¿En serio? ¿Perdidas? - Priv Juvia

Había sonado fantástico la idea de salir de viaje, quizás alguna aventura inesperada. Haber escuchado sobre ello había sido genial, además que la Escarlata invitó a Juvia, su amiga, que desde un inicio no le molestó e  incluso se vio emocionada con esta idea. El viaje o tour que se habían atrevido a tomar, era en ISLA ROKKENJIMA . El tour abarcaba el río, la selva, la mansión abandonada, playa además de una pequeña visita a las playas aledañas. El viaje no duraría un día, ni dos, el viaje estaba para disfrutarlo durante 15 días completos, alejados de la ciudad y el ruido de la civilización.

Antes que el barco saliera del puerto,  el guía les había dado un tiempo para que regresaran a algún lugar que les haya fascinado, después de todo aún no era la salida.  Para Erza había sonado una buena idea, regresar algún lugar al que no le dedicaron el suficiente tiempo para explorarlo, — Vamos Juvia,  vamos a explorar un poco más, no? — su bolso lo llevaba por encima de su hombro, todo lo que había traído así que no le hacía mucho peso. Ella tomó la mano de la azulada, para caminar lejos de todos los demás que habían venido, aunque así como ellas, los demás habían venido en grupos y se escuchaban los murmureos que también saldrían.


— ¿Dónde quisieras regresar? — Entre uno de sus bolsillos de los costados sacó un mapa, casi tan victoriosa como cuando empuñaba una de sus espadas, pero en este caso sólo era un rollo de papel, donde tenía todos los lugares que los visitantes podían ir, mas habían algunos los cuales estaban cerrados al público sin saber el porqué.  — Hace unos días que visitamos la playa aquí  pareció gustarte mucho — Decía señalándolo en el mapa y el recorrido que debían hacer para llegar.  — Gustas regresar? —

Decidió que el tiempo que tenia de libertad lo aprovecharía para pasar tiempo con Erza Scarlet, su amiga y compañera de la Academia. Fue invitada por la pelirroja a un viaje de 15 días en la Isla Rokkenjima. Se emocionó mucho, pues había escuchado que además de la selva y la mansión abandonada, habían playas aledañas, y si algo le fascinaba era visitar esos lugares con agua, que para ella eran como un paraíso donde reinaba.

Al cabo de unos minutos, el guía había dado algo de tiempo para volver a un sitio que les haya gustado. Se quedó en silencio observando a su alrededor, después a su compañera y se dejó llevar de la mano por ella, lejos de la multitud. Erza sacó de su bolso un mapa de la Isla, en el estaban todos los lugares a los que podían ir, incluso los que estaban cerrados.

Se quedó pensando unos segundos a la pregunta de Erza y asintió con la cabeza cuando propuso ir de nuevo a la playa, pues notó que fue más que agradable para la maga de agua. — La playa es como el hogar de Juvia. — respondió con una sonrisa encantadora.
Con gran emoción, ahora fue ella quien tomó de la mano a la joven de cabello escarlata. —Vamos, Erza-san. Antes de que el tiempo acabe.— exclamó y aceleró el paso hacia el camino que las llevaría a la playa.

Poco después, llegaron a la costa, había muchas piedritas como para caminar sobre ellas y sentir las suaves caricias de las olas que terminaban por arrastrarse a la orilla y después devolverse nuevamente al mar. Allí todo era maravillosamente hermoso e impresionante. La brisa era fresca y les traía el tentador aroma del agua. Juvia inhalaba toda esa frescura con los ojos cerrados y el viento moviéndole el cabello.

— ¿Hum? — Hasta sintió como le había tomado de la mano con ese tirón que había sacado de sus pensamientos a la escarlata, para sólo seguir los pasos de la peli-azul. Se veía tan, pero tan animada con regresar a la playa, mientras era tirada por ella, guardó el mapa por uno de los bolsos de su mochila, para después dedicar su vista al frente. Al parecer Juvia podía guiarse sin ver el mapa, quizás era tanto su amor por ello o mejor dicho era tiene que ver su magia en todo esto. — Wow, a veces me sorprendes, como ahora, te lograste ubicar sin estar con mapa, ¡Genial! —

Sólo corrió hasta la orilla, mientras Juvia dedicaba todo su tiempo a el agua, sentir las rocas, la brisa, el aroma, el rostro de la chica mostraba tanta tranquilidad y fascinación por lo que era parte de su ser, el agua. — Deberíamos también pasar a el lugar de recuerdos, quizás puedas llevarte un collar, o pulsera, algo que sea de aquí, no? — Decía sacando de la mochila un flotador. El flotador estaba sin aire, así que debería dedicarse a inflarlo, aunque cuando ella lo intentaba, se ponía casi todo rojo su rostro, era difícil, ahí hacía honor a escarlata (?) Su rostro lo demostraba. — Pffff —

Minutos, muchos minutos después logró inflarlo. — ¡Ahhhh! ¡Esto es exhausto! — Decía, para sólo caminar hasta la orilla de la playa y dejar ir el flotador, tras de ella se lanzó la pelirroja para lograr caer sobre ella, ventaja, no hay olas, desventaja, que no sabe hasta cuándo. Así que sólo terminó por acostarse sobre el flotador, aunque era para dos personas, donde entraba Juvia.

— Bu-Bueno... Juvia se aprendió el camino, ya que fue el lugar que más le gustó. —

Sonríe mientras el viento la despeinaba y ella volvía a acomodarse el cabello. Se sentó sobre una roca grande, sus pies estaban hundidos en el agua y ella los movía, jugueteando como si fuese una niña. Muy felíz se sentía.

Asintió animada ante la idea de Erza.

— Es una buena idea, tal vez pueda llevarle algo a Eri... AAAAH~ — hizo pausa cuando estuvo a punto de mencionar el nombre de alguien en especial. Se sonrojó, cubrió su cara con las manos y pataleó aún sentada sobre la roca. La presión de su cuerpo y el movimiento hizo que perdiera el equilibrio y cayera hacia atrás, directamente al agua. Al momento que caía dejó escapar un pequeño "Kyaa".

— A-Auch, ¿Erza-san? — se levantó completamente empapada de agua.

Mientras tanto, su compañera de cabello escarlata intentaba inflar un flotador enorme. Le causaba gracia verla, sus mejillas se estaban poniendo del color de su cabello. ¿Necesitaría ayuda? Mmm no, después de todo la habilidad de Juvia era el agua, no el viento. Probablemente sería más difícil para la maga de agua inflar ese enorme objeto de plástico.

Después de varios intentos de la pelirroja, finalmente logró armarlo, estaba tumbada sobre el. Juvia miraba asombrada.

— Ehh~ Juvia también quiere. — exclamó animada, corrió y se aventó sobre el flotador como una niña. La fuerza del aterrizaje hizo que salpicara bastante agua sobre ambas, en especial a Erza. Ahora Juvia no era la única empapada. Rió divertida, a veces se comportaba muy infantil e inocente.
La peliazul quedó boca abajo sobre la parte del flotador que estaba libre, ya que era para dos personas.

—Se siente bien~— dijo y soltó un suspiro, relajandose por completo.

El artefacto sobre el que reposaban se movía sutilmente, las olas no eran lo suficientemente fuertes para arrastrarlas o tumbarlas. De cualquier modo Juvia estaba ahí, sabía que no habría problema, ya que era una experta controladora del agua.

— ¿Hum? — La escarlata que tenía sus brazos cruzados tras de su cuello, con esa pose tan relajante y descuidada, cosa que rara vez se lograba presenciar de ella, pues siempre permanecía a la cautela, cuidadosa y muy observadora. Hoy era una de esas raras excepciones, así que, ¿Por qué no relajarse? — ¿Eri? ¿Qué es eso? — Dijo, aun no captaba que ella había intentando formar y pronunciar el nombre, pero la vergüenza a la peli azul le había ganado, e incluso esa pálida piel, casi el color papel, se había ruborizado. — Hahaha, el sol te está haciendo efecto supongo. —

— ¡JUVIA! ¡ESPERA! — Decía casi de sorpresa cuando su compañera se había lanzado con muchos ánimos contra ese inmenso flotador, e incluso hizo que de rebote la pelirroja saliera de donde estaba descansado y de una manera muy graciosa cayó contra el agua. Para solo sacar la cabeza rápidamente, y acercarse a las orillas del flotador. — Hahahaha — Le había causado un poco de gracia, así que intentó otra vez subirse, pero su cuerpo estaba húmedo y deslizaba sobre el flotador. — Bueno, supongo que me quedaré en el agua, está muy refrescante aquí abajo. (?) — Decía con una sonrisa para sólo mantenerse pataleando un poco, y sus brazos apoyados contra la orilla del flotador.

— Ahora, chan, chan, chan ~ — Decía dándole un aire de suspenso, e incluso una sonrisa salió de sus labios para sólo dedicarse a ver a la azulita. — ¿Eri? Acaso trataste de decir Erik? — Comentó esperando que su pregunta fuera afirmada. Aparte que le gustaba ver como ella se ruborizaba, así como veces anteriores Erik se había ruborizado cuando hablaba de Juvia. — Piensas llevarle algo? —

—¿Uhh? ¿Erza-san? —

Se percató de que su compañera no estaba a su lado, pero el flotador estaba impregnado de agua y de él estaba sujetada la pelirroja, con el cuerpo hundido en la superficie.
Necesitaría ayuda, ya que el flotador estaba muy resbaloso. Le extendió la mano y la ayudó a subir.

Su rostro se puso violentamente rojo al escuchar a Erza pronunciar el nombre de "Erik" pensó que no la había escuchado.

—Aaahhh~ Erik-sama~ — llevó ambas manos a sus mejillas regocijando de alegría, parecia como si enloqueciera de amor cada que recordaba a ese hombre, sus impulsos de una chica enamorada no los podía controlar y era facil para cualquiera acertar que en definitiva si se trataba de Erik.

—Aaahh~ Erza-san ¿Cómo lo supo~? — dijo ingenua, como si fuese complicado de adivinar.

—Mmm sí, Juvia quiere obsequiarle algo. O más bien... algo que sea como nuestro simbolo de amor.—

Dijo con semblante tranquilo pero ruborizado y recordó aquella tienda de recuerdos, había una vitrina con miles de recuerdos para parejas, pero algo en especial había cautivado a la maga de agua. Un par de pulseras con la frase "Eternal Love" grabado



— Aaah~ Ojalá él estuviera aquí.— exclamó la peliazul.

— Hum, ya veo... Qué lindo suena su romance, más cuando tú lo mencionas, tú le pones mucho sentimiento cada vez que hablas acerca de él. — Comentó subiendo al flotador después que la peli azul le había estado ayudando, ya que de por sí la pelirroja no podría sola, estaba mojada y de paso el flotador está liso, sería como una misión imposible, al menos hasta que la chica del agua le ayudó, que con mucha confianza aceptó. — ¡Ah, ya sé! — Decía estando sobre el flotador con una pose de vencedora, pero en este justo momento lo que tenía era una idea.

— ¡Vamos! Vamos a la tienda de regalo lo más antes posible para que compres ese regalo que quieres para él, y después en la ciudad pueden tener esa cita romántica donde puedes dárselo, ¿Qué te parece? — Decía para sólo tratar de mover el flotador hacia la orilla, con ambas manos contra el agua, estaba acostada boca abajo en el flotador, con un único impulso de poder ver el romance de Juvia con Erik florecer, ese romance que en Legacy y seguro otras partes, era bastante discreto, pero hacían una linda pareja. Cuando el flotador se volvía acercar a la orilla la pelirroja se bajó con entusiasmo.

— Hablando de Erik y tú, la única vez que los pude ver juntos fue en una fiesta, o al menos eso recuerdo. — Decía abriendo el bache del flotador para, que este sacará todo el aire de su interior, sin percatarse que ese aire lo estaba lanzando contra el rostro de su amiga, parecía que incluso le estaba secando el cabello de pasó. — Uy... Cada cuánto te ves con él? — Decía muy curiosa, en su caso casi nunca estaba con Jellal, pero Erik y Juvia parecían juntos y separados, pero aún así pensaban mucho tiempo en el otro.

— Así es, Juvia ama mucho a Erik-sama —

Esbozó una sonrisa, no le apenaba demostrar públicamente su amor con el Slayer. Cada que pensaba en él era un momento de fantasías en su mente, era como si un montón de corazones flotaran a su alrededor al escuchar la palabra "Erik"

Suspiros daba al imaginarse situaciones románticas a su lado, situaciones que se interrumpieron por su amiga de cabello escarlata, que alzó la voz con una curiosa pose de victoriosa.

— ¿Uh? ¿De verdad? Aaah~ vamos entonces, Juvia no puede irse sin comprar algo para su amado. —

« Aahh~ una cita con Erik-sama... quizá le pida a Juvia que se case con él... ¡¡Kyaaa!! » pensó

De sus blancas mejillas se esparció un rubor y con ambas manos se cubría el rostro. Vaya chica enamorada que resultó ser.

Ambas bajaron del flotador, le agradaba que Erza se interesara por su romance. Al principio temía que los legacianos se enteraran y los juzgaran, ya que Erik era de un bando enemigo, pero que por obra del destino terminaron enamorados.

Volteó hacia la pelirroja, cuando estaba por responder a su pregunta una corriente de aire golpeó su rostro y sacudió sus azules cabellos. Era el aire que Erza le estaba sacando al flotador.
Juvia terminó con el cabello revuelto en el rostro, con las manos se peinó como pudo y reía entre dientes.

— Erik-sama no sale mucho con Juvia, pero cuando lo hace es muy atento y amoroso. Umm... Juvia quisiera pasar más tiempo con él. — bajó la mirada entristecida pero la levantó segundos después para ver a Erza.

— Erza-san ¿Usted cada cuanto se ve con Jellal? — preguntó con la misma curiosidad.

Dio unos pasos al frente, caminando sobre la arena que en cada momento se humedecía por las olas que se arrastraban al no poder llegar más lejos. Ahora caminaba rumbo a la tienda de regalos, no podía esperar a comprar ese obsequio para su querido pelirrojo y entregárselo lo más pronto posible en una cita que ya planearía.

— Erik-sama siempre es pervertido con Juvia cuando están solos. ¿Jellal es así con usted, Erza-san? — dijo directamente mientras caminaban.

Sin vergüenza o temor confesó eso como una niña inocente... pero ni tan inocente, la peliazul ya había imaginado un sin fin de escenas pervertidas con el hombre de sus sueños. Quizá Erza imaginaría que el pelirrojo le hacía cosas indecentes a la fuerza. Sin embargo, no era de esa forma, Juvia aún era una inexperta en cosas de pareja, por lo que había cosas que no entendía y quería resolver sus dudas, y que mejor que con Erza, siendo tan madura.