La presencia del Negativo (libre)

El azabache ya había estado en la Academia hace mucho tiempo y la verdad prefería pasar desapercibido y nunca asistir a las clases para que los otros no lo vieran. Era un holgazán y por eso el solo pensar en clases le llevaba una jaqueca y un enojo tremendo. Sin embargo, el aburrimiento lo llevaba a hacer más cosas y por eso decidió conocer a más gente como él en Legacy. Tal vez con la otra academia rondando por allí se encontraría a más jovencitos y jovencitas como él para conversar. Qué va. Sabemos que el impopular Kumagawa, el marginado entre marginados y el individuo con más mala suerte del mundo, tiene unas ansias terribles de destrucción.

Se puso las manos en ambos bolsillos y caminó hacia las afueras de la biblioteca en donde unas puertas de cristales daban paso a que los estudiantes entraran y salieran. Se sentó en las escaleras pensando en que era y no era como los demás. Él era un Negativo, y eso marcaba la identidad del sujeto — Es un bello día— comentó con una amplia sonrisa y unos ojos tan grandes como la misma luna. Abrió su manga y comenzó a leerlo, pero ya estaba en la parte final.

"-No estoy bromeando, debes empezar a convivir con estos seres. Si no quieres que le pase algo a tu padre comienza a entablar amistades o aliados no es difícil.-" Esas eran las palabras que mi tío me dedicaba con tanto afán sobre la forma en la cual debía de coexistir en Legacy, bueno ya tenía claro desde hace tiempo que necesitaba aliados y que los perros de la otra academia no dudaban para estarme retando todo el tiempo a pelear.

En buenos términos había conseguido aliarme a pocas personas, tres hombres en total lo cual lo hacía más extraño de lo normal ¿Acaso solo habia hombres en eta escuela? no tenía ni ganas de contestar esta pregunta pero también las pocas mujeres que había tenido la capacidad de ver aunque sea de lejos, no tenían la madera suficiente para el tipo de aliados que buscaba. Caritas sonrientes demasiado infantiles y puras, mujeres que temían a lastimar a otros y mostraban comportamientos de pequeñas tontas que no querían lastimar ni a la estúpida mosca que les tediaba todo el día, por primera vez concorde con mi madre.

"Mosquitas muertas con cara de inocencia" habitaban en Legacy.-Si tío ya te escuche las primeras siete veces del día sin contar las de los demás días de mis diez años de auto conciencia.- Solté un suspiro cargado de molestia y me levante de la mesa de la biblioteca dejando el libro de Ciencias Políticas sobre esta.-Enkidu are lo que dices hablare con las personas y buscare aliados, pero solo eso yo elegiré a quien buscar y a quien no. ¿Acaso no los tres que ya tenemos te basta para ver que elijo bien? -Le voltee a ver nuevamente.

Enkidu a pesar de todo estaba en su forma humanoide y me miraba de forma fija mientras cogía el libro que había dejado.”-Está bien Jannei te dejare sola un día. Si tienes problemas ya sabes cómo llamarme por lo menos espero puedas acerarte a alguien sin querer matarlo primero.-“Fueron sus últimas palabras antes de regresar al portal con el libro.

Suspire nuevamente y comencé a caminar hacia la salida de la Biblioteca, mire a cada estudiante o persona adulta que pasaba por el lugar y no podía ver más allá de lo que la mayoría diría una vida rosada en su entorno, yo requería aliados que conocieran la verdadera esencia de lo oscuro y lo prohibido, que aquello que todos se negaran a recibir tarde o temprano en sus vidas ellos lo expresasen con una sola mirada. Ese era el tipo de aliados que buscaba pues solo aquellos que pueden ver la realidad de las cosas a esa magnitud eran los únicos que luchaban con un intocable ideal que ni yo siendo como soy moldearía.-Al parecer tendré que revisar expedientes.-Susurre al terminar de salir por las enormes puertas de la Biblioteca y poder notar aquello que no había percibido en un inicio.

Sentado en uno de los escalones leyendo algo que parecían ser ilustraciones con letras y demás cosas que no entendía, un joven de cabellos oscuros estaba en su ¿Lectura? parecía estar en completa soledad, nadie le miraba incluso prácticamente había podido pasar desapercibido para mí pero la energía que emanaba era lo que buscaba. Oscuridad y verdad nada más que eso.

Me acerque a él y me agache hasta quedar enfrente.-Oye ¿Estas ocupado?-Observe aquello que traía en las manos.-Umm quisiera hacerte unas preguntas y hablar contigo. Aunque fuera de contexto he de preguntar primero ¿Qué es eso?-Termine por señalar lo que era el libro con dibujos y letras que no entendía para nada.

Había sido interrumpido de su lectura, pero tampoco era la gran cosa, pues lo más importante que hacía Misogi era tan insignificante como una pelusa en medio de un desierto. Inclinó su rostro a la rubia con una sonrisa imperecedera. Se levantó y guardó el manga en su mismo uniforme. Ella tenía los ojos carmesí y parecía ser alguien muy reconocido dentro de Legacy. Tenía flojera de causar desorden, y además era algo idiota para estudiar así que aceptó de buena forma.

— No estoy ocupado, ni te ayudaré con tus benévolos planes, pero como estoy aburrido haré una excepción, aunque déjame decirte que un gusano como yo no sabe hacer nada — sonrió gustoso. Muy dentro estaba un poco contento por querer servirle a alguien más en algo, pero al mismo tiempo le daba igual porque sabía que era un inútil, feo y bueno para nada. Se limpió el polvo del pantalón. ¿Por qué preguntaba tales cosas la muchacha? Se veía que quería hacer algo. Misogi sabía muy bien que la academia estaba partida en dos mitades, y bueno, lógicamente él se uniría a los de Wurtemberg, pero eran los más populares — ¿Quieres deshacerte de los amigos de Alemania? — interrogó. Al segundo hizo aparecer un tornillo en la mano mientras la veía. Después hizo enterrar el tornillo en el piso destruyendo el concreto y haciendo temblar ligeramente el suelo.

— Es una academia para rechazados y no voy a permitir que un grupo que se cree mejor nos usurpe nuestro lugar — sonrió, sacó otro tornillo y otra vez lo clavó en el piso, esta vez haciendo quebrar unas ventanas de la biblioteca. El muchacho sólo quería hacer desaparecer a los de allá y a como dé lugar. Una vez cometido eso, mataría a todas las personas del mundo y luego se suicidaría, pero eso ya era otro problema.

En realidad no me esperaba ser recibida de aquella forma, no pude evitar soltar una pequeña risa ante su comportamiento pues solo confirmaba lo que había pensado desde el inicio él era muy capaz de lograr lo que yo buscaba en contra de los perros Alemanes. Negué con la cabeza de forma amable ante sus palabras, personas como el me eran muy conocidas así se comporta mi ti en muchas ocasiones incluso yo, pero era más fácil de tratar con algo que conoces bien. Mientras n trate de tocarme la charla seria amena. –Gracias por regalarme un poco de tu tiempo, aun que veo que a quien debería agradecer más que nada es a tu aburrimiento.- Dije con obvio tono alegre pues en verdad me daba risa.

Observe como parecía crear una clase de tornillos y clavarlos en el suelo, mire la situación de forma tranquila.-Oye… eso no saldrá nada económico para los mortales terrestres.-Le volví a regalar una sonrisa pero con una mirada que decía todas las cosas malignas que deseaba hacerle a ese grupito Alemán.- Ho eso no se pregunta, es muy claro que quiero jugar con ellos tanto como tú lo deseas.- Mire el techo unos momentos algo pensativa para volver a verle tenía el mismo gesto de desquiciado que la mayoría de mi familia Anuunaki eso era bueno tendría buena ideas.-Bueno yo te ayudare a lograr ese deseo a cambio de tu lealtad ¿te parece? -

La rubia parecía muy alegre y dispuesta a acabar con los de Wurtemberg, pero sólo a cambio de su lealtad — No puedo ofrecerla todavía porque no te conozco muy bien ¿Qué tal si eres de ellos e intentas hacerte pasar por un alumno de nuestra academia? — interrogó a la muchacha con los ojos entrecerrados. Se fue caminando a la cafetería para tomar tal vez un café bien amargo. Tal vez los Negativos siempre escogían esas bebidas, porque eran rechazados, pero eso era historia.

Caminó hacia las puertas y esperó a que la chica lo siguiera — Me llamo Misogi ¿Tú? — se sentó en una mesa y pidió un café y unas galletas de chocolate. Recordó cómo era que lo apartaban del resto de sus compañeros y sólo por tener habilidades que no controlaba. El destino de un Negativo era estar en soledad y hacer daño — Sólo puedo ayudarte hasta que la otra academia se haya ido. Si hay algo que aborrezco es que se crean con el derecho a meterse en algo que no es suyo. — y lo decía por la Academia Legacy pues estaba siendo invadida por los seres que venían de otra parte, con un derecho que nadie les ha otorgado.

Tres palabras sarcástico, ingenuo y deprimente era lo que parecía interpretar el chico frente a mí, no es como si me molestase o sorprendiesen sus palabras solo me hacía preguntarme una simple cosita ¿Qué acaso no ya era lo suficientemente conocida en esta escuela de mi familia?  Suelo pasear mucho en la escuela y me reconoce la mayoría pero aquellos a los que he dedicado un interés en específico como Lucien y este joven parecen no reconocerme ¿Sera que están tan absortos en sus propios líos que no se percatan de su entorno?

No fue más que una carcajada la que me saco con aquella insinuación realmente era graciosa. Le había seguido sin contestar pues quería seguir escuchado y fue cuando vi ¿La cafetería? Nunca había estado en ella pues suelo comer con mi tío en mi cuarto o en el jardín era muy espacioso, poca comida en comparación a lo que consume mi persona, solo observe como tomaba aquel amargo liquido ¿Cómo lo llamaban? … no recordaba mi tío solía tomarlo también pero no me interesaba en sí. –Bien manejas buenos puntos pero  lamento informarte que no son suficientes para mostrarme la duda.-Dije tomando asiento en una silla quedando frente a el y recargarme en el respaldo de esta aun confiada.- Ha decir verdad me sorprende que me señales como futura sospechosa o levantes la duda sobre mi persona. Si conociste a Gilgamesh creo que con tan solo ver mi cara te darías cuenta que soy su hija ¿Cómo puedo atentar en contra de lo más sagrado para mí? Nunca atacaría a mi padre, Beatrice mi madre es otra cosa ella se cuida muy bien pero yo soy guerrera como mi padre y siempre luchare junto a él.- Acomode mi flequillo un poco.-Así que Misogi deberías informarte más, a si me llamo Jannei y es bueno que pienses ayudarme hasta que termine la cosa con los perros Alemanes. ¿Ahora si me explicaras que era lo que tenías entre tus manos? Ese extraño librito de dibujitos.- Que si él había aclarado su punto y yo el mío era justo saber sobre mi primera pregunta ¿Qué era eso?