Coffee Time~ [Paper Crow]

La lluvia empezaba a empapar las calles de la ciudad, las personas sacaban sus sombrillas para cubrirse de la lluvia, a excepción de una, era aquella chica de cabellos rosados que caminaba sin problema ni queja entre la lluvia, parecía disfrutar empaparse con aquellas frías gotas de agua.

Caminaba por la acera en dirección a cierto restaurante que pertenecía a su familia, debía hacer algunos trabajos para compensar el tiempo perdido, había dejado mucho en manos de su pequeña hermana y eso no era lo adecuado, debía claramente hacer algo al respecto.

Una vez que llego al restaurante Constelación, aquella chica empujaba levemente la puerta con tal de entrar.
Por suerte uno de los empleados la reconoció al instante y le dio una toalla para secarse.
poco después, esta se dirigió a la puerta de “solo personal” para ir a los vestidores y cambiarse de ropa, se puso el uniforme que conformaba una camisa blanca de botones negros, una corbata de lazo roja, pantalones de vestir negro, unas zapatillas negras y un delantal blanco con decoraciones de constelaciones.  Amarró su larga cabellera en una cola de caballo y sale del vestidor para atender a los clientes.

Ese era su trabajo, se encargaba de recibir con una cálida sonrisa a la gente y guiarlas a su mesa, además de tomar los pedidos.
Como sus padres habían contratado más personal, ella no tenía mucho que hacer más que limpiar las mesas y acomodar la cristalería.

La lluvia se hacía cada vez más densa y la temperatura bajaba contantemente, el clima era perfecto para beber algo de café y mirar la lluvia a través de la ventana.
A pesar que la clientela del lugar estaba casi escasa, debía estar parada en la entrada para recibir a los clientes con una cálida sonrisa.

Entonces el sonido de la campanilla sonó, indicando que la puerta había sido abierta, la pelirrosada se da la vuelta para dar la bienvenida.

─¡¡Bienvenidos a Constelación!!  Por favor entre, siéntase como en casa~

Había agarrado algunas toallas de una estantería cercana con tal de dárselo al cliente para que se secara de la humedad de la lluvia, pero el aroma, el sonido de su latir e incluso la forma de respirar le daba a entender que era alguien a quien conocía, se acercó más de lo debido para poder distinguir claramente.

─ ¿He? ¿Paper? ¿Eres tú?

Parecía sorprendida, era la primera vez que encontraba a un amigo mientras trabajaba en el restaurante, no pudo evitar saltar de la emoción y lanzarse a él con tal de abrasarlo.

─¡¡Si eres tú!! Paper~

Aquella chica en verdad no respeto el espacio personal del azabache y no espero siquiera una respuesta del mismo.
Estuvo abrazándolo por varios segundos sin importarle siquiera que aquel chico la empapara.

Había sido un día duro, realmente no le pagaban bien en su trabajo, y ya no le quedaban muchos ahorros de los anteriores en otros lados, sobre todo porque se la pasaba gastando en cosas para Aisha que, aunque le hacia feliz verla emocionarse, sentía que la estaba malcriando, y eso no podía ser.

No se dio cuenta que había comenzado a llover hasta que un auto pasó rápido junto a la calle y lo empapó, haciéndolo soltar un suspiro pesado, y seguir caminando. Como espíritu de aire, podía fácilmente secarse, pero no le veía el caso, se volvería a mojar, o esa era la manera en que pensaba hasta que vio un lindo restaurante a un par de locales más adelante. Realmente le podría servir un poco de café y algo de comer, su billetera traía dinero suficiente para pagar una comida para cuatro, por lo que no se preocupaba de no tener suficiente, así que, caminando hacia dicho local, comenzó a recitar un hechizo de torbellino, el cual formaría uno a su alrededor para secar de inmediato su ropa y cuerpo, aunque falló en una palabra, haciendo que si, se secase, pero del cuello para abajo, lo cual no era muy útil.

«Oh, vamos Paper, no era tan difícil...»

Suspiró nuevamente, no estaba teniendo el mejor día, aún así, seguro un café caliente y algo de comer le mejoraban el momento.

Al entrar al lugar, una campanita sonó, la cual había sido movida por un cordón atado a la puerta, indicando un nuevo cliente, él, mientras que una voz conocido le había dado la bienvenida al restaurante.

—Constelación, ¿huh?— captó un poco tarde, pero lo logró —Espera, ¿Ayana?—

Lo tomó por sorpresa, más aún que lo abrazase cuando aún tenía los hombros y cabello mojado, por lo cual intentó tómarla de los hombros.

—¡Espera! ¡Ayana! ¡Te vas a mojar!—

Una pequeña risa nerviosa se le escapó, pues realmente no esperaba encontrársela, y esa alegría que transmitía era pegajosa.
Cuando por fin logró separarla y ésta le entregó una de las toallas, en vez de secarse él, comenzó a tallar los brazos y cabello de la chica.

—Vamos... Estaba mojado, ¿sabes? Y ahora estás mojada tú— al terminar, se cruzó de brazos con media sonrisa en el rostro —Se supone que estás trabajando, por lo que veo en tu uniforme, no será bueno que te enfermes, ¿o si?—

Negó ligeramente con la cabeza, seguido de secarse el cabello y usar un poco de sus habilidades de viento para acomodarlo de esa manera tan despeinadamente arreglado que siempre lo llevaba, sin recitar ningún hechizo, sólo por instinto, para seguir a la dragón hacia la mesa que le indicaba.

—¿Aisha? En nuestro departamento, dijo que intentaría acabarse un juego en un día, y parece seria al respecto, así que preferí no molestarla, además de que tenía cosas que hacer...—

Alejó un poco la silla contraria donde se sentaría, esperando a que ella se sentase, a fin de cuentas, los únicos otros clientes que quedaban estaba pagando para irse, dejándolos solos a ellos dos y el resto del personal; sentándose después en otra silla.

Aquella chica simplemente dejo escapar una leve risa tras ver el acto del contrario al secarla con la toalla que le había dado, realmente él era muy atento, de igual manera hizo su trabajo, guiándolo hacia una de las mesas, más exactos la preferida de la pelirrosada, una mesa junto a la ventana y ubicada al lado de una gran pecera, era una de las decoraciones más llamativas del restaurante, teniendo peces de diferentes tamaños y colores.
El azabache tomó una de las sillas con tal de hacer que se sentara.

─Oh, gracias, que caballero.

Mostró una sonrisa mientras tomaba asiento.

─Así que Aisha estará ocupada… es una pena, me hubiera gustado verla también.

Dijo tras mantener la mirada en la pecera, realmente le gustaba ver el comportamiento de los peces y sus llamativos colores.

─ ¿Qué te trae por aquí? …B-Bueno, pregunta obvia jejeje…

Ella se sentía algo avergonzada dado que cualquier persona estaría en un restaurante para comer algo.
Pasó uno de sus mechones de cabello tras la oreja con tan de disimular.

─Bueno, ¿Qué te gustaría comer? Podría acompañarte dado que es mi hora de descanso y no hay mucha clientela. Espero no te moleste.

Colocó el codo contra la mesa para luego apoyar su mano bajo su mentón, lo miraba directamente a sus ojos mientras sonreía dulcemente.

─Tenemos los platillos más dulces y deliciosos de la ciudad, escoge el que gustes.

Movió su mano para hacer aparecer la carta de menú. Era usual dar uso de sus habilidades para dar un buen servicio y de paso aprender a controlar su manipulación temporal.
Si, ella había congelado el tiempo solo por unos segundos a lo que iba por la carta y volver a su asiento, aplicaba el mismo truco para llamar la atención de los clientes.

─Y tranquilo por el precio, la casa invita. Así que pide lo que quieras.

Entrega la carga en las manos del azabache mientras esperaba que eligiera algún platillo, quizás lo prepararía ella misma para darle un mejor toque al encuentro.

Al ser señalado el asiento junto a la pecera, lo primero que hizo fue admirarla, hacía mucho que no veía peces fuera de un plato de comida, y realmente eran hermosos.

—¿Ese es un pez Beta?—

Lo dijo al aire, realmente era su pez favorito, pero nadie lo sabía, ni siquiera Aisha, y ella sabía prácticamente todo sobre él.
Sonrió ante la proposición, pues él había sido quien, con ofrecerle una silla, le había invitado a quedarse con él, era realmente su primera amiga con quien había convivido en Legacy desde que llegó, y, a pesar de esa aura misteriosa que provenía de ella y que sus instintos le decían que se alejase, adoraba pasar tiempo con ella, además, fue la primera que lo reconoció como su "amigo", y eso lo había hecho feliz.

—Me encantaría que me acompañases, Ayana, la comida es mejor cuando se disfruta entre varios, ¿no?—

Sonrió cálidamente mientras se encogía un poco de brazos, aparte de Aisha, Ayana era la única de momento que había visto una verdadera sonrisa del chico.
Ante el comentario sobre los platillos, puso su mano en su mentón, en tono pensativo, y comenzó a murmurar sobre sus antojos, los cuales iban desde una comida fuerte como carne, pasando por entradas como pastas, hasta terminar en postres, realmente estaba indeciso, y si eran tan ricos como ella decía, quería probarlos todos, sin embargo, un pequeño dolor en el estomago lo sacó de sus pensamientos, el cual sucedió al mismo tiempo que apareció la carta en la mano de Ayana, ¿qué habría sido eso?, se sentía... Extraño. Decidió no darle importancia, por lo que comentó.

—¿Qué me recomiendas? ¿Qué te gusta a ti?—

Ladeó un poco la cabeza, pues si él no se decidía, seguro ella podría decidir por él.||
Recibió el menú, abriéndolo lentamente, sin embargo, al escuchar el comentario de Ayana, lo volvió a cerrar, mirándola con una media sonrisa a medias.

—¡Hey!~ Que me vas a hacer sentir mal por no pagar— hizo un pequeño puchero —Que tengo que ser un ciudadano ejemplar si deseo ayudar a Aisha a encajar en la sociedad—

Realmente no bromeaba con eso de ayudar a Aisha, pues técnicamente ella sólo llevaba seis meses y medio viviendo en el mundo actual, no sabiendo como se manejaba, y sin recuerdos de antes de encontrarse ambos. Cambió el ambiente un poco cuando guardó silencio y comenzó a ojear el menú, siendo obvio por la expresión en su rostro que seguía sin saber, cerrándolo de nuevo, pero ésta vez con cuidado, y entregándoselo a la chica pelirrosa.

—Me rindo, todo se ve fabuloso, mejor elige tú y comamos ambos lo mismo—

Parecía genuinamente deprimido por no saber que elegir, e intentó arreglarlo con una sonrisa apenada, pero no funcionó del todo bien.

—Lo siento, soy muy indeciso—

Se encogió un poco de hombros, sonriendo apenadamente.

─Oh, ¿los peces Betta? Son hermosos jeje Aunque bastante territoriales, se deben tener 3 a 4 hembras por cada macho para evitar peleas. Sus colores y la forma de su cola lo hacen un muy hermoso ejemplar.

Infla el pecho con orgullo al mostrar conocimientos de esos animales, mientras se fijaba que aquel joven azabache parecía estar ciertamente feliz.

─Si, es lo que dice mi padre “No hay nada mejor que una comida para fortalecer las relaciones”. Por cierto, debe estar por aquí.

Ríe levemente mientras asiente sobre que él pagaría su ración de comida.

─Vale, no hay cuidado, es bueno saber que eres responsable de ti mismo.

Le dedica una cálida sonrisa mientras miraba como el intentaba decidir su platillo, claramente había fallado, no sabía que escoger y le dio a la chica la opción de escoger.

─Indeciso ¿he? Tenemos platillos completos, mi favorito es el que tiene el filete de carne con puré de patatas, espagueti a la crema con champiñones, un poco de vino tinto y como postre un pedazo de pastel de chocolate y café~

Había explicado su comida favorita del restaurante, estaba a punto de levantarse cuando un hombre alto de cabellos rojos al igual que sus ojos se acercó, tenía pronunciados cuernos y su miraba era intimidante.
Sin duda era un dragón aquel hombre que se había acercado, miró silenciosamente al azabache para luego mirar a la pelirrosada.

─ ¿Amigo tuyo?

Comentó el Dragón mientras miraba cariñosamente a su hija, sin embargo, a fijar sus ojos infernales al muchacho lo miraba con recelo.

─Oh, sí, es amigo de la academia.

Voltea a mirar al azabache para volver al de su padre.

─No me hará daño, si eso es lo que piensas, tu tranquilo.

─Más le vale –miraba fríamente al azabache para luego presentarse- Mi nombre es Blade Shade, Dueño del restaurante y padre de Ayana.  

Este estira su mano en dirección al azabache con tal de saludarlo apropiadamente.

─Es un gusto conocer a un amigo de mi hija, espero la cuides, es mi mayor tesoro, y si llego a saber que le haces llorar, te hare arrepentirte de eso ¿Entendido?

─ ¡Padre! ¡No lo amenaces!

Aquella pelirrosada hacia un puchero mientras el Dragón simplemente la ignoraba, parecía centrado en los ojos del azabache.

Ante la situación y los cuidados del padre de Ayana, sólo pudo reír jocosamente, mientras se cubría la boca con la mano, como si quisiera ocultar un comentario, mientras se limpiaba una pequeña lágrima que salió mientras reía.

—Tranquilo, señor Shade— comentó, para voltearlo a mirar, sus ojos se notaban decididos, brillantes, mientras mantenía una sonrisa en su rostro —Haré lo posible por cuidar su sonrisa, sin importar que o quien quiera destruirla—

Regresó la mirada hacia la pelirrosa, sonriendo cálidamente, mientras recargaba su mejilla contra la mano derecha, mientras apoyaba el mismo codo sobre la mesa.

—¡Eres asombrosa!— exclamó emocionado —Normalmente nadie sabe sobre los peces beta, me impresionas, Ayana—

No entendía la situación en que se acababa de poner, pues a su punto de vista, sólo fue un buen amigo.

La pelirrosada asiente levemente mientras se sonrojaba, hace tiempo que no escuchaba que alguien se sorprendiera ante sus conocimientos.

─Bueno… he estado estudiando las capacidades de visión de otros animales…. Y se muchas cosas sobre peces…

El dragón quien observaba a la pareja, soltó un leve suspiró mientras mira a su pequeña hija.

─ ¿Van a pedir algo?

─Oh, sí, perdona padre. Me gustaría dos órdenes del platillo 3, si no es mucha molestia.

─Está bien, disfruten su estadía, ya traeré la comida.

El pelirrojo se despide de la pareja para luego irse en dirección a la cocina.

─Puede que no lo parezca, pero mi padre es el Chef.

Ríe levemente mientras voltea a mirar al azabache.

─Y bueno… ¿Qué te a traído a este lugar? Tengo curiosidad…

Le parecía fascinante la longitud que abarcaban los conocimientos de lanpelirrosa, sintiendo la necesidad de conocerla un poco más, quizá pasar más tiempo con ella, podría aprender mucho de alguien así.

—Waoh...— ante el comentario del dragón, éste se sonrojó un poco —A-ah... Si, lo siento...—

Gracias a que Ayana respondió, se vio salvado, sin embargo, su comentario sobre su padre le pareció algo extraño.

—¿Acaso no se nota al ver sus manos?— estaba siendo serio —son manos gentiles, manos de alguien que no le gusta matar, y su mirada es la de alguien a quien le alegra ver a todos en paz y conviviendo, y la cocina es una de las mejores maneras de hacerlo... Si me lo preguntas a mi, tu padre parece todo un chef—

Sonrió amablemente, para ser tomado por sorpresa por una duda, proviniente de la pelirrosa.

—La comida. Definitivamente el olor es...— se colocó la mano en la barbilla, pensativo —¿distinto? No lo sé, pero es el único restaurante que me llamó la atención para entrar...—

Tras escuchar como aquel azabache hablaba de su padre, sus ojos se cristalizaron al instante mientras un leve rubor inundaba sus mejillas y con una tierna sonrisa, miraba aquel chico mientras ladeaba su cabeza.

─E-Es bueno escucharlo de ti, mucha gente casi no viene porque tienen miedo al verle, es…alguien intimidante a primera vista, pero es un buen hombre y claro… un buen padre.

Esta después mira a la mesa mientras juguetea con los cubiertos.

─Él… siempre ha sido un hombre que busca la paz, aunque no lo creas, mi padre en su juventud fue un guerrero y un líder de las tierras de donde proveníamos… pero desgraciadamente la isla donde vivíamos antes fue destruida por las máquinas de los reinos vecinos quienes tenían una guerra entre ellos. Mi padre no quiso ser parte del enfrentamiento y tomo la decisión de llevar a todos los que podía cargar en su lomo y llevárselos lejos.

Al recordar ese momento trivial de su pasado, aquella mirada tierna se apagó.

─No sobrevivieron muchos… solo una tercera parte de la población de la isla vivió para contarlo… o creo que fue menos… no estoy muy segura…

Dejó los cubiertas para luego tomar una servilleta y secar las lágrimas que empezaron a empapar sus mejillas.

─Oh, perdona, recordar eso… es algo triste… mi padre hace lo mejor para hacer que olvide ese momento tan desgarrador… yo se que él se siente del mismo modo... por eso teme perderme.

El azabache simplemente pudo acomodarse los lentes y sonreír con cierta ternura, le parecía adorable la forma de comportarse de Ayana, más cuando podía sentir su confianza al dejarlo ver sus lágrimas.

—Gracias por confiarme algo tan importante como es tu pasado, Ayana— se rascó levemente la mejilla con el dedo índice —Es una muestra de confianza muy grande para mi, por eso, corresponderé a ella de la mejor manera que pueda—

Le tomó una de sus manos con ambas propias, sonriendo ampliamente y repitiendo sus palabras.

—Te prometo hacer lo posible por mantener tu sonrisa—

Por supuesto que lo haría, era una amiga muy preciada para él, casi tanto como Aisha, y fue la primera persona en no verlo raro después de conocerlo.

—Y bien,— continuó, soltándola con cuidado —creo que llegó la hora de comer—

Justo terminando de decir esas palabras, su estomago gruñó levemente, provocando un leve rubor en sus mejillas.

Esta se sentía aliviada de que aquel azabache entendiera sus sentimientos, pudo sentir como le sujetaba sus manos con suavidad, teniendo el sumo cuidado de no lastimarla para luego prometerle algo: “Te prometo hacer lo posible por mantener tu sonrisa”.

Era algo agradable de escuchar, ninguna persona que había conocido le hizo semejante promesa, bueno, a excepción de su hermana menor.
La pelirrosada sonríe levemente en respuesta para luego sentir que él la soltaba levemente.

Escuchó el gruñido de su estómago luego de decir algunas palabras, el repentino evento provocó que la pelirrosada se le escapara una risa.

─¡jajajajaja! C-Cielos… lo lamento por reírme.

Se disculpó por reírse de lo ocurrido, al menos provoco que sonriera alegremente, una vez calmada, aquella chica levanta la mano para llamar a uno de los meseros y preguntar sobre la comida.

─ ¿Ya está preparada nuestro pedido?

el mesero le confirma que ya estaba listo y que pronto lo entregaría a la mesa, se retira para ir a la cocina.

─Bien, ya nos darán la comida, gracias por tomarte el tiempo de hablar conmig- ah...¡ACHUS!

Rápidamente aquella chica estornudo, escupiendo una flama azul sin siquiera poder detenerlo, las flamas dieron directamente a su contrario, solo esperaba no causarle una quemadura.

─¡P-Perdona! ¿E-Estas bien?

La preocupación de la pequeña dragona provoco que se levantara de la silla y se acercara a su amigo, procurando de que estuviera bien.

Se cruzó de brazos, mirando hacia la pared, como si estuviese indignado, incluso cuando no era así, sólo estaba avergonzado.

—Oye...— infló sus mejillas a modo de queja, con un ligero rubor en las mejillas —No es mi culpa, incluso mi especie come, ¿sabes?—

Al escuchar que la comida ya estaba por ser traída, no pudo contener su emoción, temblando un poco con una pequeña sonrisa en el rostro.

«Me pregunto que tanto será... Espero que sea mucho, podría comerme un elefante»

Sin darse cuenta, había comenzado a babear un poco.
Justo cuando iba en la mejor parte, una sensación de calor lo trajo de vuelta a la realidad, y para cuando se dio cuenta, estaba cubierto de hollín y su cabello estaba quemado.

—Ah.—

Tosió un poco, para seguido sacudirse la suciedad que el quedar chamuscado le dejó, volviendo a como estaba antes, excepto por sus gafas, que se habían quebrado por la alta temperatura.

—Ntch. Ni modo, otro par a la basura— rió en tono jocoso, sacando y colocándose otras gafas iguales de su bolso que llevaba a la cintura —Tranquila, estoy acostumbrado a romperlos, y siempre traigo 5 repuestos—

Le sonrió, tratando de tranquilizarla.

—Digamos que vivir con Aisha es un tanto... Caótico— Comentó finalmente. —Creo que me convendría aprender a defenderme de la magia de fuego—

A pesar de que el azabache le dijo que no se preocupara tanto por lo sucedido, aquella pelirrosada estaba al punto del llanto.

─ ¡Lo lamento tanto!

Dijo entre lamentos mientras tomaba las gafas que había quemado y roto.

─Lamento mucho que mis flamas te dañaran… a veces me cuesta un poco controlarlo cuando estornudo… o bostezo…

Comento algo apenada, era normal que le pasara esos incidentes, tanto que ya los clientes frecuentes y los empleados no les toma mucha importancia.

─Sería bueno que aprendieras hechizos defensivos contra el fuego si estas mucho tiempo conmigo… solo mira a la gente a nuestro alrededor, ¡Ya esta tan acostumbrada a mí que ya se lo esperaban! Jejejeje

Ríe torpemente mientras colocaba los lentes frente a ella, miraba de reojo al azabache para luego decirle:

─Los reparare, dame un momento.

Sus ojos se tornaron de un color esmeralda para luego iluminar las gafas del mismo color, poco a poco aquel objeto fue cambiando levemente, aquella chica uso su poder para rebobinar y así dejar como nuevo aquellos lentes que previamente había roto.

─Ufff…. Listo…

Suspiro pesadamente mientras entregaba las gafas a su compañero, tras estiras su brazo, se pudo apreciar como pequeñas flores azules empezaron a brotarle en la piel, especialmente en su cabeza y rostro.

─ ¡Los deje como nuevos! ─Dijo orgullosa mientras sonreía ampliamente─ Espero aun puedas usarlos y nuevamente pido perdón por romperlos antes…

—No te preocupes, Shade, enserio, no es nada—

Rió un tanto despreocupado, mientras se limpiaba el rostro.

—Tal vez si sería buena idea que aprendiese a defenderme contra el fuego... Digo,— Se encogió de hombros —así no me incineran entre Aisha y tú—

Volvió a reír con levedad.

—No es necesario, ense–...—

Fue interrumpido por el "espectáculo" que era ver a Ayana reparar sus gafas, aquello realmente era interesante, y bastante agradable de ver.

—Y... Ya los reparaste...—

Dijo con cierta preocupación, la cual se agravó al ver las flores azules que brotaban de su piel. Él ya tenía un poco de conocimiento en el tema, pues en algún momento se lo había comentado, sin embargo, nunca lo había visto de frente.

—A... ¿Ayana?— se levantó un poco de la mesa, acercándose a ella —¿Estás bien?—

El comentario de la chica sobre sus gafas lo hicieron reaccionar un poco, lo cual le hizo poner un rostro algo molesto.

—Enserio, no tenías que hacerlo... No si ibas a acabar así, ¿sabes?—

Se notaba la preocupación en su rostro, pues por ayudarle, su amiga podría terminar herida gracias a esas flores.

Al ver la preocupación de su compañero, esta simplemente le sonríe tiernamente mientras con su diestra acaricia suavemente el rostro ajeno.

─Tranquilo…estaré bien, no fue algo grave.

Ríe torpemente mientras mueve su mano con tal de quitarle importancia.

─Además, es necesario que utilice mis poderes de forma cotidiana, así logro tener un mejor control de ello, ya sabes, un poder es como ejercitar los músculos, si dejas de hacerlo diariamente, pierdes el avance que has tenido…

Tras decirlo, enseña sus brazos donde tiene aquellas flores azules, que luego de unos segundos fueron marchitándose al grado de volverse polvo azul. Al ver el polvo, aquella chica saca un aparato que absorbía el componente y lo guardaba en un frasco.

─Polvo del olvido, así se llama, debo recolectarlo o quien lo huela, olvidara que estaba haciendo jeje…

Era un dato curioso el hecho de que sus flores, tras volverse polvo servía para hacer que la gente olvidara, debe ser un buen componente para pociones o medicinas en el mejor de los casos.
Luego de un rato, llega su padre con los platillos correspondientes.

─. . . ¿Todo bien?

Preguntó el Dragón mirándolos sobre su hombro a los chicos.

─S-Si, todo bien, muero de hambre, gracias por traerlo~

Dijo sonriente aquella pelirrosada mientras recibía su platillo.

─ Hmmm... ─Empieza a olfatear─ Huele a polvo del olvido, ¿has estado usando tus poderes? Debes tener cuidado, has practicado mucho el día de hoy.

Comentó en tono paternal, era claro que se preocuparía por ella pero que apoyaría en su entrenamiento si era necesario.

─S-Si padre, tendré cuidado jeje…

Aquella chica se rasca la mejilla levemente mientras mira al azabache.

─Vamos a comer, ¿vale? Espero te guste~

Sonríe amablemente mientras toma los cubiertos, el Dragón se despide de ambos mientras se aleja de la mesa.