» ✧ ☾ Tormenta escarlata☽ ✧ « Pv Con Astolfo.

Más allá de la pálida memoria, un lugar misterioso donde ‘’descansa’’ las almas de los muertos. Un sitio gris, un lugar hecho de sombras, silencioso bajo la bóveda de árboles. Un lugar olvidado por el sol, ramas crujían y los arboles comenzaba a morir. El rostro joven de un ser sin vida brillaba con la luz de la luna y una ráfaga de viento hizo volar un poco de su cabello largo color purpura fucsia. El cementerio se encontraba al final ella, saltaba entre las lapidas, una risita risueña se podía escuchar con ecos resonar entre las hojas que caía al suelo con los ojos hipnotizados bajo las sombras de la escasa luz de las farolas, allí al final del camino, se encontraba imponente el enrejado de color negro que separaba la tierra de los vivos y de los muertos, aquel que gritaba ser abierto. El camino dentro de aquel lugar sacrosanto era tenebroso. Hojas secas se amontonaban en el suelo terroso, el pasillo de baldosas sueltas hacían un sonido seco y cientos de lápidas y mausoleos de nombres difíciles de pronunciar parecían jugarle una mala pasada. Pero ni una sola vez, ni un ápice de duda apareció ella dentro del corazón de aquel cementerio.


¿Qué hacia allí? ¿Por qué estaba ahí?



Relámpagos atravesaba el cielo nocturno y con un estruendo ruidoso resonaba por el lugar, se avecinaba una tormenta indicaba el cielo oscurecido, la luna se ocultaba entre las nubes. Ahora se encontraba en medio de un mausoleo el monumento de un ángel ¿llorando? El aire se encontraba muy sobrio ¿Quién en su sano juicio atravesaría aquel fantasmagórico lugar cerca de medianoche? Acostada en los brazos de aquel ángel en la sepultura de piedra mojada y oscura, una figura de piel de porcelana pálida y cabello rosas se volteó su mirada escarlata hacía la entrada esperando ver algo o alguien. Bajo la inmensa tormenta que caía que le acompaña vigilante y observadora, se ilumina aquel pálido rostro angelical una mirada de superioridad un ser soberbio y arrogante, pues la vida en general no significa más que un mero entretenimiento para la condesa sangrienta, siendo ella quien mueve los hilos del destino hacia donde le plazca. Su sed de sangre puede alcanzar un punto álgido, llegando a producir un frenesí asesino en quienes se corrompen por su esencia. Remojada por las frías aguas que no cesaba, embozaba una sonrisa retorcida y dulce algo grande se acercaba aquel lugar desolado de las almas en pena aquella pequeña parecía un cadáver descansando plácidamente en los brazos de aquella estatúa de ángel un susurro siendo llevando por los vientos fuertes que azotabas las ramas.



—¿ Ven a mí? —

Tras luego un viaje para revisar que todo este con naturalidad, llegaba un joven de pelo rosado a aquel lugar de color gris, ya estaba completamente oscuro, solo iluminado por la luz de la luna que estaba en su momento creciente, así que no iluminaba mucho aquel lugar, ademas que había unas nubes en el cielo, que cubría la luna poco a poco, eran unas nubes de tormenta, no había duda, ademas que había que sumarle un viento que llevaba las hojas en movimiento, era un lugar tétrico para él.

-Dios mio, no puedo creer que tenga que venir para aquí.- El joven camino por los alrededores de aquel lugar, solo pensaba en salir de ahí rápido, ya se imaginaba que se le aparecería una niña fantasma.

Justo, luego de ese tiempo, llegaba una tormenta, lo cual tapo lo poco que había de la luna, así que solo fue a cubrirse, corriendo esperando un lugar seguro, hasta entrar en una zona protegida, pero tras llegar, ve a la joven de pelo largo, lo cual, lo deja paralizado del miedo, creyendo que era una fantasma, mirando como la contraria estaba en los brazos de una estatua.