¿El Rey Demonio también va de compras? (Hana Yukikaze + Libre)

- Ahh~ Qué día más agradable -

Una tarde soleada, de esas que se apetecen para pasear por el parque, de esas en que puedes sentir el suave viento acariciar tu rostro y sacudir tus cabellos dulcemente, era aquella en la que el rey demonio había decidido tomarse el día para dar una vuelta por la que algún día había sido su ciudad. Un lugar agitado, con gente transitando por todas partes con destinos tan amplios como las estrellas en el firmamento. Ese era el sitio donde se había criado el que ahora era un slime, aunque no lo recordaba.

Sin saber el motivo, el andrógino tenía una afección nata hacia el manga y las novelas ligeras. Amaba la comida japonesa desde el día en que tuvo la oportunidad de probarla, y las grandes construcciones en proceso le causaban una nostalgia de la que era aún incapaz de comprender el origen. Sin embargo, sintiendo que de alguna forma estaba conectado a ese mundo, se enamoró de la ciudad en el instante en que la visitó por primera vez.

Aquello convertía a Tokio un santuario para el rey demonio. Un lugar que no deseaba destruir, sino proteger. No conquistar, sino explorar. Rimuru Tempest se sentía en paz mientras paseaba por aquel lugar ruidoso y lleno de luces, que parecía alguna especie de gran feria a sus ojos. No paraba de pasearse por las calles, comprar comida en cada establecimiento que se le cruzaba, y echar un vistazo por las tiendas de manga, a ver si hallaba algo que fuera de su interés.

Por supuesto, el slime no iba precisamente solo, aunque era difícil decir que estaba bien acompañado. Su “Habilidad Única: Gran Sabio” estaba siempre presente, como compañía incondicional, y como único confidente del rey demonio. No era una excelente compañía cuando se trataba de entablar conversaciones, pero al menos era un gran apoyo para saber moverse por el entorno. Era como tener internet integrado, vamos.

- Oye, Gran Sabio, quiero un helado de vainilla -

« Solución: El objetivo se encuentra trentaicuatro metros al norte y dieciocho metros a la derecha. El precio por pieza es de ochenta yenes »

- Perfecto -

El peliazul se encaminó entonces, a paso lento y calmado, en dirección de aquella heladería que la habilidad había hallado para él. En ese momento, se había olvidado por completo de ser un demonio. Solamente era una loli despreocupada que se paseaba por la ciudad para disfrutar de la vida en total plenitud.

Habran paso! permiso! disculpe! hay dios. me quede dormida para la compra. ojala no se hayan acabado

La rubia corría como podía entre la gente, moviéndose de lado a lado lo mas hábilmente que se lo permitía el espacio en la vereda. algunas personas se movían a un lado, lo cual le ayudaba bastante. su flojera le impidió despertar a la hora y se encontraba en una situación contrarreloj donde cualquier error podría resultar fatal. y entonces sucedió. al girar en la esquina, no logro reaccionar ante una chica peliazul que estaba en medio, chocando con ella de forma directa y algo fuerte, lo que produjo una caída estrepitosa de parte de la kitsune, la que se levanto limpiándose la ropa antes de extenderle la mano a la chica en forma de saludo y de ayuda

Lo siento mucho, es que voy muy apurada. te encuentras bien?

con preocupación, dijo eso a la vez que su cola se mantenía en alto, expectante ante la respuesta de la contraria

« Advertencia: Se acerca un cuerpo a alta velocidad. Probabilidades de impacto en aumento »

Si bien el slime iba por la vida completamente distraído, era un hábito de Gran Sabio estar siempre prevenido ante algún posible suceso. La Habilidad Única sabía por adelantado que aquella chica rubia habría de estrellarse contra su usuario. Sin embargo, Rimuru le ignoró por completo, suponiendo que no había una criatura tan estúpida como para no ver a alguien que tuviera enfrente. Sin embargo...

- ... Esto tiene que ser una broma... -

El andrógino recibió el impacto, pero no se movió ni un centímetro. Antes bien, vio a la contraria estrellarse contra él y luego caer estrepitosamente contra el suelo. Le pareció completamente indignante que sus expectativas fueran defraudadas por alguien de quien por lo menos esperaba que tuviera la capacidad de no estrellarse con lo primero que se topara su camino.

La loli peliazul llevó su mano hacia sus cienes, en un gesto de profunda decepción. Sin embargo, no se notó molesta en ningún momento. En realidad, no lucía muy expresiva que digamos. Su rostro fue completamente neutral, inclusive al momento de extenderle la mano a la contraria en busca de ayudarla a levantarse, e incluso también al momento de dirigirle la palabra. Su voz no era diferente. Era la voz de una niña, pero era una voz muy fría, casi fabricada por una máquina. No demostraba enojo, ni preocupación, ni tampoco felicidad. Solo una profunda indiferencia.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

- Oye tú ¿Te encuentras bien? -

Por supuesto, no es que Rimuru no sintiera nada. Es solo que procuraba nunca mostrar sus emociones. Un rey demonio debe ser serio y actuar de forma recta. Eso es lo que tenía en mente. Así actuaba la persona a quien trataba de imitar en todo, así que era la forma en que consideraba que debía comportarse.

si, estoy excelente. solo un poco tarde

La chica tomo la mano de aquella peliazul antes de sacar un pequeño reloj de oro de su bolsillo, el que miro sin soltar su mano antes de dar un enorme salto, llevandose a la chica sin darse cuenta

se que no debo llamar la atencion pero NO TENGO TIEMPO!!!

con estas palabras creo una pequeña plataforma de hielo a sus pies, la que salia del edificio a su lado, de la cual salto, avanzando mas de 6 metros, hasta otra plataforma que salia en el momento que ella llegaba hasta esa posicion. repitiendo esta operacion varias veces, llego hasta una tienda de videojuegos en una calle pequeña, donde entro sin dudarlo. tras realizar su compra, miro a la peliazul la que estaba aun con ella.

me seguiste? es lindo de tu parte. quiero decir se que soy linda, pero seria mejor que me digas directamente que quieres una cita

- ¡O-oye! ¡Espera! -

Sin haber tenido elección alguna, el andrógino fue arrastrado por la rubia, sobrevolando las calles a una velocidad sobrehumana antes de terminar paseando por una tienda de videojuegos, en la que tampoco se quedarían por mucho tiempo, por cierto. Para colmo de males, la contraria terminaría preguntándole por su paradero como si no se hubiera enterado de nada, cosa que solamente aumentaría el enfado del peliazul.

- ¿¡Te crees muy graciosa, idiota!? Deberías aprender a respetar a tus mayores... -

El slime se cruzó de brazos en ese momento, cerrando los ojos en una clásica postura tsundere. Ciertamente no toleraba la distracción con que la chica se había comportado. Claro que, sus palabras serían difícilmente tomadas en cuenta siendo que Rimuru lucía como una niña de no más de quince, y eso si la pubertad no le hubiera hecho justicia.

- Mira que pensar en salir con una chica como tú... -

Al momento se burló, aún enfadado, de las palabras de la kitsune. Sin embargo, no tardó en dirigirle la mirada de reojo. La verdad, es la primera vez que se encontraba con una chica zorro, y realmente fea no era. De hecho, lucía bastante bien al parecer del slime. Tanto era así, que un leve rubor subió hasta sus mejillas sin que lo notara, al mismo tiempo que le dirigía nuevamente la palabra a aquella.

- ... No sería una mala idea pensándolo bien... ¡Sí, eso es! Me invitarás a salir ahora mismo, con eso pagarás por la ofensa de haberme arrastrado aquí sin mi consentimiento... -

Arrastrarte? no se de que hablas. solo estaba apurada así que tome el camino mas rápido hasta aquí. aunque supongo que podríamos ir por unas crepas y tal vez ver una película

Sin entender a que se refería con que le había traído, tomo las dos bolsas que el encargado había dejado sobre el mostrador con una sonrisa cálida, moviendo su cola de lado a lado de forma notoriamente alegre antes de inclinarse en forma de saludo ante la contraria, con un leve movimiento de sus orejas

Mi nombre es Hana, es un placer conocerte y espero podamos divertirnos mucho hoy

Tras esto, la rubia simplemente guardo sus bolsas en su cola en un instante, las que quedaron dentro de alguna forma que aun no podía explicar, por lo que simplemente hizo un gesto amable

- A-ah... Wow... -

El slime quedó anonadado ante la respuesta de la chica zorro, que había accedido tan fácilmente a sus exigencias. Vamos, que con tan amable actitud, hasta habían hecho al rey demonio ruborizarse levemente, avergonzándose de su propia conducta. Sin embargo, no se retractó de nada. Gran Sabio decía que un verdadero Demon Lord jamás se retracta de sus palabras porque nunca se equivoca, y así es como Rimuru debía pensar: que su decisión fue la correcta, solamente que los resultados fueron ligeramente diferentes a los estimados.

- Me llamo Rimuru, y el placer es todo mío. Seguro que la pasaremos bien el día de hoy -

Así pues, el rey demonio tomó la mano de la hellberiana y comenzó a caminar lentamente, mirando a los lados de cada cuanto, buscando algún puesto de crepas, tal como había sugerido la chica. Entre tanto, comenzó a preguntar algunas cosas, pues eso de tener una cita sin más con alguien que no conoces en lo absoluto no era algo a lo que el andrógino estuviera acostumbrado en lo absoluto.

- Oye... Luces como una de esas lindas deidades zorro de los mangas, pero siento en ti un aura demoniaca, ligera, pero presente. ¿Qué clase de especie eres exactamente? -

Al slime le parecía cuanto menos curiosa la idea de una kitsune con aura demoniaca que pudiera realizar movimientos de tipo hielo. Vamos, que suena a heroína principal de novela visual o algo por el estilo. Ese detalle le parecía muy lindo. Quizá demasiado para ser verdad, sobre todo para alguien que había pasado toda su vida jugando videojuegos y leyendo manga, y aunque Rimuru no lo recordara, esas memorias seguían grabadas en su alma.

pues... mi mama komachi es una kitsune de 7 colas. y mama lilith es reina del inframundo... supongo que eso me hace una hibrida, no?

La rubia movia su cola de forma animada, apegandose suavemente a la chica a su lado en un intento de mostrar que le agradaba. cerro sus ojos un instante, olfateando el aire al sentir un leve aroma dulce desde delante de ellos, lo que le hizo aumentar la velocidad de sus pasos de forma inconciente.

y que hay de ti? una chica tan linda dudo mucho que sea humana. mas aun con esos ojos tan dulces que tienes

junto a estas palabras, la kitsune dio un pequeño salto, quedando en frente de la peliazul mientras caminaba hacia atras al mismo ritmo que ella, mirandole directamente a los ojos con una sonrisa dulce, amable y honesta, mostrando su interes genuino en la contraria

- Así que... Una híbrida... -

Aunque las palabras del Rey Demonio iban dirigidas hacia su acompañante, su imaginación estaba volando en ese momento, al escuchar que la contraria era el producto de una Kitsune y alguna mujer que se hacía llamar “Reina del inframundo”, título que su mente asoció instantáneamente a una súcubo, pudiendo así desarrollar su fantasía más a gusto. Cosa que, por cierto, hizo que sus mejillas se coloraran cual tomates sin que se percatara de ello.

Sin embargo, le sacó de sus lujuriosos pensamientos el sentir a la contraria apegársele tanto. Volteó entonces a mirarla, encontrándose con sus ojos cerrados y su nariz moviéndose levemente, como quien olfatea un olor agradable. Intentó entonces también probar suerte olfateando también, solamente para encontrarse con un aroma dulce, delicioso, que le incitaba a avanzar con mayor rapidez. Por un momento pensó en continuar al mismo paso pese a sus instintos, pero no pudo evitar esbozar una sonrisa al notar que la rubia a su lado avanzaba también con mayor velocidad, igualmente cautivada por aquel olor tan agradable.

Así, iban pues, cuando la chica zorro se plantó de frente contra el slime, haciéndole detenerse en seco también. Se preguntó entonces por el motivo de tan repentina acción, pero sería la misma kitsune quien le aclarara su duda al lanzarle la propia, de una manera tan dulce que derretiría a cualquiera. Cualquiera, menos al Rey Demonio, claro. Si bien el halago le causó un leve rubor, Rimuru no era alguien que se dejaba guiar fácilmente por las palabras, por lo cual no resultaba tan cautivado como un chico humano promedio, por ejemplo.

- Por supuesto que no soy una humana, ¡soy un slime! Soy un temible monstruo de mazmorra, como los de los animes hentai que tus mamás de seguro no te dejan ver~ -

Si bien había dicho aquello con un tono bastante picarón, ni siquiera él se tomaba en serio sus propias palabras. Era más bien una prueba por ver cuán dócil e inocente era la chica que ahora le acompañaba, pues bien era sabido por cualquiera que le conociere lo suficiente el hecho de que al andrógino le encantaba jugar con las personas que lo rodeaban. Incluso en el momento tomó su verdadera forma, tomando primero un color azulado y cristalino, para luego derretirse en el suelo, formando una masa acuosa homogénea, de aspecto muy similar a un Dango, pero de gelatina.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

oooohhh.... eres.... blandito

La rubia dijo esas palabras de forma lenta, agachandose para comenzar a apretar a la masa azul frente a ella con sus dedos, como quien revisa si algo es o no peligroso. tras unos instantes tomo al slime en sus brazos, abrazandolo de forma fuerte y cariñosa

aunque algo correoso... espero no te resbales de mis brazos

Una vez lo logro afirmar, lo dejo en el suelo nuevamente, sonriendo antes de volverse ella misma un pequeño zorro de cabellos dorados, el cual se sento junto al slime, moviendo su cola de forma rapida y alegre

« ¿¡C-cómo que blandito!? ¿Si se da cuenta de que estoy insinuando que podría desintegrar su ropa si me da la gana?  »

« Negación: El individuo [Hana] es joven e inocente aún, hasta donde se ha podido comprobar. Una serie adicional de pruebas podría resultar en una refutación o confirmación de los datos »

La viscosa criatura se sintió indignada ante el comentario de la joven kitsune. Es decir, era verdad que Rimuru Tempest era un slime... ¡Pero no era algo que tuviera que ser recalcado! O al menos era aquella la idea que aquel tenía sobre sí mismo y sobre aquella situación. Y encima su enfado no podía sino ir en aumento con cada pellizco que la chica aplicaba sobre él. Tampoco es como que pudiera sentir algo, pero el hecho de ser tratado como si fuera comida de Shion no le encantaba en lo más mínimo.

« Tch, baka... Ya me las pagará... No soporto su actitud simplona y desentendida... »

Pero sucedió que, en medio de las quejas maquiladas en la mente del slime, la rubia le tomó en brazos, dándole un intenso abrazo que le hacía aplastarse abruptamente, al punto en que parecía que fuera a dividirse en dos. Aquel gesto de afecto acompañado de una frase graciosa tomó al rey demonio por sorpresa. No podía sentir el abrazo, ni el calor que este producía, y sin embargo sentía que la sangre que no tenía se le calentara de forma repentina. Era un sentimiento similar a la nostalgia, como si aquello le recordara otro episodio de su vida que aún no conseguía traer a su memoria. Un sentimiento extraño, pero agradable.

Aquel lindo gesto no podía haber sido mejor sellado por la deidad folklórica que con su transformación en un tierno zorro de minúsculo tamaño, tanto así que bien podría ser confundido con un peluche, el cual se sentó al lado del slime como gesto de solidaridad. Eso habría provocado una sonrisa en el Demon Lord... Si tuviera boca. En su lugar, una suave risa escapó de aquel, como si tuviera alguna clase de altavoz integrado que le permitiera emitir sonido.

- De acuerdo, en marcha. Quiero un helado de fresa, así que date prisa -

Rimuru entonces dio un salto, cambiando su forma en el aire en cuestión de segundos, para culminar aterrizando de pie, habiendo tomado ya su habitual forma humana. Llevó entonces su mano hacia atrás, acomodando sus largos cabellos celestes, y luego la extendió al frente, invitando a la contraria a tomarla. Ahora sí, con una sonrisa amable y sincera.

cuando escucho fresa se volvio de nuevo a su forma verdadera junto a un salto. sus ojos parecian brillar y su cola se movia de forma increiblemente rapida, demostrando su emocion y gusto por esas cosas

fresas? lo quiero, lo quiero... y por cierto, si entendi lo que decias antes. mi ropa es cara, asi que te la cobraria

tras decir estas palabras, tomo la mano de la chica frente a ella, sonriendo y caminando en direccion al origen del olor, con su cola moviendose sin parar junto a sus orejas

- Tranquila, solo estaba bromeando. A lo mejor luego de la tercera cita y en un lugar privado estaría bien, pero ahora mismo no sería nada cortés -

Mencionó el andrógino mientras comenzaba a caminar, con un paso alegre y entusiasta, al lado de la chica que tan repentinamente se había convertido en su cita, misma a la cual ahora mismo guiaba a la heladería que tenía en mente visitar desde antes aún de toparse con la joven Kitsune. Siguiendo la ruta trazada previamente calculada por Gran Sabio, llegar les tomaría un tiempo bastante breve, lo que los colocaría frente a la heladería en muy pocos minutos.

- Bien, aquí es -

El slime se acercó corriendo al mostrador, sin soltar la mano de su compañera, mirando la tienda con un rostro de ilusión. A decir verdad, el lugar era bastante amplio para ser una heladería. Tenía mesas bonitas y hasta una rockola de la época de las lámparas de neon, en la que sonaba música de fondo que más bien parecía salida de un anime. Las paredes, decoradas con artes de diferentes postres colgados sobre rosas paredes, daban al sitio una apariencia bastante agradable y alegre. Un lugar, sin duda alguna, perfecto para una cita.

- ¡Dos helados de fresa, por favor! ¡Los más grandes que tenga, y que uno esté bañado en chocolate! Oh, cierto. ¿Te gusta el chocolate, linda? -

El rey demonio, que hasta ese momento no había hecho otra cosa que llamar al hombre que atendía para hacer sus pedidos con una voz exigente, repentinamente se volvió hacia la rubia, con una amable sonrisa, esperando que aquella contestase para poder proseguir con el pedido. Pese a que aquella cita había sido una improvisación total, el peliazul trataba de tomarse las cosas en serio, tratando de comportarse de forma cálida ya que estaban en ello. Aunque, por supuesto, el encargado de la heladería solo veía una escena bastante yuri frente a él.