(G3) Hay algo raro entre nosotros (Aurora, Dya, Sabichi y Suzuka)

Shirou, Momo, Nice y Ririchiyo tenían el objetivo de capturar al director de la Academia Wurtemberg: Shigaraki. Con Beatrice y él podrían liberar a la academia de los robots.

Sin embargo, en este grupo de individuos había algo extraño. Ninguno parecía querer defender el Portal Mágico hacia Alemania. Unos gruñidos de cabras se escuchaban a lo lejos. ¿Eran las huestes de Beatrice leales a ella? Nadie sabe para quien trabaja.

Parecía gustar este nuevo sistema de políticas racistas, pero uno nunca sabría donde habría alguien que pudiera tener otros colores. La duda y la sospecha aumentaban cada segundo.

OBJETIVOS:
1) Discutir si es bueno el nuevo sistema que segrega a los alumnos.
2) Sabichi debe comunicarse con Ririchiyo (Alemania - G4) al post número 10.
3) Al post nº 10 comienzan a atacar los inugamis, por ello ganan 15 puntos.

¡Aburrido! ¡Muy aburrido! ¿Proteger un portal? ¿Porqué? ¡¿Porqué?! Él quería visitar Alemania, explotar cosas, e incendiar objetos. Pero en vez de eso estaba atrapado con otras personas. Personas que tal vez podría o no conocer. Más eso parecía no importar cuándo lo mandaron a hacer de guardia de centro comercial. ¡Maldita sea! Tantas ganas que tenía de fugarse en plena operación y visitar el lugar... O podía ser que no. Oh, que decepción saber que sus planeas fueron arruinados por la necesidad de proteger algo tan poco importante como eso. — Estando aquí no podré hacer nada... ¡Nada! — Con estrés, cierto enojo, y una increíble energía almacenada tuvo que recargarse en un árbol, cruzar los brazos, y suspirar nuevamente mostrando su fastidio. Nada le era mejor que hacer un asalto al estilo "ahora es mi turno." Suponía que sería para la próxima ocasión.

Quería gritar a los cuatro vientos que pensaba sobre la operación. ¿Enviar a un grupo de inútiles a por Shigaraki? Vaya que era un buen plan. Sí; Claro. Como si ellos lo pudieran lograr. Tanto que quería expresar, pero ya no importaba mucho. Solo era cuestión de esperar uno poco. A lo mejor todo se volvería peligroso, vendrían enemigos, y en el peor de los casos iba a poder golpear algo antes de que todo se fuera a perder porque era obvio que esa misión estaba mal empleada, y planeada a lo último.

Así quedó en silencio el espíritu del espectro hasta que algo interesante pasara o fuera comentado. Pero bien sabía que eso era tan imposible como un éxito inminente.

Con que segregación racial... podría hacer un chiste de judios y negros pero no estoy en el siglo XIX, bueno ya no pero aún estas cosas nunca se acabaron-caminaba en plena luz del día hacia el portal, con cigarro en mano-Ciertamente poseen tecnología bastante interesante los de la compañía y me han enseñado una cantidad considerable de información-paso a paso sentía una cantidad impresionante de seres acercandose a su posición-Los angeles enviados por dios mismo sólo buscan la redención del humano y que deje esas malditas relaciones con seres atroces-portaba el traje gris de costumbre con un pin dorado con el emblema de la compañía en el corte del mismo-Así que... Chicos, vengan, la clase va a iniciar!

A la cintura tenía mi mandoble de siempre, bien afilada la espada pues acudía a esta locación bajo ordenes de la compañía que tan amablemente me daba la información que quería acerca de las distintas razas, tanto del orden biológico como del social, como se mezclan y socializan con los humanos añadiendo a esto la manera para dispersarlos. Como profesor encuentro la información bastante maravillosa que sin duda, la compañía no tardaría en poner en práctica y yo, como leal y ferviente servidor de la humanidad no debería de estar en contra de sus premisas. Así que con uso de mis conocimientos de siglos de investigación pude corroborar la información que tenían acerca de la mayoría de las razas inscritas en la singular academia, obviamente no daba toda la información ya que limitaba los datos a lo que, en praxis, me convenía.

Estaba aún consternada por los acontecimientos que se daban en ese día, las clases habían sido suspendidas y una tensa aura se golpeaba en las instalaciones, estudiantes y profesores; hasta los mayordomos con cabeza de carnero estaban más rígidos de lo acostumbrado y para colmo de males tenía que agregar a todo eso el mensaje que había recibido de las empresas con las que tenía un contrato al cual hasta ahora venía a prestarle la atención necesaria.

Era su culpa por dejarse engatusar tan fácilmente, quien diría que esa empresa podía ofrecerle la biogenética y la mecánica que ella nunca había tenido en sus manos, cayó como un niño al cual le ofrecen un dulce lleno de veneno por dentro porque en algún momento todo ese diamante se iba a transformas en piedra; solo esperaba el golpe para lamentarse y una vez más ocultar su culpa en esa mujer que le causaba espasmos de terror.

Aunque pensara en todo lo malo del asunto había una sola cosa que la ponía a dar salticos por el camino, nuevamente tenía su capa de batalla, esta vez sobre el uniforme de legacy pues cuando se fue de su casa dejo el uniforme de la SCR para no ser identifica y devuelta. Le fascinaba porque se podía cubrir toda como si fuera un vampiro chupa sangre, algo que creyó fantasía hasta que piso el castillo; y aun con esa centellante sonrisa sabía que nada podía quitarla.

-¡¿Tu aquí?!- freno en seco cuando sus orbes se encendieron por culpa de esa cabellera y ojos rojizos para poco después cambiar la sonrisa por un ceño que despedía desgano, apresuro su caminata hasta llegar al pelirrojo, lo tomo del cuello de la camisa y lo acerco a ella tanto como para que sus frentes se rozaran – Si le dices a alguien lo que paso en las canchas te cortare la lengua – ese fuego en sus ojos pudo haber quemado al muchacho si hubiera sido posible.

Terminada la amenaza lo separo de un empujón y camino por delante del chico para detenerse por unos instantes – Deja de quejarte, estoy segura que tendremos que destruir algo en cualquier momento – Era como si quisiera apaciguar al muchacho y para remediar sus pensamientos contradictorios ladeo la cabeza de lado y lado a modo de negación, levanto la mirada al cielo y una boba sonrisa se hizo en su cara - Eres como un niño- termino de decir al viento porque ya estaba lejos del nombrado.

Cuando vio al castaño recordó su encuentro en los pasillos, no hablo mucho con el pero prefería no recordar la mirada de esa chica peliazul - ¿Clases? ¿Acaso eres profesor? Yo que pensaba que eras un pervertido- dijo en un tono apático.

Su petición de algo interesante fue contestada, más no como esperaba. Esa voz, esa extraña y molesta voz. No tardó ni cinco minutos cuándo tuvo frente a frente a Aurora. Pero como siempre: Le valió un bendito comino lo que escuchaba. Todas y cada una de las palabras eran puras tonterías de alguien que sola se había buscado lo que pasó en las canchas. — Oh. . . Pero si fue tan divertido. Hacía tiempo que no me divertía tanto... con otra persona. — Fue por puro entretenimiento que mencionó de nuevo el incidente. La verdad poco le podría importar su lengua, o cualquier cosa que una muchacha con ego inflado pudiera hacer.

Fue entonces que lo empujaron, dándole la oportunidad de suspirar aliviado. Era todo un caos cuándo se reunía con la Aurora Boreal... ¡Por fin podía hacer un mal chiste usando el nombre de otra persona! Y admitir que también le hizo gracia era algo que siempre trataría de hacer.   — Igual prefiero hacerlo solo. No entiendo para qué enviar a una incompetente como tú si ya estoy yo. —     Guardó las manos en los bolsillos y levantó los hombros. En cualquier momento y lugar, con armas o sin ellas, Dya era perfectamente capaz de hacer estragos solo. ¡Ya quisiera él verlos en el desierto usando un cactus para desarmar a alguien! Pero eso ya era decir de más.

Ahora lo único importante era "seguir" lo que el líder iba a decir. O de por lo menos obedecer a su antojo las indicaciones de proteger a los demás. Fue entonces que caminó hasta ponerse a lado de Aurora, y una vez estando ahí permaneció en silencio absoluto. Quería ver que tanto podría pasar en un grupo donde todos eran unos anormales.

Escuchaba a cada uno de los estudiantes que habían designado a este punto. Consumía tranquilamente mi cigarrillo escuchando la queja de la chica que golpeó la puerta de mi salón de clases con su nariz, así como otras dos personas más que de entre ellas, el muchacho era el que más llamaba la atención, tanto por su muy animada actitud. Llegando ya más cerca del portal que teníamos que defender empecé a dar pequeños golpes al suelo para mandar mi muy típico sonar geosensible al rededor del recinto. Las chicas eran humanas y el chico era como Mavis, un espectro; la esencia de cada una de las razas que convivían en el instituto eran bastante diferentes entre si por lo que me daban más información sin tener contacto con ellos que platicando, ahorrándome así una enorme cantidad de tiempo. Saboreaba en esa pausa el sabor del tabaco en mis labios y boca.

Para ser uno no necesariamente debe dejar de ser el otro, así que cuidado con otros profesores que yo no soy así-le decía a la chica golpea puertas-El modelo de Svartgard ha funcionado bastante bien señorita, usted como la otra chica son humanas, el chico pelirrojo es un espectro y yo soy humano... al menos la mitad-le sonreía amablemente-Y por lo que e escuchado en las reuniones técnicas los que estamos aquí reunidos fuimos convocados estratégicamente nosotros y en este lugar...-quito el pin en de la solapa del saco y hago que arda en fuego plateado-Algunos hemos usado la tecnología y conocimientos de la empresa para fin propio... yo fui un poco más lejos, saboteando maquinas y alterando información como por ejemplo, modificar las coordenadas de desembarco de los robots y fueron a dar a una isla al este de Inglaterra y a la Antartida, pero basta de mi-exhalando, movía el cuello para destensarlo y de un movimiento fuerte extendía mis alas grises, generando una ráfaga de viento que movía los arboles cercanos, dejando caer algunas de sus hojas y de mí, plumas-¿Me podrían decir su nombre?, creo que no hemos tenido clase

Aun cuando no tenía ningún motivo para estar presente en ese lugar y toda la pisca de motivación que la habían llenado hasta ahora se habían perdido en la estúpida sonrisa del “Civil inútil” ya no podía irse de los “superhéroes” con los cuales la habían juntado. Para hacer más patético el momento, uno de ellos “el golpea narices” era el líder y su prospecto de amiga muerta (que ahora era un idiota con pelo de fuego) quería destruirlo todo; solo pensaba en lo maravilloso que se pondrían las cosas.

Tenía que darle un breve resumen a sus emociones sobre el peli rojo, aunque quisiera negarlo el solo verlo la hacía sentir acompañada, como si su amiga hubiera muerto solo para cambiar de sexo y tener el control de la ardilla de la era de hielo pero aún tenía esa cálida presencia que la hacía aferrarse y en ese instante todo se volvía un completo e incoherente caos; su idea de encontrar a Milie en algún de los universos se basaba en que fuera ella misma “rubia y bonita” no la versión pelirroja y molesta que tenía a su lado y la hacía sentirse incomoda hasta el punto de actuar en forma abrupta y ordinaria.
No podía hacer nada en esos momentos, no era hora ni lugar de tener consultas auto psicológicas y como último remedio a su agonía concentro toda su atención al castaño lo cual no le ayudo en nada, ese hombre la hacía sentir aun peor; ya era un hecho bastante grave dejarse convencer por extraños por solo un pedazo de tecnología pero cuando escucho que el pago era asistir a una academia no le vio problema alguno, ¡bendita hora la suya cuando el único parentesco con su madre era el de dejarse engatusar!

-Yo soy Aurora y como dijo el cuervo con melena soy humana- respondió de forma apática a las preguntas del castaño y la rubia que recién la sacaba de sus pensamientos – No me importan las clasificaciones con las que esas personas trabajan, no me interesa conocer de otros seres, ni humanos y no humanos- era como si la conversación fuera lo bastante aburrida para responder lo primero que se le viniera a la mente – Solo me interesan las cosas tecnológicas, además, la única clasificación que vale la pena en estos momento es la de “a favor o en contra” ¿no lo creen?- pareciera que sus palabras tuvieran un sentido mayor pero su expresión decía que el tema no era con ella.

Suzuka escuchó atenta a las palabras de los demás con cierto grado de diversión, aunque el hombre mayor de cabellos negros había aclarado que la mayoría eran humanos, no todos los éramos, era curioso saber porque estábamos todos reunidos aquí.

-Soy Dairenji Suzuka. Se podría decir que también soy una humana y  y no, no tengo el gusto de conocer a ninguno- dijo con una sonrisa en los labios - aunque por lo que he escuchado algo me dice que ustedes se conocen entre si, al menos dos personas si deben hacerlo - dijo lanzando  una mirada a Aurora y a Dya para después encogerse de hombros y volvió  a guardar silencio durante un rato.

-Vaya Aurora, me parece que tienes una interesante... perspectiva, el no conocer a quienes te rodean, o más bien no conocer que son los que te rodean puede ocasionarte muchos líos- dijo la rubia alegremente, rompiendo el silencio -Por tu comentario tambien  deduzco que opinas que las personas que no tienen un bando no representan una amenaza, son un cero a la izquierda y básicamente son cifras descartables en el conflicto ¿o no?- la rubia miró a Aurora  fijamente con una sonrisa cínica dibujada en el rostro -Los que defienden a Legacy son un puñado de idealistas con complejo de héroes, quienes están con  svartgard , bueno la mayoría claro está, podrían ser considerados como una especie de oportunistas que seguramente están recibiendo algo a cambio pero.... ¿ Los que no están con uno o con otro? Yo creo que esos son los más interesantes de todos- habiendo terminado de decir lo que quería la rubia se cruzo de brazos y volvió a guardar silencio, aguardando a lo que tenía que suceder después.

No sabía que era mas extraño: Si que todos tomarán la división entre especies como algo raro, o que él estuviera ahí, entre tanta persona aburrida... Pero lo mejor era seguir la corriente de todos, y aportar un poco a lo que estaba pasando. Igual lo que los demás hicieran le venía valiendo el polvo que pisa a diario. — Yo soy... Hem...¿Aquel que posiblemente hará que esto fracase? ¡Si, eso! — Mostró una pequeña sonrisa, luego bostezó y al final se sentó. ¿Que otra cosa podría hacer en un lugar tan callado y aburrido? Tal vez si... No. Simplemente no.

Tras eso volteó lamirada a cada individuo presente. Comenzando desde el señor hasta la rubia. . . ¡Rubiaaaaaaa! Brr... Un escalofrío recorrió su cuerpo, y lo único que hizo fue cerrar los ojos. Ese iba a ser un día demasiado animado, en comparación con los anteriores.

Al terminar el cigarrillo lo tiré al suelo para aplastarlo con la suela del zapato, sacar de mi bolsillo un celular y llamar al contacto del otro lado del portal.

Hola, aquí Ryu, seré breve-mirando a unos cuantos metros la hueste enemiga, suspirando-Las piezas se están moviendo, haremos lo que podamos; favor de traernos algún recuerdo de Alemania-corto la llamada-Vamos a ver, si son o no con Legacy, acá la última línea de defensa seré yo, y que mejor manera de usar sus habilidades que en combate directo, así que adiéu

Desenvaino la espada y la clavo al suelo, tras esto doy 3 fuertes pisotones y con las manos indico hacia los 3 alumnos. Justo debajo de estos aparecen pilares de piedra que les empujan con fuerza y velocidad a las ya cercanas criaturas. Por lo que alcanzaba a ver eran suficientes como para pedir el máximo de las capacidades de cualquier humano o criatura fuerte, sin embargo acá habría que ver quienes realmente deseaban venir al portal para entrometerse en los asuntos de la academia. Al fin y al cabo yo solo defendía ésta institución por la simple presencia de Reya, de ahí en más poco me importaba... o al menos esa era la excusa que trataba de creerme para mantener una postura neutral como ya bien me había dicho mi padre hace apenas unas semanas.

Saqué la espada del suelo, recubierta esta con la piedra del suelo tomando una longitud de casi dos metros y una anchura igual a mi propio cuerpo. La obsidiana que siempre cargo conmigo se expande en todo mi ser cubriéndome con una armadura oscura que a la luz del sol tiene ciertos tintes verdes pero no por ello se ve menos hostil. Di un último pisotón al suelo, hundiéndose la estructura del portal y siendo cubierta por una cúpula de piedra también. Viendo que la cúpula era suficientemente gruesa como para que a base de golpes físicos o mágicos fuera quebrantada, dí un gran salto y tomé altura con las alas para luego caer en picada, añadiendo velocidad al peso de la armadura y de la espada; al impactar en el centro de la hueste cree un cráter además de un terremoto no poco violento.

-Oh, nunca dije que no los viera como una amenaza- respondió a la únicas palabras que habían llamado su atención de la rubia –Eso lo hace más interesante, siempre y cuando los términos sean puestos de un modo que no pueda ser evitado- termino observándola y una sonrisa simple se acomodó en sus labios, solo tenían que esperar a que su “líder cuervo” se comunicara con sus “protegidos” en Alemania ella aprovecharía para divertirse un poco con el temperamento del pelirrojo - ¿tratando de verte genial civil inútil?- sonrió con plena malicia en su tono – Podías haberte evitado menos palabrería diciendo tu nombre que fue lo que se te pidió-[color=#ffffff] dio un suspiro a modo de decepción –Pero ¿Qué se podía esperar de un “cabeza de helio”?- levanto los hombros a modo de resignación pero tuvo que dejar las chanzas y poner su mirada nuevamente en el “profesor cuervo” quien se fue primero sin antes asegurarse de arrastrar al resto consigo.

Una vez la enorme roca paro dejo que su corazón volviera a su ritmo normal, ese viaje la había tomado por sorpresa pero no le desagradaba del todo haciéndola volver a esa vieja adrenalina que había olvidado. Nuevamente los nervios y la aceleración de la batalla llegaban a ella como recuerdos del pasado donde era una simple aprendiz con un enorme miedo de morir, algo que a los pocos años se transformaría en una fuente de locura.

Lanzo su brazo fuera de su capa negra haciendo que esta se levantara en un azote, volvió a meterlo, esta vez detrás de su espalda para tomar el estuche con la pequeña vara blanca, coloco el dedo pulgar en la pequeña ranura lectora lo que hizo que una vez tuviera su mano fuera de la capa el pequeño objeto se expandiera hasta ser treinta centímetros más grande que ella y de su extremo superior se desdoblara en una hoja afilada de color grisáceo igual de larga a ella en una curvatura de media luna con una armadura recubierta en su parte superior. En su mano izquierda se alojaba una pequeña cajita blanca, la abrió con su dedo pulgar acercándola a su boca para tomar una de las pastillas de adrenalina experimental; para cuando estuvo disuelta en su organismo sus ojos se dilataron y la musculatura de su cuerpo se recubrió en una capa sólida que solo se podía ver si era cortada.

Tres perros enormes se acercaron a ella en una eufórica carrera haciendo que ella corriera hacia su encuentro tomando la guadaña con su brazo derecho para sujetarla de forma contraria haciendo que la hoja quedara de tal forma que con solo estirar el brazo su torso pudiera ser cortado; unos metros cerca giro el mango provocando que la punta de la guadaña pasara sobre su cabeza volviendo a la posición inicial pero esta vez sobresalía de costado, en un rápido movimiento la hoja fue a parar a en el cuello del primer animal. Aurora paso por delante de ellos mientras el filo decapitaba a los dos restantes y poco después giro el brazo que sostenía la guadaña contra su cuerpo parando en una elevación que daba a su pecho y tomando el extremo superior de la barra con su mano libre impulso el mango retrayéndolo de tal forma que la punta final fuera a dar en la cabeza de otro y mandarlo a volar - ¡¿Qué son estos perros?!- grito a quien pudiera escucharla.

El profesor Sabichi ha enviado el mensaje al grupo que se ha adentrado en Wurtemberg pero ella no ha dado respuesta lo que lo obliga a mantener un perfil bajo. Para los demás el defender a Legacy o a sus compañeros depende de una balanza inclinada hacia donde mas les favorezca pero ¿eso podrá seguir en sus pensamientos aun sabiendo que sus propias vidas corren peligro ya que al entrar en la zona de batalla los inugamis se han estado alimentando de su fuerza dejándolos prácticamente sin nada.

Mision:
Desicion moral:

-Apareceran 4 inugamis por cada posd que hagan y en cada posd se sentirán mas cansados.

- A las 15 respuesta el grupo que esta en Wurtemberg llegaran donde ustedes haciendo que el portal se cierre pero si ellos no llegan a sus objetivos ustedes tendrán que cerrar el portal.

De momento ignoró todo. Desde los sarcásticos comentarios de Aurora, hasta los acontecimientos que estaban teniendo lugar. Le importaba un bendito comino si sus compañeros presentes eran capaces de salir con vida. Y en el instante en que se le impidió salir del lugar por ese pilar creado de la nada, soltó un pesado suspiro, mas no se movió de su lugar. Tan cómodo que era ver como -posiblemente- la pelirroja moría por su falta de atención a las cosas, y ahora le estaban casi obligando a librar un combate que no era de su gusto. — Calma Aurora. Solo te van a despedazar lentamente, y beberán tu sangre. — Comentó de una forma tan calmada, que parecía ser normal en él decir ese tipo de cosas. Entonces bostezó tan descaradamente que si estuviera ahí un maestro enseguida lo mandarían a la dirección. Podría haber un combate, tal vez interesante, pero no le causaba gracia alguna tener que pelear por que simplemente el otro grupo no se daba prisa en completar su objetivo.

— Bueno chicos. Ustedes hagan lo que tengan que hacer... — Y se acostó boca arriba. Iba a dormir un poco en medio de la batalla. Nuevamente mostró una actitud tan despreocupada, e ignorante en el peor de los momentos. Cerró los ojos, y en pocos segundos ya estaba dormido. Por alguna razón le había entrado la necesidad de echarse a reposar, y dejarle todo el trabajo a sus compañeros. A lo mejo era por el esfuerzo que hacía al separar a esos dos en su mente. Aunque si lo pensaba bien, todo podría deberse a ese... No; mejor no pensar en algo inexistente...

Y así el valiente pelirrojo se quedó dormido. Sin importarle en lo mínimo lo que pudiera pasar. Ya había muerto antes en peores situaciones. Así que supuso no pasaría nada si volvía a morir por dormir. Le resultaba incluso mejor.