La primera cita con Kurumi (EVENTO)

En la fría y enorme ciudad, de entre los enorme edificios y la gente que caminaba alrededor de ellos sin prestar atención a la parte superior de los mismos, donde el joven Midoriya se encontraba saltado de edificio en edificio en dirección a un Parque de cerezos, este bestia, un traje de gala, con un brazo mal vendado, y un ramo de rosas algo maltratado en su otra mano.

-rayos, una hora tarde, ojala ella siga por aquí-

Este cayó en medio del parque, para comenzar a caminar de forma tranquila entre los arboles de cerezo buscando en especifico una banca en medio del parque, oculta por los densos arboles, este al encontrar el lugar miro a su alrededor, buscando a su cita, pero al notar como el lugar estaba completamente vacío, el chico algo decepcionado simplemente tomo asiento, mientras miraba entre los árboles a las demás parejas pasar,

- Bien, que esperaba es tarde-

*Se había organizado un evento de citas a ciegas, Kurumi, escuchó los rumores entre las academias, que a unos meses del enfrentamiento  entre ambas, ahora tenían una frágil paz y un intento ridículo intento de tregua. Dicho eso, el evento, formaba parte del intento de paz, la azabache se sintió atraída, así que se inscribió, estaba casi segura que no le darían pareja.

De última hora le fue notificado que un joven de Legacy había tenido la desdicha de salir sorteado con ella, apenas leyó, Kurumi expresó una profunda sonrisa, su rostro parecía desencajado, el éxtasis y la maldad comenzaron a correr por sus venas, hasta estallar en una sonora carcajada*.

¡JAJJAJAJAJAAJAJ! que tipo tan afor....desafortunado, sí, esa es la palabra, en fin, es hora de llegar y hacerle sentir el significado del amor. *Así llegó a la hora acordada, al parque de los cerezos, un lugar bastante peculiar para una cita, es decir, era perfecto, pero no para ella, sin embargo, había decidido divertirse y al final asesinar a Midoriya el héroe desafortunado, se sentó debajo del árbol a esperar pacientemente.

Había transcurrido una hora así que decidí trepar hasta la parte más alta del árbol, pude ver llegar al peliverde con un ramo de rosas algo deshojado, notó que al ver el lugar vacío parecía decepcionado, fue cuando ella decidió aparecer justo frente a él, dando un salto perfecto.*

Llegaste una hora tarde, odio las personas impuntuales *Murmuró molesta la loli de cabellos negros, que portaba su clásico vestido de batalla, rojo con detalles negros*.

-waa.. ¿Pero que?..-

Al escuchar la voz de la chica, el chico de cabello crespo, salto hacia en frente de como reflejo, ya que este real mente este no esperaba a nadie cercas del y menos a su cita, pues real mente este jamás se había enamorado, menos pensado en tener una cita ni mucho menos tener novia, lo que hacía que el joven héroe, que se encargaba día tras día de criminales peligrosos y criaturas monstruosas seguro de sí mismo, temblara muerto de miedo, con siquiera tener una cita.


-perdona, no te esperaba aquí,… digo no es que no te quiera aquí, claro que te quiero, pero no eh a…aaa..-


Este suspiro de forma algo larga en el piso para cerrar los ojos relajándose para después abrirlos decidido, luego este se puso de rodillas para estirar su brazo hacia ella entregando el ramo de rosas algo estropeado, para fijar su mirada directo a los ojos de Kurumi sonriendo, para con su otra mano tomar la mano de ella,.

-Disculpa por llegar tan tarde, aun que evite un robo no es excusa, por favor acepta estas rosas, espero que te gusten dime te gustaría tener una aun una cita con migo-

La escena que había creado el chico que era similar a alguien pidiendo matrimonio, ya que los nervios del chico y el hecho que bestia un traje de gala, con una corbata roja, y aun que del cuello de su camiseta sobre salía notoria mente su traje de héroe, este real mente daba la impresión de un novio, de una boda, sin menciona que después este saco del bolsillo de el saco una caja roja para ponerla en la mano de la chica.

*Kurumi clavo sus ojos sobre el chico, de cabellos despeinados, de voz temblorosa y actitud infantil. No podía creer que de todos los candidatos en el sorteo, fuera este niño, el que le tocó, era el ¨heroe¨de Legacy, no podía sentir más odio por él la azabache. Sin embargo, había decidido divertirse y eso haría, así que sonrió sarcástica ante la escena y las palabras de Midoriya, a quien meses atrás ella casi asesinó.

Llevó su diestra directamente  al ramo de flores las tomó de manera tosca y las olió. * Qué cosas tan raras dices, a ver mocoso, se supone que ya soy tu cita, así que ponte de pie y llevame a comer algo que muero de hambre, después quiero ir por golosinas, al zoológico y al parque de diversiones. ¿Entendiste? espero que sí porque no estoy dispuesta a tolerar estupideces. *La voz de Kurumi, sonaba amistosa contrastante con sus caprichos que pedía.

Se quedó a espera de la reacción del chico, mientras aparecía uno de sus clones que se llevó el ramo de rosas, para así permitir que la otra continuará con su cita, ahora que tenía las manos vacías, extendió su mano para ayudar a levantar al chico que parecía bastante nervioso.*

Este tomo la mano de Kurimi sonriendo un poco más calmado para ponerse de pie, para después sacudirse la tierra de su traje, mucho más calmado asintió con algo de rubor en su mejillas pues este aun estaba algo nervioso, pero sabia como no aparentar su nerviosismo en su rostro, pues como héroe este debía parecer seguro, y conforme pasaron los años este se ha acostumbrado a adaptarse a algunas situaciones de riesgo y esta era una de ellas en el fondo, este distrajo su mirada en el clon que había tomado el ramo de rosas, pero no soltaba la mano de Kurimi.
De forma repentina este hablo mucho más tranquilo, mientras desviaba la mirada de su compañera, para que no se notara el poco nerviosismo que aun se miraba en sus ojos.

-Claro , no me importa a donde vallamos, solo no sueltes mi mano, de no ser necesario, por favor -

El tono de su voz había cambiado de forma repentina a uno más calmado y tranquilo, para después volver a fijar su vista en kurimi, mientras una sonrisa algo alegre se dibujaba en su rostro, este real mente no parecía el mismo chico que había llegado hace unos minuto a la cita tarde, el mismo chico que no podía evitar bajar la mirada cada que ella lo miraba, ahora no podía apartar la mirada de esta , cada cierto tiempo.

-Las mejores hamburguesas de la ciudad están al otro lado del parque, oh pero también hay un restaurante italiano a dos calles de aquí podemos ir a donde quieras-