Sed insaciable (Legnam)

¿Diez, cien o eran mil?... pequeñas pisadas se escuchan por todas partes, tan ligeras como si se tratase de bailarinas de ballet, una danza se está desarrollando en la antigua construcción, una ceremonia de caza, el piso cruje produciendo un sonoro y antiguo quejido, las ventanas traquetean por el pasar del viento, llantos de miseria y desesperación se producen cuando las frígidas ráfagas de aire hacen contacto con las grietas tatuadas en las paredes al igual que al rozar las oxidadas tuberías que recorren toda la edificación. La obscuridad cubría su entorno, no podía ver más que unos pasos enfrente de él, el olor estancado y mohoso asoraba su nariz, una pesada y ardiente sensación bajó por su garganta, la fuerte bebida alcohólica estaba empezando a menguar sus sentidos, pero era la única forma de escapar parcialmente de las visiones que "eso" le estaba provocando.

—"Haaa...Haa..Ha..."—su respiración irregular cada vez se hacía más fuerte, no podía detener su andar o de seguro sería alcanzado, intentó salir por varias ventanas y el lobby de la mansión, pero ya estaban bloqueados, el jardín estaba infestado para cuando llegó ahí, cada vez estaba más profundo dentro de aquella gloria pasada, la comúnmente llamada mansión abandonada...—"Creak Creak" "Creak Creak"—en las bodegas de ese lugar el piso era de madera para mantener su nivel humedad lo más bajo posible, lo cual ayudaba a la conserva de alimentos, una desventaja para el peli negro, ya que quería ser lo más silencioso posible, había dado tantas vueltas en ese lugar que estaba completamente mareado, pequeñas y juguetonas risas se podían escuchar detrás de él, acercándose poco a poco—" Bang Bang Bang Bang Bang Bang Bang Bang Bang Bang"—al escuchar las melodiosas carcajadas a sólo unos metros se volteó bruscamente y vacío el cartucho de su pistola automática hacia el origen de los molestos sonidos, para su desgracia únicamente vió dos brillantes orbes carmesis, ubicados al lado contrario de dónde había descargado su ráfaga, ocultándose nuevamente en la obscuridad para seguir su acecho—"Tch!..."—chasqueó su lengua con una mezcla de molestia y desesperación, reanudando su carrera hacia un pasillo estrecho lleno de robustos anaqueles de roble—"papapapapa"— después de tronar sus dedos, los cuáles estaban cubiertos por un elegante guante blanco que parecía ser de seda, una serie de pequeñas explosiones, similares a las producidas por fuegos pirotécnicos, hicieron ceder la base de dichos anaqueles provocando que cayeran sobre si mismos y así logrando obstruir el paso. Al final del pasillo había un mecanismo oculto, una pequeña palanca que al ser accionada llevó al joven alquimista a una serie de cuartos, comúnmente ocupados para invitados de bajo rango o la servidumbre, mientras corría apresuradamente logró divisar algo que le llamó la atención, cierto número grabado en la puerta de una habitación llamó su atención, deteniendo su marcha tomó el pomo de la puerta, girándolo al tiempo que empujaba logró abrirla sin muchos problemas—"Creaaaaak"—sin perder el tiempo entró al lugar, cerrando la puerta detrás de él, el olor a polvo lo cubría todo, sin importarle mucho el estado del sitio empezó a revolotear lo que quedaban de las pertenencias de una persona desconocida, tras buscar, buscar y buscar el cuarto estaba aún más desordenado, al no encontrar lo que buscaba estuvo a punto de salir corriendo de ahí, cuando se dió cuenta de un elevador de servicio usado para la entrega comida, ubicado en un esquina, y casi perfectamente camuflado por el desprendido papel tapiz de la habitación, yendo hacia el lugar abrió lentamente la puerta de dicho elevador, era lo suficientemente grande para que un adulto en cuclillas se metiera dentro, palpó cuidadosamente con sus manos por la corroida y astillada madera del interior, dando pequeños golpes de vez en cuando—"tuck tuck tuck tuck"—se detuvo al escuchar un sonido irregular, empujando con todas sus fuerzas logró desprender un trozo de madera, aparentemente un "fondo falso", metió sus manos en el estrecho lugar, sacando algo, un paquete pequeño envuelto en tela y lienzo, una sonrisa irónica se formó en su rostro, desgraciadamente, si darle tiempo para celebrar su hallazgo, un claro sonido se escuchó en la puerta de la habitación de al lado—"toc toc toc..."—sin pensarlo dos veces se introdujo con algo de dificultad al ascensor de servicio, cerrando la puerta corrediza con seguro —"Fuuuu...Fuuuu...Fuuuu"—calmando su respiración escuchó los sonidos de fuera, aunque casi no podía oír nada escuchó claramente el toquido en la puerta de la habitación de enfrente a la suya —"Toc Toc Toc..."—los pelos se le pusieron de punta, un escalofrío recorrió su columna hasta el cuero cabelludo, sacando con ansias el último cargador de su arma lo colocó dentro de ella, generando un pequeño—"Click"— indicando que se encontraba cargada, como si solamente una ligera tela lo separara del exterior escuchó los pasos acercándose a la puerta de la habitación dónde estaba—TOC TOC TOC...— ésta vez los toquidos eran fuertes, como indicando que sabía que estaba ahí, contuvo su respiración y apuntó su arma hacía la puerta del ascensor de servicio dónde se encontraba resguardado, sus manos temblaban ligeramente pero aún así su mira yacía fija al lugar.