Pizzería Tormenta

En la penumbra de la noche, la silueta de Rimuru y Battler se recortaba contra el resplandor anaranjado de las luces del local de pizzas, sumergidos en el constante murmullo de la vida nocturna de la ciudad. Llegaron tarde, como de costumbre, enfrentando la carga de su propia incompetencia mientras eran rodeados por sus colegas desaprobadores y el desdén de su jefe.

El momento de tensión estalló cuando Rimuru, con furia contenida, lanzó la pizza recién horneada sobre la cabeza desprevenida de Battler, desencadenando risas nerviosas y desparramando ingredientes como confeti culinario sobre él. En medio de la caótica escena se encontraba Add, una nueva integrante de la Academia, observando con incredulidad y diversión como si presenciara una obra teatral improvisada.

El local se convirtió en un escenario donde se entrelazaban el caos y la camaradería, donde las pizzas eran lanzadas no solo para ser consumidas, sino también como expresión artística, forjando complicidad entre los presentes. Rimuru y Battler, los peores empleados del lugar, encontraron un momento de conexión en medio del desastre, como cómplices en un drama cómico improvisado.