Traido por la corriente (libre)

Una luz...fue lo último visto por el joven durante un buen tiempo, pensó que había sido el fin hasta que sintió su cuerpo flotando en el mar, siendo arrastrado más hacía la orilla con cada ola que seguía durante la marea alta de las playas de la isla.

Era de mañana cuando esto sucedió, y para cuando Avram desperto ya en la orilla de la playa, recostado sobre la arena, el ocaso no estaba muy lejos y la marea había bajado considerablemente y este se encontraba levantandose un poco para quedar sentado en la arena y sobando un poco su cabeza.

—¿Donde...estoy?...¿que lugar es este? maldición debo encontrar a mis amigos ¿ganamos o que sucedió?

Bastante desconcertado se terminó de levantar y recogió su espada a la par que se hacía todas estas preguntas y observaba el próximo ocaso...debía explorar la zona cuanto antes y buscar a su equipo...por lo menos el mundo parecía estar existente aún...¿o será que ya había muerto?

Perdida en sus pensamientos, aquella pelirrosa llego a tocar la cálida arena blanca sin siquiera notarlo, varias cosas le preocupaban, ¿Qué hará ahora? ¿Cómo podrá proteger a su familia? ¿Cómo podría ganar la confianza de sus compañeros para luchar lado a lado? Y lo más importante, ¿Cómo podría vencerla? Era claro que su enemiga podría causar mucho caos y muerte, no podría vencerla ella misma o terminaría siendo presa de su poder, algo debía hacer, pero no sabía cómo.

Tras topar con el agua salada, llegando a mojar sus zapatos, aquella dragona da un salto hacia atrás para luego soltar un grito.

─¡¡¡AAAAH!!! ¡¿Pero qué es esto?! …Ah, E-Es la playa… ¿Cómo llegue aquí?

Se había sobresaltado por nada, pero era de esperar dado que aquella chica tiene una mala experiencia con el mar y prefiere limitarse a estar a la orilla, a pesar de poder adaptarse a voluntad.
Soltó un pesado suspiro para luego fijar su mirada al horizonte.

─Me pregunto… ¿Por cuánto tiempo podré ver este hermoso paisaje? Con todo lo que está pasando…espero poder salvarlos…

hablaba para sí misma con tal de animarse un poco, había perdido a muchas personas con el pasar del tiempo y no permitiría que otra vida sea tomada, estaba dispuesta a darlo todo, pero… no conseguiría detener a la amenaza sin algo de apoyo, así que debía tratar de unir a los estudiantes de ambas academias y luchar por un futuro, un futuro que ella misma no ha logrado ver.

─Bueno…sé que suelo perderme mucho… pero presiento que estoy aquí por una razón… ¿tú qué opinas, Colt?

─Opino que no estás del todo sola en este lugar, detecto una extraña energía, nunca lo había detectado antes, pero es poderoso…

─…¿Qué? ¿Q-Que quieres decir con eso? ¿Hay algo aquí? No me digas que es un Ente oscuro o un enemigo que viene a asesinarme…

─No estoy seguro…no parece ser un Ente… Lo mejor es que tengas cuidado…

Aquella pelirrosa se quedó en silencio, si su familiar no era capaz de detectarlo con seguridad solo significaba dos cosas:
-Oculta su identidad para asesinarla.
-Dicho ser no pertenecía a ese mundo, sea por pertenecer a otro tiempo, lugar o plano.

Sea cual sea la razón, debía prepararse para cualquier ocasión, Ayana se dispuso a caminar por la playa con tal de encontrarse al ser desconocido, un movimiento demasiado riesgoso pero necesario.

─¡¿LOBO ESTAS AHÍ?! ─Gritó con la intención de llamar la atención.

Repentinamente su familiar se formó como un Amarok con tal de propiciarle un merecido zape a la dragona.

─¡¿Estás loca o qué?! ¿Qué tal si viene a matarte? Realmente eres demasiado idiota ─Refunfuño molesto.

─Auch… e-eso dolió (Q//^//Q)

Podría decirse que se puso a reflexionar un momento más mientras observaba las olas, se sentía confundido y perdido...pero a pesar de ello logro detectar 2 presencias no muy lejos de el lo cual lo puso alerta y empuñando su espada con ambas manos.

Poco después había logrado escuchar una leve conversación entre ambos, con lo cual mínimo sabía que no eran bestias salvajes...cosa que lo hizo acercarse con lentitud al lograr entender el idioma.

—¿Hola? ¿Pueden oírme?

Mencionó en voz alta mientras comenzaba a avanzar del mismo modo por aquella playa, hasta lograr ver a cierta distancia a una chica de cabello rosa junto con otro ser.

- ¡E-espera! ¡Judai te lo suplico! ¡Maldito idiota, te digo que te detengas! -

- ¿Qué es lo que tanto te preocupa, eh? Solamente es una playa -

« Demonios… »

Era un ocaso precioso aquel en el que el joven castaño y su hada de bolsillo habían salido de paseo a petición de la segunda. El ambiente era tranquilo y todo iba de maravilla hasta hace unos instantes. Pero resultó que, de un momento a otro, la pequeña azulada intentó a toda costa huir lo más rápido posible de la costa tras haber puesto un rostro de presagio apocalíptico. Pero como eso de la curiosidad no se le daba al ángel, este se llevó a su compañera consigo en la dirección opuesta a la que esta quería ir.

Hizo aquel entonces una proposición, aún con la criatura mágica entre sus manos.

- Hagamos esto. Si tú me dices por qué no quieres ir, nos vamos de regreso. Pero tienes que decirme la verdad -

Lee había hecho un pacto con Judai. Sabía que no podría mentir si aceptaba la condición, pues estaba obligada a cumplir sus órdenes. No le quedó de otra que negar con la cabeza y esconderse en el bolsillo del chico, comenzando a hablar con expresión malhumorada.

- Ve entonces si tanto quieres, pero ni loca pienses que voy a salir de aquí. Baka -

Fue así como el castaño se acercó finalmente a la costa y, no viendo nada extraño, estuvo por regresar de vuelta a casa a pedirle disculpas a su compañera.

Así hubiera sido si no hubiese escuchado un grito conocido a la distancia. Corrió entonces el chico en dirección de aquella voz ara encontrarse sino con Ayana, la sacerdotisa dragona con quien ya había tenido más de un encuentro en ocasiones pasadas. De hecho, era en gran parte gracias a ella que Lee se encontrara ahí, y estuviera sana y salva.

Pero la pelirrosa no era la única presente. Ahí estaban también su fiel guardián, y un sujeto que no era conocido para el ángel. El tipo estaba empapado de pies a cabeza, lo que inmediatamente lo puso en la vista del insaciablemente curioso ángel del señor.

- ¡Ayana chan! ¡Cold san! -

Judai se acercó como siempre con una actitud alegre que era reflejada en su semblante.

- ¡Qué gusto veros! ¿Quién es su amigo? -

Preguntó sacando uno de sus palitos con chocolate para apuntar cordialmente a aquel que lucía como salido de un concurso de cosplay, al menos para el ángel. El hada mientras tanto trataba de ocultarse entre los pockys del castaño, pero su cerúleo fulgor la delataba a tan temprana hora. Sin embargo, dudo yo que alguien sospeche que si algo brilla en tu bolsillo se trate de un hada, así que posiblemente estaba a salvo ahí.

Tras un momento de escándalo, una respuesta logro captarse por parte de un extraño, tanto Ayana como Colt se percataron de ello y fijaron su mirada hacia la dirección de aquella voz, se trataba de un joven rubio de ojos azules claros, una altura que asemejaba a la de colt (aunque el familiar lobuno es más alto…), aquel individuo vestía con una armadura y una bufanda húmeda cubría la mitad de su rostro, ¿Por qué estaba tan mojado? ¿Acaso habrá naufragado? Tenía muchas dudas, pero tenía una confirmación clara, aquel chico no sabía dónde estaba, se le notaba en la mirada de confusión y claramente notó algunos recuerdos recientes.

─¡H-Hola! Así que si había alguien más aquí… ¿te encuentras bien? Parece que estuvieras perdido… y como estas empapado… das un indicio que la corriente te arrastro hasta tierra firme…

La pelirrosa fue acercándose con cautela mientras mantenía contacto visual.

─Mi nombre es Ayana Shade, soy sacerdotisa y el Amarok que está a mi lado es mi guardián: Colt.

El lobo al ser presentado, se acerca y se interpone entre ella y el desconocido, protegiéndola celosamente de cualquier movimiento.

─Tranquilo, no nos hará daño, creo…

─ese “creo” no me tranquiliza…

─Bueno, está confundido, en un lugar que no conoce con personas extrañas, hasta yo me sentiría amenazada.

La pelirrosa traspasa el pelaje del lobo con tal de estar frente a frente al caballero, la diferencia de altura era notorio, pero al estar tan cerca del rubio podría provocarle algo de miedo ante sus rasgos y energía oscura que esta emitía.
De pronto, sin previo aviso, una voz conocida empezó a llamar su atención, no era nada más que aquel chico castaño que más de una ocasión llego a toparse, ese ángel mostraba su enérgico carácter y sonrisa alegre, despreocupado como siempre.

─Es ese ángel… y me llamo Colt, no Cold.

─Judai, me alegro verte por aquí, ¿Se encuentra bien Lee? Espero que si, por cierto, este chico tal parece que estuvo naufragando y termino aquí, creo que esa es la razón por la que me encuentro en este lugar, veras, suelo tener visiones y mi cuerpo se mueve por sí solo, muchas veces no me doy cuenta de donde estoy hasta que ocurre algo.

─Si… y es un verdadero problema cuando hay un conflicto y tu ni cuenta…

─Bueno, deberes de una Sacerdotisa, pero bueno, ¿Recuerdas cómo te llamas? ¿Te duele algo? Puedo ayudarte si me lo permites.

Ayana cuestionaba al rubio con tal de saber su estado, bien podría saber lo básico con mirarle los ojos, pero necesitaba saber si estaba en condiciones o si requería ayuda médica.

El joven si bien buscaba respuestas, recibió una actitud más cálida y animada de la que se esperaba, en cierto modo le recordaba a alguien así que ahora decidiría esperar pacientemente a que terminara el diálogo entre aquella chica de cabello rosado frente a él y otra presencia que se acercaba hablando con la voz de un joven...en total detectaba a 4 seres por lo cual asumía que 2 de ellos se trataban de familiares o invocaciones por otra parte.

Como se dijo antes, el rubio se mantuvo callado hasta que la pelirrosa termino de hacerle preguntas y en general de decir lo que tenía que decir. Posterior a eso comenzaría a hablar con los presentes.

—Huh...Bueno, es un gusto conocerlos yo soy Avram-....Soy Maximus Palladion y respondiendo a tu pregunta me encuentro bien, solo algo...¿Perdido? Te agradecería solo que me dijeras en donde y cuando estoy

Aquello último lo mencionó con cierta actitud despreocupada a pesar de la seriedad el resto del tiempo, casi como si estuviera poniendo una excusa o algo por el estilo. Aunque el nombre que mencionaron antes no le dejaría de dar vueltas en la cabeza..."Lee...no, no puede ser quien creo que es"

El ángel rió con un tanto cuanto de preocupación y otro poco de vergüenza al escuchar al guardián de la azabache.

- Perdón, Colt San -

« La verdad es que su personalidad no ayuda mucho con la distinción[/color] »

El hada de tonos oceánicos pensó aquello en su mente, luchando por no decir nada a pesar de sus deseos de hablar, terminando sentada en el bolsillo del ángel en silencio.

La pequeña de repente se frustró lo suficiente para comenzar a insistir al castaño, haciendo uso de su don de telepatía.

« ¿Ya merito nos vamos? »

« Nop. El sujeto está perdido, habrá que ayudarlo ¿No crees? »

« Demonios... »

- E-ehh si si, Lee está perfectamente bien -

Respondió el ángel a la pelirrosa tras unos segundos de silencio, por haberse puesto a discutir con Lee telepáticamente.

- Solamente un poco rara como siempre, ya sabes cómo es -

Y rió suavemente el siervo de Dios, mientras el hada lo golpeaba enojada desde su bolsillo, aunque esto no era sino solo leves cosquillas para el chico dada la diferencia de tamaños.

« ¡B-baka baka baka! »

Luego de eso sucedió una explicación por parte de la sacerdotisa, una breve discusión con su familiar y finalmente una serie de cuestionantes realizadas al que no solo parecía caballero medieval, sino que contestaba con voz de uno. Algo que hizo al hada estremecerse en el bolsillo de Judai, aunque la verdad no haya dicho nada extraordinario el hombre.

Entonces el castaño se adelantó a la pelirrosa y exclamó con una entusiasta sonrisa:

- ¡Estás en la isla de Yokohama! ¡Hogar de criaturas fantásticas y seres sobrenaturales! ¡Cuna de aventuras inolvidables y travesí- -

- ¿¡Quieres callarte!? ¡Le preguntaron a la chica, no a ti! ¡Ten un poco de caballerosidad y vámonos de paso! -

Lee no se percató del momento o la manera en que había subido al hombro del ángel sino hasta que volteó a su alrededor y se quedó mirando a Avram algunos instantes.

- E-ehh... Hola -

La pequeña rió suavemente entonces y mostró una amable sonrisa.

- Mi nombre es Lee. Es un placer n.n/ -

A pesar de estar a punto de responder las preguntas de su contrario, el ángel se le adelanto, mencionando el lugar como si fuera un vendedor ambulante, Ayana simplemente soltó un suave suspiro, pero no era una reacción similar para su familiar, quien soltó un fuerte bufido ante tal descortesía.  

─Bueno, él se encargó de mencionarte el lugar, pero me dio curiosidad el tiempo que pides… Estamos el día XX de noviembre de 2018, usualmente la gente pregunta fecha cuando han cruzado una brecha espacio-tiempo, pero no sabría con seguridad…

─¿Sospechas que no es de este tiempo? ─Cuestiono el familiar.

─Si, lo sospecho, pero necesito asegurarlo… de ser así, deberé protegerlo, así que~

Sin previo aviso, la pelirrosa se acerca demasiado al rubio, invadiendo claramente su espacio personal, tocando su armadura, dando leves golpeteos a la misma y claramente mirando los ojos de su contrario sin pestañear ni un segundo.

─Ummm…. Ya veo… interesante…

Ayana empezaba a ver los últimos recuerdos del caballero, logrando apreciar cada detalle necesario para saber su condición.

─Bien, es suficiente… Joven… Maximus, ¿no es así? Tendrás que ir conmigo, como dije antes soy sacerdotisa, sirvo al dios Chronos, la entidad del tiempo mismo, mi deber es proteger esta línea temporal y sobre guardar a los que no pertenecen a ella, si algo te pasa o haces un desastre, pondría en riesgo la vida de millones de seres en esta realidad, así que espero comprendas que debo… ¿cómo decirlo? Mantenerte bajo mi manto, sí, eso…

─En pocas palabras, tendrás un sello que evitara que tus acciones alteren esta realidad.

─S-Si, eso… Espero me permitas hacerlo…

—Huh... definitivamente eso no me ayuda a orientarme en donde estoy, pero al menos sé que no estoy en mi hogar y el nombre de este lugar. Aún me pregunto cómo llegué aquí

Tras esto se puso a meditar un poco en lo ocurrido para intentar pensar cómo fue que acabo ahí, pero por mas que le daba vueltas no encontraba más que la aparición de los guardragon y su combate, así que puso una mano en su rostro intentando recordar más...esto al mismo tiempo que la sacerdotisa frente a él se le acercaba.

—Puedes llamarme Avram, no te preocupes por eso. Y entiendo perfectamente la situación, no tengo ningún problema con ello pues mi mayor preocupación sería regresar a donde estaba combatiendo...hay algo pendiente

Pero justo cuando dijo eso comenzó a ver la escena en la medio discutían todos...y en eso avistó a quien no hubiera querido volver a ver jamás, el hada Lee estaba frente a él, sobre el hombro del joven que lo encontró...vaya que toda la existencia era un pañuelo, así que se le quedó mirando fijamente.

—Tu...

Sin pensarlo y con una mirada llena de irá uso su teletransportación para dar un pequeño salto y pasar a la sacerdotisa para atacar al hada rápidamente con su espada, su intención y ataque se basó en un corte diagonal, queriendo acabar con Lee sin tocar al chico sobre quién estaba.

Hubo un cegador destello fugaz, seguido de el rotundo resonar que anunciaba a coro de trompeta el choque de metales que se había producido. El ángel carecía de resistencia física, así que fue mandado al suelo inmediatamente. Había logrado su cometido, proteger a su amiga, que era lo que importaba. Un instante le había bastado para invocar su espada en manos y detener el golpe. El hada agradeció el gesto restaurando en un abrir y cerrar de ojos la salud del chico con solo darle un beso en la mejilla.

- ¡Kuri! ¿Te encuentras bien? -

El castaño se puso de pie y asintió suavemente, sujetando su espada con una mano y rodeando a la criatura mística con el brazo contrario.

- He notado la intención de tu ataque. ¿Qué tienes en contra de mi Lee? -

El hada por su parte, se apegó al pecho del ser divino y dedicó a Avram una mirada de miedo y desconsolación a la vez que con una barrera de luz cubría a ambos de otro posible ataque. Luego miró a Ayana, con ojos llorosos. Era notable que la pequeña realmente sentía miedo.

- ¡Ayana Sama! Por favor, no hagas nada imprudente. Es claro que está confundido aún por lo que sea que le haya pasado, no creo que tenga malas intenciones. Por favor no le hagan daño… -

El ángel quedó sorprendido en ese instante, al ver como su compañera defendía de forma sincera a quien tan solo hace un par de segundos le había intentado rebanar por mitad. El ángel y el hada estaban perfectamente sincronizados. Podían saber lo que el otro pensaba y sentía sin impedimento alguno. Es así como Lee confiaba su vida a Judai y este actuaba con reciprocidad en respuesta.

La energía que emitía aquel rubio daba a entender que tenía remordimiento hacia el hada y a la vez estaba lleno de ira, ¿habrá pasado algo con alguna hada similar? Sea la razón de su ataque, debía poner un alto.
Sacó un báculo que contenía un reloj de arena y justamente se colocó en medio de ambos seres con tal de evitar otro conflicto.

─Todos, guarden la calma.

Con voz serena, se enfrentó al rubio y lo miro fijamente a los ojos.

─No te hare daño, porque no me corresponde luchar contra a ti, pero debo avisarte que estas atacando al hada equivocada.

con su mano libre, apunto al ángel con tal de curar cualquier herida a causa de dicho ataque, el aura que la sacerdotisa emitía causaba una profunda paz, muy contrario a su familiar.

─Olvidas que estas en otra realidad, todos los seres que están aquí, aunque los reconozcas, no son los mismos seres de tu mundo, debes respetar las continuidades de este mundo.

Soltó un leve suspiro mientras sujetaba con ambas manos su báculo.

─Sé que no será fácil adaptarte a este lugar, pero tendrás que evitar conflictos innecesarios si quieres volver a tu mundo, debo admitir que esto se está volviendo muy común… y muchos seres no han logrado volver…  Así que lo repetiré nuevamente, las personas que reconozcas aquí no son las mismas que has conocido en tu mundo.

Dicho eso, se acercó a él para después abrazarlo, dándole una muestra de afecto y susurrándole algunas palabras de apoyo.

─No estarás solo, aquí tendrás quien te ayude.

El ángel no fue el único, de igual forma el joven se quedó sorprendido con la reacción del hada Lee...se preguntaba que rayos estaba tramando ahora, puesto que podía quitárselo del camino fácilmente con la confianza que tenían los demás presentes en ella.

"Touché" pensó en cuanto se acercó la sacerdotisa a intentar calmarlo...si bien esto no haría que todo el remordimiento y desconfianza que tenía ante Lee se esfumara, bien le haria calmarse puesto que era verdad que no se encontraba en su mundo y no podía estar causando destrozos por ahí.

—...Aún así no dejaré de estarla vigilando, esa hada es más peligrosa de lo que creen. Eso me limitare a decir por ahora

Soltó un leve suspiro al sentir el abrazo y correspondió z en parte también hacía tiempo que no recibía afecto de esa forma, así que solo se dejó y cerró los ojos pero sin dejar de percibir su entorno.

El ángel se puso de pie con cuidado y desvaneció su espada en brillitos de luz, como destruida por Thanos, pero en vez de Thanos fue Tinker Bell. Se acercó entonces al sujeto y le extendió una caja con pockys, como invitándole a tomar uno.

- Mi nombre es Judai, y esta de aquí es Lee. La conozco de toda la vida, es mi mejor amiga en el mundo, y fuera de morderme no le haría deño a nadie -

La cerúlea entonces se posó sobre el hombro del castaño, y un tanto temerosa todavía mostró una leve sonrisa.

- E-es un placer conoceros -

Fue lo único que dijo aquella, mientras el ángel se quedaba preguntándose qué cosa podría haberle sucedido al caballero para que se encuentre tan molesto con el hada del cáliz mundial (cosa que sabría de haber visto “secreto del legado mundial” alguna vez, pero como Kuri siempre anda con su misma baraja de Blue eyes… Pues ni idea tiene para empezar de que su familiar es una carta).

La pelirrosa soltó un suspiro de alivio al ver que las cosas se habían calmado, al menos por ahora, esta se acercó más a ambos individuos para colocar su mano en el hombro ajeno.

─Aquí nadie es un enemigo ni una amenaza, de ser así, ninguno estaría hablando.

Tras decirlo, aquella dragona acaricia cariñosamente al hada.

─Además, soy mitad dragón, se perfectamente del poder que tienen las hadas, son las únicas que podrían darnos frente, si algo pasara, yo sería la primera en darse cuenta.

Empieza a juguetear con las mejillas de Lee, provocando que esta se sonrojara por tal acto.

─Eres tan tierna, Lee-san

─Ayana…deja a esa enana azul en paz ─Comentó el Amarok quien se colocaba en medio nuevamente para hacer que la dragona dejara en paz a Lee.

─Vale, me calmo, bueno… ¿Cómo te sientes joven caballero? ¿tienes alguna herida? ¿estas mareado? ¿o tienes hambre? Podemos llevarte a un restaurante.

—No comentaré al respecto más que...he visto muchas cosas también, por eso mismo permanecere alerta ante todo

Incluso si el era el único generando cierta tensión en el ambiente así se mantenía, con su mirada sobre Lee y el señor fruncido, aunque intentará confiar...no olvidará nunca lo que ha vivido.

—Por fortuna estoy bien, en todos mis sentidos...aunque ir a comer algo no sería una mala idea,serviría incluso para aliviar un poco la tensión