[[Thliveró kai skoteinó parelthón]] [Zeldris]

Thliveró kai skoteinó parelthón [Griego] (Un triste y oscuro pasado)

---|||Cuando un gran dolor hiere, una gran felicidad no cura la herida.|||----

Aquella hermosa Gorgona de cabellos morados, caminaba tranquilamente por la playa pasando su momento de tranquilidad escuchando el vaivén de las olas. La playa estaba solitaria, al parecer no había nadie más ahí, el viento silbaba con sutileza junto con las olas dando una armoniosa melodía, a lo lejos Medusa vio al parecer un hombre de baja estatura y cabellos negros, el cual parecía de igual manera estar pasando un rato de tranquilidad. Cerro los ojos así agudizando su oído y olfato obteniendo un tanto de información de aquel chico.


- Zeldris de Merak- Dijo al mismo instante que esta abría los ojos perdiendo de vista al pelinegro, rápidamente se dispuso a buscarlo.

El viento el cual empezaba a soplar con un poco más de fuerza voló unos cuantos metros su sombrero; con las nubes ocultando ese caluroso sol. Ella no pudo evitar sonreír suavemente al sentir la presencia de aquel chico detrás de ella.

- No vengo a atacar, vengo en son de paz- Dijo dándose vuelta encontrándose de frente a aquel pelinegro, sin dejar afable sonrisa.- Me llamo medusa es un gusto …Zeldris-sama

El demonio hijo del mismísimo Rey Demonio quería pasar tiempo de ocio sin pensar en responsabilidades o cualquier otra cosa que tuviera que hacer como el Mandamiento de la Piedad.

Había decidido ir a una playa cercana del lugar donde estaba viviendo el, se lograba ver terreno casi plano de arena que volaba poco a poco con el viento, las aguas con el reflejo del sol se veían hermosas con las pequeñas olas que se formaban o que simplemente se movían poco a poco hacia las orillas de la costa en aquellas tierras paradisíacas el demonio de bajo estatura creía que estaba solo pero como era de esperarse fue capaz de notar a alguien unos metros de distancia, Zeldris la miró fijamente por unos instantes, no quería que nadie perturbara su descanso, aunque por otro lado decidía que no le importaba demasiado.

Camino hacia la pelimorada en un momento en el que parecía haber desviado la mirada, al estar un par de metros tras de ella alcanzó a tomar aquel sombrero sosteniéndolo con la mano izquierda, avanzo hacia a ella y cuando apenas le iba a tocar el hombro para saludar está volteó, bajo su mano poniéndola sobre el mango de su espada.

— ¿Disculpa? ¿Cómo sabes mi nombre? Yo venía a saludar pero creo que eso me dejó un poco más impactado, ten creo que se te perdió.

Una sonrisa brotó de su rostro y estiró su brazo para darle el sombrero, soltó un pequeño suspiro y volviendo su mirada casi fija sobre aquella chica.

— Quisiera que me enseñarás esa técnica, tampoco venía a atacar, a menos que sea necesario ¿Es necesario?

Tomo el sombre sorprendida pero con una sonrisa en su rostro, mientras veía el cabello negro de su contrario

- Bueno yo, al no poder ver a las personas directamente mi olfato y oído me da la capacidad de obtener información de mi contrario asi llevando un poco de ventaja- Dijo esta colocándose el sombrero cuando el viento fue menos fuerte- Puedo enseñarte pero es difícil de aprender y n-no no es necesario atacar


Se río ligeramente mientras veía las olas formarse y volvió su vista a su contrario- Yo solo pasaba por aquí para despejar mi mente de recuerdos del pasado, y pues pensé que estaría solitario casi nadie viene aqui a mitad de la semana - dijo posando una de sus manos bajo su menton, sin ver directo a los ojos a el contrario para evitar accidentes

— Bueno, recién tenía planeado presentarme ante ti, pero bueno, ya sabes, soy Zeldris de la Piedad, el hijo del rey demonio ¿Me habías dicho tú nombre?

Se acercó más a la orilla en donde las olas chocaban con sus pies, notando el reflejo del sol en el mar, después de haber escuchado todo lo de la contraria volvió su mirada en ella y con una sonrisa en el rostro mostrando esos ojos sin brillo se preguntaba porque no lo miraba fijamente.

— Sería bueno aprenderla, podría servir para intimidar a tu enemigo ¿No lo crees? En fin, volviendo al otro tema ¿Porqué no puedes ver? Y bueno, he de admitir que también estaba despejando mi mente, estaba muy aburrido sin hacer nada así que pensaba igual que no encontraría a nadie, menos mal que fuiste tú a alguien más.

— S-soy Medusa hija de los dioses griegos Forcis y Ceto, a-ahm es un gusto Zeldris-sama,  
Se seto sobre la arena tomando sus piernas, así sonriendo un tanto sonrojada mientras en sus ojos aparecía un brillo sin razón alguna viendo las olas, escuchando lo que decía aquel pelinegro, mientras sus ojos se empezaban a opacar hasta quedar sin brillo, y sin poder expresar algún sentimiento, mientras ella aun sonreía, ahora, de un modo melancólico.
—Por supuesto es un tipo de don, pero es muy fácil de aprender , Y si quisiera verte directo a los ojos pero, tengo un pequeño problema- Dijo aún sin brillo en sus ojos, con una mirada un tanto sombría- si te miro directamente, podría hacerte piedra e-es una larga historia, resumiendo, Antes de volverme un Espiritu- Divino de la guerra del santo grial, me refiero ya sabes a  mí pasado, Yo era una Semi-Dios, a comparación de mis hermanas  Esteno y Euríale yo no podía mantenerme “siempre joven e inmortal", gane habilidades en compensación que me dan la capacidad de defenderme; al contrario que mis hermanas, que eran incapaces de cuidarse por sí mismas. Poseyendo mi poder divino, mis ojos místicos de la petrificación , indispensables en la protección, esto, aunque desde nacimiento éramos diferentes ellas siempre tuvieron una naturaleza sádica, y a mí siempre me trataban como a una sirvienta, siendo ellas mayores que yo, pasando de asuntos familiares, Poseidón nos tenía un amor incomparable, especialmente hacia a mí, la esposa de este  mejor conocida como  Atena, celosa mi  hermoso cabello que tenían, nos transformo en demonios. Poniendo serpientes, y nos saco de la isla sin forma. Llegue a ser vista como un monstruo, mis hermanas aún eran adoradas por los hombres más cercanos. Los seres humanos querían matarme y llevarse de las Diosas, pues de tiempo a mis hermanas las empezaron a odiar y yo las defendí para que nos les hicieran nada. Aunque la isla empezó a llenarse de estatuas que alguna vez fueron guerreros, vivíamos de forma pacífica. Posteriormente Poseidón me regaló a Pegaso. Aunque era acosada por mis hermanas todos los días,  simplemente me movía por la isla esperando continuar en paz. Pague a los seres humanos de la misma forma en que me trataron, matando a muchos de ellos, intentando proteger el único lugar donde podía estar con la compañía de sus hermanas. Un día Poseidón me violo en el templo de Atena, obvio me gane más el odio de esta, me mando a matar y ya conoces el resto de la historia con Perseo sandalias que vuelan y espadas – Soltó una pequeña risa y poniéndose unos lentes lo observo finalmente a los ojos, mostrando su bello rostro-


-¿ Y-yo? Porque lo dices

— ¿Medusa? Mucho gusto, suena interesante que seas hija de los dioses.

Mencionó para luego sentarse a un lado de ella mirando hacia el frente, las olas calmadas que tocaban los pies de ambos al llegar a la playa.

Finalmente volteó directo a ver a Medusa, notando que su expresión cambio, creyó que era su culpa o que algo había pasado, así mismo escucho la respuesta de ella.

— ¿Fácil de aprender?, Si tienes tiempo me gustaría que me enseñes, vaya, parece que dije algo que no debería decir, y ¿Con que así es?

Luego de responder solo se quedó quieto escuchando la historia de Medusa, se imaginaba algo heroico y feliz antes de que Medusa terminará su historia, pero fue lo contrario.

Apenas termino de escuchar la historia de Rider y como había sido maltratada por los humanos, defender a sus hermanas y algo que le parecía inclusive atroz que sea violada por Poseidón, eso hizo que Zeldris sin pensar reaccionara de tal manera que la marca demoníaca que tenía en su frente creciera, su enojo se volvió demasiado que quería destruir todo, inclusive al mismísimo Poseidón.

Luego de darse cuenta de su acto y que su marca demoníaca creciera reaccionó volviendo a su estado normal y desapareciendo esa marca y notar que se había puesto unos lentes la miró fijamente a los ojos y con una simple sonrisa solo tomó la mano de la contraria tratando de calmar y esperar que olvidará por un momento su pasado.

— Lamento haber hecho que recordarás tu pasado, pero tranquila, eso fue hace mucho seguramente, creo que lo importante es pensar en el presente y seguir con lo que creas tú, me dio tanta rabia saber que un dios tan respetable pudo violar a alguien como tú, sabes, apenas te conozco pero creo que no eres alguien mala, solo no te juzgaron bien, tranquila, te prometo que mientras yo esté aquí nadie te volverá a hacer daño e intentare hacer que seas alguien feliz.

No pensó en lo que estaba diciendo, simplemente fluía de su boca, fue hasta terminar lo que dijo que un leve rubor brotó de sus mejillas, aún siendo un demonio tenía sentimientos, y ahora mismo estaba muy avergonzado, trato de calmarse soltando un suspiro y luego retomando la charla.



— Y así es, tú, soy un demonio, normalmente hubiera matado a quien estuviera aquí, pero veo que no eres alguien mala, además has sufrido demasiado.

Apenas había dirigido su mirada al contrario vio como algo desaparecía de la frente, sabia que había provocado eso, era mejor no haber hablado, pero de alguna manera no sintió miedo, de hecho se sintió protegida, escuchando lo que decía su contrario. Intento interrumpirlo.


- No fue tu culp- Su voz callo al instante en que el contrario pronuncio las palabras "Mientras yo este aquí" e "intentare que seas alguien feliz" hizo que su corazón diera un vuelco total, que empezara a ponerse nerviosa y su corazón empezara a latir lo más rápido que podía, con un gran sonrojo inundando TOTALMENTE su rostro, sintiendo un nudo en su garganta, tantos sentimientos encontrados.

Soltó unas risas, cubriéndose un poco la boca. Aún sonrojada - No fue tu culpa, por lo mismo estaba aquí, quería olvidar, pero cuando un gran dolor hiere una gran felicidad no cura la herida... -Dijo acercándose un poco mas a este sin pena, le tomo la mano.- Demonio o no eres como los demás, tienes sentimientos - Dijo sonriendo cerrando los ojos.- Te agradezco por aparecer en mi vida, creo que después de esto nada volverá a ser lo mismo en mi

Sin darse cuenta dos mechones de su cabello empezaban a tomar forma de serpientes, estas recorrieron la espalda de Zeldris y subieron a su cuello poco después llegaron a su rostro y empezaron a caricia el mismo. La hermosa gorgona dándose cuenta de sus actos  y de su cabello o mejor dicho, sus serpientes enroscadas en Zeldris, soltó de golpe su mano y separo su cabello de su contrario. -P-perdón por eso, no debí haberte tomado la mano.

Empezó a ponerse cada vez más nerviosa, y rasco un poco su nuca mientras hacia que su cabello volviera a la normalidad.- B-bueno, creo que es tarde- Dijo tratando de cambiar de tema, arrepintiéndose  de sus actos, sus ojos sin brillo se digirieron hacia el y sonrió nuevamente.- A-ah yo, esto... ah n-no se como d-decirle, es extraño acabo de conocerlo y ..y-yo pues- Dijo tartamudeando, sin dejar de verlo.

Aquel hombre pelinegro de estatura mediana tan solo estaba esperando una respuesta, sabía que lo que dijo no era lo más apropiado, es decir se acaban de conocer ¿No es así? El demonio no tenía porque ofrecer su amistad pero sintió que era realmente necesario, no se quedaría de brazos cruzados y era real no quería que nadie tocará a aquella hermosa mujer parecía ya haber vivido mucho y el hecho de no poder ver a los ojos a no ser que use lentes quería decir algo más al menos eso entendía el, no quería dejarla sola.

Y al parecer aquel gran rubor carmesí apareciendo de las mejillas de su contraria decía mucho, no esperaba lograr esa reacción y no quería admitir que aquel rostro con ese rojo era hermoso.

— De cierta forma tienes razón, pero yo quiero intentar curar aquella gran herida que han dejado en ti, claro si me lo permites.

Musitó el pelinegro mientras esbozó una sonrisa y un pequeño rubor carmesí sobre sus mejillas era inevitable de todas formas el tenía sentimientos y poder proteger a una señorita le parecía bien, si es que ella aceptaba aunque por su reacción ya el mismo se hacía la idea que ella había aceptado.

— Gracias por eso y tienes razón, pero siempre nos ven como fuente de destrucción, aunque en parte es cierto, pero no me interesa, no es necesario que agradezcas, tan solo quiero ver esa sonrisa más tiempo, quiero decir todo el tiempo.

Tan solo mantuvo su sonrisa unos segundos se sentía motivado de por sí por tan solo ver las reacciones de Medusa.

Una extraña sensación empezó a recorrer su espalda hasta llegar a su cuello, se sentía curioso y un pequeño cosquilleo al tener aquella serpiente rodeando su cuello para llegar a su rostro, le pareció algo tierno y lindo en verdad no pudo evitar soltar un par de pequeñas carcajadas por aquella extraña aunque linda situación en la que se había metido, al soltar la mano de Medusa de inmediato las serpientes parecían irse.

— No es necesario disculparse, parecía algo lindo al menos eso creo yo, no tienes porqué disculparte por algo así, confía más en ti misma.

Sintió la extrema necesidad de besar aquellos pequeños labios rosados de Medusa, ella parecía apenada, quizás era algo que ambos querían, no esperaba que algo así se diera pero no dudo dos veces ya estaba decidido.

La estatura de aquel hombre fue un punto difícil para realizar aquella acción, gracias a la materia oscura rodeo sus pies e hizo que este se elevará un poco para quedar a la altura de la contraria, parecía un acto cómico pero lindo tratar de alcanzarla, antes que está pudiera decir más que aquel tartamudeo aquel demonio había pasado ambas manos por las mejillas de ella acariciándolas suavemente y luego de eso acercó sus labios a los de ella para así juntarlos y poder saborear y experimentar lo que se trataría de un primer beso para el (o al menos eso recuerda).

Aquel beso entre ambos pasó como si el tiempo se detuviera.

- Es verdad, pensé que te incomodaría - dijo sonrojándose observándolo con una sonrisa, sus labios hormigueaban un poco, sentía como si algo importante fuera a pasar.

sintió una extraña sensación en su estomago aquel pelinegro la observaba bastante, no se sintió incomoda, al contrario le gustaba que la viera de esa manera, ella por su parte, empezó a imaginarse como seria besar a su contrario.

Poco a poco fue observando como la materia oscura rodeaba los pies de Zeldris, haciéndolo levitar, en ese momento pareciese algo hermoso lo que estaba pasando, iba a decir algo pero las palabras no salían de su boca, soltó un leve suspiro al sentir como este pasaba sus manos por sus mejillas, cerro los ojos suavemente. - (Hazlo...., Hazlo.., Hazlo) - pensó para si misma.

"Tic-tac, Tic...tac...Tic" - Fue como si el tiempo se detuviera cuando por fin sus labios se unieron en un tierno y cálido beso, ella sin pensarlo dos veces paso sus brazos por encima de los hombros de este. Su respiración se entre corto y las lagrimas empezaron a rodar de sus ojos, se separo un poco para tomar aire y siguió el beso.

Aquel beso termino pocos segundos después, ella abriendo los ojos suave y lentamente observo a Zeldris, con un gran esplendor en sus ojos. Nunca más se quisiera separar de el.

Un hermoso beso como si fuera de una película, la brisa proveniente de las olas del mar, el sol llegando a ambos, el ruido que producía el agua al moverse o al chocar contra las rocas, saborear los dulces labios de su contraria fue un gran placer, de verdad aunque nunca lo había hecho fue algo muy especial, no quería si quiera separarse de ella, pero sus necesidades de respiración le hicieron que luego de poco se separaran.

— Nunca imaginé que así sería llegar a besar a una mujer hermosa y que se volvió especial para mi en tan poco tiempo, gracias por aceptarme.

Mencionó entre respiraciones agitadas, pasó unos segundos para que pudiera recuperar el aliento, deshizo la materia oscura y sostuvo su mano para luego dirigir un pequeño beso a la misma.

— Ahora, ¿Qué deberíamos hacer? Es la primera vez que me pasa y siento algo así.

Poco a poco sintió como el aire le faltaba, bueno, le faltaba a ambos, y separándose del beso, y con un gran brillo en sus ojos; sonrió y de un momento a otro solo lo abrazo con ternura, para segundos después separarse.

—Yo soy la que debe agradecer, Aunque tenemos poco tiempo --Literalmente-- de conocernos, siento un sentimiento que no sabría como explicar, nunca antes me había enamorado de alguien.

vio como el des hacia la materia negra de sus pies, ella no lo veía como una persona de más baja estatura, sinceramente, a los ojos enamorados de la gorgona, Zeldris, era el hombre más perfecto de la tierra.

— Ah bueno, yo tampoco se, tal vez, ¿Dar una vuelta ala orilla de la playa hasta que anochezca? y después vamos a mi casa para cenar o podemos ir a algún lugar, no se, solo estoy tomando ideas de un libro que leí...

-Dijo avergonzada la gorgona, temía que el pelinegro la tomara como a una nerd, ya que pasaba GRAN parte de su tiempo leyendo libros.

Recuperó el ritmo de sus respiraciones, volvió a estar más tranquilo, luego de aquel beso con la hermosa Medusa como no estarlo, no solo cuan hermosa era sino que sabía que dentro de ella habia algo más, un hermoso corazón que guardaba tan profundos sentimientos, incluso ante un demonio como Zeldris eso era evidente, al menos estaba feliz de que no fuese alguien más como un aprovechado o parecido.

Ciertamente lo único que podía ver en ella es cuan hermoso era su cabello y sus ojos, además de sus sentimientos claro, se mantuvo tan distraído al mirar fijamente su rostro que no entendía de lo que ella hablaba.

— Supongo que tienes razón, sentí que debía hacerlo, aún siendo desconocidos, pero tan solo verte hizo que sintiera que estaba bien besarte.

Rasco su nuca y fingió un par de risas, luego hizo un par de pequeñas reverencias frente a ella en señal de disculpa.

— ¿Qué te parece si te llevo a cenar? Tú solo di que sí y te llevaré volando literalnente, anda, aunque estos no sean los mejores atuendos para una cena no importa, aunque si quieres antes pasamos por un centro comercial.

Sujeto su mano con ambas manos y le mostró como de su espalda emergían unas alas creadas a partir de materia negra, las cuales funcionan igual que unas de cualquier ave, no sería difícil llevarla volando hasta un restaurante, un poco incómodo eso sí.

Aquella semidiosa rio suavemente, tomando con suavidad su mano, completamente feliz, no podía evitar no sentir como su corazón se aceleraba cuando sus ojos se encontraban.

- No, en tantos libros que he leído a lo largo de mi vida, en la mayoría de los tomos de romance, los protagonistas se enamoran a primera vista, sin siquiera conocerce, solo hasta poco de su primer beso empiezan a conocerse y a tener las aventuras mas impresionantes, asi qué, yo creo que lo nuestro es ...es amor a primera vista o..algo parecido- Dijo soltando algunas risas sonrojada.- A mi realmente no p importa que no nos conozcamos aun bien, pero me encanto que me besaras- Sonrió nuevamente y

Después solto un suave suspiro viéndolo y no pudo evitar darle un beso en la frente.

- Si, me parece bien, y si quieres podemos pasar a el lugar donde me hospedó, tengo ahí mi ropa queda bastante cerca, y puede tenga algo para ti- Dijo sonrojada.- N-no quiero que gaste demasiado Zeldris-sama~-