Baluarte de Svartgard en Yokohama · Vientos de guerra (Maria + libre)

El viento estaba helado en las cimas de los edificios. La gran ciudad de Yokohama se mostraba imponente y lumínica. Las personas hacían su vida más de lo normal, o eso intentaban con el riesgo de que algunos alumnos de Svartgard merodeaban por la oscuridad siempre, atentos a cualquier descuido que pudieran hacer los humanos, para provocar el caos y sembrar el miedo. Que supieran que esta tierra nacida de dioses era solo para seres fantásticos, y no para gente normal y aburrida como ellos.

Se cruzó de brazos y veía a los autos pasar de un lugar a otro, a la gente como hormigas ver cosas de un lugar a otro. La avaricia los movía incluso en tiempos de miedo. Lo que movía a Ririchiyo era un asunto más complejo, y aunque quería a muchos legacianos, ya era hora de realizar una primera jugada. Su cuerpo entero comenzó a brillar, y su aspecto cambió, al igual que su vestimenta. De su cabeza salieron dos cuernos enroscados. Venía alguien por ahí. Un siervo cabra. La morena pegó un grito y con su larga lanza golpeó en la cabeza al espía y éste desapareció en un montón de mariposas doradas.

Sin embargo, alguien más estaba allí. Una presencia sumamente poderosa, una maga muy singular, y sabía muy bien de quién se trataba. Arqueó la ceja, y dirigió su fría y violeta mirada en ella, esperando un sermón, y qué mejor manera de recibir esas "críticas" que con una sonrisa ladina.

La aparente calma entre ambas academias no lograba engañar a muchos estudiantes, la tensión entre Legacy y Svatgard solo crecía con forme los días pasaban. Quizá solamente estudiantes y profesores de la misteriosa escuela supieran los planes exactos de su líder pero la pequeña brujita que caminaba  por las calles de Yokohama aquella  helada mañana lo dudaba,  ella estaba segura de que la falsa bruja de los milagros consideraba los que le ayudaban como simples piezas para su propia diversión. Quizá..esto solo sea otro juego de brujas pensaba algo frustrada  la infante mientras observaba atentamente a las personas que caminaban por las banquetas de la metrópolis,había ido a la ciudad en busca de respuestas y estaba decidida a encontrarlas.

A pesar de que  podía notar a estudiantes de Svatgard observando disimuladamente desde  los rincones obscuros de Yokohama  a las personas de la ciudad y a los sirvientes con cabeza de carnero   vigilando que no ocurriera ningún ataque serio, la infante no tenia miedo de caminar sola por aquellos terrenos peligrosos. Maria no le tiene miedo a las marionetas de Bernkastel y Beatrice  no dejara que sus sirvientes ataquen a Maria... a menos de que sea necesario. pensaba mientras buscaba alguna forma de obtener respuestas y no estaba segura de que estudiantes y profesores de ka escuela rival le fueran de ayuda. Maria espiara asintió decidida siguiendo de cerca a uno de los sirvientes con cabeza de carnero, pasando desapercibida al lado de la enorme criatura y vigilando con disimulo a enemigos que se cruzaban en su camino.

Con  un sentimiento de superioridad y soltando varias risas burlonas, estudiantes de Svatgard observaban desde las sombras de la ciudad  a las personas comunes  que solo buscaban seguir con la rutina de cada día.  Extraño  suspiro mirando disimuladamente a los distintos grupos del enemigo que se cruzaban en  su camino, escuchando cuidadosamente frases sueltas de sus conversaciones mientras seguía al enorme  ser por las calles y se esforzaba  por mantener su paso. - ¿A donde va?- murmuro mientras entraba a un enorme edificio y comenzó a subir por las escaleras de servicio hacia la azotea siguiendo al enorme ser con cabeza de carnero  que  parecía tener un objetivo ya  determinado.

A diferencia del sirviente cabeza de cabra, la infante se  mantuvo quieta en la entrada de la azotea observando en silencio a la chica de cabello largo y cuernos enroscados que parecía mirar a las calles de Yokohama, viendo tan solo segundos  después como hábilmente el enorme ser fue  golpeado por la lanza de la extraña muchacha y este desaparece en una nube de mariposas doradas. - Uu Es uno de los sirvientes de Beatrice- murmuro la infante inexpresiva mente mientras sacaba una barra de chocolate de su bolso rosado y la mordisqueaba. - Uu  Es extraño. ¿Porque  un sirviente de Beatrice vendría hasta aquí? Justo donde tu eres la única persona presente.  uu-  pero, soltando una leve carcajada burlona y sacando la lengua, tan solo dijo en un tono alegre. - ¡De seguro te confundió con su novia por los cuernos que tienes! - y comenzó a reírse alegre de su propio chiste, sin importarle la forma en la que la jovencita sonreía.

Limpiándose un par de lagrimas que brotaron de sus ojos por la risa, la infante  solo suspiro. - Uu Maria  es de Legacy,   Maria es y siempre ha sido una pieza de Beatrice pero eso esta bien para Maria, Maria lo acepto hace mucho tiempo. Maria supone que no eres pieza de Beatrice uu - decía de forma alegre, extrañamente contrastante con su inexpresividad mostrada hace tan solo segundos atrás.  - Uu mas sirvientes cabra pueden subir en cualquier momento, no le harán nada a Maria a menos que Beatrice lo necesite pero,  ¿Que explicación les darás? ¿Uu? ¿O solo los mataras? ¡Beatrice tiene miles! ¡Uu! y, mientras sonreía forma burlona se escuchaban pasos acercándose subiendo por la escalera. ¿De Legacy o Svatgard?

A pesar de que la pelipurpura le apuntara con su lanza la infante sonreía sin ningún rastro de miedo, de pronto una sombra broto del suelo pero la muchacha la destrozo de un solo golpe haciendo que  un intenso resplandor envolviera el edificio y que la niña pareciera estar apunto de disiparse como si fuera una frágil ilusión .- ¡Uu!- cerrando los ojos y apretando los puños espero unos segundos a que el brillo se disipara y, sin darse cuenta, su cuerpo recuperaba su solidez normal. A pesar de que a cada segundo la visir demostrara aun mas su fuerza  la pequeña  brujita sabia un poco del trato que le daba la Bruja de los Milagros a sus aliados y no se dejaría atemorizar tan fácilmente, aunque no podía negar que se sentía algo extraña después presenciar el ataque de su rival.

- Uu Bernkastel siempre le da poder de mas a sus piezas ¿O crees que Maria se creerá que obtuviste este poder sola "cabrita"?- su sonrisa se hizo mas amplia mientras abría los ojos observando directamente a Ririchiyo, su mirada no era remotamente parecida a la que debería de tener una niña común. La desafortunada gente que vio aquel incidente corrió alejándose lo mas rápido del lugar, algunos llamaban a la policía y otros a los bomberos pero nadie común  podía competir  contra  la fuerza de la muchacha de largo cabello. Aun a sabiendas de esto la infante mantenía aquella expresión arrogante en su rostro mientras  se acercaba aun mas a  pelipurpura, no tenia miedo a  morir  a manos de su oponente. Maria no tiene nada que perder aun tenia un par de aces bajo la manga. quizá ese día obtendría una pequeña victoria para Legacy.

-Maria sabe el poder de Bernkastel, Maria también sabe que Bernkastel es una mentirosa ¡Solo los  que creen en la magia pueden tenerla! ¡Solo aquellos que creen en los verdaderos milagros pueden realizarlos. ¿Aunque que puede esperar Maria de una cabra?- y un brillo dorado  cubrió a la infante, su vestimenta común  se transformo en su vestido de bruja y su  fuerte báculo dorado apareció en su mano derecha.- Mas cabras vendrán, hay gente llamando a la policía. Maria te lo advierte, serias un obstáculo para  Bernkastel y su falsa magia  si haces que la reputación de su academia caiga  ¿Porque no le dices a Maria  los planes de Bernkastel antes que ella te mande al vacio ?-  se sentía llena de confianza, su arrogante expresión revelaba lo inferior que consideraba a su rival, ese día tomaría ventaja.

Las sirenas de policías y ambulancias se escuchaban en las calles, pronto la policía llegaría.

-Se mas original.. Uu ¿Que podía esperar Maria de alguien de Svatgard?- no era la primera vez que un adulto hacia de menos las palabras de la bruja, sabía que no hubiera valido la pena tratar de hablar con aquellos policías para hacerles ver su lado de la historia, solo la hubieran regresado a Legacy sin creerle una palabra. - tu no puedes comprender la magia uu...por eso te dejas manejar por una embustera.  Patética, Beatrice se encargara de ti y si tienes suerte un día ella te dará el honor de convertirte en  su sacrificio.-

No le importaba el tono burlón de la extraña muchacha frente a ella, la infante no se fiaba de nadie que cayera en la promesa de ver realizado un milagro por alguien que no los comprende.  - Maria no perderá su tiempo contigo. Maria es una pieza útil y no te tiene miedo, Maria no vino por peleas. - sonrió dándole la pequeña figura de un conejo de porcelana que usaba un chaleco y una corbata de moño. - Maria debe darle ventaja a los de Svatgard, después de todo van a perder.- y, dándose media vuelta mientras contenía carcajadas burlonas , bajo por las escaleras. -Beatrice, demuestra que eres la mejor bruja- murmuro para si misma.

Mientras tanto el pequeño conejo, capaz de caber en la palma de la muchacha, dio un salto y tomo el tamaño de la brujita, acomodándose el extraño chaleco comenzó a escribir en el piso usando una pequeña garra. "Soy la ventaja que le ha otorgado Lady Maria, por favor, pregunte me lo que desee saber y yo le responderé. Disculpe el que no pueda hablar" al terminar solo se levanto mirando atentamente a la joven de largo cabello mientras esperaba una respuesta, al no moverse el animal parecía un enorme peluche relleno de algodón y solo en el brillo de sus ojos se podían ver signos de vida y razonamiento.