Viaje a un futuro incómodo (Merak)

*Yuno Gasai había llamado a los mejores miembros del Internado para que la acompañaran a ese temido futuro alternativo. Merak había robado un artefacto que sirve para teletransportar personas. Yuno solo debería usarlo una vez que todos estén listos acá.

Tenía miedo. Había visto a las deidades del caos en sus pesadillas. La mutilaban una y otra vez sin parar. ¿Pero cómo iba a rescatar a su Academia? Solo tenía que seguir su voluntad y luego rebelarse contra ellos. ¿Tendría que decirles a los estudiantes de Merak? No, mejor ahora no. Ahora lo que importaba era quitar de en medio a Legacy, pues era lo único que se interponía entre su objetivo y ella.

- Legacy va a destruir el mundo en 150 días, y nosotros tenemos que hacer algo - llevaba sus manos a la cara. Estaba transpirando, pero tenía que dejarse ver tranquila. Lo mejor era usar el dispositivo transdimensional para que todos vean qué es lo que verdaderamente pasó. Para que todos vean lo que ha hecho la tan aclamada Academia Legacy. - ¿Ya están todos aquí?- preguntó con el miedo en su rostro. No quería volver al futuro, pero era lo mejor que podía hacer. Todos estaban en el sótano más profundo del Internado Merak, y estaban a punto de irse a otra parte muy muy lejana.*

REGLAS:
1) No rolear más de 15 líneas.
2) Si alguien se demora más de cinco días, se sigue con el turno.

*Kurumi Tokisaki sería la primera en llegar al encuentro con la directora del internado de Merak. Era poco común que les llamara, normalmente  Kurumi no habría asistido, pero había notado que Merak se apagaba en la lucha contra Legacy y asistiría con el fin de reclutar y poner fin a esa academia.*

Así que 150 días, dime ¿Cómo sabes eso? *Kurumi gozó al ver el rostro de terror de Yuno, sonrió a medio labio, con un dejo de ironía, podía ver su miedo, casi olerlo, la azabache no conocía esa sensación, pero le sonó magnifico lo que mencionó Gasai, notó que poco a poco llegaban los principales miembros de la academia*.

Muéstranos lo que viste Yuno y busquemos usar esto para destruir la credibilidad ante el mundo de Legacy, podría ser nuestra oportunidad de arrebatar el poder a esos imbéciles *Kurumi aún no sabía lo que vería, pero por el gesto de la pelirosa sabía que algo malo estaba por pasar, y ella era de sacar lo mejor entre lo peor y su mente ya estaba maquinando escenarios futuros para aprovechar la situación*.

La llegada del vampiro al subterráneo del internado coincidió con el inicio de la conversación entre Kurumi y la directora pelirosa. Había escuchado las anteriores palabras de esta, acompañadas de las últimas expresiones que esperaba ver en ella.
Ya venía de un mundo en el cual absolutamente todos eran traicioneros, característica de la cual él no estaba exento, obviamente. Sin embargo, tenía razones suficientes para no darle tanta credibilidad a Yuno, aún más por verla en aquel estado. 

─Vaya, ¿Qué dirían los de Legacy si vieran a la líder de Merak temblando de miedo de esa manera? Que vergüenza, Gasai-sama.

Afirmó, mientras sus ojos rojos confrontaban de manera intimidante las orbes color rosa de la chica, mostrando su confiada sonrisa.

─Eso, revelanos todo el plan, y acabaré con ellos así como acabé con los exterminadores de vampiros. 

Completa.

Tiempo, lo que más se desperdiciaba en algunos lugares. Nada nuevo, nada interesante, pues se encontraba leyendo varios libros en su alcoba cuando le fue avisada para la reunión con Yuno Gasai, líder del internado. Se dispuso a entrar en el sótano donde la habían citado, cruzada de brazos y escuchando la última parte de lo que decía Lacus Welt, a lo que soltó una carcajada, algo divertida y cínica. Checó su reloj, el cual estaba en su diestra, y volvió la mirada hacia los demás presentes, sin algún gesto agradable, pues la habían distraído de su lectura sobre diferentes mercancías que pronto tendría que exportar a otras tierras lejanas.

-¿Con que un plan? Vaya, al fin esto será divertido. Díganme qué hacer, que de por si mis negocios corren peligro.-

Se limitaba a mencionar un tanto inexpresiva, seria, pues no quería perder la cabeza al estar un poco inconforme con su estadía. Su larga cabellera y sus orbes combinables relucían entre su físico, al igual que sus labios rosa pálidos manchados de algún tipo de caramelo que, anteriormente, había consumido.

Eukene tenía la costumbre de estar tranquilo gran parte del tiempo, tanto que pasa desapercibido fácilmente por cualquier lugar, y es por esta razón que a pesar de entrar caminando al sótano de Merak parecía haber aparecido de la nada. A pesar de haber llegado un poco después que otros pudo escuchar una parte de la conversación, sin duda no se esperaba varias cosas que fueron mencionadas lo cual lo hizo dudar un poco de su veracidad.

A lo cual de igual forma no cuestionaría pues era mejor prevenirse e intentar averiguar lo más posible, así que habiendo llegado a esto se adentró en el sótano esperando poder integrarse a la conversación.

—Hola a todos, Así que de eso se trata... no da mayor problema pues los derrotaremos antes de que eso pase y no quedará nada de ellos

Su voz denotaba cierta agresividad, algo que era común en el castaño al ser una persona seria la cual estaba preparada para lo que sea que se presentara así que finalmente añadió:

—Pueden contar conmigo en lo que sea necesario

*Gasai dirigió su furibunda mirada tanto a Kurumi como a Lacus. ¿Podría confiar en ellos? No tenía ninguna idea, pero más le valía ponerle un ojo encima a ambos. Luego había llegado Farah, como siempre una chica sexy no podría faltar. También el moderado de Euekene y Yato: el payaso del grupo. Negó con la cabeza algo enojada y nerviosa. Daba igual. Ahora sí que les mostraría una historia con tantas verdades como mentiras. La historia de una Academia que se dividió. Tomó la joya y la elevó. Todos los presentes se envolvieron de un halo verde y un portal se abrió. Hacía mucho frío, muchísimo.



- Hubo una guerra entre Legacy y otra academia llamada Svartgard. La guerra se extendió y el mundo se hizo inhabitable. Los estudiantes de ambas academias tuvieron que unirse y así se formó Merak ¿Entremos al castillo? - la pelirrosa caminó directamente a las puertas y las abrió de una patada. El castillo estaba abandonado. El pasillo era idéntico al de la Academia Legacy, de hecho el interior no se podía diferenciar. - Les presento a la primera generación del Internado Merak- llegó hasta una fotografía llena de polvo. La sacudió y la limpió de un soplido. Allí estaban muchas caras conocidas.

- Kurumi... ¿Conoces a esa chica albina de ojos violetas? Farah ¿Conoces a esa ángel de pelo castaño? Todos ellos han sido los primeros profesores del Internado Merak: Jellal... Ayana... Dante... Nero... Rin... - le entregó ese gran cuadro a Yato. No obstante, el nerviosismo de Yuno seguía. Tenía miedo de lo que iba a pasar. De lo que Gilgamesh era capaz de hacer. Sí, ése fue el maldito que ocasionó que existiera un eterno invierno sobre la faz de la tierra. - Sin embargo, la historia ha cambiado. Ellos ya no pueden ser de Merak, ni nosotros somos parte de Legacy - Gasai comenzaba a transpirar y rascarse su propio rostro. Nunca había tenido tanto miedo en su vida. Tenía miedo de las cosas que le iban a pasar a ella si no lograba erradicar a la Academia Legacy.

- Lo que... quiero decir - se rascaba el cuello una y otra vez- es que Gilgamesh liberará armas de destrucción masiva trayendo un invierno nuclear. No podemos tener un planeta así o moriremos. Primero debemos matar a Gilgamesh - comentó mientras una y otra vez se rascaba el cuello. Se volteó muy asustada  hacia atrás. Alguien le había dicho algo. Una voz áspera y maligna. ¿Los dioses antiguos?*

¿Qué pasa  Yuno, desconfías de mi? jajajjaa aunque debo admitir que es una decisión sabia hacerlo, porque eres bastante desagradable. *Kurumi miró con desdén a la directora de Merak, le siguió y mientras caminaba no dejaba de reírse de ella y su cara de terror, le parecía patética.*

Y no tengo idea de quién es esa mujer...*Murmuró con amargura la azabache, la verdad era que le parecía conocida, pero le gustaba molestar a la pelirrosada, con la indiferencia, sonbretodo ahora que se veía tan asustada*.

Quién diría que sería Gilgamesh el causante de tan bello escenario~  debo ser sincera hará lo que siempre he querido, aniquilación, dolor, muerte, caos ¿Por qué debería detenerlo? *Aquella escena no desesperó a Kurumi, al contrario le pareció que era absolutamente adorable la situación*.

La verdad era que tenía poco tiempo dentro de aquel internado, y su origen no era algo que le importara en absoluto al vampiro. Le puso su relativa atención a las palabras de la pelirosa, manteniendo todo el tiempo una mirada de indiferencia. No reconocía ningún nombre o rostro, excepto el de Jellal.
Invierno nuclear, destrucción masiva, Gilgamesh...formó una superficial idea sobre el problema trás reunir los detalles, nada capaz de afectarlo hasta entonces. ¿Por qué debería preocuparse por un invierno eterno, siendo él un inmortal de sangre fría?
Sin embargo, ese no era el mistério. La actitud de rascarse el cuello de Yuno, tal cual una niña siendo confrontada y con miedo de revelar la verdad, tornaba cuestionable la veracidad de esa história.
─¿Solamente matar a Gilgamesh y evitar que congele el mundo? No és lo que parece, apesar de que tendría placer en matarlo. Levanta la intriga.
─¿Qué és lo que no quieres revelar, Yuno? Veo que escondes algo.
Tornó el ambiente aún más tenso con su intención de poner a Yuno contra la pared y hacerla hablar más.

El Internado y sus propósitos, algo un tanto desconocido para aquella demonio. ¿Le molestaba? En lo absoluto, pues tenía pendientes un tanto más importantes en los que debía fijarse, como en los negocios clandestinos que rondaban por las tierras aledañas, negocios ilegales de todo tipo de artefactos. Diversión absoluta que recorría su mente, pero no era el tiempo para eso, más bien de concentrarse en todo lo que comenzaba a mencionar Yuno, su "líder", por lo que, al escuchar a la interrogante hacia su persona, solo se llevó la diestra a la barbilla, rascándose un poco con el dedo índice, luego volvió a su posición original, con las manos a los lados, siguiendo a todos los presentes, mirando de un lado a otro el lugar.  Al notar lo que intentaban hacer sus demás acompañantes, Lacus y Kurumi, simplemente suspiró.

-Basta de estas tonterías, no llegaremos a nada amenazando a Yuno, ¿no? Además, solo quiero saber lo que haremos y volver a mis negocios, no quiero perder dinero... tampoco algunas almas...-

Su última frase parecía un poco más "sádica" en su mencionar, al igual que sus pupilas se dilataban al imaginarse la forma en cómo lograría acabar con la vida de los deudores de sus mafias.

Tan sólo el repentino cambio de ambiente provocó una sensación extraña en el castaño...una sensación de que estaba en un lugar conocido, pero un lugar al que definitivamente no le interesaba volver ni habiendo pasado décadas.

Aunque ya tuviera cierto presentimiento le parecía mejor no precipitar conclusiones, razón por la cual caminó junto al resto del grupo al interior del castillo, si bien era exactamente igual que el de legacy...el entorno mostraba varias inconsistencias (refiriéndose al exterior)

—Así que...eso fue lo que pasó, ja...jaja...jajajaja

Cierto comentarios de otros presentes animaban a la investigación, y a pesar del castaño soltar una leve risa casi sádica, finalmente mantenía la seriedad y antes de escuchar más se dio la vuelta para caminar al exterior del lugar...existía algo de este tenía que confirmar, pero sus actos tenían que llevar cierta cautela, ya que quedarse varado ahí era inconcebible.

—Yo pensaba que gran parte de Siberia siempre estaba congelado

Corría con cierta prisa a la puerta por la que entraron, no por escapar...más bien por no querer perderse mucho de la conversación mientras se dirigía a comprobar una cosa.

Seguía rascándose una y otra vez el cuello. Sus ojos estaban desorbitados y la expresión de terror no se le iba del rostro. Alguien la escuchaba, alguien la veía, y muy de cerca. Unos pasos tras su espalda. Cerró los ojos, respiró profundo y botó todo el aire de sus pulmones. Se veía muy bien que sus compañeros de internado dudaban de sus intenciones. Entonces, con la misma joya que sostenía en su cuello, los miró a cada uno de ellos.

- Todo lo que diga en verdad roja será absolutamente la verdad. Para mí es imposible mentirles cuando use la verdad roja. ¿Están contentos, niñitos? Es mi nuevo hechizo - la pelirrosa cierra nuevamente sus ojos y empieza a tener un trance. Solo se rascaba la garganta una y otra vez. Había algo malo allí. - Gilgamesh sí arruinó el mundo en un pasado. Para salvar al mundo y nuestros pellejos debemos matar a Gilgamesh o él nos matará. No tengo intenciones de esclavizarlos y no los voy a traicionar. Ahora, "queridos compañeros", es hora de revisar nuestra estrategia de combate. Cada uno deberá elegir a su enemigo personal. - la presidenta del consejo de alumnos tomó la misma joya y reveló las imágenes de algunos jóvenes estudiantes de Legacy. Los más peligrosos según ella.

- Elijan a su adversario - mencionó y las caras salieron. Yuno comenzó a tiritar. Estaba con miedo, un miedo que jamás había sentido, y no era ni por sus compañeros, ni Gilgamesh ni el fin del mundo. Era un miedo similar a cuando uno le ponen la pistola en la cabeza. Algo malo había tras todo esto, pero la verdad roja dice absolutamente la verdad.

NUEVAS REGLAS:
1) Cuando Yuno tenga sus letras en rojo, estará diciendo la verdad.
2) Mientras Yuno use el hechizo de la verdad roja, ella no podrá mentir.
3) Deben elegir a un adversario al cual atacar.

*Kurumi se mantuvo atenta a las palabras de Yuno, le observaba temblar, sin duda alguna ese terror alimentaba el ego de Kurumi, le causaba gracia que la líder sintiera miedo, escuchó en silencio a todos, estiro sus brazos y sus huesos crujieron, por fin había descansado.

Camin en dirección a Yuno y posó su mano en su hombro y lo presionó con suavidad, mientras con sus ojos recorrió el lugar, observando a cada uno de los presentes, enmarcó en su rostro una sonrisa a medio labio y suspiro.*

Yuno, Yuno...~tranquila cariño ahora que estás usando tu hechizo de la verdad creo cada de una de tus palabras, sin embargo, dime ¿Por qué le temes tanto a Gilgamesh? no me perece que sea de temer. *Kurumi pausó pensando en cual de esos infelices sería su próxima presa, a algunos ya les conocía, pero había rostros nuevos, se relamió los labios, y apego su rostro a Yuno, acercando su boca al oído de la pelirrosa*

Eilijo a Alexiel~ dicho esto, ¿Qué ganaremos a cambio de la ayuda que pides? porque hasta ahora no me has mostrado ¿Cómo un rubio insignificante podría acabar con mi vida? y es evidente que eres inútil así que espero una jugosa recompensa a cambio de mis servicios....podría ser tu cargo de directora. JAAJAJAJ~.

*Entonces Kurumi miró con desdén una vez más a Yuno y le soltó el hombro apartándose de ella, sabía que ella muy probablemente reaccionaría mal, por sus comentarios, pero justamente eso era lo que más le motivaba, ahora tenía un objetivo*

Aniquilaré o reclutaré a Alexiel, pero tengan por seguro que diezmaremos las fuerzas de Legacy.

La atención que anteriormente fijaba en las palabras de Yuno, fue dirigida a los rostros revelados por la joya. Y allá volvía a aparecer aquel rostro, el primero en que Lacus se fijara y también el único que reconocía:  Jellal.
Su efímera expresión de sorpresa fue cambiada por, nuevamente, una sonrisa que traducía sus malas intenciones. Su elección ya venía predeterminada, tenía al mago peliazul como enemigo particular desde su primer confronto, del cual Jellal escapara antes de tiempo, luego después de herirlo.
Llegó a dedicarle un análisis superficial a los demás, el rostro tan angelical de Emilia la hacía ver demasiado débil e ingenua, y aún peor el tal Izuku, ni siquiera debería estar en aquella lista, por su cara era el típico niño llorón y pateta que se orina en los pantalones por cualquier mirada maldosa que le lancen. ¿Quien consideraría adversario a alguien tan miedoso y fácil de derrotar?
—Jellal és mio.
Declaró directamente, antes que Kurumi pronunciara sus últimos planes. No le había dado tanta importancia al hechizo de la verdad roja, ya que de cualquier forma mantenía la misma opinión sobre la líder, sin embargo, decidió testarlo. Para su ventura, Kurumi adelantara algunos de sus intereses.
—Y bien, ¿Así que tienes un hechizo para no mentir? Haha, me suena hilariante, pero entonces~
Comenzó, sin salir de su posición.
—Quiero saber de que forma tuviste acceso a los planes de Gilgamesh. En segundo, un invierno eterno no me afectaría en nada, en contrapartida, los miembros ordinarios de Legacy y el propio Gilgamesh son parte de los que no podrían sobrevivir bajo esas condiciones, entonces ¿Qué mistério hay por trás de eso? Y claro, ¿Qué te hace temblar hecho una miserable legaciana?
Cuestiona.