Bienvenida a la familia. (Hikari y Izuku)

Las estadísticas sobre nuevos ingresos a Legacy iban bien, o eso parecía, puesto a que era una temporada buena respecto el registro de nuevos estudiantes a la academia, y siempre se necesitaba a alguien ya experimentado para que de un recorrido a las instalaciones que ofrecía la academia para la comodidad y diversión de sus estudiantes y pasantes, pero sobre todo, para brindarles un lugar seguro a aquellas personas que están dispuestas a dar su propia vida por los demás, sí, de eso se trataba ser un héroe, entregar tu vida sin esperar nada a cambio, sentir el peso en tus hombros cada que abrias los ojos por la mañana, dando un nuevo inicio.

En esa ocasión, ella misma se ofreció a dar un recorrido por las instalaciones a algunos nuevos, pues esto la ayudaría a relajarse y divertirse un poco, ¡y podría decir que los conoció primero! Sí, esa sería la ventaja que sacaría al dar un recorrido, podría formar nuevas amistades y alentar a los nuevos, ¿quién no querría hacerlo?
En sus manos, tenía una tabla de clip que enganchaba unas pocas hojas, siendo la descripción y datos de la chica que recibiría; "Hikari Kurumi..." Susurró para ella misma mientras que se paseaba por los pasillos de la academia dirigiéndose a la entrada de la misma, y despegó su mirada del papeleo para observar a alguien que también estaba fuera de las habitaciones, era extraño, puesto a que la mayoría iba a sus habitaciones o a las canchas, jardines y piscinas, o simplemente salían de la academia para prestar servicio o resolver alguna misión, pero él, él estaba ahí, sin compañía. Se dirigió a él, alzando su brazo y moviendo de lado a lado de mano, apresurando el paso para llegar hasta él.

- Ne, ne, Deku ¿Qué estás haciendo? ¿Estás perdido? -

Fue directamente a hacer preguntas, como era de costumbre, no solía controlar su curiosidad o respetar la privacidad de sus cercanos, o mejor dicho, de nadie. Extendió la tabla con las hojas hacia él para mostrarle una fotografía de la chica que estaba por recibir.

- A que es linda, ¿verdad? ¡Me encomendaron recibirla y darle un recorrido por las instalaciones! Será divertido, ¿quieres venir? Se nos hará tarde...-

No esperó a que le respondiera, o al menos tuviera la oportunidad de negar o aceptar con la cabeza, solamente lo agarró de la muñeca y lo jaló, corriendo hacia la gran puerta que les esperaba. Una nueva historia estaba por comenzar para alguien, una nueva página sería escrita en la historia de Legacy.

Pasaron el límite de las puertas para así poder observar en persona a aquella chica, ¡le pareció hermosa!
Soltó la muñeca de Izuku y se dirigió hacia Hikari, tocandola de los hombros y brindandole una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Bienvenida a Legacy! Estamos encantados de tenerte aquí, yo soy Nejire Hadou, y estoy encargada de darte un recorrido por el lugar, ¡espero nos llevemos bien! -

Fue tan impulsiva como siempre, pero se detuvó, la soltó y se hizo a un lado, solamente para que la chica pudiera ver a su acompañante, y viceversa.

- ¡Él es Deku! Y vino aquí solamente para acompañarnos en el recorrido, es muy amigable. -

Bueno... Una mentira no le haría daño a nadie, y eso haría que la chica se sintiera bienvenida, y ese era el objetivo de ella, guiarla y hacer que se sienta en casa, pues, desde que su solicitud fue aceptada, Legacy se hizo su familia.

Llevar apenas un tiempo dentro de la academia Legacy no era algo sencillo, muchas veces quería llegar a un simple lugar como lo es su salón de clases, pero aun cuando es de los lugares que más recurre, termina perdido por todo el lugar. ¿Es que acaso no pueden brindarles un mapa? Por lo menos dejar uno que otro en zonas específicas del castillo, así no tendrían que invertir en cientos de mapas para los estudiantes. Bah, que importa… Siempre aparecía alguien por ahí que acudía a su ayuda, llevándolo hasta donde él quería ir, agradables personas componían Legacy, era algo que agradecía.

Nuevamente cayó en lo mismo, perdido entre los pasillos sin saber a dónde ir, por más que miraba hacia todas direcciones en cada pasillo con el que se topaba, no lograba recordar el lugar… Ni siquiera podía regresar a su punto de partida, ¡Todo era tan similar!
¿Qué si alguien llegó a por él? Eso le habría encantado. Es como si sus problemas incrementaran a cada segundo, ¿A dónde lo llevaba? No tuvo ni la mínima oportunidad de contarle acerca de su perdida, mucho menos de al destino al que quería llegar… Aun así, es bueno ver caras conocidas por todo Legacy.

Durante todo el camino en lo único que pudo pensar fue en que haría al ver a la chica de frente. La chica era realmente linda, pero lo que le preocupa realmente, era el hecho de que Nejire quería que el ayudara con su recorrido en Legacy, ¡El pobre chico apenas y puede sobrevivir ahí! Además… ¿Cómo espera que él la salude como si nada? Era la peor petición que podía hacérsele a alguien como Izuku. Al llegar al lugar donde la joven, no hizo otra cosa más que permanecer detrás de su compañera, la vergüenza lo invadía en todo momento, ahora con más razón esa sensación se hacía presente. Sus piernas temblaban, tambaleándose de un momento a otro, sabiendo que en cualquier momento lo presentaría ante ella.
Se congelo por completo, llegó el momento y no hizo otra cosa que rascar su cabeza sin dirigirle la mirada. –¡No! Bueno... Si, ese es realmente mi nombre de hér...– A los pocos segundos, el pobre chico se paralizó una vez más, tenerla tan cerca era horrible, no podía contener su vergüenza. Ahora el chico no solo temblaba, tenía su rostro envuelto en altas temperaturas y un color rojizo.
Su respiración ya de por si estaba acelerada, pero era algo que no podía evitar con la cercanía. Para su suerte, la chica se apartó de el al cabo de unos segundos, luego de husmear en sus ojos. –El placer es nuestro, Hikari...–Su temperatura bajaba lentamente, y su mano izquierda paso a sostener su codo derecho, sobándolo aún por la pena. Sin embargo, el color que caracterizaba en esos momentos su inquietud seguía presente.

Ahora debía ingeniárselas para seguir la conversación, ¡No! Debía decir algo para llevarla a su recorrido, siempre detenía las conversaciones al no saber que decir, no podía caer siempre en lo mismo una y otra vez. No podía dejar a Nejire como una mentirosa luego de decir que era un chico amigable. –Bien... ¿Que te gustaría conocer primero de la academia? El castillo tiene un sin fin de lugares.es bueno saber que es lo que quieres ver.– Si, quizás recorrer todo el castillo les tome todo el día.

Vaya... Todo había sucedido tan rápido, de pronto Hikari se apartó de ella y se dirigió hacia uno de los presentes entre los estudiantes que salían y entraban de la Academia, sabía muy bien que algunos salían a responder el llamado de alguna emergencia, y otros llegaban de haber finalizado su turno. Incluso podía observar como algunos regresaban con mínimas heridas, rasguños o prendas rasgadas. No habían tenido una tarde tranquila, al parecer.
Levantó los hombros y dejó salir un largo y pesado suspiro, mordiendo su labio inferior. Imaginarse por las distintas situaciones que los Legacianos se enfrentaban día a día era algo frustrante, borrando toda sonrisa que pudo estar en su rostro.
No, no era fácil poner la vida de alguien más frente a la propia, dar y arriesgar su vida día tras día no era para cualquier persona. Tenía que ser fuerte mentalmente para poder enfrentar los peligros que conllevaba dedicarse a salvar vidas, teniendo el valor para seguir adelante después de haber fallado con su deber.

Después de todo, nada era fácil, y para aprender, debes caer; sí... Conocía perfectamente el significado de aquellas palabras, ella falló, falló al proteger la vida de inocentes, de una pequeña niña que no debía pasar por todo aquello. Se dejó llevar por el miedo y olvidó su deber, perdiendo de vista el objetivo que perseguía desde que decidió arriesgar su vida.
No sé iba a rendir, para aprender a caminar, debes caer y volver a intentarlo. La vida estaba basada en ese ciclo, cayendo y levantándose una y otra vez... Está no sería la excepción, mejoraría como heroína en honor a aquellas personas que no pudo salvar.

Sí, éso haría.

Nuevamente suspiró, esbozó una sonrisa, volviendo a expresar despreocupación, y volvió a observar a sus dos acompañantes, se llevaban bien, al parecer... Era bastante curioso, no llevaban ni treinta minutos de haberse conocido y ya eran amigos, ¿Eh? Sumamente adorable ante sus ojos.
Chocó su palma con la tabla de información, tres veces seguidas; "Tack, tack, tack...", uno tras otro resonó en el lugar, así es, buscaba la atención de ambos chicos, era mejor interrumpirlos así y no directamente, ¿verdad...?

- Me alegra que se lleven tan bien, ¡son tan adorables! -

Hace un momento se había quedado detrás de ellos, pero finalmente caminó hacia los menores hasta quedar a un costado de cada uno, recostando ambos brazos en cada hombro de Hikari e Izuku. Sonriendo de oreja a oreja.

- Deku tiene razón, puedes decidir que lugar visitar antes. Aunque sinceramente yo sugiero que vayamos a lugares esenciales, ya sabes... Como tu respectiva habitación, la cocina o los campos de entrenamiento, pero ya queda a qué prefieres visitar primero. -

Rápidamente se separó de ambos y retrocedió algunos pasos, dándole una miradita a aquella tabla de información, pasando algunas páginas y leyendo tranquilamente, y cuando encontró lo que buscaba, nuevamente se dirigió a la chica.

- Por ahora no debes preocuparte por tus horarios, y las aulas de clases tienen su respectivo nombre y número para diferenciarlos entre ellos, el que se pierda debe ser muy despistado... Digo, es normal. -

Soltó unas pequeñas risillas y se dió la vuelta, caminando hacia el interior de la Academia, deteniendose justo antes de ingresar.

- Es probable que la habitación se te haga aburrida, pero puedes decorar y cambiarla todo lo que quieras. -

¡Bienvenida a la Academia Legacy, Hikari!