Salida al centro comercial [Momo, Kaguya y Arturia]

Ya era hora de salir según lo acordado con una de sus amigas, Charlotte. El día anterior ambas planearon una salida muy común entre chicas, ir al centro comercial de compras para pasar el día ahí, comer helados, ver prendas de ropa lindas, divertirse y charlar todo el día. Sonaba genial y por eso mismo desde la noche anterior se le veía muy ocupada a la azabache buscando que ropa podría vestir el gran día de compras. Finalmente se decidió por un vestido ceñido al cuerpo de color negro, junto a unos zapatos con taco del mismo color. Sinceramente, muchos le decían qué usar tacos era innecesario ya que de por sí era bastante alta, pero ella sentía que era un accesorio muy lindo que le daba un toque de elegancia a cualquier mujer, y ella consideraba que su estilo era ese; la sutileza y elegancia. También, parte del vestido era una tela transparente que cubría sus brazos y cuello, junto a un listón negro que parecía choker. Así fue como descansó hasta el otro día, en dónde se levantó temprano para no ser impuntual ni causarle problemas a las demás, Momo era bastante responsable.

Apenas abrió sus ojos se levantó de su lugar de descanso preferido; su preciada cama, para proseguir a darse una larga ducha de agua fría para refrescar su piel. Una vez que salió del baño, cepilló su cabello y decidió dejarlo suelto, algo poco casual en ella. Finalmente vistió el "outfit" que había escogido la noche anterior y comenzó a ordenar su habitación, abrir ventanas, tomar objetos que estaban tirados en el suelo y dejarlos en su lugar de origen, etc. A decir verdad sentía nervios por el evento de aquel día, no quería parecer muy exagerada con sus ropas, ni mucho menos emitir un comentario que incomodase a alguien. Solamente deseaba darles un buen día de descanso, puesto qué normalmente en la semana se la pasaban todos muy estresados, pensando siempre en tareas, trabajos, clases, prácticas y demás. Eso mismo había hecho que entre cada alumno existiera cierto tipo de distanciamiento. Para su suerte, tenía a la tierna rubia que solía alegrarle los días con su carisma, Charlotte. Finalmente, terminó sus deberes y tomó de su escritorio una cartera de mano del mismo color que su cabello, en dónde guardó dinero y su aparato móvil. Justo cuándo ya estaba completamente lista, se escucharon unos golpecitos en la puerta de su cuarto, indicando qué posiblemente sea Charlotte. Dió unos pasos hasta tener el picaporte entre sus manos y así girarla, una vez abrió la puerta se encontró a una chica de contextura fina, era justamente quién esperaba ver.

— ¡Hola! ¿Cómo estás?.—

Habló con un notorio tono de alegría en su suave voz, esbozando una gran sonrisa. Seguía ir a buscar a Kaguya y Arturia, quiénes aún no eran del todo sociables por lo que el objetivo de Charlotte y Momo era darles un buen día y hacerse todas más cercanas. La joven de ojos almendrados estaba muy emocionada, en definitiva haría su mayor esfuerzo.

[i]Reposa junto a la ventana de la habitación sentada en una postura elegante como delicada perdida en las páginas del aquel libro que leía atentamente con entusiasmó su cabellera dorada la suave y fresca brisa movía sus cabellos al compás como petalos de cerezos caía al pasto verde húmedo reposando en él, los rayos del sol apenas lograba iluminar su delicado rostro femenino con delicadeza. Página tras paginaba leídas aquellos orbes verdes azulados perdido cada estrofa, verso y párrafo mantenía un rostro sereno la tranquilidad habita en su entorno, vestía un conjunto moderno cómodo un lindo vestido delicado de color blanco de tirantes azules zapatos bajos azules. Estando emergida en la lectura junto a la ventana un taza de té tomaba comía uno que otro panecillo dulce acompañado de su té   favorito.



—¿Quién podría ser?  


No esperaba visita alguna inesperadamente tocaba la puerta de su habitación interrumpiendo su lectura cerro el libro un pequeño golpecito resonó dejaba sobre  la pequeña mesa de madera su libro el cual era de color  café oscuro , le daba el ultimo sorbo al su té atendió inmediatamente a la puerta sonrió al ver  que la rubia de ojos purpura la pequeña y dulce Charlotte una de las pocas personas que conocía se había convertido una leal amiga para Arturia , traía felicidad con ella a todos lados que iba la menor , observó la otra chica que se mantenía aun lado Dunois vestía muy hermosamente elegante con un toque sexi a simple vista se preguntaba quien sería la nueva miembro del instituto Legacy no la había visto  nunca.      


—Buenos días quien es la nueva estudiante que te acompaña ?  , Que sorpresa saldrá alguna parte de la cuidad?    Gusta pasar



Les preguntaba ambas mirándole amablemente  haciéndose aun lado para darle paso a entrar .

No se acostumbraba del todo a su nueva vida en tener tantos compañeros que desconocía muchos menos afecto que podría obtener si no fuese por la pequeña francesa que venía cada vez que podía a invitarla a salir a pasaran juntas almorzando o desayunado en la tranquilidad del aire libre rodeada de tanta naturaleza bella que admiraba le daba tranquila a su corazón , se alegraba de tenerla era una de las pocas amigas que tenía en la Academia con la cual compartía momentos únicos lleno de alegría y diversión Arturia le agradaba su presencia conocía a la pequeña a la perfección le tenía un gran aprecio la quería más que solo una amiga le consideraba una pequeña hermanita menor la cual debía proteger a toda costa sin importarle fuese bueno o malo. Una pequeña carcajada de escapo de los labios ajenos de la rubia a ver que ambas chicas le ayudaban verse un poco más femenina de lo habitual se quedaba quieta mirándolas atrás del espejo.


—G-gracias , con mucho gusto les acompaño no puedo negarle nada a mi pequeña hermanita…


Comentaba sin darse cuenta de lo que había dicho le había llamado ‘’pequeña hermanita’’ a la menor , le tomo de sorpresa se encontraba rodeaba por un gran abrazo cálido por ambas chicas arturia se apenaba ligeramente trataba de disimular miro hacia otro lado un tanto ruborizada ,poso una de sus manos en la cabezita Charlotte le daba una pequeña caricia a su cabellera le miro sonriéndole asintiendo con la cabeza le acompañaría a comprar lo que deseaba de poco de separo del abrazo miro su entorno había demasiado personas caminando de un lado a otro saliendo de tiendas le daba mareo no sabía qué tipo de tienda pensaba sus compañeras entrar soltó un pequeño suspiro observaba una de las tiendas de ropa que le llamo la atención al ver que atraía muchos clientes en especialmente femeninas.


—Parece un buen lugar para empezar las compras gustas ir a la tienda del frente

Para romper la rutina del día a día en la academia, la mujer de orbes blancos salió temprano a dar una caminata por el puente, le atraía increíblemente el lugar se relajaba a pesar de los humanos que lo frecuentaban y el ruido que emitían. Se distrajo tanto, que no se dio cuenta en que momento se alejó de su sitio, volteó a ambos y se resignó entonces.

Siguió sus pasos unos momentos más, siempre al frente, se sentía desorientada, eso hasta que divisó a varios metros un grupo de chicas, no cualquiera, las reconoció de inmediato, sus compañeras. Al menos pudo recordar a dos de ellas, estaba segura que una era Charlotte, la jovencita de la fogata. Dudó por efímeros segundos si hacer algo para acercarse, después de todo no eran amigas o eso pensaba la albina y posiblemente lo seguiría pensando si no tomaba iniciativa.

Finalmente se dirigió a por sus conocidas, atentamente las escuchó. Se posicionó a las espaldas de una azabache con indumentarias elegantes, a pesar de ser alta, Kaguya la veía bajita.
Suspiró con pesadez, aún en ese punto, dudando en si dirigirles la palabra, pero gracias a un impulso por integrarse más al círculo amistoso, salió de sus labios.

— Buenos días, queridas. —

Saludó a las espaldas ajenas, esperando a que voltearan, para así recibirlas con una sonrisa.

Una vez que pudo ver el delicado rostro de la rubia, quién llevaría el nombre de Arturia, sintió algo de pena, puesto que no había tenido absolutamente ningún tipo de contacto con la misma, solamente la había visto transitar un par de veces por los pasillos de Legacy, a decir verdad se veía cómo una chica miy tranquila y poseía un toque de sutileza que parecía pertenecerle sólo a ella. A penas se vió frente a la ya mencionada, esbozó una de sus mejores sonrisas. A pesar de que se le veía algo tímida, no podía dejarse llevar por la vergüenza. Hizo una leve reverencia estando al lado de Charlotte, para así presentarse de nuevo tras ser nombrada por la misma.

— Un gusto concerla. Mi nombre es Momo Yaoyorozu, aspiro a ser una gran heroína y así poder salvar vidas con mis habilidades. —

Quizá sonaba algo aburrida pero debía ser educada, era su primer encuentro con la joven de ojos azules, por lo que las impresiones eran escenciales. De todas formas decidió relajarse un poco tras ver cómo Charlotte las unía indirectamente. Tenía un trabajo y era hacerle un peinado a su nueva amiga, en conjunto con la rubia. Primero pensó en cuál sería acorde con su rostro y cuerpo, de seguro uno que no fuese del todo llamativo. Así fue como optó por tomar dos mechones de los costados de su rostro y unirlos en el centro de su cabello, así haciendo una delicada y pequeña trenza en la parte de atrás de su cabeza. Sin dudarlo, se veía preciosa. Sonrió con satisfacción ante los esperados resultados de su trabajo y esperó a escuchar indicaciones por parte de las demás.

— ¡Sin duda se ve preciosa! Va perfecto con usted. —

Luego de un rato, sin notarlo ya se encontraba dentro de un automóvil junto al par de rubias que tenía cómo acompañantes, mantenía una sonrisa en su rostro que no podía ser borrada, estaba siendo una maravilla de día y el clima acompañaba bastante, soleado, las aves cantaban, el cielo despejado. Era un espectáculo digno de películas. Tardaron alrededor de unos 10 minutos para llegar a su destino, puesto que no había congestión vehicular y los viajes en auto eran demasiado cortos, rápidos. A penas se vieron frente a una infinidad de tiendas, corrieron de allá para acá, observando productos y hablando sobre estos entre las tres. Ya hacía mucho tiempo que Momo no podía disfrutar de un día tan casual con sus amigas. Aún no llevaban mucha carga, tan solo un par de bolsas. Para darse un descanso, se detuvieron fuera de una tienda X, mientras charlaban Arturia propuso ir a otra tienda que se encontraba en frente y la verdad era que ofrecía productos interesantes. La azabache de ojos almendrados asintió con emoción y así emprendieron paso a su nuevo destino. Mientras caminaban, Momo pudo sentir una presencia a sus espaldas, y un olor bastante fresco y peculiar. A decir verdad se preocupó al inicio pero en cuanto detuvo su paso para dar una media vuelta, pudo reconocer a una de las chicas con quién ya había compartido anteriormente, en una fogata.

— ¡Buenos días! ¿Cómo le va?. Usted debe ser Kaguya, ¿No?. —

Sonrió con amabilidad para así hacerse a un lado y brindarle un espacio entre ellas a la albina. La esperaban pero nunca imaginaron que se presentaría de forma tan repentina, era todo un misterio.

No sabía quién era aquella mujer hermosa con rasgos faciales muy delicados, su cabello era muy largo el cual toca el suelo siendo de color blanco. Algo de lo más notable sobre salía era los dos cuernos que salen como protuberancias desde su cabeza, arturia le miraba detenidamente nunca había visto alguien como ella sin duda venia de otro universo ella llevaba un kimono de princesa de cuello alto adornado con líneas negras en los bordes la rubia se preguntaba quién era al momento que se encontraba en una de las tiendas modista su atención fue atraída al momento que escucha la dulce voz de Charlotte le sonrió sintiendo con la cabeza todo lo que se probara la francesa le quedaría perfectamente hasta se vería más hermosa de lo que ya era le miro irse a uno de los probadores mientras terminara se fue a dar una vuelta ver que había para ella no sabía que podría quedarle bien y hacerla ver femenina observando las prendas ninguna le llamaba la atención se quedaba observando hasta que fue interrumpida por alguien.

—Señorita le puedo ayudar veo que no encuentra nada que le guste, sé que le quedaría hermosa haría resaltar aún más su belleza venga conmigo por favor


—Heem no estoy esperando unas amigas no vengo a comprar nada…

Dijo le era inútil fue jalada hacia uno de los probadores la rubia miro hacia el espejo escucho un pequeña voz que le entregaba una prenda delicada muy a la moda arturia se quedaba perpleja como podría usar algo así recordó las palabras de su amiga Charlotte la quería ver cambiada vistiendo como una chica común e hermosa soltó un suspiro empezando a probarse el conjunto que le había dado una de las encargada de la tienda tardaría unos minutos de más pues no sabía cómo le quedaría se asustó un poco a escuchar la voz de la pequeña que ya estaba lista quería verle como le quedaría su atuendo la rubia salió de golpe ya estando cambiada dejándose mostrar antes aquella 3 chicas.