De cuando el boomerang de la vida vuelve de repente (Ayana Shade)

« ¡E-espera! ¡No por favor, no otra vez! »

Puedo, quiero, lo haré y te aguantas. Ej-hem... Era una tarde neblinosa en la profundidad de aquel espeso bosque en el que el castaño lamentablemente se acababa de perder por alguna misteriosa razón sin precedente alguno-

« ¡No le hagan caso! ¡Este loco me secuestró y me tiró al bosque mientras dormía! »

¡El punto es que estás perdido, ¿no?! Como les decía, el joven ángel caminaba a través del oscuro bosque que debido a la altura y vastedad de las copas de sus árboles.

- Agh... En serio odio esto... -

El ser divino caminaba en círculos. No veía absolutamente nada a más de un metro de distancia, y su iluminación no era otra que la poca que alcanzaba a filtrarse entre tanta frondosidad de parte de los pinos que dotaban de vida a la zona... Lo que me hace preguntarme por qué no sale volando si es un ángel...

« Porque si me voy no hay trama »

¡Hey! ¡Bien dicho, Kuri! Ya vas aprendiendo, me llenas de orgullo. Te mereces un aumento del 50% en tu salario

« Pero si ni siquiera me pagas »

¿Tú crees que todo el pan y pockys que consumes me salen de a gratis o qué?

« Ehh... Upsis »

Como era de costumbre, aquella pelirrosada llegaba a los lugares menos imaginados cuando se dejaba llevar por sus instintos o cuando se perdía por la isla, una de dos (?)

“Pero si esta vez no me perdí…”

Bueno, es cierto, ¿Qué andas haciendo sola en medio del bosque? No me respondas, sé que te gusta irte a lugares desolados y oscuros por tu afinidad a la oscuridad.

“N-No es solo por eso, detecto que un ser oscuro anda por aquí…y lo estoy buscando…”

Aaaah, vale, vale, entonces sigue en lo tuyo, Ayana fue adentrándose al bosque en compañía de su familiar, con tal de encontrar a la presencia oscura que tomo el bosque como su escondite.
El ambiente era muy diferente a lo acostumbrado, los rayos del sol ni siquiera podían penetrar la densa vegetación del bosque, aunque era una de las razones por la cual le gustaba acampar y vivir en ocasiones en ese lugar, había algo muy diferente, podía sentir una presencia extraña, pero no podía localizarlo de forma inmediata, era la desventaja de cazar entes oscuros en lugares con poca luz.

─Esto será complicado… puedo sentir que esta por aquí, pero no logro saber exactamente donde… Colt, ¿Sietes algo?

Inmediatamente se formó a su lado un Amarok oscuro para luego olfatear el lugar.

─Puedo olfatearlo, pero tal parece no estamos solos en este lugar.

─¿Qué? ¿Hay alguien más aquí? ¿Sera un explorador?

─Es posible, creo a ver sentido esa energía antes…

─Entonces debe ser algún conocido, ¿Podrías guiarme donde esta esa energía?

El lobo siniestro asiente para luego dejar que la pelirrosa se suba a su lomo y adentrarse a las profundidades del bosque, ¿Podrán encontrar lo que buscaban?

Judai caminaba de aquí allá, de un lado a otro, en círculos, en zigzag, con la mirada puesta a veces en el suelo y a veces hacia el frente, como si buscase algo por alguna razón.

- ¡LA SALIDA! ¡ESTOY BUSCANDO LA SALIDA, PEDAZO DE ESCRITOR MEDIOCRE! -

V-vale vale... Pero no te enojes...

- Gomenasai qwq es que en serio me pone de mal humor este ambiente, me falta el aire con tanta niebla de por medio -

Oh ya... Como podrán ver, el ambiente era bastante pesado incluso para un ángel cuanto más éste se acercaba a sólo Dios sabrá dónde.

Caminaba a paso lento el chico, tratando de mirar entre la niebla lo que sea que entre esta se pudiera estar ocultando, cuando de pronto visualizó una creciente silueta a la lejanía... Mejor dicho dos sombras, aunque una no era humana en lo absoluto, a diferencia de la otra que era similar a la de una niña o adolescente tal vez.

El castaño entonces se sintió atraído por la curiosidad como era común en él y comenzó a caminar en dirección a aquellos desconocidos seres, para más tarde enterarse que se trataba sino de la misma chica que aquél conoció en el parque de cerezos, y de su siempre fiel familiar.

Judai ciertamente se mostró emocionado de encontrar a la pelirrosa una vez más, tanto así que en cuanto se dió cuenta que era ella se acercó tan rápido como le fué posible, se tropezó, se volvió a poner de pié y finalmente llegó donde ella, sonriendo de forma entusiasta.

- ¡Ayana! ¡Cuánto tiempo sin vernos! ¿Qué tal todo? -

Y una vez dicho esto, puso un pocky entre sus labios, mostrando una cálida y relajada sonrisa, tal como era habitual en él.

Tras cruzas por el denso bosque, una voz surgió de entre la niebla, se trataba de aquel ángel que conoció en el parque de cerezos, realmente no esperaba verlo en aquel apartado y oscuro lugar.

─¿Judai? ¡Judaaaai! ¡Holaaa!

Alzó su mano y la movió enérgicamente en modo de saludo, su familiar fue acercándose a donde estaba el castaño y una vez estuviera a su lado, Ayana se baja de su lomo para luego abrazarlo.

─¡También me da gusto verte! Pero… ¿Qué haces aquí? ¿te has perdido de nuevo?

Ladeó su cabeza tras cuestionar la razón de su presencia en el bosque, después de todo, no es un lugar lo suficientemente concurrido, debido a las criaturas que habitan en ella.

─Este bosque puede ser demasiado confuso para muchas personas, debes tener buena orientación o saber lo esencial para sobrevivir en el medio natural… después de todo, aquí viven seres de toda clase, inclusive entes oscuros… de hecho ando en la búsqueda de uno muy problemático, así que lo mejor es que estés con nosotros.  

Aclaro la pelirrosa para después jalar de las prendas del ángel.

─Ven, sube al lomo de Colt, así será más fácil moverse, él puede ver a través de la niebla.

Alguna vez han visto cómo se calienta un arma hasta alcanzar un incandescente tono rojizo y así poder blandirla? Bueno, esa sería una descripción no muy diferente de la que podríamos utilizar para describir al castaño luego de ser abrazado por aquella chica con la que había quedado fascinado desde aquella ocasión en el parque de cerezos, en la que no era mi culpa que estuviera perdido.

Y luego de haber correspondido con suavidad y habiendo terminado ya la hora de los saludos, la sacerdotisa le arrojó una pregunta al ángel. Una que lo hizo mirar nervioso en otra dirección e incluso titubear un poco.

- B-bueno... Pues... -

Anda, explicale que en realidad el universo en el que viven es solo un juego de rol, y tu escritor te metió en un bosque abandonado sin más ni menos. Seguro te va a creer xd

« Sólo creo en un Dios, y él jamás sería tan flojo para dormir hasta las nueve de la mañana. Yo escribo mi propio destino, no tú »

- A-algo como eso... Desorientado sería una mejor descripción -

Concluyó el ángel finalmente, para luego escuchar a quien daría explicación de su presencia en este bosque que pareciera ilustrado por Tim Burton.

Así pues, la pelirrosa lo invitó, y casi casi arrastró, a montar el lomo de su oscuro familiar, a lo que este asintió sumiso tras no quedarle otra alternativa, comenzando así a atravesar el bosque en compañía de la dragona y el amarok.

La mirada del ángel se tornó pensativa. Distraída podría ser un mejor adjetivo. Miraba al bosque casi como si estuviese buscando algo o a alguien, pero no decía nada. ¿La razón? Ni siquiera él estaba seguro de qué buscaba.

« Quizá sea un presentimiento, o quizá sólo mi imaginación... »

Pensaba el castaño mientras miraba por el camino.

Tras avanzar y adentrarse más y más en el espeso bosque, aquella dragona pudo percibir algo fuera de lo común, ¿quizás estaba cerca de su objetivo? Era cuestión de averiguarlo.

─ Colt, ¿sientes lo mismo que yo? Tal parece que hay algo por ahí…

Comentó para luego mirar su alrededor, notando al castaño un tanto distraído.

─ Judai, ¿Está todo bien? Te noto algo distraído…

hizo que su familiar se detuviera para sí poder apreciar mejor al ángel.

─ ¿Te preocupa algo del lugar? Seguro es por esa extraña energía… sospecho que el ser que busco esta por aquí… así que te pediré que estés atento, no vaya a ser que nos ataque…

De pronto, el lobuno ser empezó a gruñir ferozmente ante la presencia de algo amenazante, pero ese algo no estaba visible por la espesa niebla.

─Hay algo aquí, está demasiado cerca de nosotros…

─¿he? ¿Está por aquí…?

Ambos guardaron silencio con tal de escuchar los pasos o el acercamiento del ente oscuro, sin embargo, no lograron apreciar nada, literalmente el bosque estaba en un silencio fúnebre, no se escuchaba las aves, ni los insectos, tampoco el sínodo de las hojas al moverse con el viento, no había nada de ruido y era algo alarmante, provocaba que los presentes sintieran escalofríos y tuvieran el instinto de escapar latente.

─E-Esto no me gusta…no es normal…

Mostraba su preocupación ante la situación, recordó la última vez que enfrento a una sombra y fue en el momento que conoció a Judai, pero a diferencia de ese día, aquel ente del bosque era aún más peligroso, y para empeorar las cosas, el sonido de que algo se rompía resonaba por todo el lugar, ¿será que cayó una rada de un árbol? ¿un árbol entero? ¿o algo más?

- ¿Ehh? Si si, estoy bien... -

Mencionó el ángel, saliendo de sus pensamientos al notar que la pelirrosa trataba de llamar su atención. En cuanto el familiar húbose detenido, el castaño volteó a mirar a su contraria con una expresión neutral. No contenta, pero tampoco afligida. Simplemente se le notaba claramente reflexivo. Sin embargo, esto no impidió que pusiese un pocky entre sus labios antes de continuar su explicación, aunque este último era de te verde.

- Es sólo que me siento raro... Como si hubiese algo en este lugar, una sensación que ya había percibido antes... -

Todavía no había terminado el comepockys compulsivo de dar su explicación cuando el familiar de la dragona adoptó una actitud hostil y defensiva, gruñendo hacia las profundidades de la oscuridad como si hubiera encontrado algún enemigo.

No se veía nada fuera de lo común. Tampoco se escuchaba nada extraño, y sin embargo el problema radicaba en ello. El ambiente estaba completamente carente de vida. De sonido. De movimiento. Era no muy diferente de un cementerio, y eso no generaba precisamente un ambiente de tranquilidad.

De pronto, el completo e intranquilizante silencio se vio brutalmente desgarrado por el sonido de algo rompiéndose. Judai no percibía ninguna forma de vida a través de los sentidos, pero una presencia era, valga la redundancia, cada vez más presente para el castaño que trataba de buscar entre sus memorias algo que coincidiera con su sensación actual.

Fue entonces que ocurrió. Se escuchó otro estruendo, un flash brilló a la distancia por tan solo un ínfimo instante y acto seguido un proyectil salió disparado directo al pecho del castaño, quien fue derribado inmediatamente.

- A-auch... -

El ángel se llevó las manos al área donde había recibido el golpe, llevándose así la sorpresa más grande de su vida hasta ahora. Su rostro reflejaba el dolor de su corazón y la angustia de su alma, mientras éste comenzaba a articular palabra con voz de trompeta.

- ¿¡Lee!? ¡Lee! ¿¡Qué pasó!? -

En las manos del chico había sino lo que debería ser un hada y ahora era solamente un montón de golpes y heridas manifestadas en un cuerpo pequeño, débil y agotado.

Por las mejillas del ángel resbalan algunas lágrimas mientras éste miraba a la criatura de luz, que tenuemente brillaba con un tono azulado. Seguramente luciría hermosa en cualquier otra ocasión... Pero no en esta.

─¡¡Judai!! ¡¿Estas bien?!

De un momento a otro, su compañero había caído al suelo tras ser atacado por algo, bajo rápidamente del lomo de su familiar para auxiliarlo, pero el hecho de que aquel ángel reaccionaba de forma extraña ante el ataque le hizo preguntarse qué pasaba, solo fue cuestión de observar lo que ocurría.

─Eso es…¿un hada?

Tal parece que aquel ángel conocía a la criatura que brillaba débilmente entre sus manos, era tan pequeña y frágil que verle sus heridas podría causar que cualquiera se angustiara, Ayana fue acercándose con sumo cuidado de no asustar al hada.

─Tranquila… estarás bien, te ayudaremos…

Colocó una mano sobre las de Judai para calmarlo, era evidente que le había afectado demasiado la situación de su conocida, no en vano lloraba de ese modo ante la frágil situación.

─Dime, ¿Quién te hizo eso? Solo deja que mire tus ojos…

Ayana acaricio levemente a la hada con tal de que esta la mirase a los ojos, logro captar algunas imágenes un tanto borrosas por la condición de la misma, se trataba de un ser sombrío y peligroso, teniendo la forma de un felino  con cabeza de ave y alas, ¿será acaso una especie de grifo?


Era extraño para la dragona, aquellas criaturas suelen vivir en lugares montañosos y rocosos, suelen ir al bosque a cazar, pero no tendría razón de que atacase a dicha hada.

─Estoy impactada… según lo que vi en ella, un Grifo la atacó… pero esa especie suele estar en manada y viven en las montañas, sin embargo, este estaba solo y atacaba todo a su paso…

─Ayana… será mejor que mires esto…

La voz de su guardián le puso los pelos de punta,  tal parece que la amenaza se encontraba justo frente a él y no estaba equivocada.
Era una criatura oscura como su familiar cuya altura los superaba, medía 3 metros y era en verdad intimidante, algunas plumas se le caían debido a las peleas previas pero lo más destacable era su aroma, aquel ser olía a muerte, putrefacto y lleno de sangre, aquel monstruo se acercaba lentamente hacia a ellos.

─…Creo…que encontramos al ente oscuro… madre mía…

Era evidente que el ente se apodero del cuerpo sin vida de un grifo desafortunado y una vez que mantuvo su forma física, su sed y hambre se apoderaron de él, causando una matanza, Ayana debía hacer algo rápido, no podía simplemente mandarlo a otro plano como los demás, esa criatura ya pertenecía al plano terrenal, por lo que tenía dos opciones: Luchar contra él hasta destruirlo o atraparlo bajo un sello y domarlo.

El ángel miraba a la pigmea criatura fantástica, lleno de desolación. El hada tenía en su rostro un gesto de dolor que hacía la escena aún más intranquilizante.

Alzó entonces la pequeña su vista hacia el castaño, y solo así una leve sonrisa se dibujó sobre su rostro con delicadeza. Aquella intentó pronunciar alguna palabra, pero nuevamente el dolor que sentía hizo que en su lugar exclamase sino un suave quejido antes de caer inconsciente.

Vio entonces Judai acercarse a Ayana con dirección a Lee, que permanecía aún sobre las manos del ángel que no dejaba de murmurar algún rezo con la esperanza de poder ayudar a su amiga.

- Padre todopoderoso que estás en el cielo y en todo lugar… Te suplico hagas algo en favor de Lee… Por favor… Tú sabes que ella necesita tu ayuda… Te lo ruego en mi condición de ángel tuyo… Sánale por favor… -

Así pues, casi simultáneamente a las palabras dirigidas por parte de la pelirrosa al hada de tonos cerúleos, esta última comenzó a brillar de un tono ligeramente más intenso. Al mismo tiempo, sus heridas comenzaron a sanar lentamente, pero lo suficientemente rápido para que Lee pudiera despertar al escuchar la voz de la sacerdotisa y mostrarle lo que había visto.

El ángel terminó su oración finalmente y escuchó lo que la dragona tenía que decir. Judai jamás había visto un grifo en persona, pero creía fielmente en las palabras de su acompañante pelirrosada. Ella no había terminado su explicación cuando su oscuro familiar le interrumpió, haciéndole notar la presencia de aquello que había visto a través del hada.

- Santo Dios… Los recuerdo más pequeños en los libros de fantasía… -

- ¡Kuri! ¡Esa cosa! ¡Esa cosa trató de comerme! -

El hada gritó aquellas palabras con fuerza mientras corría a esconderse al primer lugar seguro que encontró: El bolsillo del castaño.

Este por su parte se puso de pie al ver los tres metros de inminente amenaza. Sacó de su bolsillo un pocky de chocolate amargo y lo puso entre sus labios, devorándolo de dos mordiscos.

Estaba molesto. Judai realmente estaba molesto. Una de sus más grandes amigos había resultado gravemente herida sin razón alguna, y eso es algo que el ángel del señor no podía aceptar. Y, sin embargo, la ira no se reflejó en su rostro en ese momento. Al contrario, sonrió de una forma tan alegre que le resultaría espeluznante a cualquiera luego de escuchar lo que le diría a Ayana.

- Lo que importa es deshacerse del ser oscuro ¿Cierto, Ayana chan? No te preocupes, yo lo haré por ti -

Y por primera vez en cerca de cuatro milenios, el castaño convocó su espada divina con la intención de asesinar.

- ¡SANDALPHON! –

Gritó aquel lleno de rabia mientras alzaba la mano al aire. El cielo rugió junto con el ser divino y una luz segadora lo bañó un instante antes de disiparse y revelar la espada incandescente, casi llameante, en manos del ángel.

Este no perdió un instante en lanzar un tajo al aire con la espada, la cual dispararía sino una cortante onda de luz con la forma del movimiento que el castaño había realizado. Y como luz que era, esta onda de energía golpeó al ave a una velocidad ineludible.

- ¡!NO PERMITIRÉ QUE LASTIMES A MIS AMIGOS Y TE SALGAS CON LA TUYA!! -

El ángel desato su furia sobre el hibrido oscuro con tal de vengar el hecho de que ese ser causara tanto daño a su conocida, curiosamente el castaño ataco al ente oscuro con un ataque de luz, seguramente recordando los eventos del parque de cerezos, donde Ayana derroto a dicho ser con luz.

El Grifo oscuro empezó a reaccionar ante el ataque luminoso, chillando de dolor mientras sus partes empezaban a desvanecerse, pero no acabaría ahí, el lugar en donde se encontraban carecía de luz, por lo que rápidamente logro recuperarse, aunque no del todo.

─¡¡Judai!! ¡¡Ten cuidado!! ¡Una criatura como esa no se debe tomar a la ligera! Especialmente en su terreno…

La pelirrosa se montó en su familiar mientras unas escamas negras brotaron de su pálida piel al igual que un par de cuernos sobre su cabeza y un par de alas, el pelaje de su familiar daba la sensación de ser bruma negra y ambos fueron desapareciendo en el ambiente.

─Haz que tu espada brille con intensidad, eso lo debilitara, nosotros nos ocuparemos de separar el cuerpo del ente y así destruirlo, no podremos hacer mucho mientras sea de noche.

Su voz resonaba por todo el bosque como si de un espíritu se tratara, la horripilante criatura alada podía notarlo, pero no lograba reconocer su posición, era claro, tanto Ayana como Colt se encontraban en un plano distinto, uno entre el terrenal y el espiritual, difícil de entrar al igual que salir, pero alguien como ella que estuvo en esos terrenos por años sabía perfectamente cómo utilizar el lugar a su favor.

El ente oscuro empezó a atacar de forma desesperada al notar que algo empezaba a atacarle, su lomo empezaba a tener marcas de rasguños demasiado profundos, sin duda producto de un zarpazo y a su vez, en medio de su espalda y perforando ambas alas se podían apreciar algunas flechas oscuras, pero estas no podían ser absorbidas por el ente al estar hechizados por un encantamiento de luz.

─Use flechas de luz de luna, no lo dañara de forma crítica, pero evitara que se regenere, ¡Ahora debes darle el golpe de gracia con tu espada!

El ángel se turbó un poco al ver el comportamiento de la lúgubre criatura, la cual arrojaba horribles chillidos, posiblemente de dolor, tras haber sido herida con el lumínico corte.

Este entonces retrocedió un poco. Siendo sinceros, a cualquiera le hubiera asustado ver un comportamiento tan violento en un ser tan grotesco y aterrador. Sonrió Judai entonces, como pensando que la victoria ya era suya… Pero la fiesta no duraría mucho tiempo.

Todavía no había terminado la pelirrosa de alertar al castaño cuando el siniestro monstruo comenzó a absorber las tinieblas a su alrededor, como si fuese fuego que consumía el papel para convertirlo en cenizas, pero mucho más umbrío y tenebroso.

- ¡Se está recuperando! -

- No me digas ¿en serio? Yo pensé que se estaba derritiendo como el burro de Shrek -

El hada respondió con un tono sarcástico, posada al hombro del ángel, el cual literalmente dio un salto del susto al notar la presencia de aquella.

- ¿¡Q-qué miltanks estás haciendo aquí!? -

- Vine a admirar el hermoso paisaje ¿Tú qué crees? Vine a ayudarte. Cuando tú digas ~ -

El ser divino miró a la criatura fantástica unos instantes, y acto seguido una suave sonrisa se formó en sus labios. Judai entonces sacó un pocky de su bolsillo, lo puso entre sus labios y sujetó la espada con las dos manos.

Puso entonces la vista en su objetivo y notó que había sido herido por un montón de zarpazos y atravesado por varias flechas de energía oscura, pero que hacían daño al ente oscuro, como si hubieran sido bañadas en luz o algo parecido.

Escuchó al mismo tiempo el ángel, desde la profundidad de las sombras, la voz de la pelirrosa hablar como por el bosque entero para notificarle de sus acciones.

El ángel supo entonces que ahora era el momento. Se colocó en pose de batalla y comenzó a cargar energía en la espada luminosa, la cual comenzó a brillar con un fulgor cada vez más intenso, comenzando a iluminar la zona aún con la espesa oscuridad que los rodeaba, y de un solo movimiento, el ángel lanzó una enorme cuchillada de luz directo a la bestia alada. Pero la cosa no acabaría ahí.

« ¡Passe doble! ¡Ahora! »

En esto el castaño no pronunció palabra alguna. Bastó con pensarlo para que la pequeña hada leyese el mensaje directo de la mente del ángel y tomase cartas en el asunto. En cuestión de un instante esta ya se encontraba entre el golpe de luz y el ser de las tinieblas, recibiendo el golpe en el lugar del monstruo.

Pero calma, no se agüiten, que esto todavía continúa. La criatura de luz no se vio afectada por el golpe, pues esta se alimenta directamente de la energía luminosa. Por otro lado, su habilidad le permitió devolver el golpe con el doble de intensidad.

Y como ya se habrán supuesto, dirigió la energía del ataque concentrado directamente al ser de las tinieblas, con una fuerza tan insólitamente intensa que incluso pareció por un instante que en el bosque era de día antes de impactar directamente en la umbrosa ave.

Una enorme explosión es escuchó al momento de la colisión, Una enorme explosión, el aterrador grito del ente, y finalmente silencio. La criatura, incapaz de recuperarse y habiendo recibido un ataque tan devastador, finalmente había perecido.

El ángel entonces cayó rendido por la cantidad de energía que había usado en ese ultimo ataque, y la recién recuperada y también agotada hada, voló unos metros hasta la posición del castaño y cayó rendida al pecho de él. Ambos estaban exhaustos, y ambos reían suavemente.

Tras el golpe final del ángel, aquella oscura criatura había dejado de existir, no obstante, las flechas de la pelirrosa habían captado la esencia de lo que fue aquel grifo, después de todo, no tenía la culpa de ser controlado por un ente oscuro.
Ayana salió del plano oscuro para estar en el terrenal, tenía en manos un frasco con la esencia del grifo y a su lado a Colt.

─Vaya, en verdad que eres muy fuerte, Judai.

Sonríe gentilmente mientras se acerca a ellos.

─Es cierto lo que dicen de las hadas, estas criaturas son capaces de luchar contra la oscuridad, brindando luz a su alrededor, sin duda son seres sagrados…

Una vez en cercanía, la pelirrosa acaricia los cabellos del castaño con tal de reconfortarlo ante tanto cansancio, después de todo, lucho hasta caer, solo esperaba no se desmayara.

─Bueno, tienes la esencia del grifo ese, y el ente oscuro fue eliminado, ¿Qué harás ahora?

─He… bueno, pensaba en darle otra oportunidad a esa criatura, con los datos que pude reunir, tal parece que fue apartado de su manada por culpa de unos cazadores… Realmente me sorprende que existan grupos de cazadores en Japón, no deben estar muy lejos… seguramente están buscando uno vivo, verán… los grifos son conocidos por “proteger” el oro, dado que estas criaturas utilizan ese metal precioso para sus nidos, son capaces de detectar donde hay cantidades decentes de ese material, pero para dar uso de sus capacidades, necesitarían tener uno vivo, el grifo que enfrentamos ya estaba muerto y se descompuso con el tiempo.

─Sigo sin entender la avaricia de los humanos y el hecho de hacer cualquier cosa por conseguirlo, me recuerda a ese rey…

─Si… desgraciadamente hay humanos así, pero, hey, no todos son así, por el momento, lo único que podemos hacer ahora es ayudar a Judai y Lee a recuperarse además de salir de este bosque.

─Mientras no terminemos como ese grifo y nos sorprenda un cazador, todo bien.

─De ser así, tú ya lo hubieras detectado, ¿no?

─Cierto, bueno, suban a mi lomo, los sacare de aquí.

Ayana asiente para después ayudar al Judai a reincorporarse y subir al lomo de su guardián, había sido una pelea muy dura y era necesario descansar, pero a pesar de que todo ahora estaba bien, la pelirrosa mostraba cierta preocupación ante los motivos de la muerte de aquel grifo y que otros tendrían el mismo destino, debía procurar hacer lo posible para salvarlos y la única forma de ubicarlos es dando uso de la esencia.

“Supongo… que utilizando mis habilidades para encontrar su nido seria la forma más adecuada de protegerlos…”

El ángel y el hada se encontraban aún en el pasto para cuando la dragona y su familiar se acercaron. No se dijeron nada desde que habían caído víctimas de la fatiga cual Jaimito el cartero.

Ambos simplemente miraban al cielo. El castaño rodeaba cuidadosamente el cuerpo de la pigmea peliazul con una mano y al mismo tiempo acariciaba con delicadeza los cabellos de esta, usando el pulgar de la misma mano.

En eso, la pelirrosa se acercó a ambos con un frasco entre manos, al lado de su guardián. Fue entonces que el chico se sentó con cuidado en el pasto, dejando a la criatura fantástica bajar hasta la pierna de él de un salto.

Escucharon entonces a la chica hablar y fue Judai el primero en tomar la palabra para responderle. Habló aquel con un tono ligeramente tímido que mostraba lo apenado pero halagado que lo hacían sentir las palabras de la chica.

- M-muchas gracias, Ayana chan. Aunque dudo que lo hubiéramos logrado sin ti -

- ¿Seres sagrados? V-vaya jeje... -

La pequeña hada reía apenada, y el tenue rubor de sus mejillas sobrerresaltaba de su rostro de zafiro, con el que hacía un gesto de alegría.

- La única persona que me había llamado así es Kuri, y eso luego de acabarse Ocarina of time -

Y alzó entonces Lee la vista para ver como la sacerdotisa acariciaba los cabellos de su amigo, y como a este se le subían los colores al rostro mientras se dejaba. La pequeña tuvo un millón de ideas para molestar al ángel entonces, pero le dejó descansar en paz un rato luego de haberse enfrentado a esa enorme criatura.

Entonces ambos se quedaron quietos y en silencio, escuchando con atención la conversación de la pelirrosa y su familiar azabache.

Y así, oyeron a estos hablar acerca de los cazadores y de los grifos, de los grifos y del oro, del oro y de la avaricia humana, de la avaricia humana y de la otra cara de la moneda.

De esta forma conversaron un buen rato hasta finalmente concluyeron la plática con la decisión de ayudar al ángel y al hada. Y así, estos agradecieron amablemente al unisono y subieron al lomo del amarok, con ayuda de Ayana por supuesto.

Judai entonces escuchó, o más bien no escuchó a la pelirrosa, como si esta estuviera pensativa por alguna razón. Y ya que, dada la sinuosidad del bosque, el silencio era abrumadoramente incómodo, el castaño habló con un tono calmado pero alegre como siempre hacía.

- Por cierto, que torpe soy, he olvidado presentaros -

El ángel soltó una pequeña risa y se llevó una mano a la nuca, tras lo cual continuó hablando.

- Lee, te presento a Ayana Shade. Es una amiga mía, pese a que no hace mucho que nos conocemos. Y Ayana, ella es... -


- Soy Lee. Solamente Lee. Es un placer conocerte jeje -

La pequeña hada mostró entonces una amable sonrisa y voló hasta el hombro de Judai, sentándose pues, ahí mismo.

- Por cierto, me caes bien, así que voy a ser sincera para no generar malentendidos. Este angelito es mío, estamos comprometidos, así que puedes ir guardando distancia ~ -

- ¿¡Q-qué!? ¡N-no escuches nada de lo que dice! -

- Jumm... Antes sí me seguías el juego... Oh, entonces ella si te gusta ~ Jiji, lo sabía -

El ángel se tornó colorado cual tomate de temporada entonces y comenzó a actuar nervioso, sin saber qué hacer con su vida.

- E-ehh... Yo no... Q-quiero decir... Ehh... -

Lee se hechó a reír al hombro del ángel hasta el punto del llanto, tras lo cual se incorporó nuevamente y se secó las lágrimas de risa. Entonces soltó un suspiro de tranquilidad y miró a la pelirrosa.

- ¿No es una ternura de chico? -

- Y-ya para por favor q.q -

El ángel no podría estar más ruborizado en ese momento, y simplemente se dedicaba a ser botana de hada.

La pelirrosa había cubierto sus labios con su diestra para soltar una leve risa, era evidente que le parecía gracioso la forma en como aquella hada molestaba al castaño y como este reaccionaba ante ello.

─Si, es una ternura de chico, pero tú no te dejas atrás~

Comentó para después dar un leve toque con su dedo a la cabeza de la hada.

─Eres tan adorableee~  

Desbordaba ternura de solo mencionarlo, quizás causando que aquella hada azul se tornara levemente roja (???)
Era evidente que Ayana quería molestarlos un poco, después de todo, algunas risas les vendría bien después de un momento riesgoso.

Mientras avanzaban por el bosque, cada vez la luz se desvanecía, quedando  todo completamente oscuro, la noche había llegado y las luciérnagas empezaron a salir de la hierba para iluminar el bosque con su luz.

─¡Oh~! ¡Luciérnagas! Me encantan estos insectos, suelen darle un toque romántico a todo.

─No vengas a contarme sobre tus citas y encuentros románticos de películas.

─ ¿he? ¿citas? Y-Yo no he tenido tantas…

─Eres toda una rompe corazones.

─¿R-Rompe corazones? Q^Q

El cruel guardián daba a relucir su lado travieso, molestando a la pelirrosa para después reírse en su cara, provocando que esta se enterara de la broma y haciendo un puchero.

─¡Eres de lo peor, Colt! ¡Jum!

Se cruzó de brazos, desvió su mirada mientras mantenía aquel puchero, era ciertamente tierna, pero podría notarse cierta molestia.

─Estas molesta, ¿cierto? Más vale que cambies la actitud y tendré que darte un beso

─¡¿¡Que tú que!?! ¡Ni hablar!

─Entonces lo hará Judai

─¿¡Q-Que!? ¡Judai no haría eso! … ¿o sí?

Finalmente, el lobo había provocado que su ama se sonrojara, al escuchar la burla de este, rápidamente la dragona suelta unos golpes en el lomo de su familiar.

─¡¡Deja de burlarte de mí!! ¡¡Pesado!!

El rostro del hada se tornó entonces de un tono rosado, lo cual cambió por completo el color del aura de luz que despedía en ese momento. Era una escena bastante curiosa, a decir verdad, el poder ver un hada brillando en dos tonos distintos no es algo que se vea todos los días.

Ahora era claro tanto para el castaño como la peliazul que el ambiente se había convertido sino en una buena reunión de amigos. Y vaya que hacía falta una de esas luego de lo que había ocurrido…

En fin, así comenzaron a penetrar cada vez más dentro de la densidad del oscuro firmamento, que, si bien ya era bastante oscuro el bosque de día, la noche se ocupaba de darle otras cuantas pinceladas de acuarela negra, como si tratase de pintar un paisaje del cielo estrellado encima del propio fondo forestal.

Tanta era la afición de Nicte por recrear esta escena que no tardó en pintar las primeras estrellas de su oscuro firmamento, las cuales no eran nada menos que vivas luciérnagas, las cuales más bien pareciendo cometas nadaban en el umbrío pero ya no lúgubre fondo cósmico que el bosque representaba.

Y mientras la deidad de la noche tenía su momento de creatividad allá en el olimpo, el castaño y su amiga reían en respuesta al modo del guardián oscuro de burlarse de su ama. Eso hasta que se pasó a traer al ángel con su última frase, a lo cual este solamente reaccionó sonrojándose un poco. No es de extrañarse que para Lee esto sólo representase una oportunidad más de seguir molestando a Judai

- ¿Que no? -

El hada se sentó entonces al hombro de la pelirrosa, lo cual a Judai le dio el peor de los presentimientos.

- Solo deja que se le presente la oportunidad y ufff, un beso va a ser poco con lo que te haga ~ -

Y contrarió a todas las reacciones que cualquiera de los presentes hubiera podido esperar, el inocente ángel no hizo otra cosa que ladear la cabeza, confundido.

- ¿Eh? -

- ¿Qué? -

- ¿Qué podría ser mayor que un beso? -

- … Es broma ¿no? -

- Nop. ¿De qué hablas? -

- ... -

Los colores se le subieron nuevamente al hada al rostro con cada balbuceo que soltaba en un intento por pronunciar palabra alguna, hasta que finalmente gritó

- ¡N-no esperes que una chica se ponga a hablar de esas cosas! ¡Baka! -

- P- pero si tú has sido quien lo ha mencionado… -

- ¿!Más de seis milenios viviendo entre humanos y no has aprendido nada!? Tsk, con razón nunca has tenido una cita -

Y mientras el hada miraba molesta y avergonzada al ángel, este seguía con el mismo rostro de confusión, aún sin lograr entender nada de lo que sucedía

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