¿Humanos? ¿En serio? (Dabi, Himiko)

Ya juntaba semanas el pasado fin del internado Merak, y junto con esa ocurrencia, la desaparición de algunos miembros que si no fueron derrotados durante el confronto final, habían posteriormente sumergido su existencia en un abismo y no dado más señales de vida.

Ese era el caso del manipulador de fuego llamado Dabi, quien Lacus había conocido por antes de la derrota y casi iniciado una amistad con aquel elemento de raza no identificada. Durante la guerra contra Muscular y Lest Karr, había visto claramente a Dabi ser masacrado, razón por la que en las creencias del chupasangre, el susodicho estaría muerto en definitivo, y por eso rápidamente Dabi había caído en el olvido de la corta memoria del vampiro y su natural indiferencia hacia la vida ajena.

En aquella noche, sin embargo, estaba por descubrir lo inesperado, y en doble dosis.
Eran cerca de las 1h00 de la madrugada. El mismo vampiro se encontraba en un bar particular para criaturas sobrenaturales denominado Blood House. Allá costumbraban hallarse tanto vampiros cuanto demonios, híbridos y otras clases de seres vivos cuya dieta no podían satisfacer en cualquier restaurante de esquina, como también, vez que otra podían encontrarse allá algunos humanos que tenían algún lazo con uno de esos seres o lograban convivir pacíficamente con tales. El recinto se situaba en una área subterránea bajo las calles de Tokyo y de acceso mediante escaleras al final de un largo corredor al que conducían los portones de un hospital abandonado y oscuro.

Tranquilamente, el inmortal estaba tomando el contenido de su copa rellena con sangre de buena calidad tipo A+ en temperatura fría que le solicitara al barman, cuando su celular avisa con un suave sonido que le acaba de llegar un mensaje. Lacus vestía una gabardina que se asimilaba bastante al traje militar nazista, pero de color blanco y con largas mangas adornadas por detalles dorados en la base inferior, ataviado también con un cinturón de brillantina dorada envolviendo su cintura.
Descansó la copa sobre el contador y sacó su celular móvil, prendiéndolo para ver que el remitente se presentaba como el propio Dabi y le enviara un mensaje pidiendo encontrarlo, y de paso tenía una nueva amiga que quería presentarle.
Se rió en seguida, luego de la sorpresa que se llevara y lo tenía desconfiado ahora. Nada más ''normal'' que alguien que había visto morir quiera encontrarlo como si nada hubiera ocurrido.
Se quitó el guante de tela blanca que portaba en su mano derecha y también el de la izquierda, para escribir una respuesta, dejando ambos guantes reposados sobre su regazo.

¿Dabi? Haha, ¿Regresaste de la tumba o eres algún impostor?

Escribió primero y envió. Se inició una corta conversación por mensajes, en donde el sujeto del otro lado de la línea lo convenciera sobre su identidad y su falsa muerte, entonces, el vampiro finalizó el intercambio de mensajes.

Estoy en el Blood House. Encontrame aquí y así tomamos unas cuantas mientras me actualizas sobre esos dislates de desaparecer y volver.

Envió, y en seguida, apagó el aparato celular y lo guardó. Volvió a agarrar con sus dedos la delicada copa de cristal para terminar de tomar su contenido antes de servirse más de la botella.

Aquel azabache, se encontraba caminando por las calles de Tokyo con su compañera, aquella rubia parlanchina. Caminaban por las calles más oscuras, dónde la penumbra reinaba, donde sólo el reluciente azul cristalino de sus ojos podían ser visibles. Dabi, se detuvo un momento para sacar su teléfono celular y enviarle un par de mensajes a aquel vampiro que conoció en el antiguo y extinto internado Merak. Inició una conversación breve, un par de mensajes fueron suficientes para que el vampiro le creyera, al recibir la ubicación de donde se encontraba, Dabi guardó aquel aparato en su bolsillo y empezó a caminar, no sin antes avisarle a la rubia.

ㅡ Oye, te presentaré a un compañero, comportate cuando lleguemos. ㅡ

Dicho aquello, emprendió el rumbo hacia aquel bar subterráneo. El antihéroe, vestía aquella gabardina vieja y gastada, con los bordes inferiores quemados y rasgados, una camisa blanca que dejaba ver sus claviculas y aquella piel púrpura unida con piercings a la piel normal, unos pantalones negros y unas botas negras; en realidad le gustaba ése estilo. Caminó por 15 minutos hacia el bar, no estaba tan lejos, aquélla chica que lo acompañaba no paraba de hacer preguntas sobre cómo era su amigo, qué era, cómo lo conoció, entre otras cosas, era algo irritante su curiosidad.

Llegaron al subterráneo, a pocos metros se podía ver la luz de entrada a aquél bar, el nombre del bar era iluminado por luces neón "Blood House", sonrió y siguió caminando hasta la entrada. Ya estando allí, entró de una manera lenta y sin querer llamar la atención, cosa que fué imposible, tanto por su apariencia y la sonrisa macabra en el rostro de Himiko. A lo lejos pudo ver a aquel peli-purpura con una copa de lo que parecía ser sangre en su mano, estaba de espaldas, por lo que se acercó con lentitud y silencio, se sentó a su lado, colocó los brazos en la barra, reposó su rostro en sus manos entrelazadas y de reojo lo miraba, luego dió un susurro suave pero audible para el vampiro.

ㅡ Vaya, no has cambiado nada, Lacus Welt.~ ㅡ dió una sonrisa ladina.

Himiko realmente no parecía haber cambiado algo en su apariencia y no mostraba mucho interés en llevar algún atuendo especial puesto, su vestimenta se basaba en el característico uniforme escolar japonés cuyos largos calcetines y zapatos son color negro, un gran suéter abotonado cubriendo parte de su falda cuál cabello recogido de manera desordenada en ambos costados de la cabeza en forma de bollos, de igual modo dos mechones largos de cabello y un corte de flequillo disparejo. Seguía igual qué siempre a excepción qué no llevaba nada de su traje de villano cómo su máscara de gas, extractor de sangre, etcétera.
La mayoría de preguntas qué ella hacía parecían cómo si de un interrogatorio se tratase, más sin embargo muchas de éstas fueron ignoradas por el azabache lo cuál le molestaba un poco a ella pues intentaba indagar pero ella necesitaba información la cuál no le era dada, aún seguía siendo positiva preguntando más y más hasta casi hacer enfadar a el chico ¡Quería saber más sobre su ‘’Compañero’’! Aunque una respuesta más clara fue qué debía comportarse, pero su hiperactividad era mucha.
La rubia centró su atención en aquellas letras brillantes y comentó en voz baja al respecto.

— ‘’Blood House’’…Sangre…Casa…¡Casa de sangre! — Al mencionar aquellas últimas palabras mostró una sonrisa maniática.

Al leer aquello y entender su traducción pensamientos homicidas comenzaron a invadir la retorcida mente de la joven haciendo qué soltara pequeñas risillas bajas cómo si fuese una niña pequeña desquiciada.
¿Eh? Accidentalmente se quedó vagando en sus pensamientos tanto así qué el azabache se había adelantado bastante e incluso ya estaba ingresando en aquel lugar, aceleró su paso hasta entrar en aquel bar qué tanto había llamado su atención.
Al estar dentro parecía qué no era lo qué ella se imaginaba, era obvio ¿Qué bar tendría cadáveres esparcidos y mutilados en el lugar para sacar las bebidas? Eso sólo existía en la mente de la chica ¿O no?. Con la vista al frente se percató qué Dabi justo se sentó junto a un individuo no reconocido para ella, quizá era el famoso compañero antes ya mencionado.
Parecía qué ambos apenas comenzaban a tener una conversación, fue en dirección a ellos sentándose al lado de el azabache, así qué los tres estaban en un mismo lugar uno a un lado de el otro, asomó un poco su cabeza hacía delante girando sus ojos ámbar echando un vistazo a aquel vampiro cuyos ojos eran color carmesí y casi hacen contacto visual.

Apenas iba terminando la segunda copa de sangre humana cuando su antiguo compañero de Merak se arrimó y le llamó con la frase que más se podía esperar de él.
Le dirigió la vista y precisamente confirmó lo mismo.

ㅡAra, tú tampoco cambiaste en nada.

Exclamó simpático, volviendo a dejar la copa sobre el contador, ya vacía, a un lado suyo. En seguida también apoyó un brazo en la misma barra, torneándose ligeramente hacia el lado donde estaba su invitado. La iluminación en el interior del recinto era armoniosamente delineada entre la suficiente luz y la oscuridad, e independiente de la cantidad de visitantes presentes, no costumbraba ser un ambiente ruidoso.

ㅡY entonces, ¿Cómo diablos has...

Antes de terminar su interrogante, sus ojos encontraron la mirada traviesa de la rubia que estaba a observarlo del otro lado de Dabi, y a pesar de su aspecto vistoso, no era lo que él estaba esperando.

ㅡHey Dabi, ¿Esa es tu amiga? huele a humana...

Cuestionó directamente, en voz al tono natural, lo suficientemente alta como para que ambos escuchasen, con una mirada desconfiada. La relación del vampiro con los humanos era semejantemente racista, como la de los nazis y los judíos. Desde el primer momento que conociera al usuario de llamas azules, no había logrado percibir con nitidez su humanidad. Sabrá quién de qué manera el antiheroe se la pudiera ocultar o disfrazar.

ㅡ¿Desde cuando te alias con humanos?

Volvió a preguntar, esta vez mostrando un aura de quien estaba a punto de burlarse del azabache. No era la primera vez que un anterior conocido suyo dejaba cualquier convivencia nueva para regresar al lado de los humanos, mas él seguía sin comprender esa clase de rebeldía.

Al antihéroe, se le dibujó una pequeña sonrisa en los labios al ver de la manera que fué recibido por el vampiro, una sonrisa amable y aquellas palabras. Al ver que no desconfiaba de él, se relajó un poco, solía tenerle respeto al contrario. Escuchó que iba a interrogarle, sin embargo, cortó en seco las palabras y su mirada se centró en aquella rubia que era su compañera. Se quedó viendo fijamente al peli-purpura, pudo notar como su semblante cambió de un momento a otro, hasta que por fin escucho aquello que había dicho lo cuál hizo que soltase una pequeña risa.

ㅡ¿Huele a humana? Vaya, que raro... ㅡ

Musitó, luego, se colocó un poco más cerca del vampiro con una sonrisa burlona dibujada en su semblante, al escuchar lo siguiente, respondió.

ㅡ ¿Aliarme con humanos? Pensé que ya te habías dado cuenta que... ㅡ

Hizo una pequeña pausa, se alejó un poco y puso su mano en la cabeza de su compañera haciendo que esta girara su cabeza para ver al contrario fijamente, con aquella mirada perturbante que la rubia poseía, luego, prosiguió.

ㅡ Soy humano, Lacus.~ ㅡ

Soltó la cabeza de la chica y la vió de reojo exclamandole.

ㅡ Hey, lunática, presentate. ㅡ dijo, viendo de reojo al chupasangre.

Sobre su punto de vista la cosa comenzaba a intensificarse ¿El individuo no sabía qué era humana?, ¿Él acaso no era humano? Así qué los colmillos de éste tenían explicación, el beber sangre también. Era un vampiro, también su forma de vestir, su mirada, parecía ya haber consumido mucha sangre.
Dabi no había mencionado mucho sobre él, por lo tanto no lo conocía del todo.
No era tan grande la situación, mientras ellos charlaban la rubia fijaba su atención en otras cosas, cómo el resto de individuos qué al igual qué el vampiro, bebían copas de sangre, lo cuál hacía qué ella relamiera sus labios consecutivamente y provocara una mirada penetrante en el líquido carmesí dentro de el cristal, sus muecas aterradoras ocasionaban inquietud en las personas, era obvio qué nadie confiaba en ella tanto así qué pocas fueron las personas qué abandonaron el lugar o simplemente se fueron a sentar a uno lejos de ella, aún no había de qué preocuparse.
El peso sobre su cabeza la regresó de los pensamientos homicidas qué nuevamente comenzaban a generarse en su mente, las yemas de los dedos de Dabi le causaban cierto escalofrío, volteó hacía ambos individuos chocando y dejando su mirada en la de el tipo de cabello púrpura, ¿Presentarse? Al menos podría intentar entablar conversación con ellos y resolver sus dudas.

ㅡ ¡Soy Himiko Toga!, ¿Quién eres tú?, ¿De dónde se conocen?, ¡No eres humano! ¿Verdad? ㅡ Expresaba y preguntaba.

No tardó mucho tener su gran sonrisa formada sobre su rostro de la cual sus afilados colmillos con grosor se observaban a simple vista, era cierto qué olvidó un poco lo qué el azabache mencionó sobre su comportamiento, pues hizo preguntas con gran velocidad y tan pronto mostrando su demencia.

Lentamente descarrilaba su mirar hasta llegar a los azulados y brillantes ojos de Dabi, sonriéndole porqué sabía lo qué él había dicho pero se descuidó, esperaba no haber arruinado todo.

El semblante del vampiro siquiera se había alterado considerablemente de su mirada de incredulidad y decepción en cuanto ambas figuras revelaron su verdad. Primero Dabi se afirmó como humano, borrando la expresión de simpatía del vampiro, y en seguida la chica lo llenó de preguntas. ¿Acaso era una broma? ¿Si Dabi era humano cómo entró a Merak? peor que eso: para colmo casi lo había derrotado en una batalla. Recuerdos de las gigantescas cortinas de fuego elaboradas por su ex-compañero, que casi lo tostaron vivo, regresaron a su memoria. Que deshonra para su raza.

Tsch...¿Humano? ¿¿Yo casi fui derrotado por un humano??

Pensó. Y esa chica rubia, también humana pero a causa de ella se estaba causando cierta inquietud en el ambiente. Logró notar como algunos presentes se habían alejado de ella debido a su desquiciada mirada, que ahora posaba en él mismo. Tan pronto los dos humanos acabaran de presentarse, retomó su vez de hablar.

ㅡ¿Qué dices? No puede ser, Dabi. ¿qué clase de humano serías? Es imposible...

Afirmó, visualizando un poco abajo a las quemaduras de Dabi, indicando que hacía referencia a que llevarlas aún vivo era una condición que, de entre sus conocimientos sobre la biología humana, sería anormal.

ㅡ¡Ha ha!, en Merak no se permitían humanos, ¿me ocultaste eso todo el tiempo? ¿es broma o ustedes son alguna especie de mutantes genéticos, o qué?

En ese momento, ya había vuelto a sonreír con ese aire de superioridad y confianza de siempre, mostrándose más crédulo mientras esperaba respuestas. No hace falta decir que no estaba enojado, ni con odio; esas eran emociones que vampiros ya no poseían, simplemente se tomara una sorpresa desagradable de la que a partir de ahora igual hacía blanco de burlas. Por mientras, tomó la botella de sangre y sirvió todo el contenido restante en la copa adelante suyo, dejándola totalmente llena en la barra. Era la última dosis. Devolvió la botella vacía también a la barra, distrayéndose por volver a ver a sus ''compañeros'' aunque a partir de ahora serían sus dignos de menosprecio, al igual que cualquier ejemplar de la raza humana.

ㅡEn que malas me dejas. Hubieras dicho eso antes, humano.

Dijo como si nada, con el cínico tono suave y la altanera sonrisa que adornaba su desprecio, con la vista parcialmente volteada hacia ellos.

El azabache esperaba con ansias la reacción del vampiro ante aquélla revelación. Su mano derecha estaba aún posada en la cabeza de la rubia, la sostenía con un poco de fuerza, y lo que tanto esperaba se presentó frente a sus propios ojos. El semblante del peli-purpura había cambiado drásticamente a uno diferente, los ojos azules de Dabi estaban fijos en el rostro ajeno, sabía sobre su racismo ante los humanos y Dabi siendo humano casi lo derrota.

Empezó a ver a su alrededor, poco a poco sentía cómo el ambiente iba cambiando y aquello era un mal augurio, lo presentía. El vampiro empezó a hablar, estaba sorprendido quizá, por la revelacion de ambos humanos. Sentía cómo la mirada del chupasangre recorría su cuerpo, aquél veía sus quemaduras al parecer. Cuando escuchó lo siguiente, frunció un poco el ceño escuchadole, luego respondió.

ㅡ Vaya que te has alterado un poco con esto. Merak me pidió que me uniera a ellos a sabiendas de que soy un humano, y no, no somos mutantes, somos hu-ma-nos. ㅡ dijo, con una sonrisa maliciosa en su semblante, luego soltó la cabeza de Himiko y se recostó en la barra extendiendo su brazos a lo largo de esta, cruzó su pierna y veia de reojo al vampiro.

Cuando vió aquélla sonrisa, soltó un suspiro y respondió al escuchar aquéllo.

ㅡ Siendo un vampiro no pudiste darte cuenta de ello, eso es patético. ㅡ dijo, sin medir sus palabras ante su compañero.

Definitivamente todo se estaba subiendo de tono poco a poco, era fácil de notar, Toga centraba sus ojos en ambos individuos por momentos cambiando su mirada hacía el vampiro, moviéndola hacía Dabi dependiendo quién de los dos hablara.
Según entendía, ellos dos habían combatido anteriormente dónde al parecer su compañero había resultado victorioso.

Sus preguntas fueron ignoradas, de todas formas aquél tipo no le estaba agradando en lo absoluto, había una corazonada qué tenía Himiko, una vibra malvada qué le propinaba él con tan sólo observarle.
Parecía ser cómo si ambos se odiaran, su forma de hablar, expresar cómo el vampiro había perdido. Acto seguido, dio dos toques consecutivos en el hombro de Dabi con la yema de su dedo índice para así llamar su atención, acercando su rostro a la oreja de susodicho, susurrando.

— ¿Estás seguro de qué es un amigo? — Preguntó, pues más qué nada aquél individuo parecía un enemigo, demás de qué subestimaba mucho a los humanos quedando en sorpresa al descubrir qué el azabache era uno, pero ¿Acaso él lo estaba ocultando?

— ¡Oye! ¿Por qué te molestan los humanos? ¿Fue porqué te venció Dabi? ¿¡Esa es la razón, verdad?! — De igual forma ella se salía de control diciendo palabras un tanto provocadoras sin darse cuenta.

Comenzaba a sentirse un tanto impaciente, colocó ambas manos en la barra dejando sus palmas recargadas en la misma mientras qué daba toques con sus uñas en ese mismo lugar subiendo los dedos de arriba hacía abajo haciendo pequeños ruidos qué en su perspectiva de ella no eran irritantes, observando la copa llena de sangre de aquél peli-púrpura quedándose perdida en el contenido dentro de el cristal, cada toque provocaba un leve movimiento en el líquido.