Emociones ante la fogata [LIBRE + Momo, Fujimaru, Kaguya]

Había pegado papeles por toda la cafetería y los pasillos de los salones de clases. La guerra entre Legacy y Merak ya se había prolongado a un punto en el que los ánimos de todos estaban por el suelo. La moral del equipo estaba decaída. Así que creyó que no había otra mejor manera que organizando una fogata y comer unos malvaviscos asados.

Terminó de hacer eso y se fue directo a su habitación a escuchar música. Unas lágrimas se resbalaron en las mejillas de Charlotte, mientras tenía su vista púrpura en un punto perdido. Había sufrido muchas cosas, y también tenía sus ánimos por el suelo. Parecía que estuviera regresando en el tiempo, en una época dura en donde nadie era amigo.

Es hora de hacer nuevos amigos.

Cayó la noche, y las estrellas aparecieron en lo alto del firmamento. En los papeles, Charlotte había dejado la ubicación exacta del lugar. Era en el bosque del patio trasero, cerca del río. Entonces, la rubia llegó al lugar, encendió los leños y echó unas ramitas las cuales crepitaban al hacer volar pequeñas chispas. Abraza su mochila y se sienta en una roca plana, observando el fuego danzarín.

A pesar de que ya llevaba varias semanas dentro, no había logrado hacer muchos amigos... en realidad ninguno. Kaguya no es una mujer de muchas palabras y tampoco es muy sociable, pero algo que si lograba atraerla, era la naturaleza.

En uno de sus usuales paseos, precisamente se percató de algo semejante a un anuncio, le llamó la atención el colorido que presentaba, al punto que arrancó de su lugar para poder leerlo mejor, es lo que ella aseveraría, ¿ir o no ir? Bueno, tomaría su decisión en el transcurso del día.

Finalmente el astro rey se fue a “descansar” y llegó en cambio el brillo rebosante de la luna, agradable para ella a decir verdad, amaba verlo.
Emprendió “camino” al lugar indicado, cosa que no le tomó mucho, porque en realidad le era preferible utilizar una de sus técnicas espacio-temporal para evitar andar.
La mujer fue vestida con una tradicional indumentaria de princesa cuello alto rosa, junto a lo que parecía ser una bata de color lavanda.

Al hacer acto de presencia a través de una grita en la tela del espacio, divisó a una chica, sola y aferrada a un bolso o lo que fuese que tenía, no le tomó relevancia.

— Buenas noches, he venido a disfrutar de la fogata.— Habló.

Sin más, tomó asiento una roca casi junto a la chica y su mirada de inmediato fue capturada por las llamas al frente.

En un día normal la azabache se encontraba en la sala de tecnología o computación, la mayor parte del tiempo se encontraba sentada frente a un PC. No malgastaba su tiempo, para nada. Buscaba y buscaba información para aprender sobre la composición química de la materia y algunos objetos que en un futuro le podían servir con su quirk. Debía esforzarse para ser la mejor. Para cuándo terminó de anotar unas cosas en su cuaderno se levantó y guardó todo en su maletín color marrón que no tenía ninguna gracia. Al salir se percató de un panfleto pegado en la puerta que anunciaba una junta, en el bosque. Leyó dos veces la información que aparecía escrita para poder memorizarla, sentía la necesidad de ir puesto que últimamente todo ha sido algo monótono y aburrido. A tal punto que era desalentador. Necesitaba un descanso y seguramente conocer personas nuevas era una buena idea. Finalmente empujó de la puerta para salir y caminar hasta su habitación. Una vez llegó a la misma, ordenó sus útiles escolares y decidió cambiar de ropa. Pensaba que el uniforme era bastante lindo, pero de seguro pensarían que era una aburrida al presentarse de esa forma. De un mueble de color blanco que se encontraba en contra la pared sacó un sueter color crema y unos pantalones negros, era casual y a decir verdad la protegería del frío del bosque. Una vez que ya estuvo lista, tomó su teléfono celular y revisó la hora antes de guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Estaba segura de que todo marcharía bien y sería divertido, le tenía mucha expectativa a dicha fogata. Esta vez decidió ir con el cabello completamente suelto, sin la típica coleta que llevaba. Era un evento más relajado.

Esperó hasta que se presentara la noche, con su cielo oscuro, estrellas y luna resplandecientes. Recordó una vez más la ubicación y salió de su habitación para ir al punto de encuentro. Cómo había llegado hace tan sólo unas semanas, se vió en la obligación de preguntarle a algunas personas sobre cómo llegar al lugar, no quería perderse en medio de un bosque, para nada. Una vez ya en el exterior, siguió las indicaciones que le dieron un par de chicas que se encontró en el pasillo. Sus pasos resonaban cuando pisaba el verde cesped, cualquiera sabría que alguien andaba rondando por ahí. A lo lejos pudo divisar el intenso brillo de la fogata, junto a ella se encontraban al parecer dos chicas, una rubia y una albina. Aceleró su paso para poder sentir el calor del fuego, realmente ya se volvía una necesidad puesto qué la brisa fría la tenía casi congelada. Se notaba en su rostro, la punta de su nariz estaba con un leve tono rojo, parecía Rodolfo el reno. Solía sucederle cuándo las temperaturas eran muy bajas.

Para cuándo llegó a su destino, saludó a las presentes con un movimiento de su mano y una gran sonrisa. Al estar cerca de un río, la brisa que corría justamente ahí era algo húmeda, pero para su suerte tenía la fogata en frente, ya comenzaba a sentir su calor. Decidió por sentarse al lado de la joven albina, ambas estaban sobre una roca pero sólo había espacio para dos, por lo que ella se sentó en un tronco de árbol caído que yacía en el mismo cesped, al costado de dicha roca en dónde se encontraban ambas chicas. Estiró sus manos para dejarlas descansar al frente del fuego, era una sensación reconfortante. Sin más, le dirigió la mirada a las presentes para comenzar una conversación con éstas.

— Buenas, mi nombre es Momo Yaoyorozu ¿Cuál es el de ustedes?.—

Ritsuka abria los ojos, se sentia un tanto mareado, al notar que estaba en el suelo observaba un colchon de hojas junto a unas cuantas ramas, confundido por la situacion se levantaria sosteniendo su cabeza mirando a su alrededor notando un gran bosque de pinos lo que lo habia dejado sucio y confuso porque no era lo que esperaba

一¿que es esto?...mashu...¿mashu?¿ishtar?¿lancelot?¿chicos?

Al notar a su alrededor que ninguno de sus compañeros estaba ritsuka se sentia desconfiado por lo que empezo a caminar hacia el oeste guiandose por las estrellas, luego de unos minutos de caminar, se limpiaba la ropa hasta que el viento le tiro en la cara un folleto, al sacarselo del rostro empezo a leer sobre una fogata por lo que una esperanza de que sus compañeros estuvieran en ese lugar aparecio, ritsuka comenzo a correr por donde se dirigia pero luego de caminar miraba carteles que usaba para guiarse, al ver a lo lejos una luz se acercaria hacia esta para investigar pero al ver a unas personas desconocidas ritsuka estaria un poco desconfiado de la gente que estaba en la fogata

一buenas noches...¿señoritas? ¿Aqui es la fogata del folleto?

Al decir estas palabras ritsuka usaba un poco de magia para cambiar su ropa sucia por la del uniforme de la asociacion de magos que era la tunica negra, sueter rojo, camisa blanca con corbata y pantalon negro para verse un poco mas formal para presentarse hacia los demas pero sin antes mostrar una calida sonrisa

Caminaba por los pasillos sin preocupación alguna, solo llevaba en sus manos llevaba unos libros los cuales se le había avisado que tenía leer, todos trataban de diferentes temas, uno que otros más que enseñar eran reflexivos para tu vida cotidiana, en fin, aunque la castaña no quiera leerlas estaba obligada hacerlo.

Mientras tenía un rostro sin expresión alguna y sus ojos miraban los alrededores pudo llamarle la atención un panfleto, el cual hablaba de hacer una fogata en el bosque, salía la ubicación exacta del lugar. Por unos momentos Uraraka lo pensó demasiado pero tenía que tomar una decisión rápida, pues los libros que tenía en sus brazos le estaban haciendo mucho peso y no faltaba nada para que comenzará la fogata. Dio un suspiro, miro por última vez aquel papel y se fue de allí.

(. . .)

¿Cuál fue la decisión de la Castaña? Fue ir a su casa, vestirse para la ocasión y dirigirse hacia el bosque corriendo lo mas rápido que podía.

Llevaba una polera que la cual era de un color blanco completa, esta polera se encontraba dentro de su falda, que a diferencia de su prenda de arriba, esta falda era de color negro. Pero además de eso llevaba un chaqueta que era verde, probablemente haga algo de frío así que no estaría mal llevarla puesta por si acaso, y claro, ¿como no? En su espalda llevaba una mochila anaranjada pues nunca se puede saber cuando necesitas algo urgente.

(. . .)

Cuando llego pudo ver desde atrás de un árbol a escondidas que ya había gente, entre ellas solo conocía a Yaoyorozu Momo. Esta podría ser una gran oportunidad de conocer más gente pues esta no conoce a muchos la verdad. Tomo aire, toco su pecho para sentir sus latidos del corazón los cuales iban rápido por los nervios, pero también por que se vino corriendo a la fogota y claro, es lógico que si corres los latidos de tu corazón van mas rápido.

Uraraka se estaba arrepintiendo de esto, tenía miedo hasta por si acaso. Pero tomó la decisión final, se ató su pelo de atrás, puso una sonrisa risueña y se acerco al resto de personas que se encontraban allí, las cuales que no habían notado su presencia si no hasta que ella se encontraba cerca.

— Espero que la pasemos de maravilla. — Hablaba mientras tomaba asiento junto a su amiga, Momo. — Yo soy Ochako Uraraka. — Al decir ello esperaba que el resto siguiera su corriente y dijeran sus nombres también. — Por cierto, no esperaba encontrarte aquí Yaomomo. — Se acerco un poco mas a esta para que la escuchara, pues lo dijo susurrando para que solo ella escuchara.

De repente escucho una voz masculina hablar, más bien dicho, estaba haciendo una pregunta y aunque Uraraka no estaba 100% segura de su respuesta de igual modo decidió responder.

— Sí. — Se veía bastante segura al responder aunque por dentro no era del todo así. — Aquí es la fogata, ¿cierto?. — Miro al resto de las chicas que se encontraban allí para que alguna le confirmara que sí, así era.