[Primer encuentro] {Himiko}

Todoroki

**Desde el ultimo ataque a la preparatoria habia ya transcurrido mucho tiempo de paz. La enorme instalacion contaba con una seguridad mucho mas alta a cada dia, ademas de haber mucho mayor empeño por parte de los profesionales.

El chico “prodigio” tenía sus propios problemas, como el lograr tener el puesto de heroe nunero uno, pero todo por sus propios meritos.
Las peleas con su padre eran frecuentes, aunque la mayor parte del tiempo preferia evitarlas, pasarlas por alto.

Todo ese aburrimiento llego a hartarlo, así que en su propio día “libre” en vez de entrenar como normalmente lo hacia, prefirio salir a caminar un poco.
Algunos veian sorprendido pues lograban reconocerlo despues de verlo en television, pero esta pequeña “fama” tambien lo castraba, orillandolo a alejar un poco de la academia, adentrandose en mas a la ciudad, cosa que claramente tenia prohibida por su propia seguridad.
Al ir hundido en sus propios pensamientos, fue perdiendo razón a su propio entorno, alejandose cada vez mas, llegando incluso a sorprenderse despues de retomar razón.
Miro a sus alrededores intentado ubicarse un poco, pero todo fue nulo pues no tenia ni minima idea de su localizacion actual.**

Himiko había salido de paseo, cosa habitual ya que sola escaparse de las letanías se Shigaraki; al grado de tomarse algunas horas en su hablar explicando paso a paso todo lo que ha planeado a lujo de detalle.
Fue tedioso las primeras veces, sin embargo, ya se podrían dejarlo solo entre todo eso sabiendo escapar del lugar. Al llegar en los sitios casi desolados, se dio una tarea por asesinar a quién pasará por el lugar hasta que a sus ojos alguien peculiar apareció.

"Ufufufu, a quién tenemos aquí. Es el hijo del segundón, ahaha que divertido será esto." Pensó, escondiendo su cuchillo dentro de la manga derecha.
Toga dio pasos en dirección de él siendo discreta. Iba cabizbaja cubriendo su rostro por si llegase a ser vista por el joven. Al lograr llegar a menos de dos pasos de la distancia en el espaldar colocando la punta de su arma en el lateral inferior del joven.

— Será mejor que guardes silencio, para que podamos jugar bien ¿no lo crees, Todoroki-kún? — Recalcando la última frase, enérgicamente le mencionó.

— Entonces ¿Así viven normalmente los humanos? ¿Sin preocupaciones, con una vida corta y sin sentido? Es muy aburrido todo esto.

Mencionaba el demonio así mismo mientras surcaba los cielos nubosos de la ciudad abatiendo esas enormes alas negras con bordes morados viendo de cerca que hacían los humanos; salir en pareja, comercios llenos de gente, entre otras cosas.

Nada le parecía interesante la vida como hijo del rey demonio era mucho mejor que está basura, mencionandose a si mismo « ¿Porqué tengo que ver estas cosas? Creo que iré a matar gente.» Mantenido en sus pensamientos decidió bajar hacia la ciudad de golpe sin pensar mucho en donde caería fue abatiendo sus alas con fuerza hacia abajo creando fuertes olas de viento hasta que noto la presencia y apariencia completamente fuera de lo normal de esas dos personas. « ¿Dos colores de pelo? ¿una chica con mirada de loca? Esto se ve interesante. ».

Bajo de golpe al suelo estando ya al menos a 10 metros de este sin sufrir ninguna lesión o golpe, aunque el suelo completamente se agrieto y se producido una onda que sacudió todo al rededor en un radio de 15 metros.

— ¿Así que esto hacen normalmente estúpidos humanos? Quiero sus almas.

Sonriente el pelinegro puso su mano izquierda sobre el mango de su espada esperando entonces que hubiera un enfrentamiento o al menos ver la reacción de estos ante la presencia de tal demonio de alto rango.

-Su rostro no desmontaba lo que verdaderamente sentía, parecía estar muy serio, pero sus latidos demostraban cuan nervioso estaba.
De primera instancia sería muy complicado escapar, estando de espalda a la chica y teniendo el filo tan cerca a su cuerpo, los segundos eran vitales, por más que lo pensaba era simplemente imposible apartarse sin daño, sin embargo un tercero muy oportuno fue su escape momentáneo.

Con tan fuerte impacto todo se desconcentro por momentos, miró por encima de su rostro y cuando vio a la rubia distraída aprovechó para pronto apartarse de ella dejando salir algunas puntas de hielo desde el suelo, seguro no podría herirla, pero al menos haría que tomara distancia.-

— {Es la loca de los atentados pasados, pero aquel sujeto}

-Mientras pensaba tan profundamente no despegaba ni un instante la mirada de ambos, no podía dejar de ver a ninguno pues podía esperar cualquier ataque por sorpresa.
Su celular había caído al alejarse tan repentinamente de la rubia, así que por ahora pedir refuerzos era imposible para el.-

— Al menos deben tomar acuerdos.
¿No es torpe qué aliados peleen la misma presa?

Tuvo que retroceder apenas habían se movían sus cabellos rubios por el viento que provocaba de aquel ser extraño al bajar luego de haber observado minuciosa al mismo, dos saltos fueron lo que le costo dar distancia ahora exponiendo a su pequeño pero fino cuchillo.

— Así que otra persona ha llegado. ¿Están siendo dulces conmigo? — No dudó en soltar un tenue rubor sobre sus mejillas, seguido de una sonrisa psicótica típica en su rostro. — Esto será divertido, ahahaha. — Agrego riendo enérgica, buscando una respuesta clara a quién más se les había unido. Tal hecho no habría sido por menos algo que esperaría, pero ya sabía que haría cada instante más divertido.

— Oye, y por cierto, ¿a ti quién te invitó? — Ahora cayendo en el tema, desconocía al ser de tal peculiar ver.

— Tranquilisate querida, solo vengo a averiguar y conocerlos ¿Es acaso un pecado?

Sonriente viendo que aquella tenía un cuchillo frunció el seño manteniendo una sonrisa mientras tomó del mango su cuchillo sin sacarlo de la empuñadura, solo en caso que fuera necesario.

— ¿Aliados? ¿Así que vienes de donde mismo? No te había visto chica, en todo caso ¿Podrían darme sus almas? Espero que al menos sepan bien.

— Todo es absurdo, no se como te ayudaría tener mi alma.
Ella ni siquiera tiene una.

-Pequeñas muestras de escarcha caían de su mano derecha estando preparado para defenderse.
Por más que quería gritar para pedir ayuda era inútil pues en un rincón tan oscuro no había nadie que pasara a su rescate.
Estaban solo ellos tres y ya las ansias lo mataban.
Era el menor y claramente el más inexperto así que tampoco quería arriesgarse a dar el primer ataque.
Su respiración estaba agitada y no hacía más que empuñar sus manos y flexionar un poco sus piernas, si continuaba perdiendo tiempo pronto caería la noche y sería así más difícil conseguir ayuda.
Ya el clima de alguna forma comenzaba a cambiar siendo ahora un poco más frío, y no por el, si no por el clima natural de la noche.-

— {Están tan inmóviles como yo.
Creo que es evidente que ninguno quiere atacar primero}

Aclaró señalando al bicolor con entusiasmo. Dudaba al respecto de su petición, y sintió el halago por las palabras del otro, al parecer sería como un día de suerte.
Se alejó en dos pasos más, se giró sobre los talones dándole la espalda a ambos para volver a regresar inclinándose ligeramente al frente.


Dejó una ligera risa escaparse de su boca.


No fue por cortesía su respuesta, fue por la razón más simple de darse a conocer. Incluso por ese nuevo desconocido, a quién no invitaron; más eso no importaría siempre y cuando mueran ambos.

— Hey, no es tu asunto chico mitad mitad, tan solo dame tu alma, si es que ella no tiene entonces me da igual, me quedare con la tuya.

El pelinegro de no gran altura se acercaba cada vez más a ambos, sus pasos eran lentos pues quería tener cuidado, seguramente no sería difícil derrotarlos pero de ser posible no quería ensuciarse las manos con la sangre de unos pobres inocentes transeúntes.

— Vaya querida, no me metí, ustedes dos de por sí ya me pertenecen, por favor no hagan las cosas más difíciles ¿Himiko, eh? Recordaré ese nombre después de tener tu alma y tú chico rojo y blanco ¿Cuál es tu nombre? Si es que no me lo has dicho, mejor será que cooperen, mi mandamiento es la piedad, de traicionarme, darme la espalda o ignorar mis órdenes se convertirán en mis sirvientes por el resto de su vida sin voluntad.

El pelinegro mantenía una gran sonrisa pícara estaba viendo a ambos que no hicieran un paso en falso, sobre todo que no escaparan.

-Su mundo giraba alrededor de las singularidades, pero escuchar de aquel “pecado” hizo literalmente explotar su cabeza.
¿Acaso así se le llamaba a las quirk avanzadas?
Era todo demasiado para el, pero pensarlo tanto tampoco tenía el mayor sentido, había recibido una muy leve explicación de él y tampoco pensaba arriesgar, por eso solo tomó un gran trago de aire y respondió como se debía.-

— Mi nombre es Todoroki. No creo que obtengas mi alma.
No te será sencillo.

-Estaba en el peor de los casos obviamente para el, pero de lograr convencer a Himiko de pelear de su lado las cosas serían sencillas y además le daría suficiente tiempo a los refuerzos pues mientras Himiko daba tan noble presentación él tomó provecho para marcar y dar dirección al primer contacto en su agenda, su padre.
Incluso prefirió romper el orgullo a morir.

Ambas manos estaban activas, una dejando ver muy ligera escarcha y la otra algunas ligeras cenizas.-

El momento se tensaba con mayor intensidad, Himiko no dejaba de sonreír aún por tales amenazas de parte del "el pecado". Incluso, se atrevió a carcajearse, tales momentos le causaban demasiada gracia. Instantes después, su tono se cambió drásticamente, ahora su semblante alegre se denotaba con mayor intensidad.


Algo llegó a su mente, elevando el mano  llamando la atención del azabache. Himiko comenzó a dar pasos hacía él con sigilo y al quedar a una distancia corta, obstruyendo el paso. Bajo la señal, para musitar rápidamente casi en un gran grito. No podría calmar su emoción por esa gran idea.