Noche tormentosa (Charlotte) (S*)

Seguían en aquella enorme mansión, había pasado un buen rato desde que la otra chica se había separado. Tyrande frunció el ceño puesto que los ruidos se sucedían con mayor intensidad y frecuencia y eso no era del todo normal. Había escuchado a su compañera y sabía que todo era demasiado terrorífico, se habían sucedido varios asesinatos y desapariciones, además muchas personas decían que en esa mansión había fantasmas. No le preocupaban demasiado pero si era extraño, fue en ese instante cuando la lluvia del exterior comenzó a golpear los ganados cristales con estruendo, Tyrande se acercó a una de las ventanas y el brillo de un rayo hizo que sus ojos brillasen. Frunció el ceño pues el trueno se hizo enseguida presente, indicando que la tormenta estaba ahí cerca.

Se giró hacia su compañera y fue cuando por el rabillo del ojo captó una sombra que se movía por uno de los pasillos que llevaban a los dormitorios.

-He visto algo.-comentó mientras apuntaba hacia el lugar donde había visto la sombra con su arco.-Creo que no estamos solas...-pronunció con voz suave.

No sabía que pasaba ahí pero no era bueno.

Tyrande observó cómo su compañera sacaba de su manga un arma, sonrió al ver que al menos no estaría sola en la lucha, porque su instinto le avisaba de que así sería, así que ambas comenzaron a caminar por el pasillo, era un pasillo largo y tenue, la poca luz que recibía provenía de unos pequeños agujeros y de no ser por ellos sería totalmente oscuro. Alcanzaron una puerta, justo la que tenían enfrente, y estaba entreabierta lo que hizo que la elfa frunciese el ceño, la abrieron y lo que se encontraron fue un piano.

Al mirar al interior pudo observar que no había nada más, ni decoración, ni cortinas, ni siquiera papel que adornase esas horribles paredes, solo estaba ese piano. No le dio tiempo a impedírselo cuando se percató de que su compañera se estaba acercando y al igual que ella, Tyrande se quedó sin habla, no gritó, había visto demasiadas cosas, pero aun así la sorpresa ahí estaba. Cuando vio como volvía le agarró el hombro y le ayudó a levantarse sin dejar de mirar a esa horrible criatura.

Al ver cómo le cercenaba un pequeño trozo del cuerpo simplemente chasqueó la lengua y arrugó la nariz al notar el olor. Así que Tyrande apuntó con el arco y disparó una de sus flechas, justo al punto abierto por su compañera, la flecha tenía como cometido alcanzar a su objetivo y hacerlo explotar, aunque sabía que no lo mataría. La flecha se clavó y explotó haciendo que una de lo que antes eran las patas del piano saliese de su cuerpo consiguiendo que el ser soltase un ruido muy extraño que hizo que la joven se tapase los oídos y quedase un segundo aturdida.

-Maldita sea…hay que procurar que no grite, mis oídos son demasiado sensibles.-le comentó a Charlotte. Lo que ellas no se esperaban es que esa no había sido la sombra que Tyrande había notado, sino que ésta los observaba desde el techo, simplemente que no se podía ver ya que como toda sombra se ocultaba entre las sombras.

Tyrande observaba en silencio mientras intentaba buscar cómo salir de aquel entuerto en donde se habían metido. Suspiró y miró a su compañera que empezaba a actuar, su forma de hacerlo le llamaba la atención pero eso era algo de lo que se encargaría después, ahora era el momento de estar a la batalla. Fue en ese momento cuando dos seres que no conocía las atraparon de la cintura, Tyrande sintió como lo que parecían ser manos se pegaban de forma viscosa a su piel haciendo que un escalofrío le recorriese la espalda y le hiciese poner una mueca de asco.

Observó el pentagrama y como de él salía una figura, frunció el ceño y escuchó las palabras, pudo ver como su compañera se lanzaba contra el ser y tras eso éste se teletransportaba para colocarse a su lado y apuntar a su compañera con algo, Tyrande en silencio y con un ágil movimiento cercenó los tentáculos y con una flameante flecha apuntó al nuevo enemigo.

-¿Tú posada?-soltó con tranquilidad.-Qué yo sepa esto es una mansión y no hay ningún tipo de documento que indique que esto es o haya sido una posada.-Intentaba buscar una salida y si tenía que entablar conversación es lo que iba a hacer.

El ser la miró o no, porque sólo se veía la sombra, aun así Tyrande no se amedrentó. La flecha ardía sin mostrar atisbo de desgaste y no dudaría en lanzarla. El ser caminó tranquilamente sintiendo como la flecha lo seguía, pero ésta tampoco perdía de vista a los otros seres, sabía que eran demasiados enemigos, pero seguramente ambas podrían con todo.