La Moneda con Caras Idénticas (Kurumi)

La luna se alzaba en la noche estrellada de ese día, el viento soplaba suavemente y los arboles creaban una hermosa melodía con el silencio de la naturaleza, pero últimamente se ha rumoreado de una entidad que había llegado a la isla Rokkenjima, una energía hostil y poderosa que se hacia presente unos días, otros simplemente desaparecía. También había crecido una ola de desapariciones en diferentes áreas del país especialmente las mas cercanas a aquella academia llamada Legacy, las autoridades estaban preocupadas pero no sabían que hacer ya que las victimas desaparecían sin dejar ningún rastro, como si todo rastro de ellas se hicieran polvo.

Pero esa misma noche había algo inquietante, que cualquier persona que pudiera sentir aquella aura que venía de esa mansión alejada en lo mas profundo del bosque quedaría totalmente horrorizada por la maldad que desprendía aparte de un inmenso poder. Entre aquel viento que soplaba se escuchaba una melodía aparte de las hojas de los arboles moviéndose, era un silbido que venía de la sala principal que causaba un escalofrió a cualquier cosa que se le acercara, un inmenso poder se hacia notar con una presencia muy parecida a la de los demonios. Entre la oscuridad que inundaba el interior de la sala principal se veía una luz en una de las grandes mesas llenas de polvo, parecía ser una vela encendida pero que peculiarmente la llamada brillaba con un color azul, entre aquel silencio se encontraba la silueta de un hombre sentado en un sillón antiguo, unos ojos rojos como un demonio estaban clavados en aquella pequeña vela que se consumía poco a poco.

Aquel silbido parecía tener un ritmo de una canción de Mozart: The Magic Flute - Overture, se repetía constantemente hasta que en un momento aquel silbido se desvaneció lentamente cuando de un momento a otro el viento comenzaba a soplar mas fuerte provocando un montón de sonidos alrededor de la mansión, pero aquello no era la razón de por que había dejado de silbar, esta misteriosa silueta se había percatado de una presencia que igualaba a la de el, era primera vez que sentía algo así provocando una pequeña risa de aquel individuo para después inundarse en el silencio que iba a ser interrumpido por aquella visita inesperada, aquella silueta se quedo inmóvil sin dejar de mirar aquella pequeña llama azul.

*La vieja casona era un lugar que solía ser frecuentado por mi, por varias razones resultaba ser de mis lugares favoritos, era solitaria y vieja, si justo como yo, eran dos razones sencillas pero justo me sentía identificada con el lugar.

Esa noche alago parecía fuera de lugar, un aura oscuro, que sin duda no era la mía se podía percibir en todo el lugar, un melodía sonaba en el lugar al parecer tendría compañía  esta noche, la cuestión central era ¿De quién se trataría? sin duda alguna la energía que desprendía me motivó a buscar a su portadora o portador.

Continué caminando hasta llegar al lugar, el clima, la oscuridad, el propio viento parecía hacerse cómplice de mis acciones, poco a poco aquella extraña sensación se hacía más fuerte, las ganas de conocer al poseedor de esa naturaleza era sin duda cada vez más grande.

Emergí como una sombra detrás de él, si era un varón quien contemplaba absortó una llama frente a él, parecía ser un hombre peculiar.*

Ara, ara, ¿Qué haces aquí en mi vieja morada de descanso? *Diría en tono bromista, buscando iniciar conversación con él* Soy Kurumi ¿Y tú?

Aquella silueta se quedo en silencio por unos segundos, luego este giró su cabeza para clavarle sus ojos rojos como demonio a la mujer con una sonrisa maliciosa y relajada de reojo, -Estaba de pasó por aquí y encontré esta hermosa morada- le aclaró con un tono algo burlesco, luego de la nada aquella llama azul que emergía de la vela aumentó su brillo para iluminar sutilmente toda la sala, la cara de aquel hombre se reveló ante la chica como un joven de cabellos rubios y piel blanca peinado desordenamente hacia atrás. Luego de escuchar el nombre de la chica este también se presenta -Tengo un montón de nombres pero puedes llamarme Zetsubou (Rey de la Desesperación)- le contestó mientras volvía a dirigir la mirada hacía aquella vela encendida.

-Debo admitir que eres interesante, sentí tu presencia cuando llegue a esta isla y me atrajo a este lugar... Tenemos la misma mirada- le confesó, refiriéndose a una mirada de peligro y maldad. Pero el Zetsubou simplemente tomaba todo esto como un juego, aquellas palabras que le dirigía a la mujer parecían tener intenciones ocultas y era normal generar desconfianza ante esa forma de hablar especialmente de alguien sospechoso como el Rey de la Desesperación, sin duda alguna el ambiente aumentaría su tensión ante dos presencias peligrosas de un solo lugar.

*La azabache mantuvo su mirada fija en el rostro del rubio, memorizando cada gesto, intentando descubrir que escondía detrás de sus palabras, de su sonrisa, de aquella mirada carmesí tan inquietante, sin duda, era un ser que podría causar escalofríos a cualquiera. No era el caso de de Kurumi, ella sintió emoción de haber encontrado alguien de semejante energía.

Una sonrisa a medio labio se esbozo en el rostro de la azabache, su mirada parecía haber cambiado, su rostro parecía un poco retorcido, era el propio éxtasis en el que se sumergió la azabache al percibir que el hombre frente a ella mantenía intenciones no del todo claras.*

Zetsubou... interesante nombre ¿Tiene algún significado? Por supuesto que soy interesante, de eso, no debe haber duda, soy lo mejor que verás por este lugar te lo puedo asegurar. *La azabache se acercaría más al caballero, acortando toda distancia entre ambos, para llevar su dedo índice, en dirección al pecho del hombre, picotenado un par de veces*. Y bien ¿Qué te trajo por aquí? no creo que la casualidad.

Aquel sujeto no apartaba su mirada a aquella misteriosa vela que estaba en la mesa frente a aquellas siluetas en esa habitación oscura, llena de polvo y una tranquilidad espeluznante, una llama azul hipnotizante como si se tratase de reflejar el verdadero ser de aquel joven rubio que se hacia llamar Zetsubou, un nombre que tuviese un significado algo escalofriante para que un joven caballero lo portara.

-Tengo muchos nombres pero soy mejor conocido como el Rey de la Desesperación, my lady- dijo este en el momento en que aquella misteriosa chica, Kurumi se acercó a el tapando la luz de la vela cubriéndolo con su sombra que a cualquiera le daría escalofríos, pero no en el caso de el rubio que simplemente le sonreía de lado a lado actuando y hablándole como un verdadero caballero.

-La verdad estoy aquí para tomarte como mi esposa y vivir en este humilde lugar en donde criaremos 2 hijas y 1 hijo y un gato, esperando que cuando llegue del trabajo por la noche me esperes desnuda con un delantal para recibirme diciéndome: ¿te gustaría cenar, o tal vez un baño... o tal vez a mi?, algo así- lo que había dicho el rubio fue se había ido totalmente fuera de contexto y algo ridículo, pero en los ojos carmesí de el simplemente se veía que a este no le importaba bromear un rato a pesar de lo peligroso que eran aquellos dos.

¡Jajajajajajajaj! *Una sonora y chillona carcajada se escucharía resonar en todo el lugar, las palabras del hombre, le habían provocado, un inmenso momento lleno de humor. Y es que no era para menos, la conjugación de su nombre más aquella descripción que hizo sobre ellos, era tan bizarra que sin duda, no podía provocar, más que risa.*

Rey de la desesperación, un sobrenombre muy interesante, me pregunto, bajo que circunstancias te hiciste merecedor de ser llamado así, por otro lado, no estaría mal tomarte por esposo y tener un gato. El resto de tu sueño, me parece demasiado casual y predecible.

*La azabache había entendido la broma, sin embargo, no quería entrar en mayor detalle, ella quería averiguar más sobre el misterioso rubio, como de costumbre Kurumi no había llegado sola, justo detrás del rey, emergería un figura femenina, físicamente idéntica a la chica frente a él, y con malicia, posaría ambas manos sobre los hombros ajenos, para acercarse a su oído y hablar.*

Dime cariño, con toda sinceridad cuáles son tus intenciones aquí, porque quizás a ella le gustó tu broma, pero a mí no. *La joven tenía un tono de voz idéntico al de la otra joven, sin embargo, con un rasgo de mayor seriedad*.

¿De dónde salió esa vela? no has dejado de mirarla, desde que llegué *Dijo la otra Kurumi, quien parecía bastante intrigada por las acciones del hombre, podía o no significar algo aquella veladora, pero sin duda cual fuera la respuesta estaba segura, que la llevaría un paso adelante del conocimiento del hombre.

Aquel sujeto que se hacia llamar el Rey de la Desesperación mostró una expresión de asombro al ver aquella extraña sombra casi idéntica a la chica detrás de ella, pero luego este simplemente con aquella mirada y sonrisa misteriosa solamente se fijó en la chica frente a ella -Soy un hombre de gustos simples, pero si no te gusta lo predecible y aburrido... ¿Que tal si destruyéramos el mundo? sería nuestra luna de miel- le propuso nuevamente a Kurumi con aquella sonrisa misteriosa, aún que este simplemente estaba tomándose todo como un juego su mirada parecía arder como el mismísimo infierno en el color carmesí en sus ojos.

-Lo que hago aquí es simplemente negocios, negocios amorosos o algo por el estilo- Le respondió el joven rubio a aquella sombra que parecía ser amenazante y peligrosa, parecía ir enserio con su molestia ante las bromas del Rey de la Desesperación que solo parecía estar aburrido, aquella vela de color azul parecía tener vida propia hasta que en un momento aquel brillo azulado desapareció con un simple chasquido de los dedos de aquel sujeto, dejando una simple vela de llama amarilla que iluminó levemente la sala -Era un simple truco de magia, es una simple vela- le explico a la curiosa chica frente a el.

-¿Quieres saber por qué me hago llamar el Rey de la Desesperación?, dejare que con el tiempo te des cuenta de el por qué, my lady-

*Kurumi carecía de capacidad de asombro había vivido tanto, que al final del dia, todo le parecía común, él no era la excepción, esas bromas, su actitud despreocupada, sus propuestas, él como personaje, le parecía bastante normal.

La loli gótica, como algunos solían llamarla se mantuvo mirando al rubio, sonriendo en todo momento,aquellas palabras, cargadas de sarcasmo e ironía, le agradaban, por ende, seguiría el juego, camino hasta él quedando a pocos centímetros de él.*

Entonces seré tu esposa, compañera del caos y devoradora de mundos, que el destrucción de todo esto que vemos se nuestra luna de miel y hagamos el amor, entre la muerte y la desolación. ¡Jajajaja! ahora que me oigo, me agrada más tu propuesta.

*La carcajada de Kurumi, quizá pudo restar seriedad a sus palabras, pero ella había respondido convencida de querer cumplir cada sentencia que mencionó, después  regreso su vista hacia aquella vela, sus ojos se perdieron un poco en la llama y después de unos minutos, de nuevo le miro.*

Entonces no me hagas perder el tiempo, muéstrame el por qué de tan atractivo sobre nombre, quiero ver lo que sabes hacer, dame razones para no matarte junto a las sabandijas de Legacy.

La ultimas palabras secas parecían divertirle un poco al rubio pero con la respuesta positiva de Kurumi parecía satisfacer los misteriosos planes del chico de aspecto joven se que hacia llamar Rey de la Desesperación. Este miro fijamente con sus ojos carmesí hacía aquella misteriosa entidad hostil detrás de la Kurumi con seriedad, aquella burlesca sonrisa se había borrado por el momento en que este le iba a explicar cual era su motivo para el cual había venido -¿Legacy...? Irónicamente por el momento estoy afiliados a ellos pero mis planes no son formar bonitas amistades en ese lugar, mi existencia en ese país por ahora es un misterio pero la razón de por qué estoy aquí es simple... Formo parte de lo 13 Reyes, llegamos a este mundo desde el Inframundo después del Gran Colapso que hubo en New York y durante aquel extraordinario suceso lo vi todo... La hermosura de un gran choque que causaría la destrucción y la fusión de este mundo con el Inframundo simplemente me inspiró, intenté romper el sello que protege este mundo pero los humanos son tan estúpidos que lograron de manera exitosa retrasar mis planes, pero ahora que estoy aquí no volverán a molestarme por eso he venido ante ti Madam... Le ofrezco un réquiem de muerte y destrucción como nuestra luna de miel, así este mundo en llamas sera nuestro dominio por siempre-

Los ojos del Rey de la Desesperación parecían brillarle como si fueran dos lunas carmesí en medio de la oscura habitación, una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro nuevamente mostrando las verdaderas intenciones de este con el objetivo de unir fuerzas con alguien de su nivel que era Kurumi mejor conocida como Nightmare.

Ara, ara~ que interesante suena tu plan, no puedo resistirme ante semejante propuesta de muerte, destrucción y caos. *Kurumi comenzó a caminar alrededor del rubio, observándole a detalle, cada aspecto físico, incluso su propia vestimenta, le agradaba lo que veía, se sentía atraída por él. Una atracción no sexual, no amorosa, del tipo que surge cuando se quiere formar una asociación con alguien que te resulta absolutamente compatible.

Kurumi después de observarlo, se detuvo frente a él, llevando su diestra a su mentón, acarció con suavidad, dudosa, curiosa, después sonrió maliciosa, para entonces volver a hablar*. Háblame, del portal, ¿Cómo se puede eliminar? ¿Cuál sería mi papel en tan interesante plan?¿Cuándo inicia? tengo cientos de dudas, así que alista tu mente para responder, si me gusta lo que dirás, te llevaré con alguien más.