¿Una nueva profesora? Priv. Erinia

— Vaya cosas, no? Ahora dónde estará la profesora? — Dijo hablando para sí misma, ya que le habían encargado que le mostrara lo que era la Academia, en sí todo en general, sería agradable ante los ojos de la pelirroja, poder tener una mujer en esta Academia, pero prácticamente le habían dicho que tenía que ir a buscarla a las 2:30 PM en la sala de profesores, pero le había salido que las clases se alargaron un poco por la falta de atención de los jóvenes se les dio ese castigo que sus clases se alargarían una hora más. Ya era tarde, mientras la joven de flameantes cabellos andaba caminando entre los pasillos hasta la sala de profesores. Esos pasillos que se encontraba totalmente solos, mientras las cortinas de las ventanas se movían al compás de la brisa.

Cuando ella se acercó para abrir la puerta del salón se percato que no había nadie, así su mirada se dirigió al reloj que estaba colgado en la pared, donde solo observó que las agujas marcaban exactamente 3:20 PM — Ah rayos — Sólo se había preocupado, no quería dar una mala impresión, menos que pensará la nueva profesora que ella no tenía interés en conocerla, así rápidamente cerró la puerta de esa sala. La mirada de ella se posaba en cada una de las esquinas de esos pasillos con la idea que la encontraría a un rondando por estos lugares, mientras su caminado no cesaba ni un poco, se apresuraba, mientras en cada salón que iba pasando así iba revisando.

No era de rendirse y no lo haría con buscar a la profesora. Llegó en un punto en que se había cansado, pero su voluntad seguía en querer encontrarla, después de andar dando vueltas por cada uno de los rincones de la Academia desde los gigantescos jardines, hasta los salones de la directiva estudiantil, hasta que solo le quedaba el  único lugar, que era la cafetería, así cuando ella abrió ese par de puertas, notó que al fondo estaba una mujer de blancos cabellos, con una taza de café, que miraba hacia la ventana. Un suspiro salió de los labios de ella, para acercarse y ponerle una mano en el hombro con  delicadeza. — Creo que ya no estoy apta para carreras — Comentó con una pequeña risa — Mmmm me llamo Rias, es un placer conocerte Erinia — Dijo amigablemente en ese rostro — Creo que es muy tarde para dar un recorrido por aquí, te apetece mejor ir a comer? en la ciudad hay buenos restaurantes —

Era emocionante. ¡Hoy iba a conocer a una de sus compañeras! Solo debía ir a la sala de profesores, para encontrarse con ella. Alegremente fue flotando, se acercó a la puerta y... eso era un aula.

...¿uh?

se fue de allí, y giró una esquina, subiendo las escaleras... un pasillo sin habitaciones. Erinia levantó una ceja, y siguió rondando por la academia... El gimnasio... El sótano... el invernadero... ¿Como acabó en el techo? Miró el reloj... Ya pasaban 10 minutos de la hora. Y Se puso a correr para llegar a tiempo.

...

Las puertas de la cafeteria se abrieron de golpe, con Erinia con cara de mala leche y resoplando agotada.

¡¿Por que esta academia es tan grande?!

Entró en la cafetería, rindiéndose. Fue a preparar un café y se sentó en una de las mesas, suspirando pesadamente, y pasaron veinte minutos en los que se pasó pensativa, mirando por la ventana, hasta que una mano en el hombro la hizo saltar del susto.

¡Ay dioses pero que-!

Le miró y parpadeó algo confusa. ¿Apta para carreras...? ¡Ah! ¡Ella era la profesora! Se levantó rápidamente y juntó las dos manos en frente de su cara a modo de disculpa.

Perdóooon~ No me dijeron donde estaba la sala de profesores así que me perdí de camino... Y el placer es mio, Rias~

Parecía una mujer agradable.

Estaré encantada de acompañarte~ La verdad es que me muero de hambre, y no conozco ningún restaurante. ¿Sabes de algún lugar que hagan pescado bueno? Me muero por comerme un buen plato.

La agarró del brazo y tiró de ella alegremente, dirigiéndose a la salida.

Sólo observo esa disculpa se repente de ella incluso llegó a tomar por sorpresa a la pelirroja y pensó que quizás había hecho algo malo, pero al parecer no fue así. Sus brazos se cruzaron quizás estaba molesta por el hecho que la administración de la Academia no le haya explicado a ella dónde estaba el Salón de maestros, y la pelirroja todo este momento pensó que el a había llegas tarde en el encuentro. — Ah... Rayos, pensé que yo había llegado tarde al Salón y te habías cansado de esperar — Dijo llevando su mano hasta su frente apartando un poco su cabello a modo de solo darse un poco de viento. Mientras volvió a verle con una sonrisa a la profesora de blancos cabellos que parecía muy animada en este momento, quizás el café tenía mucha azúcar.


—¿Hambre? Mmmm creo que lo que quieres probar es el sushi, no? — Comentó curiosa, ya que eran los únicos platillos que conocía que llevaban al pescado como platillo principal, las únicas veces que la pelirroja fue a comer a la ciudad siempre había sido invitada por Dante, pero nunca ha comer sushi. Así una faceta pero sativa se mostró en su rostro. — Restaurante de sushi no he visto en la ciudad, pero nada perdemos con ir a buscar así que vamos, no hay problema — No había tardado ni de terminar su comentario cuando sintió que su brazo fue tirado con muchas energías de parte de ella, aunque para la pelirroja no fue ninguna molestia ser tratada así. Con una sonrisa ahora la pelirroja le tiro del brazo a la albina para guiarla fuera de la Academia.

— Mmm la ciudad está muy lejos de la Academia, pero tengo una manera rápida de movilizarnos, así que con tu permiso. — Dijo y así, apareció ese sello del clan Gremory por debajo de ella, que en un abrir y cerrar de ojos esta los teletransportó hasta uno de los callejones de la ciudad, ¿Por qué el callejón? Pues sería muy mala idea que un humano llegará ver un acto de *magia" Sería mala idea, así mejor de pasar desapercibida ante la multitud. — Listo, creo que estamos por la calle donde están los restaurantes y centros comerciales. — Comentó tranquila mientras solo siguió guiándola ya que ella era nueva en esta ciudad y sería malo perderla. Ese olor de la comida cocinándose, sintiendo todos esos sediciosos aromas.

Al empezar a andar siguieron hablando. habló de que quería probar algo...

X... ¿Xuxi? ¿Que es eso?

Ladeó la cabeza algo confundida. ¿De donde era esa comida? Quizás se hacía un poco evidente que era extranjera.... Aunque parecía evidente que lo que llevaba era pescado, al fin y al cabo, eso era lo que había pedido.

Bueno, si no encontramos no pasa nada~ Siempre podemos ir a comer a un restaurante pesquero, donde preparen pescado fresco~

¿Hm? ¿Que for-? ¡¿HUH?!

Erinia se alarmó al ver el sello en el suelo. Acaso esa profesora era una- Antes de que pudiera reaccionar las dos se transportaron a un callejón. Erinia tragó fuerte y la miró sorprendida y temerosa al mismo tiempo. Hasta el momento no se había encontrado con ningún demonio... ¿Las historias de la capital serían ciertas? ¿Acaso los demonios serían tan malos? Pero... esa profesora estaba siendo muy buena con ella... Y a pesar de haber revelado su naturaleza, no parecía querer atacarla. Soltó un suspiro y se obligó a calmarse, sonriendo de nuevo.

Wao~ Ojalá pudiera hacer algo así, ¡yo apenas puedo volar! Entonces, vamos a buscar algo para comer, ¿de acuerdo?~

La volvió a agarrar del brazo y salieron del callejón juntas.

— Ufff es mi forma mas fácil de viajar, aunque a algunos les molesta creo que es porque se marean mucho, hahaha — Comentó con una pequeña risa, viendo de reojo a la nueva profesora, pero al parecer también a ella le había sorprendido de gran manera esa acción de la pelirroja, aunque sólo se acercó un poco, los síntomas de mareo se podrían observar incluso en los ojos o el color pálido que a veces la piel toma. — Mmm, acaso te mareó un poco? — Dijo curiosa, hasta que vio que estaba bastante bien, o al menos eso aparentaba. Un pequeño suspiro había salido de los labios de la pelirroja, sería muy malo que hiciera marear a la profesora nueva, sería una muy mala impresión.

— Mmm Sí, Sushi? Acaso no lo has probado? — Ladeo la cabeza un tanto curiosa, mientras comenzó a caminar con ella fuera del callejón muy tranquila. — Mmm... ¿De dónde eres? Leí en el expediente que eras extranjera, de qué parte exactamente? — Dijo curiosa, quizás podían tener esta oportunidad de conocerse más, preguntas y respuestas como era lo normal, aunque si ella le llegaba a preguntar algo a Rias, Rías respondería agradablemente, por ella. — ¿En serio? ¿Volar? ... Yo había creído que volar para ti, sería tan fácil como el respirar — Comentó con una sonrisa al final. Ya que a un Ángel volar era una de sus tantas habilidades y que no lo pudiera manejar era un poco extraño. — En la Academia puedes aprender a volar, pedirle orientación a profesores, o leer, creo que podrías aprender mucho, ser profesora no límita a que aprenda. —

— Mira, ahí es — Dijo señalando el restaurante de Sushi, quien al sólo seguir caminando a esa dirección se podía sentir ese delicioso aroma, no sólo del pescado, también camarones, langostas, y entre otras especies marinas. — Entremos y vamos a sentarnos, así vemos el menú — Comentó para sólo ayudar a abrir la puerta dejando que ella pasará adelante. — Pasa — Comentó para después seguirle a ella tranquila, hasta tomar asiento.