Talasofobia (Alhaitham + libre)

Rin, de mirada aguda y curiosa, contempla con asombro al imponente pez remo gigante, varado en la arena de una de las playas majestuosas de la Academia Legacy. Con delicadeza, acaricia la cabeza de la criatura abisal con un palo, maravillándose ante su magnificencia.

Entonces, se sobresalta, sabía que no estaba sola. Aquello despierta en ella una sonrisa sardónica, pues la joven Tohsaka ya había detectado su llegada.

— Sé que estás allí. ¿Sabes? Este pez es un mal augurio en diferentes comunidades que pertenecen a lo largo del Cinturón de Fuego. Este engendro pudo haber salido de la Fosa Izu-Ogasawara, de las más profundas en esta región. Es como si el mismo Poseidón provocara estas cosas cuando se enoja.

Comentó mientras sus palabras eran tapadas por las olas del mar. Era una tarde nublada y con una brisa ligeramente fría. Mientras estudia al pez remo, Rin no puede evitar comentar sobre su aparición y compartir algunos datos fascinantes sobre la fauna abisal.

— Me llamo Rin Tohsaka ¿Y tú?

Le extiende la mano para saludarle. Notaba que era un joven albino y muy apuesto. No sabía si comentarle lo que pasó en la cena de Furina, pues era nuevo. Sin embargo, había un acuerdo implícito en decir toda la verdad.

— No te quiero incomodar, pero sucedió algo malo en la cena que Furina organizó hace unos días atrás. No sé si sea una artimaña de Ossor, pero desde ese momento siento que algo me vigila.

Alhaitham se encontraba dando una caminata, una mirada serena pero centrada observando los alrededores que se encontraba a su paso. Movido por la curiosidad en el lugar fue lo que impulsaba sus piernas a mantenerse en movimiento a pesar de que en mas de una ocasión tenia ganas de sentarse a solo disfrutar de los paisajes...

Al menos hasta que su atención fue captada por una chica que parecía estar tocando algo en la costa con un palo, la curiosidad que antes yacía en su alrededor ahora se encontraba en aquella escena por lo que decidió acercarse a un paso tranquilo, al menos hasta poder visualizar aquel espécimen abisal y por supuesto, ser notado por la chica.

— Mal augurio... O mal presagio, si. Se supone que aparecen antes y después de un terremoto pero... Una creencia poco racional si me lo preguntas.

Respondió el joven albino con una voz gélida, sonaba distante y frio mas no se podía notar hostilidad en la misma... Por el contrario, solo parecía producto de su fácilmente notable tranquilidad, paso su atención del peculiar pez hacia la chica, enfocándola con sus ojos verdosos acompañados de un ligero destello producto de su intriga, sus ojos estaban abiertos a medias, su mirada era serena pero con un destello de inteligencia en la misma que parecía escanear ligeramente a la chica antes de hablar nuevamente.

— Después de todo, no es algo con un fundamento científico real... Mas allá de la teoría de que los peces en lo profundo del mar son mas sensibles a los movimientos o temblores de las fallas activas, mas que los peces que están en zonas mas superficiales por lo menos. Lo que si me asombra es que puedan haber especímenes de estos peces que miden hasta 17 metros. Una vista así estando dentro del océano creo que podría alertar a cualquiera ¿no te parece?.

Sus ultimas palabras fueron acompañadas por un ligero cambio en su tono de voz, quizá una ligera diversión en la misma en conjunto con un ligero achicamiento en sus ojos que le daban un toque mas pícaro a su comentario. Después de dicho gesto, extendió su mano también hacia la de Rin, para sujetarla con una ligera firmeza que no llegaba a ser molesta pues tampoco deseaba ser brusco o causar una mala impresión.

— Alhaitham, es un gusto conocerte Rin.

Soltó el apretón y la mano que dio a Rin posteriormente la apoyo sobre su propia cintura tomando una postura ligeramente mas cómoda para estar de pie y mantener una charla.

— ¿Algo malo?.

Replico a forma de curiosear un poco más en el tema mientras que arqueaba una ceja al momento de responder.

— ¿Qué fue lo que paso para que sientas que algo te vigila?, si no es problema preguntar por supuesto.

Consulto hacia Rin mientras que alejo la mano de su cintura para pasar a cruzarse de brazos a la altura de su pecho, parándose algo mas recto pero con toda su atención puesta en Rin.

En la vasta orilla de la playa, donde las olas besan la arena con suavidad, y el sol dorado se refleja en el horizonte, reposaba el pez remo, majestuoso en su inusualidad. Sus escamas plateadas brillaban bajo la luz del día, mientras que sus ojos blancos, ahora vacíos y sin vida, observaban el mundo con una quietud melancólica.

Sin embargo, en un momento de sorprendente actividad, su boca se entreabrió lentamente, como si el mar le hubiera insuflado un último aliento de vida. De su interior emergió algo inesperado: una estatuilla, oscura y misteriosa. La figura representaba a un hombre con cabeza de cabra, sus cuernos curvándose con gracia hacia el cielo. Un par de alas extendidas se alzaban desde su espalda, como si estuviera a punto de emprender el vuelo hacia lo desconocido. Pero lo más desconcertante era su brazo levantado, señalando hacia algún lugar en el vasto océano, como si invocara a fuerzas más allá de la comprensión humana.

La estatuilla, claramente de origen humano, emanaba un aura de misticismo y antigüedad. Cada detalle estaba cuidadosamente tallado, cada línea y curva imbuidas con un significado oculto y profundo.

Se rascó un poco la garganta. Esos ojos espectrales estaban sobre ella. La maga, envuelta en el misterio del vasto océano, sintió una oleada de asombro al presenciar cómo las profundidades vomitaban un tesoro de otro tiempo: la estatuilla de Bafomet emergió entre las olas como un enigma ancestral. Con delicadeza, se arrodilló en la arena húmeda, sin atreverse a perturbar aquel objeto sagrado, y se sumergió en su inspección. Dirigiendo su mirada hacia Alhaitham, buscó respuestas en el sabio guardián de las antiguas leyendas.

— Desde que vi ese libro, me ha estado persiguiendo. Lo noto cerca. Incluso en este momento. ¿Sabes qué es la Atlántida?

Se llevó la mano al centro de su pecho. La curiosa Atlántida, legendaria ciudad sumergida en las profundidades del tiempo, se alzaba como un faro de misterio en su mente. Recordó entonces los libros polvorientos de la biblioteca, donde las páginas susurraban de conexiones entre la estatuilla y los intrincados patrones arquitectónicos de la Atlántida.

— Vayamos a la biblioteca. Preguntémosle a Lisa si sabe dónde ir. Hay que hacer algo. Por cierto, ¿Cómo se producen las mareas?

Su interrogante se alzó mientras que veía las olas del mar subir ligeramente de nivel. Salió de esa parte de la playa e intentó dirigirse por el camino de piedra que los conduciría a la imponente biblioteca.

Los libros siempre guardaban los secretos de miles de años atrás, personas, lugares o inclusos sucesos que habían marcado la historia a través de la humanidad, había encontrado en el recinto que guardaba aquellos tesoros su lugar, era la protectora de estos aunque no todos entregaban sus secretos tan fácilmente, adicional la cantidad de estos en la biblioteca era importante así que aún tenía mucho por explorar, la mujer rubia se movía con facilidad revisando la estantería por un libro que necesitaba este era de plantas y su uso, aunque el sonido de un visitante le hizo detenerse de la búsqueda, bajar de la escalera en donde se encontraba y caminar hasta donde podría visualizar a sus visitantes.

--bienvenidos, no era una visita que esperara sin embargo por algo imagino me están visitando

No tenía el rostro de ser simplemente una visita para tomar el té, ya que la pareja se detuvo cuando estuvieron bastante cerca de ellos, Alhaitham era alguien conocido para ella ambos se consideraban eruditos y por ello había cierta tensión cada que se encontraban, posiblemente este no sería la excepción.

--Dejame adivinar, vienes por un puesto en la biblioteca Alhaitham.

No podía evitar picarlo un poco, tenia su sonrisa que muchos consideraban picara y coqueta, la cual no se perdió al ver la joven con la cual estaba acompañado

--aunque como vienes con una joven preciosa, imagino no es así, cuéntenme que los trae a mi biblioteca.

Observo con tranquilidad a aquella chica mientras hablaba con la misma, sin embargo el movimiento abrupto de aquel pez remo atrajo su atención al instante... Un ligero arqueamiento de ceja acompaño su expresión cuando observo con detalle aquella representación de Baphomet.

— Hace unos instantes dije que el pez remo se considera un mal presagio... Y ahora me salen con esto, realmente... a veces la vida puede ser una amante caprichosa.

Dijo en tono bajo, ligeramente pensativo pero con cierto deje de interés y diversión en su voz, ¿hacia que señalaba? esa era la principal idea que rondaba por la cabeza de Alhaitham conforme alza la mirada de la estatua para ver en la dirección de su mano, contemplando el vasto océano con una expresión reflexiva... Todo esto era muy sospechoso y dejaba algo que pensar. Aun así pues, aparto esas ideas de su mente y volvió a dirigir su atención a Rin.

— ¿Ese libro?... ¿Qué libro?. Con respecto a tu pregunta, si... Aquella isla descrita en los textos de Platón, perdida en el tiempo y en el mar. Una utopía tomando en cuenta como la describe Platón... Su militarización así como administración por los reyes y las leyes que se aplicaban suenan como algo de ensueño para dirigir a una nación... Si existió o no, supongo que todo termino cuando los dioses les castigaron.

Asintió a las palabras de Rin, originalmente tenia otros planes... Pero ahora sentía curiosidad por lo que estaba pasando por la cabeza de Rin, una curiosidad arraigada en su cabeza como una corona de espinas que no se podría sacar hasta saciarla al menos un poco, por lo que se dispuso a abandonar la playa junto a la chica mientras escuchaba a su pregunta.

— ¿Las mareas?, bueno... Son por dos factores, el primero es por el movimiento de grandes masas de agua producido por la fuerza de atracción del sol y la luna sobre la tierra, y el segundo es que el movimiento de rotación que hace nuestro planeta también genera fuerza de inercia que mueve las mareas, aquello que llamamos "fuerza centrifuga".

Explico con una calma tranquilizadora, su voz distante y fría se alzaba un poco más conforme hablaba. Acompaño sus palabras con ligeros movimientos de su dedo índice como si estuviese impartiendo una clase y explicando el tema que estaban abordando conforme caminaban, con una postura recta, el rostro sereno, la voz fría y los ligeros movimientos le otorgaban un porte ligeramente elegante propio de lo que podría ser un profesor o instructor de la mas alta clase.

— Como dato, puedes averiguar o suponer el nivel de fuerza de las mareas acorde a las fases lunares. Cuando esta en su punto mas alto se llama "pleamar" y en su punto mas bajo es "bajamar", las mareas vivas ocurren cuando la luna y el sol se alinean con la tierra, es decir durante luna nueva y luna llena, por esto se produce una mayor fuerza de atracción sobre el agua, haciendo que tanto pleamar como bajamar sean mas intensas, en cambio... cuando el sol forma un ángulo recto con la luna y la tierra, es decir durante cuarto creciente y menguante se produce lo que se llama mareas muertas.

Continuo explicando un poco más conforme llegaban a la biblioteca, una vez dentro de la misma simplemente camino hasta Lisa quien les recibía a ambos.

— Lisa.

Fue lo que dijo en un inicio con un ligero asentimiento de cabeza a forma de saludo con la misma serenidad de siempre. Se cruzo de brazos tomando una postura mas cómoda al detenerse frente a la bibliotecaria.

— Paso, ya antes estuve trabajando en algo así... Y la gente siempre espera que estés en el mismo lugar todo el tiempo, no es mi estilo.

Es un alma libre, tan libre como un ave o incluso las nubes siempre a su rumbo haciendo lo que le interesa y estudiando lo que llama su atención, para él esa era su forma de vivir... Aunque no puede negar que le resultaba divertido molestar a la gente con eso mismo, con el hecho de nunca estar donde la gente espera que esté.

— Bueno... veras...

Entre abrió la boca para seguir hablando, sin embargo luego la cerro y alzo uno de los antebrazos que tenia cruzados para llevar su mano a su barbilla, reflexionando un poco... Quien quiso venir aquí era Rin, por lo que lo mas idóneo es que ella misma lo explique para que no se pierda ningún detalle de lo que busca.

— Mis modales, no me corresponde a mi decirlo.

Volteo a ver a Rin, esperando que esta empezara a hablar y a explicar que es lo que los había traído hasta aquí.