NOCIONES Y MOVIMIENTOS BÁSICOS DE COMBATE (C4)

NOCIONES Y MOVIMIENTOS BÁSICOS DE COMBATE

De estudiante había pasado a maestra... Para la griega, eso no era del todo desconocido pues tenia algo de “experiencia” en todos los años que ha estado en el Santuario. De aprendiz había pasado a aspirante y de aspirante a Caballero Dorado. Con ese nuevo rango, tuvo que ayudar con las aprendices del grupo de amazonas y Saintias, cosa que, si es sincera, no le atraía en lo absoluto por su frío y hosco carácter y poco trato para con sus camaradas.

Ahora, si lo piensa, el ser maestra en la Academia Legacy es algo distinto… El mundo está vuelto un caos (cosa que no le es extraña, considerando la constante guerra que suele haber entre los inmortales del Olimpo y/o con otras deidades fuera del sagrado monte.) y Legacy intenta protegerlo para que vuelva a la normalidad. El guiar a los estudiantes es algo que puede contribuir a ello, por lo que se ha propuesto el ayudarles en el arte del combate mano a mano y/o con el uso de las energías con las que han nacido.

Bajo esta idea, coloca un anuncio para que, ya sean maestros o estudiantes, se sumen a la primera lección que ha ideado. Es una muy bella mañana y, ataviada con sus usuales ropas de entrenamiento, espera en uno de los gimnasios exteriores a ver si alguien se interesa. Su indumentaria consiste en un sencillo leotardo celeste sin mangas con una protección en su pecho y abdomen y, cubriendo la parte inferior de este, usa unas calzas largas de color azul grisáceo. Sus antebrazos y manos están cubiertas con vendajes y su atuendo es completado por un par de zapatos deportivos bajos negros. Para evitar que su cabello estorbe, lo ata en una sencilla coleta baja y, en ella, mantiene a su amada armadura en la forma de rosa dorada. No tiene previsto usarla, mas siempre está alerta a lo que pueda suceder.

(Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hice esto… me pregunto si resultará…)

Piensa, mientras aguarda a que alguien aparezca.

Siempre me pareció un hábito tedioso el tener que despertar en medio de la madrugada, cuando la luz del sol ni siquiera iluminaba mi habitación. Se había convertido en una sigilosa rutina vespertina que, por menos extraño que parezca, se había vuelto parte de mi desde que ingresé a Legacy con tal de luchar por el bien. Sin embargo, me levantaba más temprano que los demás con tal de proteger el lugar de ataques enemigos. Cómo centinela, algo que podía disfrutar de hacer el recorrido en solitario con tal de vigilar, era nada más y nada menos que poder presenciar el amanecer y esa sensación de ser el primero en ver la luz del sol. Una sonrisa se iba mostrando en mi rostro pese a que podía ver cómo lentamente el astro empezaba a salir lento, gustándose, ruborizándose. Las horas pasaron y luego de concluir con mi tiempo de vigilancia decidí empezar a caminar por el lugar con tal de dirigirme hacia la área académica de Legacy, algo bastante normal ya qué como centinela, mi deber era uno de los más importantes y era cuidar Legacy de ataques, por más que sea una persona fuerte debía de prepararme en la academia lo mejor posible con tal de algún día poder afrontar lo peor.

Al entrar a la academia me encontré con un anuncio el cual al verlo, no hacía falta dudar tanto en asistir en dicha lección la cual estaba mencionada en el mismo. Antes de continuar hacia destino opté por sacar mi raqueta de la funda la cual la traía colgada en mi hombro izquierdo (Como si de una mochila se tratase). La ropa con la que contaba eran unos zapatos deportivos “MIZUNO (WAVE DUAK LUZ)” ideales para correr sin siquiera sentir incomodidad algúna, en cuanto a la demás ropa solo era una deportiva de color rosa, nada del otro mundo. Luego de haber sacado mi raqueta caminaba sin ninguna prisa en dirección al gimnasio con la raqueta en la mano izquierda y la funda en la derecha, a lo lejos podía ver la entrada y un poco del interior del gimnasio, en el se podía ver a alguien pero debido a la larga distancia no podía distinguir si se trataba de un hombre o una mujer, solo seguí caminando con tal de quedarme en la entrada del gimnasio observando desde ella a una mujer. Debido a que el gimnasio estaba vacío y había un gran silencio solo me bastaba hablar en un tono normal con tal de que ella pudiese escucharlo.

Buenos días, ¿Es usted la que dará lecciones aquí? Si ese es el caso me presento. Mi nombre es Tezuka Kunimitsu y soy un centinela de Legacy, estoy interesado en tomar sus lecciones.

Mencionaba esperando una respuesta por parte de la contraria.

La idea de la academia era aprender todo lo que se pueda, aún que eso signifique que fueran combates básicos, incluso ella sabía que no tenía la fuerza para cortar la cabeza de un demonio, así que necesitaba reforzar eso, era un punto débil, aún que eso lo compensaba con su agilidad y rapidez. Así que no dudo cuando miro un cartel que se impartiría este tipo de clases en una de las canchas de la academia.

Salió muy temprano de su habitación, usando ropa deportiva para gimnasia, que consta de un pantalón oscuro y una blusa blanca, también llevo una mochila, donde tenía ropa limpia, un bote de agua y un par de toallas en dado caso que llegue a sudar como un puerco, que es lo que realmente espera, llevar su cuerpo al límite.

Entro al gimnasio tranquilamente, ya había dos personas ahí, uno parece ser uno de sus compañeros, al menos es lo que cree realmente era una escuela muy grande y no tenía idea y a su lado había una mujer, por la manera en la que vestía se atrevía a segura que era la maestra que llevaría la clase.

—Buenos días~

Hablo la joven una vez que se acercó a ellos, se inclino un poco mostrando respecto hacia ellos antes de presentarse.

—Soy Kocho Shinobu.- Menciona con una serena sonrisa.

Buen día a ambos. Me alegra que a alguien le haya interesado el venir aquí esta mañana - Saluda, sonriendo suavemente, a los que han llegado - Es un placer conocerles. Me llamo Silene y, efectivamente, soy quien anunció esta práctica en los tablones de informaciones de la academia. Por lo regular, no me encuentro mucho tiempo en Legacy por motivo de estar en las misiones que me asigna el Santuario, pero intento ayudar lo más posible a mis camaradas y a los estudiantes en lo que pueda. - Comenta, presentándose con ellos.

-No llevo mucho tiempo en el cargo como docente de este lugar, así que no es necesario que me hablen tan formalmente... La idea es fortalecernos juntos... o eso es lo que me señalaron - Asegura, con un deje de risa en la voz. Intenta por todos los medios el calmarse un poco y, según recuerda de los consejos de la señorita Athena, el hablar con los demás siempre ayuda - Mientras esperamos a que lleguen más personas, ¿por qué no me cuentan un poco sobre ustedes? Los he visto antes en los pasillos de la academia, pero nunca había tenido la oportunidad de hablar con ustedes...

Debido a que Shiva era el dios que se alzaba en la cima de todos los dioses de la India, era habitual que este se levantara con el alba, para ejercitar un poco su cuerpo y en algunas ocasiones, entrenar sus habilidades en combate cuerpo a cuerpo, sin duda era algo que el Hindú disfrutaba por completo, pues en su cuerpo había una gran cantidad de energía que necesitaba ser liberada por medio de actividades físicas drásticas, llevando en algunas ocasiones su cuerpo al límite y rompiendo el mismo, por tal motivo el dios de la destrucción y renovación se encontraba en constante evolución, tanto de su fuerza, resistencia y velocidad física, como de su fuerza y resistencia mental, algo que sin duda a él, le servía para los distintos combates en los que él participaba, pues, este era amante de las peleas y todo lo que se relacionara con el combate, por eso adoraba superarse a sí mismo, pues era una buena medida para estar preparado por sí llegaba a tener problemas los cuales solucionar, aunque el dios parecía un poco vago y desinteresado, era responsable, y eso quedaba demostrado cuando el dios cumplía con sus distintos trabajos y actividades en el clan de donde actualmente era miembro, dispuesto a mantener el orden en el mundo, con la intención de mantener el controlado todo el mal y, si era posible, exterminarlo por completo, pues el que sea un dios destructor no significaba que fuera malo, ya que al mismo tiempo que destruía renovaba para dar inicio a una nueva etapa.

Así pues, el dios al terminar todo su trabajo, decidió entrar a la academia y dirigirse al gimnasio con la intención de ejercitarse un poco, pues aún le quedaba bastante energía, sin embargo al llegar a la puerta del mismo, vio un anuncio, el cual le llamó al instante su atención, tardó unos pocos segundos para voltear al interior del gimnasio y poder observar a tres personas, las cuales no podía distinguir bien debido a la distancia, así que decidió entrar, pues de acuerdo a lo que había leído en la entrada, esto se pondría interesante, cabe mencionar que la única prenda que llevaba era un pantalón dhoti de color dorado, y portaba unas bandas en la cabeza del mismo color, las cuales le ayudaban a recoger su cabello para que este no le estorbara en los combates, pues era con lo único que se sentía completamente cómodo y libre, así, Shiva entró hasta llegar con las personas que ya se encontraban ahí, llegando en el momento justo donde una de ellas se dirigió a lo que parecería ser la instructora, acto seguido saludó a las mismas de forma amable, mientras estiraba sus dos brazos superiores y juntaba las manos de sus brazos inferiores, tronando los dedos de ambas manos, al mismo tiempo que sonreía con un semblante relajado; una vez hecho esto, pronunció las siguientes palabras, las cuales iban dirigidas a lo que creía él, sería la instructora.

—Es un placer mi nombre es Shiva, por lo que veo tú serás la encargada de esto ¿No?, siendo así esperaré impaciente a que comience, aún tengo mucho que dar, estos días han sido aburridos en su totalidad, espero poder divertirme aquí.