Entrenamiento con el Ave Fenix

El santo de la constelación del Fénix era un hombre solitario que siempre iba en busca de fortalecerse no le gustaba ir en compañía de otros pues consideraba que eran un blanco fácil para el enemigo pero eso no era motivo para que este fuera en ayuda de sus hermanos de bronce (y posiblemente hermanos de nacimiento), este guerrero del rango bronce era un muchacho de actitud seria dando aires de rudeza, ojos y cabello de color azul, piel blanca empezando a tornarse un poco mas oscura, su actitud era la de un hombre frio, duro, agresivo y sobre todo solitario quien no dudaría en atacar a quien intentara dañarle.

un día mientras realizaba uno de sus viajes en busca de volverse mas fuerte escucho por otras personas de un lugar conocido por ser extremadamente peligroso donde incluso aquellos hombres y/o mujeres experimentados habían perdido la vida dado los traicioneros lugares que lo componían, para Ikki esto no representaba ningún miedo pues si había enfrentado a rivales que le superaban en poder como un Santo Dorado o incluso haberse entrenado en un lugar parecido al infierno, un lugar como ese no sería tan problemático como los demás pensaban.


El Ave Fénix viajo por todo el mundo preguntando por aquel mítico lugar que a los turistas y novatos causaba tanto pánico e incluso evitaban, dio vueltas hasta llegar a su "próximo hogar", una vez ahí y portando su cloth en la espalda se dispuso a conquistar el lugar para demostrarse que hasta el momento nada le había asustado, al lograr su objetivo y llegar hasta el punto mas alto de aquel lugar se puso su cloth del Fénix para esperar a que alguien mas llegara sin importarle que fuera un anciano, mujer, niño, dios, demonio o santo dorado el estaría ahí esperando para probar que el ser humano era capaz de eso y mas también para entrenar con aquel o aquella persona que tuviera las agallas de llegar hasta donde el hubiera llegado.

Tras recorrer muchos lugar y preguntando a muchas personas por aquel lugar,el santo de Pegaso,ya con su armadura puesta sobre el logra llegar a aquella localidad donde yace la Roca de los Suicidios, pensando en su mente que podrá encontrar a su compañero Ikki,el santo de bronce del Fénix, es entonces,cuando logra llegar y pararse frente a aquella enorme roca,el ve a su compañero sobre la misma y esboza una sonrisa confiada dirigiendo su mirada hacia el.

¡Ikki,con que aquí estabas,debemos fortalecernos,vamos a entrenar juntos!.

Seiya se dirige eufóricamente a Ikki, por lo que adopta una postura de combate sin intentar subir a dicha roca, aunque las habilidades del mismo caballero le permiten llegar ahí sin problemas.

El Pegaso espera la respuesta de su compañero,listo para saltar a dicha roca en caso de ser desafiado a hacerlo.