Classic Landscape (Rías + Libre)

Ese mismo día domingo había conocido a una profesora bastante joven de cabellos rojizos, Rías, tenía pensado pasar mi tiempo libre en la academia pero nunca imagine que un casual encuentro con la pelirroja terminaría en algo parecido a una cita, habíamos acordado con que ese mismo día iríamos a un restaurant que quedaba en la cuidad, así que fuimos a la estación de trenes y nos pusimos en marcha con mucho entusiasmo de hablar un poco mas de nuestro pasado y conocernos.

En primer lugar era algo vergonzoso salir a comer con alguien que apenas había conocido y ademas que tuviéramos casi la misma edad a pesar de que ella era profesora, durante todo el camino tenía levemente ruborizado el rostro por el hecho de que la gente nos miraba como si fuéramos pareja o algo parecido, lo cual era algo extraño. El viaje duró alrededor de 20 a 30 minutos, cuando el tren llegó a la estación de la cuidad noté que había muy poca gente a los alrededores, lo cual me alivio un poco, sin duda alguna era el día perfecto para salir a tomar aire especialmente un día domingo, entonces con un leve suspiro nos bajamos del tren antes de que volviera a partir y con el típico sonido de advertencia las puertas se cerraron y el tren se fue dejando un profundo e incomodo silencio en el lugar.

Por un momento miré al cielo para luego mirar a Rías con una sonrisa, mis ojos azules se proyectaron en ella como el reflejo en el agua -Bueno, tenemos mucho tiempo de sobra ¿que tal si hablamos en el camino?, el restaurant esta a unas calles mas allá- le propuse con un tono de voz amable e inocente.

Solo seguía los caminos de mi acompañante hasta que llegamos a subir el tren, o el metro por ser un día domingo pensé que estaría lleno al punto que no podíamos caminar por los pasillos del metro. Así la mirada de la pelirroja se había posado por los distintos lugares del metro parecía increíble o sorprendente de que aun no estuviera lleno de personas , por un momento solo escuchaban como el lugar solo se inundaba de los sonidos de los metros cuando abandonaban las estaciones — en ese nos subiremos ? — había mencionado la curiosa pelirroja con solo ver como su acompañante caminaba por delante de ella con rumbo a una de las puertas que estaba abierta con rumbo a la ciudad.

Mi mirada, esos claros ojos turquíes que la pelirroja poseía, para ver por la ventana un tanto animada aunque por un momento sentía unos ojos que estaban sobre mi persona, aunque al estar segura nos quedaba viendo a los dos, así solo de reojo había observado a los costados por cualquier cosa que pudiera pasar para ver que era cierto mi presentimiento pues nos quedaban  viendo, un poco avergonzada alzaba la mirada para verte en tu expresión notando que tú también estabas ruborizado de las mejillas. Un suspiro salió de mis labios para  ver que nos deteníamos, con un leve frenazo que daba el tren , así solo me sostuve un poco de los barrotes de los costados.

— hablar un poco? bueno esta bien , uff entonces de qué te gustaría hablar — como muestra de respeto solo alze la mirada a la de él dejandome cautivar con los  claros ojos que él poseía era un tanto llamativo, pero tampoco quería mostrarme un tanto acosadora así solo cruzaba mis brazos para voltear a ver hacia el frente llevando una de mis manos por encima de mi cabello pues tenía unos leves mechones de mi rojo cabello, que se alzaba un poco al movimiento de mi caminar para solo tratar de agachar esos mechones aunque al poco momento se volvían  a alzar de un modo gracioso — jejejejejeje etto, entonces, ¿cuál es tu comida favorita? — decía tratando de llevar una conversación a modo que evitara que viera como me acomodaba el cabello como niña pequeña.

Aquellos ojos azules de la pelirroja me cautivaron por un momento hasta que despabilé cuando Rías se dió vuelta, por un momento se me pasó por la cabeza que tal vez entre nosotros hayan bastantes similitudes, pero eso lo veríamos con el tiempo. Me acomodé los lentes con mi mano derecha para luego meter mis manos a los bolsillos de mis pantalones y suspiré -La verdad no soy bueno sacando temas de conversación pero, en este tipo de situaciones deberíamos hablar de nuestros gustos ¿no?- le dijé, para luego sonreír al darme cuenta la razón de por que la pelirroja se había dado vuelta, lo cual me dio un poco de gracia.

Comencé a caminar lentamente pasando a un lado de ella haciendo que no me había dado cuenta de aquellos mechones, para luego detenerme a unos cuantos pasos frente a ella dándole la espalda -¿Que cual es mi comida favorita? la verdad no hay alguna en especifica pero me gustan las cosas dulces jeje ya veras cuando lleguemos, tal vez te lleves una sorpresa- le dije antes de volver a caminar lentamente para que Rías se incorporara a un lado mio sin antes hacerle la misma pregunta de vuelta -¿Y cual es tu comida favorita?- con un tono de voz un poco serio intentando parecer algo genial ante ella.

El ambiente de la ciudad era muy relajante para saber que era uno de los lugares más concentrados de las personas, pero en este momento no era así, todo estaba tranquilo, solo el leve sonido de algunos autos pasar por los alrededores. La brisa de esta temporada provocaba que las hojas se desprendieran de las copas de los arboles para llenar el ambiente de colores en el cielo con la brisa de guía. Por un momento solo había cerrado los ojos pues era muy relajante hasta que la masculina voz de mi acompañante me llamo la atención para solo verlo a los ojos con una sonrisa, ya me había terminado de acomodar mis rojos mechones.

— hablar de algo sí parece bien aunque jajaj tampoco soy muy buena en estas situaciones, normalmente hablo de cualquier cosa o lo que salga primero — decía con una sonrisa, por la espalda de él, aunque un poco confusa no entendía el motivo de que por qué se había adelantado , quizás una chica  que le gusta anda por los alrededores, así solo me percate volteando a los lados un tanto curiosa de saber aunque habían muchas parejas a nuestros alrededores así como muchas hermosas chicas — ¿Quién sera la chica — no me había percatado de que había pensado en voz alta, aunque solo mi mirada estaba por todos los lados observando cualquier posibilidad de las chicas.

Solo observé la espalda de él al momento que estaba caminando con tanta normalidad aunque me resultaba ser él más alto que yo aunque eso era ya normal en todo hasta que vi como sus pasos reducían al caminar, resultando me fácil poder alcanzarlo para así volver a caminar juntos que me tranquilizaba un poco más andar junto a él — cosas dulces ¿eh? es genial — decía con curiosidad, pues quizás con una caja de chocolates, gomitas o incluso pasteles él estaría más que feliz — yo, bueno yo he de comer de todo, aunque nunca he tenido problemas, solo creo que a lo que nunca me hallo capaz de comer son las comidas exóticas jajaj eso me da un poco de miedo pues han habido muchas muertes por algunas de esas comidas — solo me dejaba guiar por él ,pues no sabía a donde era que me llevaría él.

Mientras caminaba sin prestar atención a las parejas que estaban a los alrededores, al escuchar la curiosa respuesta de Rías la miré de reojo algo curioso una vez que ella estuviera al lado mío -¿Muerte por comidas exóticas? nunca había escuchado sobre eso, ¿que clase de comidas dices tu son capaces de matar a alguien?- pregunté obviamente con un tono de curiosidad, ya que esto me había llamado bastante la atención, ¿de verdad existen comidas que son peligrosas de comer? ¿de verdad son tan "exoticas"?, la verdad me parecía bastante confuso, pero era algo nuevo que aprender, algo que aprendí de ella ese día.

Aquella conversación se dirigió mientras doblábamos en la esquina de una calle poca transitada y se veía como el camino estaba desierto, en ese momento me di cuenta que ya estábamos a punto de llegar, solo era caminar unos pasos mas allá hasta llegar a un humilde local con un cartel, prácticamente parecía un bar.



Por un momento me acordé de una figura, una persona que había conocido en New York que gracias a ella había conocido la academia y los hermosos alrededores, la cuidad, etc, un pequeño recuerdo, un flashback me llevó cuando estaba caminando cerca del aeropuerto pensando en tomar el vuelo en dirección a mi país natal, hasta que conocí un hombre que me dio consejo y me llevo tomar aquella decisión de trasladarme como un alumno a la academia, si no recuerdo mal era un hombre con un aspecto peculiar, con un cabello largo color gris y orejas que parecían de gato, llevaba un abrigo largo de piel y unos lentes, no me acuerdo de su nombre pero si no recuerdo mal era profesor de la academia y me recomendó venir acá, la verdad creo que después de todo fue una gran decisión venir acá y alejarme un poco del caos de Hellsalem's lot, esperó que algún día pueda decirle aquel señor lo agradecido que estaba al darme aquel consejo.

Me detuve frente a el local cuando regresé algo distraído después de aquel flashback que había pasado muy rápido en mi cabeza, tal vez le preguntaría a Rías después si conocía a aquel hombre ya que ella también es profesora, miré a la pelirroja de reojo con una sonrisa -aquí es, la verdad es un bar pero la comida que sirven es muy buena y tienen un menú bastante largo- le dije para luego abrirle la puerta haciendo sonar aquella campanita sobre la puerta para que ella entrara primero, era un gesto de caballerosidad y era lo mínimo que podía hacer, después de todo ella me dió la oportunidad de salir con alguien un rato a tomar aire.

Me sorprendía un poco el hecho de que se veía un poco curioso, estaba un poco confundida en serio no sabía él que habían comidas tóxicas, así solo mostré una sonrisa en mis labios pues me causaba un poco de gracias saber que cualquiera en cualquier momento podía llegar a darle una comida intoxicada, cada vez que se hacía más común ese gesto de agresión — sí existe, pues me di cuenta cuando trataron de hacer un pescado, y bueno resulto que sí no le quitan cierta parte, cuando lo cocines y vayas a comerlo te puedes intoxicar, y ahí te mueres — decía con un simple comentario, pues por eso no dejaba que intentara de darme cualquier clase de alimento, por eso prefiero solo comprar la comida cotidiana.

Después hubo un cierto silencio, estaba tranquilo por un momento las calles se volvieron a dejar en tranquilidad, así solo seguía a la par de él con cierta serenidad, hasta que observe un poco a lo lejos pero frente de nosotros, una linda fachada de restaurante, pues parecía interesante ya que nunca me había alejado tanto de la academia, o  incluso de mi casa que estaba en la capital , centro de la ciudad — Oye Black, es ese el lugar dónde querías venir? — decía  para verlo de reojo , aunque por el sol se me dificultaba un poco poder verlo,  solo estaba él con una mirada seria como si esta en el fondo de sus pensamientos, distraído en el frente.

— esta bien, no hay problema con que sea un bar, aunque no bebo jajaj pero no me molesta ver a los demás , así vamos — con una emoción, solo me detuve frente a la fachada, hasta que la abrió, se miraba el interior como un hermoso ambiente familiar, tranquilo, relajante ante todo, así solo lleve mis manos por detrás de mi persona, caminando por el piso de madera color marrón, mientras mis curiosos ojos turquíes se fascinaban por el ambiente — vamos allá — decía señalando una de las mesas que estaban en el momento vacías, para tomar asiento al poco momento uno de los meseros venía a darnos el menú.

Entré junto con Rías, suspiré algo aliviado ya que hace rato que no visitaba el bar ya que me la he pasado en la academia la mayor parte del tiempo, cuando apenas había llegado había conocido al dueño del bar, era un viejo bastante simpático y de lo mas seguro es que me venga a saludar después de comer, seguía a la Pelirroja hacia una de las mesas donde me senté frente a ella, luego inmediatamente llego un camarero con el menú.

-Hola buenos días les dejare el menú y cuando se decidan volveré a pedir su orden, tómense tu tiempo- Nos dijo el joven camarero, una vez que nos dejo las cartas del menú y se fue a una de la barras cerca de la cocina.

-Tienen de todo aquí, probablemente pida algo ligero y algún helado de postre... Mmm... El pollo apanado se ve tentador, tal vez con un helado de piña este bien- pensé en voz alta mientras abría el menú, recordando cuando había venido la primera vez había pedido un postre que estaba exquisito, un pastel que parecía de la mejor repostería de la cuidad, ademas de que aquí el viejo tiene un montón de platillos que te puede servir.

-¿Que vas a pedir tú? Si hay algo en especifico que quieras y no esté en el menú solo pídelo, el dueño siempre agrega platillos al menú cuando un cliente lo pide, aún que si te interesa puedes pedir el especial de hoy que es hamburguesa con papas y ensalada... Espera, ¿de verdad el viejo puso esto en el especial? Dios mio... Es tan simplista- Le dije para luego dar un profundo suspiró, la verdad no esperaba aquella decisión del viejo de poner algo tan normal en el especial, después de todo el tiene un montón de productos para vender los mejores platillos y se le ocurre esto, ¿tal vez le esta yendo mal en el negocio? probablemente sea eso, pero ahora me acuerdo que es un bar común y corriente que sirve buena comida, tal vez debería recomendarle que mejor lo cambiara por un restaurante familiar y tal vez le iría mejor.

Olvidando aquellos pensamientos, mire a la Pelirroja con una sonrisa esperando ansioso que iba a pedir ella, ya que quería conocer cuales eran sus gusto, si le gustaba lo dulce o salado, si le gusta algo bien preparado o algo simple, la verdad era mi oportunidad para preguntarle muchas cosas, en especial si ella conocía a aquella persona...

Al momento que la pelirroja tomó asiento solo se acomodo tranquila, aunque su curiosa mirada estaba en las luces que estaban arriba de ella como si fueran esferas de energía que poseían hasta que una voz madura llamó mi atención era el mesero que consigo ya traía el menú, uno para cada uno así solo lo tomaba y como muestra de respeto, por estar ofreciendo sus servicios a nosotros, le di una simple palabra de gratitud — gracias — con una de mis gentiles sonrisas, que siempre mostraba en mis rosados labios , para abrir el menú como si fuera un periódico pues era de un tamaño considerable.

— wow todo se ve delicioso , no sé por cuál decidirme — decía un poco pensativa, mientras en mis manos aun sostenía el menú con tanta curiosidad, pues desde los platillos especiales, los de precio cómodo, hasta los más caros que el bar podía tener se podían observar muy exquisitos. así solo me dirigí a la ultima página para ver los postres y bebidas , haber si ahí me podía decidir con más facilidad — ohhh ya sé — decía un poco emocionada, por escoger el postre que quería probar — una deliciosa tarta de chocolate —  decía como si el postre sería mi todo, para dejar de lado el menú soltando un suspiro ya más tranquila



Logré escuchar como él  se había sorprendido de que el día de hoy la especialidad era de una hamburguesa, aunque sonara un poco simple, no lograba molestarme pues no era gustosa en esos casos de comida así solo afirme con mi cabeza , un leve movimiento de arriba hacia abajo , ladeando mi cabeza — esta bien, me encantaría comer hoy la especialidad, así que me puedes pedir la hamburguesa sin problemas, y de bebida, quizás pueda ser aleatoria jajaj pues no sé que pedir para beber — decía entre unas pequeñas risas, añ haber elegido yo , solo me tranquilice — pues, tú qué piensas elegir? —

Me quedé congelado por escuchar la decisión de Rías por elegir el especial del día, pero que se le iba hacer solo esperaba que el viejo no arruinara su reputación con un platillo mal hecho, luego despabilé para seguir mirando el menú minuciosamente viendo los precios, hasta que suspiré para luego cerrar la carta y acomodarme los lentes antes de responder a la pregunta de ella, -Pediré algo de pollo y algún postre de piña- le respondí algo incomodo, para luego levantar la mano llamando al mesero que inmediatamente se acerco con una pequeña libreta en sus manos y un lapicero.

-¿Que van a pedir?- dijó el joven con una sonrisa agradable en su rostro, lo cual era normal en un trabajo como este hacer sentir cómodos a los clientes con una buena actitud, tal vez cuando nos fuéramos le daría una buena propina.

-Quiero un pollo apanado con papas y ensalada, un especial del día más 2 coca colas grandes, de postre una tarta de chocolate y deme una copa de helado de piña porfavor- le dije mientras el mesero anotaba rápidamente sin equivocarse, lo cual me impresiono su nivel de atención y memoria a pesar de que le dije todo algo rápido pero con la intención de medir su nivel de desempeño.

-Entendido, iré a dejar sus pedidos, con permiso- Dijo el mesero para luego irse rápidamente a la cocina, aquel nivel de desempeño me sorprendió ya que cuando estaba en New York yo trabaja también de mesero que de alguna manera me volví un poco obsesionado con el trabajo, pero me alegra saber que el viejo tiene buenos empleados.

Suspiré nuevamente y miré a Rías que estaba al otro lado de la mesa, lo cual le sonreí para preguntarle algo -Oye, Rías... Por alguna casualidad conoces a algún profesor que trabajo en la academia con aspecto algo amenazante, orejas de gato, un abrigo largo de piel y lentes?- le dije algo curioso, la verdad esperaba que ella lo conociera de algún modo, así para saber su nombre y agradecerle algún día por la recomendación.

— propio — decía con tranquilidad, para ver como el mesero decía dejarnos solos de nuevo, para solo apoyar mis manos sobre la mesa, mientras solo observaba los alrededores del restaurante con un leve sonrojo pues me sentía un poco apenada de estar con él así solo trataba de calmarme  con solo poder distraerme con otras cosas que estaban pasando alrededor, pues parecía que poco a poco iban llegando mas clientes, parecía un lugar bastante famoso con las demás personas — wow pensé que no habían muchos clientes por aquí — decía sorprendida pues para ser un bar, llegaban algunas personas con las familias.

— mmm?  — el comentario de él acerca del profesor, provoco que algo curiosa lo volteara a ver, aunque ya esta vez más tranquila de lo pensado — mmm dejame pensar — decía deslizando mi dedo índice y pulgar por debajo de mi mentón, pues cuando había empezado a trabajar como profesora, no tuve muchas oportunidades de conocer a todos mis compañeros, pues solo pude verlos , pero nunca poder entablar un conversación específica con ellos — bueno, para ser te sincera solo conocí a dos, Madara y Enjin pero fue poco que pude hablar con ellos pero aun no sé quien de ellos tenía orejas como las que tu dices jejeje , por qué la curiosidad,  Willy? —

Al poco momento, regresaba el mesero con los platos de comida con una sonrisa como era de esperarse a los que dan sus servicios, para solo verlo de reojo apartando mis manos de la mesa para que el decidiera poner los platillos con bastante tranquilidad, y con una pequeña reverencia decidía irse a los pocos minutos — provecho! — decía con ánimos para comenzar a quitarle el envoltorio a la hamburguesa, para dejarlo sobre el plato, y después tomar una de las servilletas y disponerlas a ponerla sobre mis piernas  por si llegaba  a ensuciarme un poco.

Aquella respuesta le había dejado una sensación rara en mí, pero en ese momento recordé algo que había sentido la primera vez que conocí a aquel profesor y al menos podía suponer que uno de aquellos dos nombres que había mencionado Rías era el pero por alguna razón no quería confirmarlo, -No es nada, conocí a un profesor cuando estaba de viaje pero no es nada importante, solo quería saber...- le respondí algo serio, el color de mis ojos se apagaron un momento mientras el mesero había llegado con los pedidos dejando en delicadamente en la mesa los platos de cada uno.

Miré por unos segundos aquel platillo sabroso, con una expresión pensativa buscando que era aquella sensación rara que había sentido en ese entonces, pero intentando olvidarlo mi sonrisa volvió a dibujarse en mi rostro y procedí a degustar del platillo primero probando de aquel pollo apanado que se veía bastante delicioso. Por un momento miré a Rías bastante entusiasmada por probar su platillo que parecía bastante tentador de probar, parecía una obra de arte hecha en un platillo -Oye Rías, ¿cuantos años tienes? me sorprende que seas profesora a pesar de que te veas bastante joven, pero debes tener tu edad ¿cierto?- Le pregunté para luego tomar el vaso con bebida que estaba a un lado y beber un poco.

 

— M-mi edad? etto quieres saberlo entonces — por un momento me puse un poco nerviosa pues era primera vez que tocaban un tema  de las edades , así no había evitado esa pregunta, sería vergonzoso para mí decir la edad pues él tenía razón estaba joven, incluso las edades de los jóvenes del ultimo año, era algo que no podía negar. Mi manos se estiro a tomar uno de los vasos de bebida que nos había dejado sobre la mesa, para solo acercarlo a mi boca y poder darle un trago para refrescar un poco mi garganta — pues, tengo 18 años, no más ni menos jejejej —

La pelirroja solo desviaba la mirada avergonzada, pues no sabía como era que él se lo iba a tomar esta situación, pensar que quizás él tendría la misma edad que mi persona, eran muchas ideas que en mi cabeza se estaban viniendo, pues muchas ideas tras ideas, pero al final era una incógnita para mí, pues poco tiempo llevo de hablarle, para saber que si lo había incomodado, para después solo jugar un poco con un mechón de mi cabello , que caía por delante de mi rostro, para después recordar que estábamos a mitad de una comida, pues mis ojos se posaron por encima de la hamburguesa, deleitándose en mi rostro una sonrisa de lado a lado.

— buen provecho! — decía la pelirroja con muchos ánimos en su rostro, pues tomó entre sus manos esa hamburguesa que estaba recién hecha para acercarla a sus labios y darle una mordida con emoción , pues nunca le iba decir que no, cuando se trataba de tener comida frente a ella, para después solo sentir esos sabores que rebalsaban en su paladar — uff la comida aquí es muy deliciosa — decía tragando el bocado, ya volver a ver a su acompañante — y tú? cuántos años tienes? claro, si se puede saber  — decía tomando una de as servilletas para limpiar un poco mis labios.

Por un momento mi rostro se ruborizó levemente al ver la imagen avergonzada de la pelirroja, simplemente había caído preso de sus encantos a pesar de que solamente se sentía incomoda, la verdad me había sentido así igualmente cuando estábamos en la academia, en ese entonces sentí un nudo en mi garganta hasta que escuche la edad de Rías, lo cual me distrajo un poco y finalmente pude relajarme -Con que tienes 18... Igual que yo- le respondí un poco sorprendido con la respuesta de la pelirroja pero por alguna casualidad nosotros dos parecíamos parecer bastante jóvenes y no aparentábamos la edad.

Me sorprendí por un momento, pero a la vez una sonrisa se dibujó en mi rostro al conocer algo en que nos parezcamos, así que procedí a comer tranquilamente mi platillo devorándolo todo en un momento ya que por alguna razón me sentía algo feliz ya animado. Luego de terminar, limpié mis labios con una servilleta y tome unos sorbos de mi bebida que aún estaba bastante fría y dí un gran suspiro -Estaba delicioso, ahora falta el postre que en un ratito estará listo- dije mientras dirigí nuevamente la mirada a Rías para preguntarle algo -¿Y hace cuanto trabajas en la Academia?- con una sonrisa de lado a lado me quede expectante esperando la respuesta de la pelirroja.

De reojo pude observar que él mantenía una sonrisa dibujada en sus labios como que sí todo estuviera bien, de algún modo la pelirroja se sentía bien estar compartiendo unos momentos con él para solo dejar ese rubor que mis mejillas mantenían  pues era fácil que mi rostro tomara de ese color cuando me hacían que me pusiera nerviosa, más cuando lo notaban, que era más que lógico que él se dio cuenta de eso aunque quisiera haber desviado la mirada para que no tuviera contacto visual con mis turquíes ojos, hablar sobre las edades era un poco extraño a mi parecer pues, aveces solo por ser maestra todos los demás  creían que era muy menor, para dar clases que a jóvenes que tenían la misma edad que yo.

—Oh en serio, tienes la misma edad que mí? eso es emocionante jejej — aunque eleve un poco el tono de la emoción de que tuviéramos la misma edad, aunque después reaccione que no estábamos solos para que me comportara de este modo , así que antes que tuviera las miradas encima, como era lo típico cuando alguien hacía algo vergonzoso, para solo aclarar un poco mi garganta con una pequeña tos, viendo a los costados — jejej creo que no puedo esconder aveces las emociones en mi persona — así solo me volvía a incorporar mentalmente como estaba antes, tomando entre ambas manos, el vaso de bebida.

— bueno, no tengo mucho para ser sincera, todavía no tengo un año de estar aquí jejej — decía con una sonrisa, al recordar cuando había ingresado aquí — y bueno, aunque a veces es un poco inquietante saber que le das clases a personas que quizás son mayores que tú, o de la misma edad — después de eso, solo terminaba de comer la ultima parte de mi hamburguesa, que estaba muy deliciosa, algo que en mi rostro no podía negar, pues de la nada me salía una sonrisa, aun no creía que para ser un bar, hacía comida muy deliciosa.

Noté la extraña reacción de Rias cuando le hice saber que teníamos la misma edad, ¿tal vez pensó que no aparentaba tener su misma edad? me quede mirándola algo curioso mientras ella por un momento elevó su tono de voz lo cual me hacía sospechar mas, pero decidí no prestarle mucha atención y simplemente le dirigí una sonrisa. Tomé un pequeño sorbo del vaso de bebida que tenía a un lado -Me imagino, pero no debes sentirse incomoda la verdad como alumno es agradable tener a una profesora como tu en la academia- le confesé sinceramente, me parecía que la profesora de cabellos rojos era alguien de admirar por el simple hecho de que a su edad sea tan inteligente y amable.

Mientras hablábamos el mesero se acercó a nuestra mesa para retirar los platos de cada uno -Con permiso, sus postres llegaran en un momento- luego este se retiró a la cocina, 1 minuto pasó y este volvió rápidamente con una bandeja que traía la copa de helado de piña, la deliciosa tarta de chocolate de Rias que con un movimiento rápido y elegante colocó el plato con la tarta en la mesa junto con la copa -Disfruten sus postres- formalmente este luego se retiró nuevamente dejando en frente nuestro dos dulces obras de arte.


Observe detenidamente aquella tentadora copa de helado para luego con una cucharita dar el primer bocado provocanome un sentimiento de satisfacción al comer algo tan rico, con una sonrisa de lado a lado seguí comiendo ahora prestando mas atención a mi postre que a Rias.