~* Entre fuego, hielo y sangre [Todoroki] *~

El día en la ciudad era bastante lindo. Además de hacer un poco de calor esto lo acompaña una leve brisa que, de vez en cuando, se hacía un poco más fuerte que antes lo cual dejaba en si una sensación agradable en el cuerpo debido al cima ligeramente caliente. Y también parecía que el ambiente de la mayoría de las personas que estaban ahí era jovial, varios paseaban en en la zona acompañados de amigos riendo por cualquier cosa, familias llevando a sus hijos a divertirse al aire fresco, o simplemente gente que caminaban para distraerse de algo irritante. En esos momentos había un muy buen ambiente con todos incluyendo a Krul quien, paseando por los alrededores del muelle tenía entre sus manos una botella llena de un líquido rojo, específicamente sangre. Pero aún así nadie parecía haberse dado cuenta de ello y, naturalmente, esto no era algo importante.

En si ahora la pelirosa no tenía mucho que hacer, al ser un día de descanso quiso aprovechar para despejarse un poco al aire libre observando a la gente que pasaba por ahí y el horizonte del mar. Si bien no le desagradaba su puesto como profesora había veces que se hartaba, y esta era una de esas veces. Siguió paseando y mirando a sus alrededores con tranquilidad hasta poder ver entre la gente algo que le hizo sentir una sensación extraña en el estómago. Era un estudiante de Legacy; Shoto Todoroki, sabía quién era debido a que ya había escuchado de el gracias a algunos de sus alumnos y. Se le podía ver que estaba buscando algo ¿Qué podría ser lo que quería?

-Las caminatas en soledad eran algo ya cotidiano en el bicolor, saliendo en las tardes para tomar un poco de aire fresco y recorrer unos cuantos metros, nada fuera de lo normal. Su quemadura junto al doble color de sus ojos como de cabello robaba la atención de varios a su alrededor, miradas curiosas que sin disimulo se clavaban sobre el chico.
Aunque parecía importarle poco pues continuaba avanzando solo mirando al horizonte con un ritmo de pasos pausado.

La suave brisa movía algunos de sus sedosos mechones, el bicolor no llevaba más que una botella con agua y una delgada libreta, nada más que eso.
De entre todos los que paseaban por el lugar el chico se distinguía por mucho.
A orillas de muelle algunos pescadores hacían lo suyo, con grandes cañas y una enorme nevera con sus cebos.
Al momento habían robado la atención del bicolor, no hablaría directamente con ninguno de los señores pero mirar de cerca no causaría daño a nadie, todo esto aún sin saber qué alguien tenía su mirada puesta sobre él y no precisamente por lo curioso de su aspecto.

Él seguía tan confiado como antes, y con esa misma confianza se fue abriendo paso hasta llegar al muelle que medía alrededor 10 metros, no cualquiera podía pasar pues era exclusivamente para pescar, pero el bicolor se las había apañado para escabullirse.
Grandes peces llenaban los baldes y risas de los que los cazaban acompañaban esas acciones.
Como era típico de él termino perdido viendo como disfrutaban de tal acción sin saber que alguien lo había reconocido.-

Algunas de las personas quienes estaban entre la gran multitud pasaban por el lado de la pelirosa quien, aún estando inmóvil en donde se hallaba parada observaba en la lejanía al muchacho. Por alguna extraña razón se sentía bastante nerviosa, tanto que ni siquiera era capaz de mover un músculo. Y realmente no sabía el porqué, no tenía ningún asunto y problema pendiente con el muchacho. Es más, si bien podía ubicar quien era él en realidad no lo conocía en absoluto. No debía de haber reaccionado de esa manera. Tal vez lo mejor que podía hacer ahora era irse a otro lugar, no quería tener problemas con nadie. Tan pronto como decidió esto finalmente dio un par de pasos hacia adelante y se escabulló entre la multitud que estaba cerca de ella para avanzar e irse lejos de muelle, luego de haber hecho esto volvió a mirar por sus alrededores por encima de la gente que había ahí ¿A dónde podría ir ahora? Hacía mucho tiempo que no iba el centro de la ciudad y...—

   Realmente había sido bastante inesperado, pues la pelirroja había sido empujada con bastante fuerza hacia un lado  provocando que, obviamente, estuviera bastante confundida y algo molesta. No muy lejos de ella en frente suyo un hombre vestido con traje y corbata se le hallaba corriendo hacia el frente demasiado apurado y distraído como para siquiera haberle pedido disculpas, seguramente estaría llegando tarde a algún lugar, tal vez a su trabajo. Pero aún si esto podría ser probable no explicaba el porque tuvo que haberla empujado tan fuerte y de esa manera. Con tan solo haber dicho algo como un "permiso" o un "disculpe" hubiera sido más que suficiente. Qué irrespetuoso...

  – M-Maldita sea, si no fuera porque se ha ido tan deprisa ya le hubiera arrancado la cabeza... – Murmuro por lo bajo con notable molestia en su tono de voz sobándose la rodilla derecha, tal vez en esa rodilla no había sido demasiado el dolor pero tampoco eso había sido algo agradable, obviamente. Al menos pudo evitar que la botella que tenia en mano no se hubiera derramado por el suelo, pues, al haberse caído tan bruscamente en el suelo teniendo de lado un charco de sangre pudo haber dado una mala impresión para cualquiera que hubiera estado ahí. Tuvo bastante suerte.
  Antes de poder volverse a levantar y reincorporarse una persona quien había visto el incidente se ofreció a ayudar a levantarla llevando su brazo derecho enfrente de ella. La silueta de esta persona le parecía demasiado familiar...

-Grandes, pequeños o medianos.
Los baldes eran llenados por peces de todos los tamaños y de manera muy rápida, de no ser porque la pesca al menos en ese lugar era controlada seguro quedarían sin peces para poder comer.
De igual forma el bicolor estuvo ahí por unos minutos disfrutando hasta que terminó fatigandose por el sol, Shoto no llevaba ningún gorro o sombrero para cubrirse de los intensos rayos solares, si seguía así al desnudo terminaría “calcinado”

Para cuando salió del muelle el lugar seguía tan saturado de personas como antes, apenas, era molestoso pues nunca faltaba quien sin vergüenza o pena pasara y arrollara a los demás, esta vez no ocurrió a él, pero si a cierta distancia vio aquello que más le molestaba. Un hombre extraño, algo alto y con mirada perdida pasaba arrollando a todo lo que se le postraba en frente, le daba igual que fuera un perro, una niña o un adulto.
Pasaba sin más hasta que terminó tirando a una chica, fue irrespetuoso pues aún con lo que había hecho no hizo siquiera por voltear y mirar como estaba.
Esto molesto mucho a Shoto pero ponerse contra él además de provocar nervios en transeúntes era innecesario, solo bastaba con ayudar a la dócil chica.-

— {Tal parece que siempre ocurrirá esto por aquí, que molesto.}

-No obstante, al no ver reacción en quienes deambulaban fue Shoto quien pensó que debía ayudar a ponerse de pie a ¿la peli rosa? Era un color ciertamente muy curioso, muy lindo.
A como fuera fue abriéndose paso, eso si, con mucho cuidado para llegar hasta ella y poder ayudarla.
El sol ya lo hacía sentirse muy caliente, solo la ayudaría y buscaría ponerse debajo de alguna sombra.
Estaba cerca, prácticamente a un par de pasos y justo cuando más cerca estaba alguien gano llegando antes del bicolor y ofreciendo ayuda, irónico pero cierto.
Molestia y gracia ¿como tomarlo? Después de tan larga caminata parecía que terminó llegando tarde, ante tal acción el bicolor únicamente dejó escapar un pesado suspiro.-