaturas en una maqueta. Volteó entonces un par de veces, como asegurándose que no hubiera nadie ni nada raro al rededor, y solo entonces se puso frente a la castaña, haciendo una reverencia.

– De antemano te pido disculpas por lo que haré a continuación. Solo puedo decir que es necesario para tu entrenamiento, así que más te vale no moverte, a menos que quieras morir.

Una vez su advertencia fue hecha, el demonio extendió las manos frente a la contraria tal cual si le hubiera arrojado algo, aunque no se vio nada a simple vista. Sin embargo, inmediatamente se cruzó de brazos, revelando su verdadera acción. Su intención sería cubrir a la chica con una cantidad absurda de hilos ultradelgados, tanto así que ni siquiera se ven cuando están separados, sino hasta que se junta una gran cantidad de ellos en un solo punto. Tal es la "Habilidad Extra: Hilo de acero pegajoso" de Rimuru Tempest, que permite al usuario crear casi infinitamente hilos formados por un material similar al carbino, extremadamente maleable y más resistente que el diamante, capaz incluso de rebanar a alguien por mitad si se usa con rudeza.

Por supuesto, sería posible para la heroína evitar la acción del limo haciéndose ligera a sí misma y saltando con fuerza hacia arriba para evitar que los hilos la alcancen, aunque tal vez se cauce algunos cortes menores en el proceso debido a la velocidad y fuerza con que los hilos son proyectados por el demonio. En caso de que decida no moverse, el demonio usaría su habilidad para hacer trizas las prendas de la mujer e, inmediatamente, usar los propios hilos para reemplazar la ropa de aquella. Esta no sería la primera vez que Rimuru Tempest usa su habilidad para tejer ropa o incluso crear accesorios complejos, tal cual era el caso en esta ocasión, pues era la intención del rey demonio vestir a la mujer con un traje apropiado para poder entrenar.


– Estudié no solo la licencia de tu habilidad, sino también la petición de traje que hiciste. Se me ocurrió que podría hacer algunas mejoras, como un material que no se rompa para empezar, y reforzar la zona de las piernas para impactos colosales, como en caso de que decidas intensificar la gravedad sobre ti misma y caer al suelo con una fuerza abrumadora desde gran altura. Con eso podrías incluso derrumbar un edificio sin ninguna repercusión para tu cuerpo. Además, como esa tela es producida por mi propio cuerpo, es inmune a la fluctuación térmica y a la electricidad. ¿Sabes lo que significa? No te afectarán el calor, el frío ni la electricidad mientras lo uses. En otras palabras, tan solo justo ahora eres diez veces más poderosa que antes. Imagínate cuando te vayas de aquí sabiendo usar tu quirk para pelear~ Así que ¿Estás lista para tu primer lección?

La castaña escucho atenta a lo que Rimuru le decía, en efecto tenía razón, los humanos podían llegar a tener millones de defectos, y entre ellos se encontraba la hipocresía. Ochako era alguien así, no lo negaba, nunca decía lo que pensaba y hasta en ocasiones llegaba a mentir, pero eso era lo que la hacia humana.

Aunque negaba el hecho de que los villanos fueran así, tal vez eran más honestos con sus deseos, pero en algún momento entre ellos habría una que otra traición, al final de cuentas también tenían emociones humanas. No cuestiono nada, pues realmente lo que le preocupaba era el hecho de haber aceptado la oferta.

Uraraka asintió con la cabeza, colocándose así su traje y sus nuevos aparatos, admitía que lucia bien. La preocupación que sentía se iba mediante caminaba, tras ver lo que el peli azul hizo por ella, no tenía dudas de que había hecho una buena elección. Al final el propósito con el que hacia todo aquello era para proteger a sus seres queridos, y entre ellos estaba su familia; podría apoyarlos económicamente como siempre había planeado, incluso sería una heroína reconocida, tal vez al nivel de All Might, el pensar en ello la hizo soltar una ligera risa, no podía creer que su sueño estuviera a escasos pasos de cumplirse.

Llegaron a un lugar alejado de la ciudad, la vista era hermosa, y pensar que aquella ciudad era la que tanto trabajo le estaba costando proteger. Volteo a ver a Rimuru, las palabras que decía la estaban asustando ¿Tenía que estar inmóvil?. Eso no le agradaba, pero era un precio accesible si pensaba en que esto le traería la felicidad que tanto buscaba. Como buena niña se quedo quieta, sus ojos se abrieron de par en par tras ver lo que el peli azul hacia, vaya habilidad, podía sentir la presión de aquellos hilos, un movimiento y estaría muerta o herida gravemente, no era alguien lista pero sabía perfectamente diferenciar el peligro.

Su ropa fue cambiada en un abrir y cerrar de ojos, un ligero rubor se asomo en las mejillas de la castaña ¿En que momento había ocurrido tal cosa?, ahora lo entendía, los hilos. Se miro de pies a cabeza, su traje era hermoso, incluso más hermoso que el original, el color era perfecto, digna de una heroína. Sentía celos, con una habilidad así podría crear miles de cosas, aunque admitía que ahora se sentía más segura, realmente estaba muy agradecida.

━Tengo que decirlo, estoy muy sorprendida. Lo que a mi me costo tiempo, a ti te costo instantes. Tienes mi gratitud, así que estaré preparada para cuando quieras cobrarme el favor que te debo.━ No pensaba en las palabras que acababa de decir, lo único que pensaba era en probar su traje nuevo, en ver que tan poderosa podía llegar a ser.━ Muy bien, ¿Cuál será la primera lección?.

La emoción le ganaba, se estaba volviendo egoísta, pensaba solo en su bienestar, sin medir el precio de sus actos, se dejo engañar cual niñita de cinco años, y estaba muy lejos de darse cuenta. Puso su confianza en aquel extraño ser, luego de ver su traje, cualquier cosa le parecía bien, ¿Qué problema puede ocurrir? era lo que pensaba, al final estaban lejos de ser vistos, incluso ahora el villano y la heroína mantenían un secreto, a ninguno le beneficiaría que todo aquello se supiera. Confiada en exceso, así se sentía, como una mariposa que recién abre sus alas lista para volar.

La joven castaña había dado al demonio justo en el clavo: orgullo. Como Rey Demonio, Rimuru Tempest era un ser orgulloso y vanidoso por naturaleza. No era de extrañarse que los halagos sin reparos de la heroína le dieran al limo una gran motivación con respecto a lo que estaban haciendo justo ahora. Después de todo, la historia de Rimuru era la de alguien que jamás pidió ser un demonio, pero que sin embargo aceptó rápidamente su destino. El ser reconocido por tus acciones siempre es algo dulce ¿No es así? El limo se sentía de esa forma en tanto que ayudaba a aquella chica, que le estaba dando cuerda para empezar a presumir de sus capacidades. Fue así como el demonio habló a su contraria presunciosamente, mostrando una amplia sonrisa.

– ¡Por supuesto! Soy el Gran Rey Demonio, después de todo. Es algo normal para mí hacer en instantes lo que a otros les tomaría años. ¡Soy un ser perfecto como uno, nadie ni nada en este mundo se me puede equiparar! Siéntete honrada de ser discipulada por el ser más poderoso que hayas tenido y tendrás jamás el placer de conocer~

El limo entonces chasqueó los dedos con la mano izquierda. Al lado suyo, entonces, se abrió un gran portal lleno de oscuridad. No se podía ver nada al otro lado excepto una energía oscura indistinguible, como si a través de él se llegara a la nada absoluta. En cierta forma recordaba al poder de Kurogiri, con la diferencia de que esta vez el portal no es un cuerpo. Sin embargo, a través de él, un total de cinco individuos cruzaron, colocandose en una sola línea. Todas mujeres, de razgos de zorro y de belleza escultural. A decir verdad, si no estuvieran vestidas con diversas ropas, serían exactamente iguales una a la otra, como si fueran muñecas Barbie con diferentes modelos pero que al final son la misma muñeca.

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– ¿Alguna vez habías visto a mis golems? Son muñecas de arcilla, poseídas por espíritus menores con los que tengo contrato. Son tan frágiles como una persona de verdad, pero no sienten dolor ni tienen necesidades básicas. Además, si se rompen, siempre puedo repararlas en un chasquido. Así que las traje aquí para que nos ayuden con tu entrenamiento, ya que necesitas objetivos a los cuales apuntar. No temas herirles, no es que estén vivas de todas formas. Aunque lo parecen ¿No crees? Estos sirvientes son mi mayor orgullo.

A continuación, el demonio se acercó a una de sus muñecas de arcilla, si es que así se le podía llamar. Todos sus rasgos eran en extremo realistas, a tal punto en que era imposible visualmente distinguirles de un ser humano. El tono de su piel, la textura de su cabello, el brillo de sus ojos, la calidez de su sonrisa, la humanidad en sus gestos, la naturalidad en sus movimientos ¿De verdad podrían no ser humanas? Sin embargo, el limo tomó el brazo de uno de los golems y sin titubeo alguno lo partió en dos. El sonido producido fue el de un ladrillo que impacta contra el suelo. El slime se quedó con el antebrazo y mano de la criatura de arcilla, que ni se inmutó en el acto. El demonio mostró entonces a la heroína el interior del brazo, demostrando así que efectivamente era arcilla hueca por dentro. Luego de eso, le colocó el brazo de vuelta al golem, y este pudo moverlo con toda naturalidad nuevamente.

– Ahora sí, aclarado que solo son juguetes, comenzaremos tu primer lección. Primero, explicaré un poco de teoría: ¿Sabes por qué flotan las cosas cuando las tocas? Las yemas de tus dedos transmiten ondas gravitatorias, que vibran a cierta frecuencia. Mientas más lento vibren, más pesado será un objeto. Mientras más velozmente vibren, más ligero se volverá este. Este es un hecho completamente sin precedentes. No hay información al respecto en libros. Puedes generar y manipular una energía que para la humanidad ni siquiera es comprensible. Tienes un poder que el resto de los seres vivos ni siquiera pueden estudiar. Eres una diosa entre hormigas. Solo tienes que aprender a usar ese poder, y para eso son los guantes. Pensemos en una bicicleta por un momento.

El demonio generó en sus palmas una esfera de nieve, la cual tomó la forma de una pequeña bicicleta con rueditas, la cual iba conduciendo una personita de nieve. La figura se movía como si tuviera vida, y flotaba sobre la mano del limo. Tal era uno de los efectos de su habilidad de manipulación del agua, que no le permitía solo crearla sino también controlarla, en cualquiera de sus tres estados: sólido, líquido o gas. Este poder no solo es útil en combate, sino que también ayuda a hacer un millar de cosas más, entre las cuales entran maquetas para realizar ejemplificaciones, maquetas e incluso para explicar planes de guerra. Sin duda alguna, la habilidad más versátil del demonio.

– Cuando eres joven, tienes que aprender a andar en bicicleta. Pero no puedes hacerlo sola. Alguien debe guiarte. Para eso se inventaron las rueditas entrenadoras: evitan que te caigas de la bicicleta en tanto que aprendes a conducirla y mantener el equilibrio. Cuando no las necesitas más, papá y mamá las quitan, y entonces puedes usar la bicicleta sin dificultad, porque has aprendido a hacerlo. Considera los guantes y el casco como rueditas entrenadoras. Te permitirán usar tus poderes como una profesional al instante. Sin embargo, llegará el día en que no los necesites para liberar tu potencial. Debes usarlos teniendo en mente eso: no dependas de tus herramientas, sino usalas como escaleras para llegar más alto. Esfuérzate hasta no poder respirar si es necesario, pero entrena con la vista puesta en poder hacerlo sin rueditas entrenadoras un día.

Desvaneció entonces el limo la figurilla que tenía en manos y creó una nueva, una recreación de una mano, a través de la cual fluye energía hacia los dedos y de estos se dispersa hacia afuera. El limo estaba ejemplificando la habilidad de la castaña para poder explicar más adecuadamente.

– Tal como las ondas de sonido, las ondas gravitatorias necesitan un medio para transmitirse. Es más fácil manipular la gravedad de un objeto que tocas, ya que recibe tus ondas gravitatorias de manera directa. Además, es más fácil alterar la gravedad de objetos sólidos que la de liquidos y gases, ya que los sólidos son más estables a nivel molecular. Y es por eso, que empezaremos practicando hacer flotar un objeto dirigiendo tu energía a través del suelo. El suelo es sólido, así que puedes tocarlo y transmitir tu energía desde él hasta cualquier cosa que desees. Cuando las ondas alcancen tu objetivo, lo harán levitar. Concéntrate en tu objetivo mientras transmites las ondas al suelo. El casco enviará esa información a tus guantes, los cuales manipularán tus ondas para que vayan en la dirección que quieres.

Una de las chicas zorro se puso entonces de frente a la heroína, en pose de combate y con una sonrisa confiada– Intenta hacer al golem levitar a través del suelo. Concéntrate seriamente en que las ondas la alcancen, en llenar su cuerpo de ellas. Tocarás el suelo, pero el suelo solo es un medio. El golem es el verdadero destino. Guía tu energía en dirección a él, puedes hacerlo. Siente la gravedad en tu cuerpo, sientela en el suelo y en todo lo que te rodea. Ya no eres solo tú, eres parte de algo más grande. Tú eres la gravedad. Tú. Eres. Uravity.

Ochako escuchaba atenta a las palabras que Rimuru le decía, « que persona tan egocéntrica » era lo que la castaña pensaba, jamás en su vida se había topado con alguien así, aunque admitía que era alguien brillante, como una niñita pequeña fascinada por los regalos, así era como se sentía, no tenía paciencia, quería probar que tan lejos podía llegar con aquellos nuevos artefactos.

Ante sus ojos pasaba algo que no sabría explicar con palabras, algo como un portal se había abierto y de ahí salían mujeres con una forma extraña, ¿Qué tan poderoso podía a llegar a ser Rimuru?, tan solo de pensarlo le dio un escalofrió. Ochako se puso a imaginar en que, si en la pelea de Legacy contra Asgard ella hubiera participado, y si su suerte era enfrentar a aquella persona que ahora la estaba ayudando, sin duda alguna habría muerto, el ingenio que tenía aquel ser no se podía comparar.

━Vamos, Ochako, demuestra de lo que eres capaz.━ Mencionaba mirando fijamente a los golems, dio un respiro profundo, coloco sus manos en el suelo sin apartar la vista de su objetivo, ¿Estaría bien si hacia levitar a dos golems?, negó con la cabeza, una parte de ella se quería lucir y hacer todo de una buena vez, pero la otra parte le decía que debía hacerlo todo paso a paso sin apresurarse.

Fallas, eso era lo único que estaba consiguiendo, ya era la segunda vez intentándolo y aun no lo lograba, no era por falta de concentración, ¿Nervios quizá?, no fue hasta que escucho las palabras de Rimuru, "Uravity" su nombre de heroína, se escuchaba hermoso, imagino como la gente gritaba su nombre, como la nombraban la heroína número uno, apuntaba muy alto y ella lo sabía, pero ¿Quién no soñaría con algo así?, miles de vidas salvadas gracias a ella, enemigos muertos en batalla y capturados, y todo hecho por ella, eso era lo que quería, lo que anhelaba.

Cerro sus ojos teniendo en mente quien era su objetivo, y volvió a abrirlos con una expresión de enojo en su rostro, esta vez lo había logrado, hizo levitar a uno de los golems, a la que estaba en medio de toda aquella fila. ━ M-mira Rimuru, ¡lo logre, por fin lo logre!.━ apenas si podía hablar, aquella acción le estaba gastando energía, aún así mantenía aquella sonrisa de felicidad, tal vez para muchos, incluso para el villano era algo insignificante, pero para ella, que siempre había buscado mejorar, era algo gratificante, incluso estuvo apunto de llorar, pero contuvo las lagrimas, no era momento para sentimentalismos, necesitaba saber sus errores, si lo había hecho bien o que era realmente lo que necesitaba mejorar.

La castaña tenia muchas preguntas y una de ellas era, ¿Cómo evitar la fatiga?, pese a que era un solo objeto, su estado era el de alguien sumamente cansado, si esto pasaba, no se quería imaginar que sucedería si se ponía levitar a todos los golems que estaban en la fila. Aunque pensar aquello era algo negativo considerándolo desde su perspectiva, nada le quitaba la alegría que había sentido hace un momento. Escucharía las palabras del villano, pues aunque aun dudaba del porque la ayudaba, no tenía dudas de que cada día iría mejorando con él a su lado. Dudas, siempre con dudas, y si aquella persona realmente tenía buenas intenciones, comenzaba a flaquear y a pensar que podría entablar alguna amistad, y así lo haría, después de todo el secreto que tenían era algo que los unía, una sonrisa cruzo por su rostro, quien diría que ahora la castaña estaba poniendo su fe e incluso toda su confianza en aquel villano, que ante sus ojos ahora lucia como un ángel, como su salvador.

La joven criatura de cabellos celestes hizo una mueca a modo de gesto de impaciencia. La castaña había ya realizado dos intentos, ambos terminando en un aplastante fracaso. Sabía que sus cálculos habían sido los correctos, el dispositivo funcionaba bien. Sabía también que la chica era capaz de lograr su cometido, no se había equivocado con ella. Entonces ¿Qué podía ser? Solo había una respuesta: aquella no estaba esforzándose lo suficiente. Un gesto, no de molestia pero sí de insatisfacción, se notaba acentuado en su rostro. Rimuru no es la clase de persona que acepta la holgazanería en el campo de batalla. Pese a ser un individuo relajado, bromista, pícaro y alegre, considera que el entrenamiento deber ser arduo y exhaustivo, o de lo contrario no rendirá fruto alguno. Es por eso que para Rimuru Tempest, no darlo todo es simplemente inaceptable.

— ¿Ho...?

El demonio levantó entonces la vista lentamente, cada vez perdiéndose más en el cielo azul infinito. La joven heroína había logrado su objetivo, tras un par de intentos había conseguido lo que hasta hace poco creía Imposible: hacer levitar un objeto sin tocarlo. Ella celebraba a gritos con alta emoción; el limo solo asintió en gesto de aprobación. A decir verdad, le emocionaba en gran manera ver a la contraria lograr tal hazaña y hacer visible y real la teoría que hasta hace poco solo era eso, una hipótesis en la mente del slime. Sin embargo, no quería hacer sentir a la contraria como que eso era un gran logro, pues deseaba que se esforzara aún más para lo que venía. Por lo mientras, sacó del bolso que traía al hombro una botella de marca coreana, la cual le arrojó a la legaciana.

— ¡Uravity, piensa rápido! —gritó el slime, para luego lanzarle la bebida. Poco después sacaría una igual de su bolso, abriéndola con cuidado y bebiendo un trago, acto tras el cual soltaría un suspiro placentero– Ah~ En serio me encanta el Ginger Ale, su sabor es un deleite. Además ¿Sabías que tanto el gengibre como el limón, ambos presentes en esta bebida carbonatada, son inhibidores de las náuseas? Y con lo dulce y refrescante que es, te dará energías para rendir un rato más.

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Una vez más, la imbatible infante demostraba estar preparada para todo. Conociendo de antemano los efectos secundarios del quirk de la chica, sabía que una prioridad sería ayudarla a mantenerse en pie contra el desolador gasto de energía que la explotación de su poder causaría. Rimuru Tempest no sabía cómo era sentirse cansado, no de primera mano al menos. Pero sus continuos entrenamientos con la joven Tohsaka le habían permitido estudiar muy de cerca los efectos del agotamiento en el ser humano, por lo cual podía rápidamente hallar la solución indicada para minimizar esos problemas. Claro que, la soda de gengibre era solo una respuesta provisional. La verdadera solución era algo que el demonio aún tenía que mostrar a la contraria.

— De acuerdo mujer, aquí va tu segunda clase de teoría. Imagino que ya tienes una idea del porqué de los efectos secundarios de tus poderes, pero lo explicaré de todas formas para que tengas un mejor panorama. Las ondas que produces son energía a fin y al cabo. Así que cuando usas tu poder, gastas energía. Mucha en realidad. Además, el esfuerzo mental produce mareos. ¿Cuál es la solución? Preguntarás tú. Pues bueno, podrías llevar un cinturón lleno de botellas de Ginger Ale... Pero es poco estético y demasiada soda es mala para los riñones. En su lugar, te enseñaré a controlarlo. Esto no podrás hacerlo de la noche a la mañana, tenlo en cuenta. Pero teorizo que con dos semanas de arduo entrenamiento, lo dominarás.

Antes de proseguir, el limo llevó a su boca la botella de Ginger Ale que tenía consigo, comenzando a vertir en su interior el vital líquido hasta que la botella quedó completamente vacía y sin vida. Tras esto, guardó el ahora inútil envase de plástico en su bolso, a falta de un bote de basura cercano. Quizá podía ser un villano, pero incluso Rimuru quiere cuidar la naturaleza de la cual saca tanto provecho. Hecho esto, pues, reanudó su explicación con toda la calma del mundo, mirando a la otra de forma seria, pero amable.

— Lo creas o no, estás usando mal tus poderes. No me malentiendas, lo haces genial, has aprendido a controlarlos de forma muy interesante. ¡Pero! Estás desperdiciando demasiada energía. Verás, cuando haces flotar objetos pequeños, como una pelota, lo haces con naturalidad y sencillez, como debería de ser. Lo tocas y flota, ya está. Pero cuando quieres hacer flotar algo grande, como una roca o una persona, en tu mente piensas "debo esforzarme en hacer que flote" y liberas más energía de la necesaria por empeñarte en hacer que flote. Eso está mal. Debes aprender a calcular cuánta energía usar en qué objeto. Y, para eso es el casco que te di. Déjame mostrarte~ ¡Ginna, enciende las luces!

Apenas el demonio dijo aquellas palabras, el cristal del casco de la heroína se encendió, revelando no ser una mica sino una pantalla transparente. Varias letras y símbolos aparecieron a los ojos de la castaña, de entre los cuales resaltaban un menú de opcciones, un medidor de energía y el hecho de que todo aquello en lo que su vista se enfocaba abría una pequeña descripción y un par de números por debajo, como si analizase lo que tuviera por delante. El limo entonces mostró una sonrisa a su contraria y comenzó la explicación detrás del tan curioso artilugio.

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— Te presento a la Gravitational Intensification-Nullification Neuronal Assistance System, o Ginna System para abreviar. Ginna es un software muy simple, diseñado únicamente para realizar las tareas esencialmente importantes. Sus funciones base consisten en analizar todo lo que veas, permitiendote saber qué es lo que tienes delante y cuánto pesa. Puede reconocer hasta 20 objetos al mismo tiempo, según aquello en lo que enfoques tu mirada. También puede manipular tu frecuencia de onda gravitacional de forma automática para fácil acceso, así puedes decidir si quieres anular o intensificar la gravedad de algo. Además, monitorea tus signos vitales constantemente, es importante que sepas cuándo detenerte para no salir herida. Como plus, incluye comando de voz para que puedas ordenarle enfocarse en un objeto en especial, que altere la gravedad de algo en concreto de forma automática o que te dé sugerencias de qué hacer en caso de encontrarte en problemas. Si quieres que le agregue algo más, acepto sugerencias, por ahora solo es una pequeña asistencia.

Señaló entonces Rimuru a los otros cuatro golems restantes, los cuales se ordenaron en una sola línea, posando frente a la heroína.

— Muy bien, con la ayuda de Ginna vas a hacer levitar a dos golems más, ambos al mismo tiempo, teniendo un total de tres en el aire. Una vez lo consigas, liberalos a todos y estaremos listos para pasar a la siguiente lección. Ginna regulará tu gasto de energía con base en el peso de los objetivos, eso evitará que te canses. Además, al dirigir ese poder hacia tu objetivo, también eliminará esas náuseas tan molestas. Con eso incluso podrías hacer levitar a todos los golems sin problemas, pero vamos paso a paso. ¿Estás lista? Adelante~

Ochako soltó una ligera risa al ver a Rimuru ¿Feliz?, no sabía si esa era la palabra correcta para describirlo, era parecido a ver a un papá estar orgulloso porque su hija había logrado algo maravilloso, aquel sentimiento la lleno de ánimos, aun sabiendo que él era el enemigo, aún así la castaña estaba alegre de poder ver como era elogiada.

Agarro la bebida, la observo detenidamente e incluso la olfateo, ya que al escuchar su nombre se le hizo algo extraño, luego de ver como Rimuru la tomaba procedió a hacerlo, si el villano lo hacia ¿por que ella no?. A esas alturas la castaña más que desconfianza comenzaba a confiar en la persona que estaba enfrente de ella.

━ ¡NO PUEDO CREERLOOOOOOOO!.━Gritaba, la emoción le ganaba, se pellizco, ¿realmente todo aquello era real?, parecía un sueño, insistía en que era la chica con más suerte, después de la práctica iría corriendo a la casa de sus padres para poder contarles y mostrarles el nuevo traje y así poder asegurarles que a partir de ahora las cosas cambiarían, que su camino para ser la heroína numero uno se estaba volviendo realidad.

Escuchaba atenta lo que Rimuru le explicaba, era algo tedioso, no era una mala estudiante pero admitía que no era algo en lo que destacará mucho, aún así ponía todo de su parte para comprender. Resumiendo gracias a la nueva tecnología ahora podía calcular el peso de los objetos, esto le hacia la tarea más fácil, no quería decepcionar al villano que tanto esfuerzo había puesto haciendo aquello, así que intentaría hacer levitar a todos los golems de una buena vez, ahora con la bebida no tenía miedo de quedarse sin energías, estaba más que motivada.

━ Muy bien, presta atención a la chica en la que quisiste confiar tu poder.

Respiro profundo, ¿esta vez si lograría su objetivo?, miro fijamente a todos los golems que estaban en fila, cada uno con el peso indicado gracias a Ginna, hizo sus cálculos, levantarlos todos a la vez requeriría de mucho esfuerzo y poder mental para enviar las ondas. Se agacho y puso ambas manos en el suelo, su vista se dirigió al frente, despejo su mente teniendo en ella solo la imagen de aquellos objetos que quería hacer levitar.

Aunque no estaba haciendo nada físico pudo sentir como su cuerpo apenas y resistía, sabía a la perfección que con determinación y coraje podía lograr todo lo que se propusiera y así fue, los golems estaban flotando a una corta distancia del suelo, si bien no fue el resultado que esperaba pues no los había hecho flotar lo suficiente, pero había logrado moverlos de donde estaban. Los dejo caer e inmediatamente tomo una bebida, se tiro al suelo viendo las nubes, el cansancio no hacia que su felicidad se esfumará, ahora que había alcanzado uno de sus primero objetivos estaba segura que lograría completar lo demás.

━ ¿Y bien?, no fue lo que esperaba ya que no pude hacerlos levitar de la manera correcta, pero creo que fue algo bueno.

Las criticas que Rimuru le daba le servían, estaba dispuesta a escucharlo y a proseguir con los entrenamientos, buscaría la forma de escabullirse después de las clases, la motivación que había ganado ese día era un tesoro que guardaría muy bien.

Los golems comenzaron a levitar, todos al mismo tiempo, despegandose del suelo poco a poco. La chica lo había conseguido, había levantado a todos los objetivos a la vez sin siquiera ponerles un dedo encima. Un poder simplemente sorprendente, del que posiblemente nadie nunca antes se habría siquiera imaginado la posibilidad. Pero ahí estaba. El rey demonio lo veía nacer desde la primera fila, con una sonrisa de satisfacción escapando de sus labios. La interacción, por supuesto, fue breve. Habría sido demasiado pedir que la heroína en ascenso hiciera mucho más que eso en su primer intento, que de por sí ya era digno de elogio. La heroína también cayó al suelo, víctima de su propio cansancio. Sin duda alguna, había hecho un trabajo excepcional. El slime no iba a reconocerlo con palabras, pero admiraba la fuerza de la contraria.

Se acercó entonces a la novata, sentándose a su lado. Sacó de su bolso una hamburguesa de pollo de Burger King y la puso encima del vientre de la contraria. Más tarde sacó una igual que se quedó para sí mismo, y puso dos refrescos de cola de alguna marca coreana en el césped. En serio ¿Cuántas cosas cabían en ese bolso? El demonio sacó del bolso una botella de gel antibacterial, usando un poco para frotar sus manos antes de tomar los alimentos, y dejó la botella en el césped también, al lado de las sodas. Mientras tanto, los golems que se encontraban derribados se pusieron de pie y uno a uno se acomodaron en una fila a espaldas de la peliazul para proceder a permanecer inertes hasta que se les volviera a necesitar. El demonio se acercó al rostro de la castaña entonces, golpeándole la frente con un dedo, con suficiente fuerza para que le duela, mas no para herirla.

— ¿Eres idiota? Te dije que solo levantaras a tres. Ahora estás demasiado cansada para continuar, y no me dejas más remedio que alimentarte. Eres una mocosa imprudente ¿Sabes? No esperes que me haga responsable si te lastimas.

Aún si trataba de tener un tono serio en su reprenda, la sonrisa que escapaba de su rostro dejaba muy en claro que en realidad no estaba molesto, sino feliz. Aún así, soltó un sermón de lo más tsundere, cuando lo que realmente quería decir era "buen trabajo, te ganaste un descanso". Rimuru no tuvo la oportunidad de elegir su camino. Era un monstruo. Un monstruo que tiene que comer personas para vivir. En cierta forma, celaba a los humanos, que nacen libres para elegir a qué quieren dedicarse, y son libres para hacer lo que quieren. Rimuru nació destinado a ser un villano, no tenía otra alternativa. Era por ello que le hacía feliz la situación actual. Poder ser algo más que un demonio, poder elegir ser algo diferente de un monstruo y hacer otra cosa que llenarse las manos de sangre, al menos por un momento, era algo que disfrutaba en gran manera.

— Itadakimasu.

Dijo en voz alta el limo, procediendo a morder su hamburguesa. Una sonrisa de plena degustación fue dibujada en su rostro, acompañada de un leve sonrojo en sus mejillas. Si había una cosa que amaba del mundo, tal cosa era la comida. Pocos lo saben, pero los slimes no tienen sentido del gusto, puesto que no tienen lengua. La comida es un placer que el rey demonio solo es capaz de disfrutar cuando se encuentra en forma humana, y es quizá por eso que la mantiene casi todo el tiempo. Abrió Rimuru una de las sodas, bebiendo un trago antes de dar otra mordida a su hamburguesa, siempre con un gesto de felicidad en cada mordisco. Se notaba a leguas cuánto lo disfrutaba. Procedió entonces a hablar a su contraria, ya con una voz mucho más relajada que la de antes.

— Está bien si quieres ser una heroína. Está bien si eliges convertirte en una villana. Pero recuerda bien mis palabras: Hagas lo que hagas, que sea lo que deseas. No salves personas solo por dinero, tampoco lo hagas porque crees que es lo correcto. Ese pensamiento te hará miserable. Lo que elijas, el camino que tomes, debe ser aquel que te haga feliz. Si haces las cosas solo por el bien de gente que no conoces, solo saldrás herida cuando te des cuenta de que nunca recibirás eso de otros. Tal vez creas que lo que digo es egoísta, y tienes razón. Pero no está mal ser egoísta. Las personas egoístas son las más fuertes, porque desean más poder que nadie, y también aman más intensamente. Solo alguien muy egoísta puede decir "te amo más que nadie en el mundo". Sé ese tipo de persona, Ochako. El tipo de persona que protege lo que ama con cada gramo de su alma. Una persona así no puede ser un héroe para todo el mundo, pero siempre será el héroe de aquellos que le importan.

Ochako soltó una sonrisa al escuchar como Rimuru le hablaba, ¿Acaso el villano se estaba preocupando por su aprendiz?, sabía que esto era algo ridículo, pues entendía a la perfección que tipos como él no tenían ese sentimiento, no al menos hacia los héroes, no por nada eran rivales, aunque admitía que aquel gesto la hizo sentir bien, era hermoso cuando la gente se preocupaba por ella, la hacían sentir amada y sobre todo que las cosas que ella hacía valían la pena.

Recupero el aliento y se dispuso a comer todo lo que se le había ofrecido, quedo sorprendida luego de ver la infinidad de cosas que cabían en ese diminuto bolso. La comida estaba increíblemente sabrosa, no sabía si era algo preparado por el villano o si había sido comprado, pero realmente tenía un buen sabor, el hambre que sentía era demasiada que se lo acabo en un abrir y cerrar de ojos.

Tomaba la soda, para después limpiarse la boca, escuchando atenta lo que Rimuru le decía, ahora que tenía la mente más tranquila luego de entrenar, comprendía más a fondo aquellas apalabras, sabía que su objetivo por ser una heroína era algo muy noble, su familia siempre fue lo más importante, la vida sin ellos no tendría sentido, así que consideraba que de cierta manera estaba siendo egoísta, pues ella siempre vería por el bienestar de ellos por encima del de los demás.

━ Comprendo tu punto, pero ¿realmente crees que yo pueda ser una villana si quisiera?, es decir me imagino tratando de elegir ese camino y siento que no tiene sentido, vivo por mi familia, todo lo que hago es por ellos, no creo que pueda tomar mis decisiones a la ligera, no si se que esto afectara la vida de las personas que amo.━ Mencionaba viendo el paisaje. ━ Aunque hoy me he llevado muchas cosas, la primera, no todos los villanos son malos, es decir, tu me has ayudado demasiado y créeme no me alcanzan las palabras para poder agradecerte, y lo segundo, es que todos tenemos el derecho de decidir que hacer, como dijiste, he decidido proteger lo que amo con toda mi alma, y con eso me refiero a mi adorada y preciada familia.━ Una sonrisa cruzo por su rostro después de decir aquello.

Había comprendido que no necesitaba demostrarle a todo el mundo su fuerza, su determinación, pues le bastaba con que su mamá y su papá fueran los más orgullosos por ella, al final por ellos fue que decidió ser una gran heroína. Haría que ellos vivieran de la forma más cómoda posible. Rimuru la había hecho comprender todo, y ahora se sentía libre; libre para poder hacer todo con más confianza, los miedos se habían desvanecido, la seguridad que había olvidado estaba de vuelta, estaba tan feliz que quería salir corriendo a la casa de sus padres para poder platicar con ellos de su gran progreso, se imaginaba la gran sonrisa de su papá y su mamá felicitándola con un gran abrazo.

━Tengo que agradecerte Rimuru, sin ti, todo esto habría sido algo imposible, estoy dispuesta a seguir entrenando contigo, quiero que me enseñes más cosas, quiero serla heroína de la cual su familia esté orgullosa, ¿Aceptarías ser mi sensei a partir de ahora?.━ Volteo a ver al peliazul con una enorme sonrisa, esperaba que aceptara.

Era gracioso como las cosas estaban tomando su rumbo, ella siendo entrenada por un villano, llamándolo su sensei, pasando un buen tiempo, era como una salida con un gran amigo, y realmente la castaña quería eso, estaba mal visto la amistad entre un héroe y un villano, pero eso era algo que la sociedad había etiquetado de esa amanera, y estaba cansada de aquello, así que estaba apostando todo, pues pese a que no sabía si para los villanos existía la palabra "amigo", ella claramente quería tener la amistad de aquel chico de cabello azulado.

El demonio ya terminaba de comer mientras escuchaba las palabras de su contraria. La misma hamburguesa que utilizaba para sujetar la hamburguesa y que previamente había servido de envoltorio para la misma, era ahora lo que la criatura peliazul usaba para limpiarse el rostro y las manos. Sorbió un trago más a su bebida, dejándola a la mitad. Lucía un rostro relajado, pero en lo absoluto agotado. Resplandecía con la energía de un infante, como quien desborda vitalidad por donde quiera que va. Esa era el aura que transmitía. Aún así, no parecía aburrirle el escuchar las palabras de la castaña. Cuando ella preguntó si Rimuru creía que ella de verdad podría ser una villana, el demonio no respondió. Sabía la respuesta perfectamente, pero no era algo que necesitara decir en ese momento. Solo mostró una suave sonrisa como la de un confidente amigo.

Después de todo, lo de menor importancia era si Ochako Uraraka decidía que quería ser una heroína o una villana. Héroes y villanos son dos caras de la misma moneda, y sus papeles pueden invertirse fácilmente según el ángulo desde el que se mire. El objetivo principal de Rimuru nunca fue hacer que la heroína se mudara a Asgard o que se volviera una amenaza pública. El demonio no desea tal cosa como acrecentar el imperio de Siegrain, el líder de Asgard, que a estas alturas ni le va ni le viene. Su objetivo es unir a todos los individuos bajo una misma bandera. Que todos puedan verse como iguales y que puedan vivir sin odio o rencor, sino siempre con mutuo respeto y entendimiento de las acciones ajenas. Y es por eso, que sonrió de forma gustosa al escuchar el ofrecimiento de la mujer, viendo que finalmente sus acciones habían rendido frutos.

— ¿Sensei, dices? Vaya estupidez —respondió el demonio, con su típico tono pícaro y burlón— Soy profesor para Asgard. Lo sabes ¿No? Solamente eso. Doy clases, con libros y todo eso. Si quieres un maestro, puedes inscribirte cuando gustes, aunque sinceramente no me apetece en lo absoluto. Un profesor es una autoridad, existe para instruir, para formar, para educar. Pero, un amigo es para compartir. Para crecer juntos, aprender juntos. Los amigos se apoyan mutuamente, creen el uno en el otro y siempre eligen al otro por encima del mundo entero. Seamos amigos, Ochako Uraraka.

Se puso de pie el limo entonces, para pararse de frente a la chica y extenderle la mano. Le mostró una sonrisa firme y decidida, una sonrisa cálida y cómplice, mirando a la heroína a los ojos— ¿Te parece una proposición lo suficientemente adecuada para una heroína y un villano? Aunque debes saber, que lo primero que debes hacer como amiga de un demonio será sacrificar a una virgen en un altar a la oscuridad y comer sus restos en una hoguera~ —diciendo eso con especial burla, el demonio soltó una sonora risa. Sí, tenía un humor bastante negro, pero era cuando más bromeaba cuando demostraba su confianza y afecto por una persona. Esa empatía que sentía por la contraria era un sentimiento poco explorado por el limo. Sin embargo, tener alguien a quien llamar amigo era algo que le hacía gran ilusión, aún siendo lo que la sociedad consideraba un monstruo.

— Pues bueno. Arriba, señorita heroína número uno. Aún te falta completar una lección antes de poder irte a casa, así que hemos de darnos prisa.

La criatura peliazul chasqueó los dedos. Los cinco golems entonces se formaron de frente, a unos 20 metros de la heroína. El rey demonio caminó entonces hasta donde las figuras de arcilla se encontraban, entregándole a cada una una cartulina enrollada cual si fueran espadas o bates. Regresó entonces un par de pasos, poscicionandose a una distancia media entre los golems y la castaña. La última lección estaba por comenzar.

— Muy bien, llegó la hora del acto final. Este es un hecho histórico que estará en los libros y que se contará por generaciones. Este es el día en el que el Quirk de Ochako Uraraka cambiará su nombre de "Zero Gravity" a "Gravity Control". ¿Recuerdas lo que dije antes? La gravedad es una onda, como el sonido. Y si vibra más rápido, hará más ligero un objeto. Pero si vibra más lento, lo hará más pesado. Tu objetivo será concentrarte con todas tus fuerzas para dirigir tus ondas gravitatorias y hacer tan pesados a los golems que los aplastes contra el suelo. No solo romperías sus defensas, como haces al hacerlos levitar. Los dejaras completamente inmóviles. Se trata de tu primer movimiento 100% ofensivo. Esos golems correrán hacia ti uno por uno, así que debes aplastarlos antes de que te alcancen. De lo contrario, serás apaleada con cartulinas hasta morir ¿Entendido? 3, 2, 1 ¿Lista? ¡Ahora!