¡Noche de Chicas! [Juvia,Krul,Erza,Arturia y Momo]

Tras a ver quedado sola en aquel departamento donde convivía con su hermana, de una forma u otra, aquella pelirrosada sentía algo de soledad, realmente se sentía diferente en no tener a Paola a su lado, escucharla pedirle que le cantara una canción para hacer que los malos espíritus se alejaran de la habitación y, de ese modo, evitar tener pesadillas.

Realmente extrañaba la compañía de alguien además de su fiel guardián, así que simplemente decidió invitar a varias chicas de la academia a una noche de pijamada, después de todo, casi no conocía a las estudiantes y sería un buen momento de entablar una buena amistad con alguna de ellas.

─Bien, tengo las invitaciones… S-Solo espero no me tengan miedo y decidan no venir…

La inseguridad de la pelirrosa era demasiado notorio, tanto que llamo la atención de su guardián, quien rápidamente se incorporó para darle un cálido abrazo a su ama.

─Ayana, no tengas miedo, eres una persona maravillosa y has ayudado mucho, seguro vendrán.

─P-Pero… ¿Recuerdas lo que paso recientemente? Fui controlada y obligada a atacar a otros… ¿Realmente alguien se atrevería a venir después de eso?

─Todos saben que fuiste controlada y lucharon para liberarte, deja de pensar por los demás ─dijo tras jalarle las mejillas─ Entiende que cualquier persona estaría feliz de tenerte como amiga, incluso yo te aprecio.

La pelirrosada no pudo evitar mostrar un puchero ante el trato de su familiar, ver ese lado cálido de aquel sombrío ser la ponía nerviosa, si alguien la viera en ese momento pensaría que ambos individuos eran pareja, cosa que era incorrecto de pensar.

─B-Bueno, ¿Puedes soltar mis mejillas? Mandare las invitaciones, solo espero que me respondan…

Y así, aquella pelirrosa mando por correo aquellas cartas de invitación para varias alumnas de la academia, no le importaba mucho si entre las invitadas estuvieran algunas de merak, después de todo no veía diferencia entre las academias, todos luchaban por un mismo bien y sabía perfectamente que debían luchar juntos una vez más y que mejor modo de unir lazos que hacer una reunión como esta.

Sin nada que hacer, Juvia se encontraba en su habitación, tirada en la cama, hacía algo de frio por lo que estaba con las sábanas encima, sólo dejó descubierta su cabeza, su vista estaba fija hacia la ventana, a pesar de que estaba libre y no tenía nada que hacer, la joven maga de agua no se sentía con ánimos de salir. Pasaron unos minutos y comenzaba a sentir un poco de sueño, por lo que sus ojos se iban cerrando, hasta que segundos después su móvil vibró, había recibido un e-mail.
Despertó inmediatamente al escuchar aquella vibración que llamó su atención.

—¿Sera de Erik-sama? —exclamó.

extendió su brazo hasta la mesita que estaba a lado de su cama, tomó el móvil y revisó emocionada, corazones comenzaban a rodearla, esperando que fuese algún mensaje de amor o una cita.
Dio click a la bandeja de entrada y pestañeó un par de veces al verificar de quien se trataba, no era de Erik… era de Ayana, su senpai y compañera de Academia. Hace días que no la había visto, lo último que supo de ella fue lo sucedido durante una batalla. Sin embargo, Juvia no estuvo presente, pues estaba guardando reposo después de que cierto vampiro pervertido la raptara y torturara.

Leyó atenta, sus orbes azulados se movían conforme iba leyendo aquel mensaje, era una invitación a una… pijamada. ¿Acaso también sería en un hospital embrujado? Sonrió recordando aquella noche en la que había quedado con Rin y Charlotte, y se encontraron con toda clase de experiencias paranormales. La verdad no tenía ganas de volver a un sitio encantado lleno de fantasmas, aquello le causó pesadillas un buen tiempo.

Sus dedos comenzaron a teclear, escribiendo su respuesta a la invitación. El mensaje decía:

“Gracias por la invitación, Ayana-senpai. Juvia estará ahí. “

Dio click en “Enviar” y dejó el móvil en la mesita esbozando una sonrisa, sin perder más tiempo se levantó para tomar una ducha, pensó que sería buena idea llevar algo de comida para disfrutar de la noche, por lo que después pasaría a comprar todo lo necesario.

La azabache yacía sentada frente a un escritorio con unos cuantos libros esparcidos por sobre la tabla de madera, junto a una pequeña lamparita color rosa que iluminaba su lectura. Era un día bastante pacífico y casual. Muchos se encontraban fuera de sus habitaciones, en el centro comercial, zoológico o parque de diversiones. Tras una semana agotadora, la mayoría de los alumnos decidían salir para pasarsela bien. Había excepciones y un ejemplo de ello era la pelinegra de ojos almendrados, simplemente deseaba descansar y estudiar un poco. Su sentido de la responsabilidad no le permitía andar de vaga ni siquiera cuándo está libre, después de todo la práctica y estudio te lleva a grandes resultados. Ese era uno de sus lemas, entre una de sus metas estaba el ser una heroína admirable, y para ello necesitaba poner esfuerzo de su parte. En fin, se le veía bastante concentrada en su libro de química, ahí dentro de las cuatro paredes de su gran habitación. Ya llevaba alrededor de dos horas en la misma posición, para ser sinceras ya comenzaba a ser algo aburrido, le dolían las nalgas tanto estar sentada sin moverse. Decidió por detenerse, conllevando a levantar la mirada y marcar la página en la cuál había quedado, exactamente la 235 de 500. Cerró el extenso libro y se levantó, soltando un suspiro al llevar la acción a cabo. Las cortinas estaban amarradas a un costado de las mismas ventanas de la habitación que daban vista a las afueras que rodeaban Legacy, el día no presentaba mucho sol, de hecho una suave brisa fría invadía las afueras, un clima propio del otoño.

— Que agradable día. Me pregunto que estarán haciendo los demás ahora mismo. . .—

Habló para si misma mientras se lanzaba a la cama de un salto, haciendo que el colchón se moviese una vez aterrizó sobre el mismo. La monotonía del día la comenzaba a aburrir. Era raro, puesto que se sentía cómoda en su alcoba pero el estar sola sin mucho que hacer la aburría. Tomó su teléfono celular y comenzó a revisar redes sociales, cómo típica adolescente.
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Soltó un pesado suspiro, se veía que todos estaban pasandola bastante bien, puesto que nadie se interesaba por hablarle. Pero ahí fue cómo una luz del cielo iluminó a la chica. En la pantalla del aparato móvil se leía. "Ayana Shade te ha enviado un email". Sin dudarlo, revisó el email y leyó el contenido de este, el cual en resumidas cuentas, la invitaba a una pijamada esa misma noche. Sonaba espectacular, no tenía mucha idea de quiénes iban a presentarse, pero sin dudarlo planeaba asistir. Si mal no recordaba, había luchado junto a unos compañeros para liberar a la pelirrosada del control de una de sus enemigas, una de las enemigas de Legacy. Esperaba que se encontrase bien, puesto que tal experiencia debió ser algo traumante. Era momento para conocer mejor a sus compañeras en la academia. Cómo respuesta al mail de la joven pelirrosada, agradeció la invitación y confirmó su asistencia.

— ¿Uh? Me pregunto si debería ir con mi ropa de pijama o con ropa normal. —

Empezó un dilema completamente innecesario, pero lo empezó. No creía correcto caminar por los pasillos de la academia con ropa de dormir, pero probablemente no se vea a nadie transitar los pasillos a esas horas. ¿Qué hacer? Ir vestida de forma casual y cambiarse allá sería un esfuerzo adicional pero, nada de otro mundo. Finalmente decidió por la última opción. Se levantó de la cama y comenzó a buscar en diversos muebles de la habitación lo necesario para la ocasión. De seguro juegos en conjunto como UNO serían muy necesarios, por lo qué en su mochila empacó una caja con cartas de UNO, aparte de su pijama y un par de snacks.

《No creo que sea necesario darme otra ducha, esta mañana ya lo hice. ¡Oh! Un momento. ¿Debería llevar un obsequio en agradecimiento para Ayana~san?.》

En esos momentos no tenía una tienda cerca para comprar un regalo para la tierna pelirrosada, pero su quirk de seguro la ayudaría, aunque eso fuese complemente inapropiado para Momo, creía que era necesario. Así fue cómo creó un par de aretes de plata con incrustaciones de gemas de color rosado, de seguro en ella se verían perfectos. Procedió a guardarlos en una pequeña caja de regalo y empacarlo en su mochila. Sólo faltaba cambiarse de ropa y cepillar su cabello.

El rostro juvenil y radiante de la femenina se mantenía sereno en total calma un silencio invadía completamente su habitación sentada sobre el acolchonado colchón de su cama leía tranquilamente un libro antiguo se veía claramente que era muy viejo por lo desgastado de su forro sus páginas pálidas de color café claro , sus orbes verdes azulados seguía al pie de la letra el texto como si fuese a perder entre las palabras paginas tras paginas leídas durante anochecía eran las 8:30pm se mantenía enfocada en su lectura ningún momento se presentaba en su rostro el cansancio mucho menos el aburrimiento pues la rubia amaba pasar leyendo algún tipo de libro que le llamase la atención en especial si se trataba de antiguos libros sin importar lo desgastado que estuviese o polvoso al terminar de leer completamente algún tipo de lectura reflexionaba al concluirlos . Esta vez había tomado un libro que parecía haber sido escritos muchísimos años atrás. Se encontraba en Pijama usaba uno muy lindo delicado de color-Claro de dos piezas tenía el cabello suelto de alguna manera se le abría desatado su listón no habría prestado atención se encontraba emergida en su lectura toda su atención y concentración puesta en ella. Pequeño rugido se hacía presente era más ni menos que su ‘’pequeño’’ León que se encontraba aun lado de ella descansando al menos eso pensó el juguetón travieso Aslan tenía su listo azul con el cual jugaba con él un poco ? la rubia le miro de reojo un pequeño golpesito sonó al ser cerrado el libro lo dejo de bajo de su almohada escondiéndolo para que no pudiese dejarlo en pedazos su compañero.







—O-oki está bien lo siento ven te consentiré un poco más….


Musito observándole quitándole de sus hocico aquel listo que claramente ya no usaría más acercaba su mano para así poder acariciarle por detrás de sus orejas un poco así fue hundiendo sus dedos en su melena trataba poder hacerle dormir pues no había estado de buen humor últimamente por alguna razón que ¿desconocía? Le frotaba un poco el lomo y su cabeza.


— ¿Quién demonios podría ser a esta hora?


Decía hablando con molestia su león La Rubia seriamente le veía dejaba de acariciarle así poder tomar el móvil revisaba el correo que le había llegado apenas unos minutos lo leía en total silencio se trataba de Ayana una de las estudiantes de la Academia con la cual estuvo una vez con ella en una misión junto con otros compañeros. Se sorprendió no esperaba que ella la estuviese inventando una clase de Pijama no entendía del todo la palabra tecleaba rápidamente su respuesta Ahí estaré Gracias Por la invitación espero poder pasármela bien y no ser tan antisocial en cuestión de segundo se había enviado su respuesta su sencilla y clara.


—¿Pi jamada? ¿Suena como un grupo de chicas aburridas hablando de tonterías


—A veces olvido que estamos conectados, no puedo esconderte nada ? últimamente estas de mal humor…


—¿Piensas asistir y dejarme aquí ?


—Tu humor empeoraría , evita asustarla no trames devorar nada aun nadie sabe de ti es mejor mantenerlo en secreto por ahora entendido?


La rubia había sido directa con sus palabras se bajaba de la cama poniéndose sus pantuflas antes de poder irse a la habitación de compañera la conocía por ser una persona tímida y apartada de la gente, dado a su miedo a los extraños no podía llegar con las mano vacías preparo algunos bocadillos que tenía tomo una 3 cajas de chocolates unas cuantas bebidas se quedó pensativa preguntándose si le gustaría Ayana se fue hacia unos cajones buscado algo que posiblemente le encantaría le había visto comer unas extrañas plantas venenosas arturia la había aguardado para una ocasión especial las aguardo por separado en su mochila mantenerla segura no fuera estropearse finalmente se iba a dicha habitación de la pelirosado una gran sombra se escondía desaparecía bajo los pies de la caballero.

— Ahhh~ Está noche podré relajarme, quizás algunas películas, o algo que me pues a entretener lo suficiente — Honestamente, haber cambiado de su típica vida, a una estudiantil, era algo demasiado aleatorio, pero no era algo imposible para la pelirroja adaptarse, de ese modo sólo trató de seguir la vida cotidiana como la mayoría de estudiantes, además no estaba sola, estaba Juvia, Jellal y Gray, además se había hecho amigos de chicos y chicas muy geniales, agradables y llenos ee entusiasmo que le recordaba a Natsu. — Hum... — Se percató, que por debajo de la puerta se había asomado una carta, con una sombra, pero de ¿Quién? Cuando la pelirroja se puso de pie para abrir la puerta ee su habitación rápidamente, no había ni una sola alma en el pasillo, se percató ver por todos lados, pero aún así, no había alguien que podría haber visto. — Bueno — Murmuró la pelirroja para sí misma. El parecer el asunto de la Carta, tenía que ver con que Jellal estaba fuera del país, más nunca le avisó a la pelirroja el motivo de su ida. — Tsk, me envías una carta 3 días después de tu desaparición. — Dijo molesta y dejó la carta sobre su cama.

Pronto se escucho el "Bing" De notificación de su celular, era un correo electrónico.— Veamos — Dijo abrir el mensaje, pensó que sería algo referido a la Academia y Asuntos estudiantiles ó prácticas de combate cuerpo a cuerpo, pues se había metido a ese tipo de cursos, pero cuando leyó el asunto, se dio cuenta que era una pijama. — Ah... Bueno, no es algo grave, no quería alguna pelea en este momento. — Dijo, pues aún tenía Dolores de espalda de los entrenamientos de combate que ha tenido hace 3 días atrás. — Es hoy? ¡Ah! ¿¡HOY!? — Dijo, así rápidamente guardó una ropa limpia para dormir, su carrera con dinero, celular, y como era de esperarse una botella de Sake ¿? Pues había posibilidades de todo, así sólo se llevó el mensaje del celular a la vista y salió rápidamente, no quería hacer esperar a Ayana y otras chicas.

— No debería de ponerme nerviosa... Es bueno hacer nuevas amigas, sí? — Decía a sí misma, a modo de evitar ponerse de nervios, más cuando podría hacer algo que sea vergonzoso, no sería la primera vez que a veces el sake le da duro a ella que no se percata de las cosas que hace. — Uff... Espero que vaya todo bien — Decía leyendo el mensaje con la dirección, a modo de saber dirigirse hasta donde Ayana se hospedaba, hasta que la pelirroja llegó al hogar de Ayana, algo formal la fachada de afuera e incluso parecía agradable. Pronto, sólo tocó un par de veces sobre la puerta de madera con una fuerza moderada para que esta se abriera.

Al menos desde la perspectiva de la pelirosada, no había sido un día interesante o cansado. Sus clases fueron casi lo mismo que ayer y no hubo mucho que calificar. Si bien hoy había estado muy aburrida por eso agradeció por no haber tenido que estar muy ocupada y cansada esta ocasión que en otras veces.

  Pero ahora que era de noche y finalmente se encontraba en su departamento acostada en la cama de su cuarto las cosas parecían estar más interesantes que antes pues, en sus manos sostenía un libro del cual ya llevaba casi la mitad de las páginas. La muchacha leía muy concentrada las palabras plasmadas en el papel sin prestar atención a nada más que lo que tenía en manos. Todo sería normal de no ser por  la expresión en el rostro de Krul quien se mostraba bastante tensa y algo temblorosa de los hombros. La razón de esto era porque el libro era del género de terror y cumplía perfectamente con las expectativas de lo que uno se espera encontrar con un libro de ese tipo, eso o tal vez porque, aunque ella no lo quiera admitir, estando sola en un lugar callado como ahora le daba un poco de miedo. Y aunando esto con las descripciones del libro no lo mejoraba mucho, pero aún así seguía leyendo por lo bien contada que estaba la historia.

  – "Fue entonces cuando el hombre, con un notorio gesto de angustia en su rostro, sostuvo con fuerza el bate que tenía en manos mientras esperaba a quien quiera que estuviese del otro lado de la puerta entrará de una vez a la casa para enfrentarlo de frente. Ya era suficiente. No iba a ser un cobarde en esta ocasión. No ahora" – Narraba la muchacha en voz alta sin despegar de su vista los párrafos anteriormente dichos mientras sus deditos temblaban por la tensión – . "Un golpe sordo sonó por afuera de la puerta haciendo que el hombre diera un brinco por el susto y sostuviera con más fuerza el bate, nuevamente un golpe sonó, luego fue otro, y después otro. Pero antes de que el hombre pudiera darse la vuelta y verlo sintió una presión fría en su hombro derecho y con ello—"  ¡M-Maldita sea! – Krul exclamó esto último fijando su mirada a su teléfono del cual posaba en la mesita que tenía al lado de la cama. El teléfono había sonado así por una notificación que había llegado en ese momento y fue la causa de su susto. Después de haber pasado un par de segundos y estar finalmente calmada Krul dejó de lado el libro y estiró su brazo para alcanzar el teléfono de la mesita para luego encenderlo y ver en la pantalla lo que le había llegado. Después de haber revisado el correo que apenas había recibido se levantó de la cama y fue hacía donde había dejado su bolso más grande para revisar todo lo que necesitaba para salir esa noche. El correo que le habían mandado fue una invitación para ir a una pijamada junto con otras chicas quienes no solo eran de Merak sino también de Legacy. A pesar de anteriormente estaba algo ocupada leyendo no le pareció mala idea pausar su lectura para ir a pasar la noche con algunas chicas de ambas academias anteriormente nombradas. Además de que también quería olvidar un rato lo que había leído por lo nerviosa que estaba. Le gusto sí, pero había sido suficiente por ahora.

  – Okay, ya tengo aquí las llaves, el teléfono, la cartera, audífonos, un obsequio para Ayana, la pijama... ¿falta algo más? – Krul se volvió hacia atrás dando la espalda sus cosas para revisar si había algo que había olvidado antes de irse con las demás –. Bueno, parece que no. Entonces ya puedo irme. Aunque no pueda consumir nada más que sangre compraré en el camino algunas cosas para las chicas, llegar sin nada más que mis cosas no sería muy cortés. Ya veré que les puedo llevar~

Tras enviar las invitaciones por su teléfono, la pelirrosa se dispuso a ordenar la habitación para que tenga el espacio suficiente para las chicas, no quería que estuvieran incomodas ni pasaran frio ya que las noches solían ser gélidas.

─B-Bueno, tendré que preparar bocadillos, algunas películas, juegos, mi cámara, quizás deba preparar algo para Krul, es una vampira después de todo, quizás le haga algunas frituras con la flor de sangre… Arturia come mucho, así que tendré que hacerle una ración más grande de comida solo para ella…

─…Te esmeras mucho por algo tan simple…

─E-Es que quiero que sea una noche especial, nunca había traído amigas aquí además de Paola… y ahora que ella no está… es algo…solitario.

─Ah… entiendo, yo no soy suficiente para ti ─Decía con cierta dramatización en su voz.

─¡¡N-No lo dije con esa intención!!

─Ya, nada, no necesitas remediarlo, ahora sé lo que piensas (?)

─¡¡Colt!! ─Dijo entre sollozos mientras intentaba llamar la atención del azabache.

─Eres tan fácil de engañar, enana─ dijo entre risas para luego abrazarla─ Sé que necesitas amigas las cuales compartir momentos, por algo te ayudare en esta reunión, cálmate…

La pelirrosa no pudo evitar derramar lágrimas ante las palabras de su familiar, él no solía decir cosas consideradas o siquiera la abrase con tanto afecto, quizás estaba experimentando alguna fase o ella requería de afecto, después de todo, se había acostumbrado tanto al afecto de su hermana que sintió demasiado su ausencia y aquel familiar lo único que quería era verla feliz.

─Colt…Gracias ─elevo su mirada para sonreír dulcemente─ Ahora vamos a preparar todo.

─No es nada ─Desvió su mirada para evitar ruborizarse─ Yo te ayudare a limpiar y acomodar las cosas, tu mientras cocina, no deben tardar en llegar.

La pelirrosa asintió con entusiasmo para luego separarse de su familiar, ambos eran un equipo ejemplar, haciendo sus respectivos deberes a la misma velocidad, cuando menos lo esperaba o, mejor dicho, gracias a sus poderes de control de flujo temporal, ambos individuos tenían todo preparado para la pijamada.

Después de una ducha y vestirse para hacer las compras, Juvia fue a un centro comercial no muy lejos de su destino.

— Umm... ¿Qué debería comprar?— revisaba cada objeto de los estantes y tomó lo que creyó más conveniente: bolsas de papas fritas, galletas, refrescos y algunas golosinas.

— Bien, Juvia tiene todo lo necesario, no creo que sean de las chicas que comen demasiado, así que con esto debe bastar. — comentó para si misma, sin imaginarse cuanto apetito tendrían las demás invitadas.

Se desvió por uno de los pasillos donde habían numerosos regalos para enamorados. Se sonrojó al ver un bonito oso blanco de peluche sujetando un corazón con sus manitas. Rápidamente empezó a fantasear, la gente le observaba con sorpresa, seguro muchos creían que estaba loca. Mientras, ella vivía feliz en su mundo de fantasía y romance... romance donde ella y su Erik eran los protagonistas.

— Eh... disculpe señorita... está tapando el paso... — dijo una voz masculina, un joven que quería pasar por ese pasillo pero la peliazul se encontraba en medio.

— ¡¡Juviiiiiiin!! disculpe.— se inclinó hacia adelante en señal de disculpa y se fue corriendo.

Pagó todo en la caja y nuevamente se distrajo con unas bonitas tarjetas románticas que estaban en los exhibidores. Otra vez la gente la miraba.

Recibió su nota de comprar y tomó lo que le pertenecía. No estaba tan pesado, ahora se preguntaba si sería suficiente.
De camino a casa de Ayana se percató de que ya casi era la hora de la reunión.

— Oh no... ¡¡Juvia llegará tarde!! — corrió a toda prisa hacia el hogar de la pelirrosa.

Una vez frente a la casa notó que había alguien más afuera esperando, una pelirroja que ya conocía, Erza.

« Así que Erza-san también está invitada. Ju-Juvia espera que no nos haga hacer algo vergonzoso... » dijo en su mente, algo nerviosa pues bien sabía que aquella chica era muy entusiasta, atrevida y retadora.

— ¡¡Erza-san, cuanto tiempo!! parece que somos las primeras. — exclamó emocionada.

Se quedó junto a la pelirroja mientras esperaban el recibimiento de Ayana. ¿Quiénes más estarían presentes? Se sentía curiosa por saber.

Finalizando ya su ritual antes de salir de su habitación, terminó por cepillar su largo y azabache cabello, (el cuál dejó completamente suelto, ya que así dormía) para luego vestirse con lo que sería una sudadera de color blanco con rojo en la parte de los brazos, más unos shorts de color rojo, al igual que las mangas de la sudadera, la cuál no era de una tela extremadamente gruesa, si no que era bastante fina y fresca. A pesar de qué era otoño y el día no era el más soleado, no se presentaba mucho frío, es decir, tampoco sucedía que el aire gélido penetraba al cien por ciento las adentros, por esto mismo no se preocupó del todo, no era una gran problemática. Una vez que verificó que su apariencia estsba completamente presentable, decidió por calzar sus pies con unas converse de color rojo. A decir verdad se sentía algo extraña de vestir de forma tan casual para salir de lo que era su espacio privado y personal, realmente se le hacía extraño pero, más raro sería si llegase a su destino con un vestido elegante y unos zapatos de taco, ¿Cierto? La ocasión no era para eso. Por esto mismo, tras mirarse al espejo unas 3 veces más decidió por salir sin más, completamente ajena a lo que sería la reunión en sí, no tenía mucha idea de las personas con las que se encontraría, por esto mismo se sentía algo nerviosa. Como si su estómago se contrayese al máximo. Antes de atravesar la puerta que daría al pasillo, soltó un gran suspiro, en espera de sentir algo más de alivio. Así fue como se decidió a girar el picaporte y traspasar al otro lado de la puerta, con la mochila sobre su espalda y un semblante de inseguridad acabó por dejar con seguro su habitación, no quería inconvenientes al llegar luego. Finalmente, cambió a una expresión neutra y prosiguió a darse una media vuelta para emprender paso. No era demasiado el trayecto, pero la azabache decidió por hacerlo más paulatino, puesto que la pena inundaba su ser.

[. . .]

Tardó alrededor de media hora caminando a paso lento, observando sus alrededores, intentando distraerse con lo que sea, alguna mancha en las paredes, el paisaje de afuera, los pliegues de su ropa, etc. Una vez que ya se encontraba cerca se lo que era su objetivo, a lo lejos pudo divisar dos chicas frente a la habitación que era su destino
Al parecer ya se conocían puesto que se les veía charlando sin mucho problema. Una de ellas poseía una larga cabellera de color carmesí, era imponente y hermosa, mientras que la otra chica era de ojos almendrados, (al igual que Momo) y cabellos azules tal y como el mar, ambas eran muy lindas. Su pulso se aceleró considerablemente una vez que las vió desde su posición, se debía a los nervios. ¿Cómo debía presentarse? Una infinidad de opciones atravesaban su mente, algunas como; "¡Hola! mi nombre es Momo", o también de una forma más cortes, "Buenas, me presento, mi nombre es Momo". Nuevamente suspiró y afrontó lo que era la realidad. Acortó la distancia que faltaba hasta llegar al lugar en dónde estaban ambas chicas y con una pequeña sonrisa se presentó ante ellas.

— Buenas, ¿Vienen aquí por la pijamada? —

Su tono de voz era suave y su expresión mostraba alegría y a la vez algo de pena, puesto que sus mejillas poseían un leve rubor, simplemente dijo lo que vino a su mente puesto que al llegar fue cómo si todo lo que planeaba hubiese desaparecido.

— Hum, creo que me precipite demasiado a venir con una botella de Sake, creo que podría regresar y traer algo más, además qué tipo de chicas vendrán. — Como era normal de Erza, siempre estaba pensando de más, pero cuando estuvo a punto de darse la vuelta con la idea de comprar algo más, quizás algunos dulces o golosinas o una película de terror. — RAYOS, CIERTO — Dijo exclamando para sí misma — Debí traer una película también — Pronto una voz hizo que la pelirroja saliera de sus pensamientos de golpe, pues era una voz claramente reconocida para ella, — Juvia, también estás aquí, eso es genial  —

Una sonrisa se había esbozado, al saber que al menos tenía a ella así que sólo levantó su meñique con aprobación hasta que se percató que tenía una respiración un tanto agitada, — ¿Acaso estabas corriendo? — Dijo curiosa, para percatarse que ella sí había traído unas bolsas con cuantas compras, quizás venía de eso. — Pues, vienes a tiempo, aún no han abierto la puerta. — Pronto, se escucharon unos pasos más, cuando se dio cuenta que era Momo, compañera suya. — Momo, hola — Decía la escarlata con esa sonrisa que siempre las caracterizaba, aunque de momentos sólo observaba su reloj de muñeca para ver los minutos pasar. — Sí, vengo por la pijamada, e de suponer que así como ustedes, no? —

— Creo que debemos derrumbar la puerta ha de estar en peligro — Comentó en un tono de voz audible para sus compañeras, pero obviamente no lo decía realmente, sino para ver cómo reaccionaban ellas, sería una buena idea para que se relajaran este momento antes de entrar a la pijamada.

Apenas había terminado los preparativos de la pijamada cuando las voces de diferentes chicas llamo la atención del azabache, aquel hombre miro hacia la puerta para después mirar de reojo a la pelirrosa.

─Creo que derribaran la puerta si no les abres.

─¿He? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Ya están aquí?

─No han tocado la puerta, pero están ahí paradas, ¿les abro?

─Si, por favor, pero se gentil…

El azabache asiente mientras se acerca a la puerta, tomando la perilla de la misma y girándola para abrir con cuidado la puerta, evitando asustarlas por su presencia.

─Buenas noches señoritas, bienvenidas a la residencia Shade, mi nombre es Colt y las atenderé esta noche, por favor, permítanme sus pertenencias, agradezco que hallan traído bocadillos y objetos de entretenimiento, por favor pasen y siéntanse como en casa.

Aquel hombre de aspecto intimidante hablo de la forma más elegante jamás visto, era de las pocas veces que actuaba de forma amable, pero solo lo hacía por la pelirrosa, después de todo, ella no solía llevar amistades a su apartamento.
El azabache se hacía a un lado para que las chicas tuvieran la confianza de entrar mientras tomaba las bolsas y objetos que cada una llevaba para la fiesta de pijamada.

─¡Oh! ¡Chicas! ¡Me alegra verlas aquí!

Dijo sonriente mientras se acercaba a cada una, brindándole un cálido abrazo, especialmente a Juvia quien era su Kouhai que la apoyo en más de una ocasión.

─Estoy tan feliz de tenerlas aquí… N-No suelo tener a nadie en mi apartamento…así que espero sea agradable.

─Vivimos en un apartamento de dos pisos, parece más una casa que otra cosa, estarán cómodas ─Comentó de forma burlona ante el nerviosismo de la pelirrosa.

─N-No exageres… antes vivía con mi hermana, así que es de esperar que sea algo grande… B-Bueno, ¿les gustaría algo? Prepare bocadillos y bebidas…

La pelirrosa sin duda estaba nerviosa, no podía evitar juguetear con su cabello mientras miraba al suelo, algo que provoco que su familiar empezara a despeinar sus cabellos para calmarla.

─Ellas incluso han traído algo, deberías darles las gracias ─Este enseña las bolsas para luego colocarlas en una mesa ─ serviré pos aperitivos, chicas, disfruten la velada.

─S-Si, gracias Colt… ¡También les agradezco a ustedes por venir y traer cositas para la pijamada! ¡Les agradezco mucho! ─Se inclinaba levemente, era evidente que estaba ruborizada por su timidez e intentaba ocultarlo a toda costa, pero era claro lo tierna que era al hacerlo(??)

Un par de golpes no muy fuertes sonaron por fuera del apartamento en el que se hallaban las demás muchachas quienes, probablemente, ya se les podía encontrar preparándose para comenzar la pijamada. Estos toques de la puerta le pertenecían a la pelirosada quien, gracias a que hubo una larga fila en el supermercado al que había ido para comprar algunas botanas, refrescos y demás para las muchachas que podrían haber ahí, había llegado más tarde de lo que ella esperaba.

    – Buenas noches. soy yo, Krul ¿puedo pasar?~ – Saludo de manera amigable en espera de que alguna de las chicas le abriera la puerta. A pesar de que en su expresión no se notase su entusiasmo realmente quería conocer a todas las chicas. Pues confiaba que la noche se haría interesante junto con todas ellas.

    Mientras esperaba una respuesta de momento había dejado algunas bolsas que cargaba consigo en el suelo y cargaba otras con la mano contraria revisó el reloj que había en su muñeca pudiendo divisar de este que ya era algo tarde y por esto mismo se sintió apenada. Definitivamente está no había sido una muy buena impresión por su parte Ayana, quien la había invitado, ¿estaría molesta por esto? Esperaba que no. La fila en la que había estado para comprar las cosas estuvo realmente larga…

     A pesar de que no pasó mucho tiempo desde que tocó la puerta volvió a tocarla un par de veces más.

    – Lamento haber llegado a estas horas, había pasado hacia el supermercado para comprar algunas cosas para la noche y hubo mucha gente en la fila. Espero que esto no sea mucho problema~ – Expreso esto levemente apenada notándosele incluso en su voz.

— Así es, Juvia pasó a comprar algunas cosas. No sabía exactamente cuantas personas vendrían, así que no compró mucho. — exclamó, respondiendo a la pregunta de Erza.

Recuperando el aliento que había perdido tras correr del centro comercial hasta la casa de Ayana. Esbozó una sonrisa cuando Momo apareció frente a ella y la pelirroja. No la conocía mucho, pero eran compañeras de la Academia.

Se alarmó cuando Erza mencionó algo de derribar la puerta.

— ¡¡E-Erza-san!! Espere, esa no es una buena idea, pri-primero se debe tocar. — dijo nerviosa.

No quería que la joven de cabello escarlata destruyera la morada de su senpai, así que se puso enfrente e iba a tocar, pero la puerta se abrió y fueron recibidas por el familiar de la pelirrosa. Quien se mostró muy amable y educado.

« Umm, ¿Se sentirá bien, Colt-san? » pensó, mientras le entregaba las bolsas con la comida que había comprado.

— ¡¡Senpai!! — dijo Juvia, y se lanzó hacia la pelirrosa. La abrazó con fuerza. Se separó un poco y la sujetó de los hombros, viéndola con alegría.

— Hace días que Juvia no la veía. ¡Gracias por la invitación! —

La charla que había comenzado entre ambas, fue interrumpida cuando alguien tocó la puerta. Se trataba de una chica de cabello muy largo y rosado, atado en unas coletas, con una apariencia curiosa, parecía una... niña. Era la primera vez que la veía.
Se acercó a la chica pelirrosa de aspecto infantil y le sonrió de forma dulce.

— Me llamo Juvia Lockser, es la primera vez que Juvia la ve. ¿Cuál es su nombre? — preguntó de forma amable.