Almas en fuego [Gray]

Había pasado tiempo ya luego de la última batalla que tuvo contra algún enemigo de Merak, las cosas se habían calmado luego de la derrota de Legacy, pero surgieron enemigos nuevos que no solo ponían en riesgo la seguridad de los legacianos, también a los de Merak.

Pensando un poco en eso, decidió ir a cierto lugar que quizás le ayudaría a despejar su mente... El tejado.
Pasó un tiempo desde que fue hacía allí, no recordaba que hizo la última vez que estuvo en el tejado, suponía que pensar sobre algún otro tema.
Además de que la noche junto al frio lo hacían un ambiente muy bueno para meditar un poco y organizarse.

Para su sorpresa, cuando llegó a dicho lugar pudo percatarse de que no estaba solo, junto a él se encontraba una figura que logró reconocer casi al instante.
— Charlotte... — Susurró.
No se imaginaba verla allí, ya había pasado algo de tiempo desde que la vio, y nunca se preguntó como se encontraba.

Pudo notar que estaba deprimida, y aunque no sabía el porqué pensaba que quizás era por la dura crisis que estaba atravesando Legacy ahora mismo.
Suspiró y se acercó lentamente sin hacer mucho ruido; algo nervioso rascó su propia cabeza y miró al cielo mientras respondía la pregunta de la rubia.
— Quien sabe... el mal es algo que nunca acabará, solo podemos ayudar a reducirlo — Respondió.

Le disgustaba ver a su compañera en ese estado, era alguien muy importante para él... debía intentar algo para subir su animo.
— Charlotte, todo estará bien... No te desanimes, pase lo que pase aún estamos contigo, eso es lo que importa, ¿no? —
Comentó el peli-negro para sentarse junto a ella y colocar su mano sobre la contraría y así mirarle fijamente.
— Legacy nos necesita más que nunca, no es tiempo de que te des por vencida, Charlotte... —
Le dolía verla así, haría lo que fuera necesario para sacarle al menos una sonrisa, era lo menos que le debía.

Escuchando lo que dijo Charlotte se quedó pensando un momento; en cualquier momento podrían morir por una de las millones de causas posibles, pero lo mejor era no pensar en eso.
─ No te preocupes por eso, yo creo que estaremos bien. Digo, ¿qué es lo peor que puede pasar? Ambos sabemos cuidarnos, estoy seguro de que todo mejorará ─ Comentó.
Estaba siendo positivo, lo más seguro es que en el futuro la situación cambie a mejor a pesar de la dura crisis que enfrentaban en estos tiempos.

De pronto pudo ver los fuegos artificiales encendidos por algún estudiantes, eran muy bonitos y se quedó mirándolos.
Nuevamente escuchó a Charlotte, pero respondió sin dejar de observar dichos fuegos artificiales.
─ Pues el mañana puede llegar a ser malo, pero también puede ser bueno, ¿no lo crees? Es cierto que estos tiempos no son los mejores pero eso solo nos da más razón para aferrarnos a la esperanza; ser felices nos dará más deseos de vivir y más ganas de ayudar a que todo cambie ─ Respondió.

Al responder; lo siguiente que le dijo Charlotte le hizo fijar la vista en ella con una sonrisa un poco nerviosa.
─ ¿E-enfermería? ¿Por qué lo dices? Estoy perfectamente bien... ─ Contestó.
Ciertamente bajo la ropa tenía algunas heridas que no habían terminado de sanar; Gray normalmente no acude a la enfermería, deja que se curen solas o que alguien use magia de curación, de donde viene de eso se encarga su compañera Wendy.
─ Tú eres quien debería ir a la enfermería ─ Dijo desviando la mirada.

Ciertamente era bonito que en estos tiempos pudieran hablar de una forma tan tranquila; a eso se refería Gray... hay que continuar disfrutando los pequeños momentos a pesar de lo que esté sucediendo, era como un gran respiro en medio de una guerra.

En el interior del pecho de la francesa se extendía una estepa fría, incapaz de germinar pensamientos positivos. Normalmente, Charlotte se hallaba extraviada en esta tierra de nadie en donde no sabía ni qué pensar. Era un interior frío, y así era la noche en la que estaban sumidos. No obstante, las palabras de Gray la levantaban, rompían el hielo -paradójicamente hablando- la rescataban de ese sitio congelado.

Lo miró con unos ojos vidriosos, reflectando el estallido de los fuegos artificiales arcoiridiscentes. Recordó que la incertidumbre podría traer cosas desagradables, pero también tesoros. Lo mejor era mirar el vaso medio lleno, era lo que siempre necesitaba, y nunca antes le habían dado.

Gray era ese lucero que iluminaba su camino.  - Estos días me he sentido bien. Calculo que en una semana más, podré luchar como siempre, - entrecerró sus ojos y llevó su índice a los labios, analizando detenidamente cuántos días le faltarían para una completa recuperación. La guerra pisaba fuerte, pero la rubia estaría dispuesta a luchar una y otra vez por sus amigos.
Repentinamente, tomó la cabeza del moreno y la colocó en su regazo, mientras veían los fuegos artificiales estallar. Disfrutar los pequeños momentos, de eso se trata vivir el presente. De nada sirve angustiarse o quedarse atascados en el pasado. Lo importante, es el presente, el cual es un "presente" para los que están presentes.

-Tontín. Eres un tonto... - no lo quería perder, pero nadie sabe qué pasará. Hay cosas que no se controlan, pero hay otras cosas que sí. Estar al mando de la vida era gravitante para seguir con la esperanza del mañana. Charlotte avanzaría adelante hasta su último aliento.

— .... Sé que estos tiempos han sido difíciles, me preocupaba como estabas realmente, pero me alegra que seas lo suficientemente fuerte para sonreír aún cuando hemos tenido malos momentos — Comentó mientras sentía como ella tomaba su cabeza y la llevaba a su regazo, algo que hizo que se ruborizara levemente, cosa que es poco común en el peli-negro.
Escuchaba lo que ella le decía y si, sabía que era un idiota como la mayoría de su gremio, pero siempre haría lo necesario por proteger a sus amigos.

— Oye, Charlotte... — Susurró mientras miraba los fuegos artificiales.
— Lamento mucho lo que sucedió aquella vez... ya sabes, en nuestra pelea... si no fuera por ti todo habría terminado mal, estuve cegado aquella vez y en verdad me disculpo, lo que menos deseo es lastimarte... — Dijo nostálgico y con un poco de tristeza.

Aún no había olvidado que gracias a ella no hubo daño permanente, pero en verdad se había dejado llevar por su poder de demonio, cosa que si bien ha aprendido a controlar con el tiempo, sigue siendo un riesgo para su cordura cuando lo usa; aunque en ocasiones ha tomado el control por el hecho de que piensa en Charlotte y sus amigos.
— Estoy agradecido contigo, has hecho que mi estadía en la academia sea fantástica, creo que eres la mejor amiga que tengo— Añadió con sinceridad.

La rubia era una gran amiga y ha pasado por muchas cosas junto a ella, de las pocas viejas amistades que tiene.
Cuando los fuegos artificiales terminaron cubrió su rostro con el regazo, cerrando los ojos un momento, como si tuviera sueño.
— Somos amigos... ¿verdad? —
No preguntaba porque no estuviera seguro de ello, sólo que quería escucharlo de ella misma.
Si a pesar de todos los problemas que le ha causado, ella le sigue considerando su amigo...