Bosque encantado (Yae, Sephiroth, libre)

Los tres caminaban en silencio por el denso bosque, cuyos árboles se alzaban majestuosos y oscuros, como guardianes antiguos de un oscuro secreto. A pesar de ser pleno día, el cielo se encontraba oculto bajo un pesado manto gris, que proyectaba sombras siniestras sobre el suelo. La niebla que se alzaba desde el suelo les envolvía con su abrazo húmedo y frío, dificultando la visibilidad y añadiendo un aura de misterio a su entorno.

Jellal, el peliazul del grupo, les habló en tono grave sobre la mansión abandonada que se alzaba ante ellos, una estructura que emanaba una sensación de desolación y oscuridad. — Hay demonios aquí, —  Les explicó que, según la leyenda local, este edificio albergaba no solo fantasmas, sino también seres malignos que habían encontrado refugio en sus sombras. El motivo de su peligroso viaje era recuperar unos documentos esenciales para el funcionamiento de la academia, documentos que, según decían, se puencontraban resguardados en el corazón de esta mansión embrujada. La misión estaba clara, pero el desafío que tenían por delante les llenaba de temor y expectación a partes iguales.

— Quédense aquí en el bosque. Si les aparece un demonio, luchen. Por lo general vienen en compañía, — así el peliazul se dirigió a la mansión abandonada. También quería poner a prueba a tanto Sephiroth y Yae.