Dos Demonios casi Humanos (Con Rias)

Estando de camino directo a la playa en mi coche rojo semi-clásico Modellbaus Peugeot 404, justo como habíamos planeado aquella noche que estuve con Rias, hermosa noche donde las energías y nuestras almas estaba conectadas por un mismo sentimiento; me acompañaba en el asiento de copiloto, podía ver lo hermoso que se veía el sol junto a la brisa del mar sintiéndolo en mi cara y en todo mi cabello, indicando que estábamos cerca de la playa, lo cual me emocionaba y no por el hecho de que veré a Rias en traje de baño, sino que ya hacía mucho tiempo que no iba a la playa, tampoco es mi ambiente preferido, pero divertirse es lo importante, no?.

Todo en la zona se ve tranquilo, desde los niños disfrutando la arena y el mar, hasta los ancianos hablando entre si, es genial estar aquí, las olas del mar cada vez sonaban más e incrementaban su tamaño, tal vez si aun supiese surfear podría montar una tabla, pero me siento oxidado en esa parte, por lo que supongo, debería intentarlo otro momento... para así impresionar con Estilo! a Rias, a lo mejor con una pasta con albóndigas y salsa de tomate pudiese funcionar, pero eso será para otra momento.

Llegando al estacionamiento, detuve el coche cerca de donde pasaríamos las noches, había reservado una casa cerca de la playa y yo terraza, dos baños, una cocina y vista al mar, además tiene tres habitaciones, pero solo se necesitará uno, aunque si ella desea tener espacio personal... ni modo, no queda de otra. -- Bueno, aquí estamos -- dije bajando del coche para bajar algunas maletas que hicimos, total, siempre hay que estar preparados, -- Supongo que trajiste el bloqueador solar, no?, aunque te vería igual de bella un poco bronceada, jejeje -- abrí la puerta para entrar a la casa y dejar las cosas en su respectivo lugar, encendí las luces y subí a la sala de estar para luego sentarme, -- Y que opinas?, que tal te parece? -- quería saber la opinión de Rias sobre el lugar, me interesa que se sienta cómoda.

Era demasiado gratificante, como esas frescas brisas rozaban las mejillas de la pelirroja. Ese olor a sal de mar que entraba por las fosas nasales de ella, más solo se dejó deleitar por las vistas de este lugar, los orbes turquies estaban más que emocionados, que en esa mirada se apreciaba. Observó a cierta distancia al parecer no fueron los únicos en venir a este lugar y estar unos momentos aquí, si no que habían muchas más personas, al punto que la playa parecía muy animada a horas de la mañana. — Uff Al fin.—

Así se bajó del auto, para ayudar al albino con las maletas, pero primero cerrando la puerta del auto, y así caminar hasta donde él tomando unas cuantas maletas. Por suerte él ya había estacionado el auto justo en frente donde se han de hospedar, así abrió la puerta y dejó las cosas en un costado del sofá que estaba en el centro de la sala. — ¡Es hermoso! — Exclamó, para recorrer en un instante todo el lugar, como si de una niña pequeña se tratase, desde las enormes habitaciones, cocina, baños, volvió bajando las escaleras viendo a Dante normal y tranquilo sobre el sofá.

— Sí está el lugar increíble.— Esbozó una sonrisa, para solo acercarse por detrás de él, deslizando ambas manos por los hombros del chico hasta abrazarlo un poco por la espalda, mientras le dio una pequeña mordida al lóbulo de la oreja de él para molestarlo un poco.— Iré a cambiarme y ponerme más cómoda, ya bajo. — Así, se separó de él para ir con una de sus maletas hasta la habitación de arriba, quizás un vestido, o un short y camiseta estarían bien. Una camiseta se colocó, blanca y de botones un poco larga hasta la mitad de pierna, aunque por debajo solo llevaba su bikini.

Me alegraba que a Rias le encantase el lugar, parecía una niña, lo que me alegraba un poco más y sobre todo el abrazo que me dió; desearía abrazarla en este momento, pero vinimos fue a disfrutar de la playa. Me levanté del sofá para echar un vistazo por la terraza mientras Rias se iba a cambiar, debería verse bien todo desde la terraza, el mar, las aves, el cielo, todo... no puedo esperar. Bajé de la terraza para buscar a Rias o el cuarto para cambiarme, también quería ponerme cómodo, aveces llegan momentos en los que prefiero no estar vistiendo con la gabardina... algo cómodo nunca está de más.

Justo antes de llegar a la puerta había observado una pequeña aura de luz en la sala de estar y unas voces, por lo que fui primero a revisar. Ya estando en la sala de estar no veía nada, la luz había desaparecido pero las voces seguían ahí, decían cosas que no entendía bien, pero nada bueno era, por lo que debía estar más atento a cualquier cosa que sucediese, y proteger a Rias... y a la tierra de todos sus males, aveces me cuestiono el por qué los malos quieren el poder absoluto, pero recuerdo que son malos y no existe respuesta a eso.

Ya cuando el lugar se quedó en silencio dejó de oler a azufre, que es el aroma que usualmente tienen los demonios o fantasmas... al menos los huelo yo. Fui a la habitación y al abrir la puerta vi a Rias, aunque no sabía si entrar como si nada o esperar afuera respetuosamente, tampoco quería molestarla, -- Este... quieres que espere aquí a fuera, puedes terminar de arreglarte o hacer lo que sea que estés haciendo -- le dije a Rias mientras todavía estaba aquí afuera detrás de la puerta, y esperando su respuesta.

Cuando termino de abotonar la camiseta que era un poco clara y trasparente, pues daba un aura de frescura al momento que se la ponían, hasta que solo sintió esa brisa que venía del mar, hasta mover de lado a lado esas cortinas, que solo se quedó un momento admirando la vista de ese par de abiertas persianas, se podía ver a todos los visitantes desde este lugar, incluso la animaba a bajar, y hacer cualquier tipo de actividad típica de la playa.

— ¿Hum? Y-ya voy para afuera. — Antes que el se atreviera a abrir más la puerta, cae terminó sólo de acomodar sus ropas aunque fueran simples, pues le daría mucha vergüenza que él la viera en este momento, así exhaló y inhaló un poco para caminar hacia la puerta y abrir llevando su mano a la perilla. — Ya, ya me cambié, puedes entrar tú. — Mencionó con una sonrisa, para pasar aun lado de él, con intenciones de bajar a la sala de estar, pero de reojo esos turquíes orbes observaban al albino.

— Mmm... Hay ... Esto es extraño... — Un olor particular emanaba de la sala, pero no era muy intenso a cualquier olfato. Fue lo que susurro, en un simple comentario para la pelirroja, donde solo se detuvo por las escaleras analizando los alrededores pero estaba todo bastante normal, quizás no era de que preocuparse. La pelirroja, se acercó al sofá, tomando el control remoto y encender la televisión esperando por su acompañante.

Me sonrojé al ver a Rias en como andaba vestida, y cuando salió solo le veía las nalgas y luego entré a la habitación para cambiarme, -- Que demonios?, en serio lo hice?... pero admito que me gustó -- me desvestí para luego ponerme un short de playa color rojo y una guarda camisa, de esas que no tienen mangas y son muy frescas, luego me miré al espejo, -- Bueno, será como cazar demonios... normal, aunque la verdad... deseo pasar más tiempo con ella -- solo pensaba en Rias, aunque intentaba controlarme cada vez más en eso, no quería imaginarme la vista de los demás hombres al verla.

Salí de la habitación para ir a la sala y luego ir a la playa junto a Rias. Ya llegando a la sala de estar abrí la nevera y saqué un envase de refresco para disfrutar, luego me acerqué a Rias para ver qué estaba viendo, ver la televisión por mi parte creo que dormir es más productivo, aunque aveces pasan buenas series, pero las noticias me interesan más, ya que saber de lo que sucede en la ciudad y en el mundo es realmente necesario, así estar informado. -- Entonces, salimos de una vez? -- le pregunto a Rias, -- Porque tenemos mucho tiempo del cual podemos tener para disfrutar de la playa, así que cualquier cosa que quieras hacer, yo con gusto jeje -- dije con una sonrisa.

Planeé esto mientras estaba en casa de Rias, aunque la mayor parte es improvisada, y cuando improviso las cosas salen genial... aveces, ya que quiero asegurarme de que Rias se divierta a mi lado, la pase bien, y tenga buenos recuerdo; trataré de no excederme en ciertas cosas que puedan incomodarla.

Solo se dedico a caminar hacia ese provocador meneo de su cadera como toda una mujer que la pelirroja era, no dejando de lado ese aspecto seductor que destacaba a distancia, siendo destacada por esa hermosura de ojos, labios, cabello ¿Y por qué no decir de su cuerpo? Pues, llamaba bastante la atención sus atributos como cualquier mujer, ese momento donde se había puesto de pronto de pie al escuchar la voz de Dante, que la había tomado de sorpresa al estar unos segundos antes cómoda en el sofa.— ¿Ah? Sí, sí vamos... Solo te estaba esperando. —

Como ella se encontraba ya de pie, tomó el control remoto de la televisión para apagar la pantalla, y así caminar donde estaba el albino ya teniéndolo frente a frente.— ¡Vamos a caminar! — Mencionó con bastos ánimos hasta en su tono de voz, que sin dudar arrebato la mano de Dante, para entrelazar sus femeninos dedos con los de él y poder salir del lugar donde se hospedaban. Cerrando con seguro, camino adelante de Dante, pero sin soltar la mano de él en ningún momento, más solo se encontraba complacida de estar de este modo con él.

— ¿Qué gustas hacer? Pues, al parecer hay muchas actividades que podemos hacer. — En sí, habían bastas actividades, por dondequiera que voltearan a ver habían jóvenes que estaban haciendo cualquier actividad. Volleyball, soccer, basketball, motocicletas acuáticas, personas en paracaídas y tiradas por un bote de motor, o parejas que estaban disfrutando lo que era un bronceado bajo el ardiente sol. — Oh, viendo eso... Dante... Te pondré un poco de bloqueador para que no te haga daño el sol.—

Empecé a sentirme el hombre más afortunado, teniendo a Rias a mi lado solo me deleitaba con la preciosidad que tiene, y sin mencionar su cuerpo, era realmente... me descontrolaba, por lo que no sé como he sido capaz de resistir o aparentar tranquilidad. ¿Qué es esto lo que siento?... realmente... en serio?; cada vez era mas y mas cuando me enamoraba de Rias, solo con su forma de ser me atraía, incluso tuve miedo en pensar que algo malo podría pasar, o que terminaría como siempre... pero parece que esto continuará, y espero que así sea.

Me alegraba la alegría o la forma feliz y energética de Rias, era algo extremadamente placentero, me causaba felicidad, incluso me daban ganas de reírme un poco. La forma en que Rias tomó mi mano me sorprendió por un momento e incluso me sonrojé un poco... quizás nunca tuve la oportunidad de pasar por una etapa amorosa, algo así donde yo disfrutara de alguien los días, cada beso y detalle, por lo que apreté un poco la mano con los dedos entrelazados de Rias, incluso sentí un pequeño calor de un buen sentimiento que hasta estaba totalmente con las ganas de besarla, algo que de verdad me tenía un poco loco, pero podía esperar, no es que sea algo normal en estos momentos el darnos besos. -- Vale, caminemos -- dije con una sonrisa, parecía que era solo mi imaginación, pero era real, casi un sueño.

La pregunta de Rias me hizo pensar muchas respuestas, unas normales, otras chistosas y medias... -- Supongo que cualquier cosa que hagamos juntos estaría bien... así nadie se... -- no quería que alguien se fijara en Rias, quizás eran celos lo que tenía por dentro, solo pensaba en abrazar a Rias; -- Pues, creo que caminar un rato, pasear estaría bien, luego jugar volleyball -- no era un experto en esos juegos, la verdad de niño me interesó el esgrima, aunque no es algo que suela ser tomado como un juego cualquiera. -- C-Claro... no hay problema -- como Rias me echaría bloqueador, supongo que siendo albino no habría problema, aunque broncearme un poco no me molestaría, así que creo que debería echarle bronceador a ella también, no? jeje. Este vendría siendo una experiencia nueva para mi... la ultima no resultó tal cual esperaba, ahora solo espero no cagarla tan pronto.

Al escuchar un poco el comentario de su acompañante ¿Volleyball? Para ser sincera, ella nunca fue de esos deportes tan energéticos, donde necesitaban tanta acción, movimientos en todos lados, pero ¿Por qué no intentarlo? El único deporte que fue capaz de probar fue el tennis, pero en ese caso era una raqueta y una pequeña pelota de amarillo fluorescente, quizás con el volleyball la única diferencia era que se ocupaba una raqueta, de ahí era lo mismo en movimiento y quizás algunas de las reglas, solo se le había venido a la mente el momento que él y ella podría jugar.

— Jajaja sería genial que juguemos un poco de Volleyball.~ — con una sonrisa y entre ellas unas pequeñas risas de esa loca imaginación que tuvo de momento. Pero así llevó a Dante hasta la playa, aunque con ella traía una cartera, listo para poner esa toalla en la arena y poder quedar ahí unos momentos para recibir ese baño de sol por unos momentos, pues si lo hacían a más perjudicaría la piel de ambos. — Ven aquí Dante. — menciono sentándose primero, pero haciéndole un poco de espacio al frente para él.

Con esperar por él, decidió sacar de su bolso lo que era el bote bloqueador solar, aunque ya el vapor del agua de mar estaba haciendo un poco de efecto, las mejillas de la pelirroja se habían tornado un poco rosadas como si de un sonrojo se tratase de ella. Así al momento que él tomó asiento llenó sus manos de la misma crema, para poder deslizar desde la espalda de su acompañante hasta por los hombros como si de un suave masaje se tratase.

Ya en la playa de forma literal junto a Rias, que me había tomado de la mano para buscar un lugar, fui a donde me llamaba, el sol estaba energético por lo que era más probable de que me quemase por los rayos del sol y todas esas cosas, lo que de verdad me molestaba era el hecho de que siempre me terminaba doliendo por las quemaduras, algo que me hacía perder un poco el interés de la playa, pero esta vez estoy junto a Rias, así que disfrutaría de esta venida.

Parecía que a Rias no le molestaba la idea de jugar volleyball, tenía algo de tiempo sin jugar, así que espero no dar pena, -- Entonces, ¿cuanto tiempo tienes sin venir a la playa? -- pregunté mientras me echaba el bloqueador solar, sus manos se sentía bien, era relajante como se sentía, algo de lo que no cambiaría por nada; solo quería tomarla de las manos y estar totalmente cerca de ella, y supongo que esto era lo que sentía mi padre cuando estaba con mi madre... jejeje.

Mientras Rias me ponía el bloqueador solar, yo solo tenía una mirada fija al horizonte de forma pensativa y calmada, parecía que ella puede provocar esto en mi, -- De pequeño... solía jugar con mi hermano, mientras mi madre nos observaba a los dos, jejeje... y siempre me gustaba verla sonreír, estar con mi madre fue lo mejor -- expresé suavemente, y luego suspiré para continuar, -- Una vez estuvimos en una playa, estaba solitaria, y bueno, era grande, mi padre, mi hermano y yo corríamos disfrutando de la brisa... ahora solo quedó en el pasado -- al decir esto ultimo lo hice de forma seria, como si lo cortara de golpe.

— ¿Tiempo? Ahh bueno... Veamos — Menciono un tanto atónita, ya tampoco ni ella recordaba muy bien cuánto en sí tenía de no venir a una playa, o bueno al menos a disfrutar la compañía de alguien ya que la mayoría de veces era porque necesitaban algo, o una emergencia surgía para que la pelirroja viniese al lugar. — Etto, creo que un par de años... O incluso más pues, no recuerdo incluso cuál fue la playa a la que visité en ese entonces.— Musitó de una manera sincera, ante su pareja.

— ¿Tu hermano y padre? Es lindo escuchar que tú tienes buenos recuerdos de esto cariño. — Al momento que ella había terminando de dejar toda la piel de él con ese suave masaje, desde esos fornidos hombros hasta su espalda baja, acariciando cada parte de la piel de su albina pareja, mientras curiosa se llegó a acercar un poco más a la espalda de él para morderle una de sus orejas, de una manera tanto traviesa. — Listo, ya tienes suficiente protector. —

De una manera energética, se había puesto de pie, no era de las chicas que se preocupaba por toda su apariencia, así que lo mínimo se interés era el protector en ella. — Vamos ya a la playa.— esbozó una sonrisa de lado a lado, mientras comenzó a caminar hasta la orilla de la playa, donde las aguas frescas de la playa y la blanca arena se unían, siendo uno solo.

Le levanté luego de que Rias se levantó y dijo que nos divirtiésemos, la verdad con su sonrisa lograba brillar bastante, era mi centro de atención, solo podía verla... entre otras cosas más. Estando en la orilla me adentré más al mar, para agacharme un poco y con mis manos lanzarle agua de forma divertida, su sonrisa era calmante y daba una buena vibra, sea en donde sea, me hace sentir bien... y enamorado.

Me adentré más en el mar para poder nada, sentía como las olas me llevaban hasta la orilla, solo intentaba no tragar agua de mar. Fui a la orilla y tomé la mano de Rias para adentrarnos más al mar, -- Me alegro de poder estar aquí contigo, aunque no te echaste protector solar... podrías quemarte, no?, por lo general el bronceado no me importa, pero dormir incomodo es algo que no me gusta.... quizás por eso pocas veces haya venido a la playa por mi cuenta -- le dije mientras aun sostenía su mano, incluso creo que nos parecemos una pareja, aunque esa es la idea de todo.

Hay sitios donde la vista al atardecer, bonitos sitios la verdad, donde pasar el rato junto a esta belleza lo hace aun mas especial; mi atención está totalmente puesta en sus ojos, y solo quiero estar todo el tiempo posible en sus labios, y abrazarla sin soltarla... je, parece que esto era lo que mi padre sentía por mi madre, realmente mi padre fue feliz... triste que no está, aunque me hubiese gustado saber sobre como se conocieron y como llegaron a casarse... aunque no la forma en que me hicieron, hasta ahí quedaría lo bonito.