Tranquilidad (Paper Crow)

El firmamento anaranjado con un matiz púrpura se extendía a los cuatro puntos con pocas nubes. El viento soplaba dejando un silbido en el aire. Los cabellos azules de Jellal flameaban mientras él tenía su mirada perdida en el horizonte, en donde un achatado sol ya se iba despidiendo. Apoyaba el mentón con la palma de su mano, y se acomodaba sentándose en el corto pero alfombrado césped en la parte anterior de Legacy.

Largó un suspiro y se ajustó más los vendajes que tenía en el hombro. Esas flechas lo habían lisiado, y pasó por mil infiernos tratando esas heridas. Hasta tocarse con un algodón se sentía como si le quemarán la carne. También recordaba a Emilia, y al fallido intento de Ayana por darle el tiro de gracia a Yuno. Cerró sus ojos, e intentándose liberar de ello, solo se centró en el graznido de gaviotas que lo sobrevolaban en ese momento.

El rugido del mar lo aliviaba. ¿Será que habrá hecho lo correcto al involucrarse tanto en esta problema entre las academias? Millones de preguntas que lo hacían navegar en un mar de posibilidades. Silencio... tranquilidad...

Abrió los ojos en cuanto escuchó ese pequeño césped ser hollado. Giró levemente su mirada hacia su derecha. Sí. Era el tipo que le había disparado algunas flechas. — Eres tú, — abrazó sus propias piernas, y de nuevo miró al horizonte cuyo sol ya se había metido. Otra bandada de gaviotas los sobrevuela, y dibuja una especie de silencio incómodo, pero que indicaba algo.

Temas callados, espíritus ardientes, experiencias aprendidas, batallas logradas, heridas cicatrizadas; y también ese momento de calma cuando la tormenta nos arrastra. Jellal sonríe ladinamente, y se queda en esa postura.

Habían sucedido tantas cosas mientras estaba inconsciente a causa de un ataque descomunal un par de meses atrás, que no lograba entenderlo todo, a pesar de que se le dieron explicaciones y tiempo para procesarlas, Paper no era de la clase de personas que podían aceptarlo todo asintiendo y agachando la cabeza.
Por lo que había oído, habían ganado aquella batalla, pero perdieron de cierta forma la guerra, pues la "Academia Legacy" ya no existía, en su lugar se eregía el "Internado Merak sede Japón", quienes habían sido sus enemigos por tantos años.

Crow ciertamente necesitaba un respiro, pues ver todo el tiempo las caras de aquellos contra quienes había combatido finjir que ahora estaban del mismo lado, y que sus compañeros lo hayan aceptado de manera tan sencilla siguiéndoles el juego, lo hacia sentir mal. Todo esto fue la razón de que saliera a tomar un paseo, pues como un espíritu de viento, las tranquilas brisas y violentos tifones calmaban su corazón, su cabeza.

—Oh...—

Se le escapó, pues ahí sentado se encontraba uno de sus superiores, que en aquel puente, y con cierto arrepentimiento, tuvo que ser objetivo de sus flechas.

—¿Te importa si tomo asiento?—

No quería incomodarlo, sobre todo porque no encontraba la manera de disculparse, incluso la desaparecida Aisha se lo decía a menudo, era muy malo para las disculpas.

Hizo un gesto con la mano para que el contrario se sentara. Lo recordaba muy bien. En su plan para aparentar una alianza con Yuno, fue uno de los defensores de Legacy a los cuales no quiso atacar. Le había dado unos flechazos que le llegaron en su brazo y en su torso. Jellal andaba con diversos vendajes, pero siempre con la mirada al frente. — Al final, el plan que tenía con Ayana se desmoronó como un castillo de naipes, — comentó mientras tenía la mirada al frente para luego suspirar. Sacó un paquete de galletas y se las ofreció al joven que tenía a su lado.

— Muchos estudiantes se fueron. ¿Planeas quedarte o partir? — le preguntó Jellal. Era una hora muy oscura, y podía entender perfectamente por qué algunos se irían. Legacy ya no era lo mismo, y se sentía en el ambiente. En cuanto a Jellal, ya era muy viejo como para buscar otro baluarte. Ésta era su querida casa de estudios. Este lugar estaba lleno de recuerdos alegres, y también habían memorias tristes. Jellal aquí encontró amigos y un amor. Ya nno se podía desvincular de Legacy.

— Me gusta mirar el atardecer, — comentó con un dejo de nostalgia y tristeza en su voz. Sentía como si pudiera diluir su yugo en la inmensidad del mar.

Tomó asiento a varios centímetros de Jellal, mirando al horizonte mientras lo escuchaba. No sabía si en parte era su culpa que su plan no saliera bien, o si estaba absuelto de ello.

—Yo...—

"Lo siento", le costaba pronunciar esas palabras, puesto que seguramente lo siguiente que hiciera sería despedirse, ya que planeaba irse, aunque no por desertar, sino...

—Planeo salir de viaje... No sé si alguna vez vuelva...— dijo, sin mirar al peliazul —No estoy huyendo, no me gusta huir, sin embargo...—

Soltó un pesado suspiro, recostándose en el césped, mientras el sol seguía bajando.

—Aisha se fue... Dejó una nota diciendo que no quería herirme nunca más, y necesito encontrarla...—

El cielo estrellado se notaba cada vez más, pues el atardecer comenzaba a dar paso a una noche como cualquier otra.

—Íbamos a casarnos... Se lo iba a pedir cuando nos graduasemos, supongo que encontró el anillo— volvió a sentarse de un impulso —Tengo que encontrarla, lo entiendes, ¿no?—

Sin esperar respuesta, se puso de pie, volteando hacia el lado contrario de donde apuntaba el cuerpo de Jellal.

—Supongo que sólo quería disculparme por los flechazos... Realmente creí que estaba protegiendo a Legacy...— metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta, sacando el anillo que lo identificaba como legaciano —Por el momento... Me gustaría que ciudades esto por mi, ¿te lo puedo encargar?—

Le dejó el anillo a un lado, para seguido comenzar a caminar, alejándose del lugar.

—Hasta siempre, Jellal—

:Paper sale del tema:

El desplante hostil y punzante que había mostrado el contrario se había roto en ese momento. Un segundo de reflexión que el silenció pauteó. A veces callar dice mucho más que cualquier citación o frase memorable. Simplemente, el sibilante viento y el rugido del mar le daban esa connotación oculta. Una tristeza mezclada con agradecimiento.

Jellal le da una breve mirada, y sonríe ladinamente para luego ver el horizonte. Ya no había por qué pensar en esas cosas. — Ve a hacer lo que debas hacer, — respondió el peliazul ante las melancólicas palabras de Paper Crow. Qué situación la de él. Qué tristeza cuando alguien se iba y justo ad portas de un matrimonio. El contrario se recostó, y el mago suspiró. No era muy bueno con sus palabras, sin embargo...

— Pero nunca olvides a tus amistades acá. Lleva a Legacy en tu corazón. — Acotó. Porque en Legacy siempre quedaría algo de él, y siempre será recordado por aquellos que se queden en esta Academia. El muchacho le entregó un anillo. — Lo cuidaré con mi vida, — lo tomó a mano empuñada, y miró cómo el otro partía.

Jellal se puso el uniforme, y luego se colocó la corbata de Corrin. Se vio al espejo para arreglarse un poco más. Saca una cadenita con el anillo que Paper le había entregado. La escondió debajo de su camisa y se fue a clases.

Paper siempre permanecería en el corazón de la Academia Legacy.

:Jellal sale del tema: