Extraviados en la selva (Jyugo)

Un dia, a mediados del verano, hacía más calor de lo normal, Juvia y Jyugo caminaban juntos por la selva. Buscaban al monstruo elemental de la tierra, habría una grande recompensa si lograban capturarlo. Podrían comprarse lo que ellos quisieran, así que se prepararon y pusieron en marcha.

Después de caminar varias horas llegaron a un pequeño arroyo. Juvia se tumbó en el suelo.

— Juvia está cansada... ¿seguro que es por aquí? —

Levantó la cara hacia el sol que se posaba sobre su pálido rostro. Gracias a su poder podía regular su temperatura corporal y que el calor no le afectara tanto, pero aún así no podía desaparecer su cansancio.

Fueron unos 10 minutos que utilizaron para descansar y recuperar un poco de la energía pérdida.

El reposo les proporcionó algo de energía y determinación a ambos; cuando se pusieron en marcha de nuevo, lo hicieron siguiendo el curso del arroyo, que se metía dibujando curvas entre los árboles. Al cabo de unos minutos, llegaron a un terreno de bichos que zumbaban, algunos picaron la piel de la maga de agua.

— A-Ay, a Juvia no le agradan estos bichos. Juvia debió traer un repelente. —

Algunas partes de su cuerpo, como el rostro, cuello, brazos y piernas estaban picoteadas por esos insectos. Ahora le daba comezón y ardor.

Caminaron mucho por la selva sin señales de aquel monstruo.

— ¿Ahora qué hacemos, Jyugo? — preguntó Juvia

Necesitaban pensar en algo rápidamente; irse o seguir buscando, aunque la última opción era muy arriesgada, ya casi obscurecia. Pero aunque fuese arriesgado, dejaría a su compañero decidir.

— ¡Sí! Estoy seguro de que era por allí!, mi mapa no miente. —

Menciono antes de aquella parada al lado del arroyo para descansar y volver a irse, estaba muy entusiasmado ya que con ese dinero iba a poder realizar viajes para visitar a Rock, Uno y Nico, y muchísimas cosas más aunque solo tuviera la mitad de la paga ¡Hasta iba a poder salir de deudas!.

Al ver a aquellos bichos picando a su compañera se percató de que había venido preparado para cualquier cosa, sacó aquel repelente tan deseado y se lo roció por todo el cuerpo alejando a todo tipo de insectos. Escucho aquella pregunta y simplemente se quedó quieto, ya no confiaba en su instinto de seguir mapas y poder llegar al monstruo.

— ¡Lo que debemos hacer es… es… ¡ir por allá!—

Los vientos se detenían ya por las horas que eran y estaba un poco nublado, eso les limitaba la cantidad de luz que había por el sitio, el allá se refería al oeste comenzó a correr antes de que obscureciera por completo en esos momentos seguía sus propios instintos no se guiaba de mapas ni nada por el estilo y justo el momento le llego una idea.

— ¡Oye! Cubriré terreno por encima de las copas de los árboles y tú por tierra ¿Ok? —

Escalo uno de los arboles más gruesos que estaban al lado de el hasta llegar a la cima y comenzar a mirar al alrededor se suponía que estaban en las horas de caza de comida de aquel monstruo.

Los bichos se alejaron conforme el repelente había sido colocado sobre su piel. Con un gesto amable le agradeció al chico y siguieron su camino. Caminaron mucho por la selva, sin señal alguna de su objetivo. Lo que más preocupaba a la maga de agua era que estaba a casi nada de oscurecer por completo.

El paseó aún no terminaba, ahora caminaban por una dirección totalmente distinta. Aceleró el paso cuando Jyugo comenzó a correr, se le podía ver algo desesperado, seguro no tenía ni idea de donde estaban, eso alertó a la mujer de agua.

— Oh, Jyugo, estamos perdidos. — susurraba Juvia.

Estaba a punto de abandonar, un sentimiento de derrota empezaba a invadirla: se rendía. Poco a poco perdía el interés en seguir buscando a ese monstruo. Fue entonces que, Jyugo tuvo la idea de cubrir terreno desde la cima de los árboles, le ordenó a Juvia hacer lo mismo, pero desde tierra. Aceptó, no había otra opción, aunque las ganas de encontrarlo ya se habían esfumado, además estaba hambrienta, su estómago hizo un ruido que la avergonzó.

Empezaba a caer la noche cuando sintió la presencia de algo, una sensación como si la observaran, provocándole un escalofrío que le recorrió el cuerpo, tal como se lo provocaría una película de terror. Ni siquiera notó cuando se cruzó con las huellas del monstruo que tanto estaban buscando. Tenía los ojos entrecerrados a causa de la falta de luz e intentaba no tropezar con nada. La hierba del suelo hacía un ruido conforme la peliazul avanzaba.

— Aquí no hay nada... Juvia tiene hambre... —

Su estómago hizo ese ruido otra vez, se dejó caer al suelo de rodillas, no tardo mucho en sentir algo mover sus azulados cabellos, hasta el punto de casi tumbarle el sombrerito que siempre llevaba sobre su cabeza.

— ¿Ahora hará viento? — se preguntó con ingenuidad, sujetando su sombrero con ambas manos y giró hacia donde provenía ese ''viento''

Se puso tensa y dio un fuerte grito que hizo que muchas aves salieran de entre los árboles, volando aterradas y alejándose de ese lugar. El monstruo estaba frente a ella.

Al escuchar aquel grito se alarmó como nunca giro rápidamente para poder verla y vio a aquel monstruo elemental el cual tenían horas buscando. Le hizo señales a Juvia para que se mantuviera calmada y no se moviera. Se tiró encima de él cayendo en su lomo tratando de volverlo loco y que Juvia pueda retroceder y ayudar a atacar, el monstruo ni se inmuto fue todo fallido al parecer ni sintió al chico encima de él así que decidió atacarle con una de sus cuchillas por todo el centro a ver si reaccionaba y así fue comenzó a moverse como todo un toro mecánico con Jyugo encima.

— ¡H-hay que tratar de hacer que caiga! —

Menciono con apuros de no caerse de encima no podía sacar la cuchilla del monstruo ya que si lo hacía era una muerte segura para él ya que no tendría soporte, su cuerpo temblaba del nerviosismo y temor que tenía en el momento así que le clavo su otro brazo/cuchilla para asegurar una posición firme encima de aquel.

— ¡Acabemos con esto rápido! —

Soltó una carcajada maliciosa ya que sabía que esto iba a ser un reto y era lo que le gustaba y sin duda no se podía ir de allí sin matar a aquel elemental, no solo por el dinero que este daba sino por el orgullo que este tiene, para sentirse bien, como todo un héroe. (Aunque todos sabemos que héroe nunca va a ser. (¿) ) ¡Ya se la palabra! El quiere lograrlo para presumir ante todos que logro algo de gran dificultad y con alguien del bando opuesto.

Su quejido fue suficiente para llamar la atención de su compañero, éste le hizo señas y se trepó encima del monstruo clavando una de sus cuchillas. La habilidad de Jyugo era extraordinaria, sus brazos podía convertirlos en afiladas cuchillas, como si fuese una especie de hombre arma.

Algo había sucedido, el joven trepado no podía sacar su brazo del cuerpo de el monstruo. La criatura se movía de un lado a otro intentando deshacerse de su atacante sacudiendose una y otra vez. En cierta forma era gracioso ver a Jyugo en esa situación con su esbelto cuerpo siendo sacudido.

— Ten cuidado, Jyugo, no te sueltes. —

Exclamó con preocupación al verlo insertar su otro brazo convertido en cuchilla sobre el cuerpo del monstruo, esto para no caer por los bruscos movimientos.
Una sonrisa se formó en los labios del joven, Juvia ya conocía un poco el orgullo que se tenía, no soportaría ser derrotado, a toda costa estaba decidido a acabar con el elemental.

— ¿Uh? Esa sonrisa quiere decir que Jyugo no abandonará la misión. Perfecto, Juvia tiene que ayudarlo, no decepcionará a Jyugo ni a Legacy.—

Se dijo a si misma con motivación. Extendió su brazos, sus manos apuntaban al objetivo, dio un suspiro con los ojos cerrados, para cuando los abrió una corriente de agua en forma de látigos salió disparada de sus manos, con gran fuerza y velocidad golpeó las patas del monstruo, haciéndolo caer al suelo con el chico encima. Una cortina de polvo se formó cuando derribó al enemigo. Esperaba no haberse pasado, no sería su intención herir a Jyugo.

Tosió, con sus manos intentaba dispersar el polvo a su alrededor. Para cuando se disipó vio a la bestia tumbada en el suelo, tratando de levantarse. ¿Debería atacar? No miraba a Jyugo por ahí, se alarmó, ¿Será que el elemental lo aplastó?

— ¡¿JYU-JYUGO?! —

Lo llamó muy preocupada. Rogaba para que estuviese a salvo. Pasaron sólo algunos segundos que parecían ser una eternidad, no había señales del pelinegro...

Estaba ahí debajo, totalmente aplastado su cuerpo casi no respondia a los movimientos y no sentia ni la mandibula asi que hablar no podia, pero sacó una de sus manos con la poca fuerza que tenia para poder pedirle ayuda a Juvia a que lo sacaran de allí, sus debiles quejidos se escuchaban con eco ya al peso de aquel enorme monstruo, cada vez su cuerpo dejaba de funcionar, y su mente se iba al mas allá. (?)

En ese momento sentía que estaba en el limbo, viendo todos aquellos recuerdos y aquel tunel que lo llevaba a la muerte, junto a la puerta de aun seguir viviendo, pero a ninguna podía acceder, ya que no su alma no sabia si iba a ser salvado por Juvia o moriría. Este hacia lo que podía en sus momentos de reaccion como quitarse al monstruo aquel de encima pero se le era imposible asi que decidio quedarse sin hacer nada y esperar si lo salvaban.

Como no había señales del pelinegro escandaloso, la preocupación de Juvia aumentó y optó por ir deprisa hasta donde se supone que estaba. Debajo del monstruo.
Y sí, allí estaba, siendo aplastado por esa abominable criatura, sin poder quitárselo de encima debido a la gran altura y peso del mismo.

— ¡Jyugo! Oh, no... ¡Aguanta! —

Con todas sus fuerzas intentó empujar al monstruo para liberar a su compañero. Empujaba y empujaba, pero fue inútil. El peso era mucho más de lo que ella podía soportar. Se percató de que Jyugo estaba casi moribundo. Había que sacarlo pronto de ahí o de lo contrario no viviría para contarlo.

— ¿Qué puede hacer Juvia? — se quedó desesperada pensando. — Piensa Juvia... Piensa... —

Las ideas no le llegaban en ese mismo instante, se movía de un lado a otro de forma alarmada, rogando por una milagrosa idea que salvara la vida de Jyugo. Hasta que...

— ¡YA SÉ! —

Una idea le vino a la mente de forma repentina. Posicionó sus manos frente al monstruo y de ellas salió disparado un gran chorro de agua que empujó al monstruo a unos metros de Jyugo. Liberandolo al fin. Corrió deprisa hacia él joven empapado de agua. El cabello de Jyugo estaba mojado al igual que todo su cuerpo.

— ¡¿JYUGO?! ¡NO TE MUERAS! — gritaba la peliazul.

Intentó reanimarlo dándole unos leves golpecitos en las mejillas con la palma de su mano.

Los golpes le ayudaron a volver en si mismo, cuando se despertó su cuerpo se sentía cansado, partes de su cuerpo se encontraban sangrando, como típica escena de serie despertó tosiendo, con muy poco aliento y fuerzas para siquiera hablar, sus ojos apenas servían, veía todo borroso y de a poco, sus piernas no le funcionaban y cada vez que se movía sentía algún que otro hueso sonar como si de quebrantarse se tratase.

—J..... J...

No le salían mas palabras que esa, hacia intentos de levantarse pero todos los intentos resultaban fallidos, este simplemente suspiro y cerro sus ojos buscando tener tranquilidad para recuperar sus fuerzas.