La caída del rey

Por más increíble que fuera, conforme pasaba el tiempo, su círculo de amistades crecía y sin darse cuenta había dejado de lado esa quisquillosa selección de personas dignas para su glorioso vino. Extrañamente, su selectividad por personas que se hicieran pasar por reyes desapareció, sin mencionar que ahora su pareja era una diosa de las que tanto aborreció en el pasado, sin duda un increíble cambio ocurrió dentro de la academia donde dudó participar de no ser por su Master.
Incluso después de haber enfrentado en su momento a cierto guerrero irlandés, pudo considerarlo un amigo, un compañero de copas se hacía llamar.

Lo que había empezado como una forma simple de pasar el rato, siendo solo un par de sus copas rellenas de vino, se convirtió en una noche en la que el mismísimo rey de los héroes quedó mal. Se dejó llevar por las exigencias de seguir bebiendo más de su vino y sin darse cuenta, ya estaba bebiendo cualquier bebida alcohólica del mundo actual.
Si alguien pensaba en siquiera preguntarle que tanto había bebido no tendría respuesta, la incapacidad para hablar ya estaba presente o simplemente no recordaba que tanto se había bebido con el Berserker.

A duras penas lograba identificar donde estaba, las luces de las calles lastimaban sus ojos como si la intensidad con la que iluminan fuera cinco veces mayor, y lo más probable es que ni siquiera recordara que pasó por ahí al siguiente día, apesar de saber dónde está en ese momento.
Sus piernas apenas podían sostenerlo y la única forma de mantenerse despierto era el hecho de que Cú lo llevaba consigo para no perder la noción.
Un vehículo pasó a su lado de manera veloz, el conductor probablemente tenía prisa. Por lo que afectó los sentidos del rey. – ¿¡Eh!? ¿¡A dónde crees que me llevas, bestia inmunda!? – Apesar de llevarse bien con su amigo, solía insultarlo para no perder la costumbre. – No creas que te permitiré deshacerte de mi tan fácil.– Empujó al hombre que lo sostenía y retrocedió invocando su Gate of babylon enseguida.

La noche se iluminó por un momento al abrir las puertas de babylonia a sus espaldas, pero con la misma velocidad que encendieron, se apagaron. El rey de los héroes tropezó al retroceder con su primer paso hacia atrás, cayendo al suelo y sosteniéndose apenas con sus manos después de recibir el impacto con su trasero.

Berserker jamas espero ser parte de un grupo y por supuesto mucho menos tener una amistad con aquel hombre el cual era bastante despreciable de hecho pero gracias a la intervención de cierta Diosa fue que el hombre termino aceptando tener amigos en este lugar.
Pero las vueltas que la vida daba eran impresionantes y eso hizo que una gran amistad se formara entre ambos Reyes al mismo punto que se llamaban mutuamente compañero de trago.

Tal y como se suponía por el nombre  ambos terminaban tomando alcohol hasta que perdieran la conciencia y hoy no fue la excepción pero fue llevado al extremo ya que el Irlandés convenció a su amigo de dar una ´´gira´´ para poder disfrutar mucho mas.
Las horas pasaron y el alcohol baño a ambos hombres al punto que apenas podían mantenerse en pie y eso significaba una sola cosa...problemas.

De pronto el Rubio empujo al Berserker y eso termino siendo una clara provocación para el.

—  ¡¿Que demonios te pasa?! ¡¿Quieres pelear acaso?! ¡Maldito!!

De inmediato hizo un movimiento de manos que daba a entender que este aun estaba bastante sobrio y eso hizo que su tan amada lanza se materializara pero tan pronto como el arma apareció, desapareció al ver como el Rey de los héroes cayo al suelo y de inmediato una risa burlona escapo de los labios del Irlandés.
Esa risa que fue tan grande llamo la atención de la gente y disimulo tan poco que demostró que no estaba sobrio.

Por más vergonzoso que fuera, tenía que aceptarlo, ya estaba en el suelo y tenía muy claro cual sería su próximo movimiento, sin importarle si es capaz de apuntar bien con su casi nula visión.

Sujetó su rostro con su mano, y desde el suelo expresó con total molestia, haciendo un ademán inverso para denotar sus emociones. – ¡Cállate, no tengo tiempo para esto! – Su dificultad para entablar una conversación nuevamente se hizo presente, realmente apenas y podía estructurar una oración antes de lanzarla.
Se levantó como pudo y miro a los lados, ¿Por seguridad a los automóviles? ¿Por tanta atención que habían llamado? No realmente. Sabía que ese par de diosas estaban por aparecer, ya que quedaron de reunirse los cuatro cuando terminaran de beber.

Por otro lado, ambos perdieron la noción del tiempo y ya era bastante tarde, si aún estaban dispuestos a aparecerse en el lugar acordado, probablemente recibirían un sermón, ya que, ya había pasado una hora a la cual debían llegar. No tenía miedo alguno, y estando ebrio mucho menos, simplemente quería evitarse una plática o regaño innecesario.
Aunque, lamentablemente al mirar a los lados de la calle, pudo dirsuadir algo en los aires... ¿Acaso eran dos? ¿Era este el fin para los héroes?