Convenciendo a una deidad (William, Yato)

Era de noche y la luna estaba en lo alto. Brillaba serena pero con dominio sobre esta faz del mundo. Y es que los árboles y el techo del templo estaban bañados por esa luz plateada. Le daban un toque imponente, pero quizá tétrico para un extranjero o un niño. Jellal había escuchado que había una deidad habitando acá, alguien que apoyaba no a los humanos si no a los que podían ser los opresores.

Mientras subía los peldaños del templo miraba hacia todos lados, sí quizá vivía por aquí o era alguna especie de clase de operaciones. Luego de todo, al parecer en esta clase de santuarios vivían seres sobrenaturales de un poder increíble. Jellal debía estar el triple de atento y ser convincente en sus palabras. Para más inri, cargaba un maletín consigo. Había escuchado que otro alumno de Legacy venía para estos lados.

Se detuvo en el patio principal y se colocó ese maletín negro al pecho. Esperó a que su otro compañero llegara a ese lugar. Escuchó unas pisadas acercarse. ¿Será él?

Se me había informado que se haría una exploración a un templo que supuestamente habitaba una entidad misteriosa, lo cual inmediatamente me asignaron con un par de alumnos para llevarla a cabo a altas horas de la noche en la cuidad de Yokohama.
Ante esta situación me sentía bastante familiarizado ya que el tiempo y las experiencias que viví en New York me habían acostumbrado a encontrarme con seres superiores a los humanos, espero que esta vez no fuese como aquella vez que me encontré con el Rey de la Desesperación me puse en marcha pensando con curiosidad quienes serian mis compañeros.

Una vez que llegué al templo me encontré con una estructura bastante deteriorada como era de esperar, la luna bañaba con su intensa luz los alrededores y un poco segado por aquel brillo de esa noche comencé a visualizar una figura de un chico de cabellos azules que brillaban bajo la luna que portaba un maletín en sus manos, inmediatamente deduje que el era uno de mis compañeros que me acompañarían en la exploración, entonces me acerqué a el con la esperanzas que aquella noche no pasara nada peligroso.

-Saludos, soy William y supongo que eres uno de mis compañeros ¿cierto?- pregunté para asegurarme que fuera así. Uno nunca sabe en que momento se puede encontrar con el enemigo especialmente con la situación tensa que hay entre Merak y Legacy así que mantuve una cierta distancia.

— Nora… Ya déjame ir.

Se escuchaba esa voz en susurros en una habitación de aquel enorme templo del Dios del aprendizaje, el mismo dejaba a Yato vivir o incluso pasar la noche en ellos, ya que eran de los que estaban abandonados.
En esos momentos, Yato se encontraba bajo las influencias de su Shiki antiguo, o para ser exactos el primer de todos.

Hiiro o bien Nora, era su acompañante, una niña de baja estatura que era la causante de que este en ese lugar esperando el deseo de algún humano que él tenga que cumplir, un asesinato.

— Relajate, Toto-sama está agradecido de que hayas vuelto, sabes bien que nosotros somos tu familia y siempre lo seremos.

Menciono la menor, así tocando la mejilla de Yato con cariño, aunque este último lo único que hacía era evitarla o tratar de hacerlo. Por lo que se notaba su incomodidad y su desinterés en ella, opto por levantarse y caminar rumbo a lo que sería una de las ventanas de la habitación, daba vista al patio por lo que miro todo lo que sus ojos pudieran alcanzar.

— Hiki

Dijo estas palabras de improvisto al ver aquellos dos varones en el patio principal, la cual era completamente raro. Había dos opciones:
1: Humanos requiriendo sus servicios
2: Intrusos.

No tardo tanto en el que la acompañante de Yato brillo así apareciendo frente ella un Kanji con su nombre, y transformándose en una Katana llegando a aparecer en la mano de Yato. De ser posible, tendría que bajar con esos tipos a saber que querrían, o salir de ahí.

Un incomodo silencio se apoderó de los alrededores y antes de que aquel sujeto de ojos azules respondiera a mi pregunta, una presencia escalofriante comenzaba a sentirse desde el interior del antiguo templo, entonces el viento comenzó a soplar con en dirección contraria. Algo extraño estaba acercándose, ¿tal vez sería aquella entidad que se percató de nuestra presencia? quizás esa sería la teoría mas acercada a lo que estaba por ocurrir.

-Espera... ¿Sientes eso?... Algo se acerca...- Mientras mas se sentía aquella misteriosa energía espiritual un dolor de cabeza se hizo presente, si bien la debilidad de mis poderes psíquicos eran los espíritus de gran energía entonces este sería un mal momento para encontrarse con esta entidad, menos si esta estuviera furiosa. El dolor era tal que mi cabeza me daba vueltas obligándome a tratar de apoyarme en algún árbol cercano -Al parecer... Esta energía que viene del templo debe ser de un gran espíritu. Nunca se me había ocurrido antes pero... Puede que sea uno de estos dioses a los que se les veneran alrededor de Japón- apenas podía hablar por aquel dolor insoportable que me hacía retumbar la cabeza.